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Soledad trabaja en la sensibilización de niños y niñas sobre el cuidado del ambiente y la cultura del turismo

Testimonio de Vida

 

Como ya estoy concluyendo mis estudios, voy a mis clases en las noches y en las mañanas, hago trabajos eventuales. Aprendí a hacer canastitas y otras manualidades para cumpleaños. También ayudaba en la animación en fiestas infantiles, alguna vez me tocó disfrazarme de payasita.

Marcela Barrios B.

Desde principio de año hago pasantías en la Unidad de Turismo de la Alcaldía de El Alto. Trabajo en la sensibilización de niños y niñas en la cultura turística y en el cuidado del ambiente porque creo que estos temas son mejor asimilados a temprana edad.

Mi nombre es Soledad, tengo 24 años y estudio la carrera de Turismo en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Estoy en cuarto año, por lo que hago pasantías en diferentes lugares para comenzar a ejercer mi futura profesión.

Todos los viernes por la mañana con otros estudiantes de turismo vamos a diferentes unidades educativas para dar talleres a niños y niñas de 8 a 11 años.

“Desde muy temprana edad se debe inculcar la educación turística y también la educación ambiental. Necesitamos saber sobre el cuidado de nuestro medio para poder mostrar lo que nuestro país tiene”.

Si maltratamos nuestros espacios culturales no tendremos nada que mostrar.

Este trabajo es un compromiso que adquirí hace algunos años porque con esta sensibilización ayudo a mi país, a nosotros mismos y a que la gente valore lo que es el turismo.

Este trabajo se realiza hace dos años. Yo participé el primer año y en 2017 no pude seguir porque no tenía mucho tiempo, pero este año volví.

Como ya estoy concluyendo mis estudios, voy a mis clases en las noche y en las mañanas hago trabajos eventuales, algunas prácticas (pre)profesionales y otras colaboraciones.

Además, ir a los colegios de El Alto, colaboro en el instituto de investigación organizando eventos, como simposios o ferias.

También hice, hasta el 2017, una pasantía en la Iglesia de San Francisco y en los museos municipales de la calle Jaén que duró medio año.

Fiestas infantiles

Cuando ingresé a la universidad no tenía trabajo. Luego fui aprehendiendo, con el amigo de mi hermano. a hacer canastitas y otras manualidades para cumpleaños. También los acompañaba y les ayudaba en la animación en fiestas infantiles, alguna vez me tocó disfrazarme de payasita.

Mi hermano aprendió a trabajar como payasito y me pedía colaborarle porque para manejar un grupo de niños se requiere más personas.

Como ya había aprendido algunas manualidades quise perfeccionarlas y aprender más cosas. Indagué en Youtube y aprendí globoflexia, a hacer formas con los globos, que es lo que atrae a los niños y niñas.

Es así que trabajamos de manera independiente con mi hermano y creamos una página en facebook para que nos contacten, ya sea para fiestas infantiles, el día del niño y del estudiante.

Y de esa manera tengo un ingreso económico, mientras sigo estudiando mi carrera.

A  veces se presenta sólo una fiesta infantil en dos semanas, pero eso no afecta mucho a mis hermanos porque ellos tienen un trabajo fijo, más que todo me ayuda a mí.

Cuando tenemos varias fiestas para animar, mi ingreso es de 300 bolivianos a la semana, pero cuando sólo se nos presenta uno, llego a ganar 100 bolivianos, que sólo me alcanza para los pasajes.

“Me vestí varias veces de payasita sólo para ayudar. No me puse ningún nombre, sólo ayudo a organizar a los pequeños y pequeñas porque es difícil manejar un grupo de niños y de  niñas. Mi hermano, si tiene nombre, se llama rulitos y mi otro hermanito, que al principio le estaba ayudando se llama pin pollo. Yo solamente les ayudaba y hago globoflexia. Eso les interesa sobre todo a los niños y niñas”.

La globoflexia, no es difícil, pero se requiere mucha paciencia porque a veces se revientan. Se debe aprender a manejar bien los globos y qué material utilizar, no puedes usar cualquiera. Si usas material se mala calidad te sale mal, se te revienta a cada momento. 

Si le pones empeño se puede todo.

Mis hermanos también son electricistas y alguna vez también les ayude cuando tenía contratos de cableado. Me han enseñado todos lo que es la electricidad, la instalación de electricidad. Ese es también otra forma de reunir recursos económicos para seguir estudiando.

Yo soy la única mujer, tengo otros tres hermanos, dos mayores y un menor.

Mis hermanos y yo vivimos con mi papá y mi mamá en la zona Primero de Mayo, en El Alto.  Cada uno tiene su cuarto y como trabajan también administran su dinero.

Sólo trabaja mi papá y mi mamá se dedica a las labores domésticas. A pesar de ello aún me apoyan económicamente, porque me dan para mis pasajes.

“Gracias a Dios con mis trabajos eventuales he podido sostenerme y comprar material para mis estudios. En ocasiones mi papá y mi mamá me ayudan más que todo en pasajes, después, no”.

Planes

Mis planes para el futuro son incursionar en un espacio público para la sensibilización turística a los niños y niñas. Quiero incursionar en lo que es concienciar sobre el medio ambiente a los más pequeños y pequeñas, empezar desde temprana edad. De adultos es un poco más difícil.

Mi proyecto estará dirigido a que los niños y niñas  aprendan lo que  les interese. No se trata de formarlos, sino ellos mismos vayan dándose cuenta, reflexionen sobre lo que está pasando en nuestro país, en nuestro medio y que ellos sólidos empiecen a actuar, a cambiar las malas costumbres y las malas actitudes en turismo. 

Necesitamos una cultura turística, tenemos que saber tratar a los turistas. Muchas veces los turistas vienen, no dominan el castellano, entonces se apersonan a nosotros para preguntarnos: ¿dónde puedo ir? Y otras consultas, porque ellos no conocen. Muchas veces, los paceños somos cerrados y no les brindamos información, deberíamos ser amables porque ellos vinieron a conocer nuestro país, nuestro departamento. Eso  es lo que nos falta la verdad.

Dificultades

Durante todo este tiempo que he hecho prácticas, he comprobado que para trabajar siempre piden experiencia laboral y es difícil adquirirla porque en este rubro, que es el turismo no te abren las puertas fácilmente. Más  que todo creo que las influencias o por “muñeca” se consigue trabajo y ya no están haciendo prevalecer la educación.

Contratan más que todo a sus conocidos. Ellos no tienen conocimiento de turismo, no son licenciados, ni técnicos. Y tampoco hay muchas oportunidades de hacer nuestras prácticas profesionales.

Espero que las políticas nacionales y municipales que se están implementando para fomentar el turismo, beneficien a los nuevos profesionales.

Creo que las autoridades se dieron cuenta lo importante que es el turismo para Bolivia y que tenemos muchos recursos para explotar sosteniblemente. El gobierno nacional y las alcaldías están promocionando el turismo, sobre todos por medios de comunicación y eso nos ayuda.

“Con mis compañeros y compañeras de Mi Teleférico somos un equipo”

Trabajador:

“Con mis compañeros y compañeras de Mi Teleférico somos un equipo”

Yandel, es un joven alteño, que se puso la meta de trabajar como un personal de la empresa Mi Teleférico, cuando vio la oportunidad se puso manos a la obra y se comprometió en dar todo de si para lograr su meta.

Claudia Domitila Nina M.

“... Me sentí un ganador”, así se expresa Yandel Rosas Loayza (Yandel RL), cuando se le pregunta cómo se sintió al saber que fue seleccionado dentro de los más de dos mil postulantes a un cargo de la convocatoria lanzada a principios de esta gestión, él tiene 23 años y ya está por concluir su carrera universitaria de Ciencias del Desarrollo en la Universidad Pública de El Alto. En la entrevista nos relata cómo es que pudo conseguir su meta:  

Semanario Aquí: ¿Cuándo empezaste a trabajar en la empresa Mi Teleférico?

Yandel RL: Yo vivo con mi hermano en El Alto, cerca de una de las paradas de la Línea Azul, por ese motivo veía cómo cada día las estaciones se levantaban en la parte de la infraestructura, pues si bien la ubicación de las estaciones del Teleférico son en plazas, éstas antes estaban abandonadas y eran lugares no muy seguros para caminar.

Empecé a trabajar como guardia de seguridad por 8 horas, ingresaba a las 06:30 hasta las 14:30, por tres meses estuve así, pero luego hubo una convocatoria para realizar pasantías en la Línea Azul (inaugurada el 3 de marzo de 2017), sin pensarlo me inscribí y así comencé a trabajar ahí.

Semanario Aquí: ¿Cómo distribuías tu tiempo?

Yandel RL: En ese entonces yo seguía con mis clases de la universidad, y eso de una u otra forma te genera gastos en diferentes cosas; lo que me daban de los viáticos a veces no me alcanzaba, por eso hablé con el encargado de seguridad para que me diera la posibilidad de trabajar como guardia de seguridad.

Me facilitaron trabajar como guardia y realizar mis pasantías en la Línea Azul, por lo cual tuve una ventaja, pues vivo cerca y tardaba como 10 minutos en moverme de un lado al otro. Tratando siempre de calcular en cuánto tiempo llego de mi casa a la universidad o al Teleférico.

Mi turno de pasantía empezaba a las 7:00 hasta las 12:00, luego me iba a descansar un momento y comer algo, en la tarde tenía mi turno de las 13:00 hasta las 17:00, saliendo me dirigía nuevamente a casa, para más tarde (de 22:30 a 6:30) cumplir mi turno como guardia de seguridad (nochero).

No digo que fue fácil, pero sabía que mi esfuerzo valdría la pena.

Semanario Aquí: ¿Qué significa para ti trabajar en Mi Teleférico?

Yandel RL: Al concluir mi pasantía, en Mi Teleférico, conseguí trabajo en el Hospital del Norte (El Alto), pero no le encontré el gusto.

Por eso, cuando vi la convocatoria este año, postulé sin dudarlo; había más de dos mil personas que estaban optando por el cargo de Asistente de Atención al Usuario, pero tenía confianza, por un lado como ya había trabajado, tanto como guardia, así como pasante.

Cuando vi mi nombre dentro de los que salieron seleccionados, me sentí feliz, como quien dice: “Un ganador”.

Semanario Aquí: ¿Qué es lo que más te agrada de trabajar en el Teleférico?

Yandel RL: Lo que más me gusta de trabajar en Mi Teleférico es el trabajo en equipo, no sólo soy yo, que sería la parte del personal que representa a operaciones, también están mis otros compañeros que son los guardias (contratados por empresas externas) y pasantes, puesto que nos colaboramos y coordinamos para dar esa atención al usuario.

Con mis compañeros de aquí del teleférico, somos un equipo, cuidando de dar una atención con calidad y calidez al usuario o usuaria.

Semanario Aquí: ¿Crees que existen diferencias entre los usuarios?

Yandel RL: Aquí siempre atendemos distintos tipos de usuarios; a veces te puedes encontrar aquellos muy agradables que pasan con una sonrisa o incluso haciéndote bromas respecto a cualquier situación, pero también no faltan otros que pueden hacernos sentir mal, aunque yo digo no, por uno tenemos que amargarnos el día, siempre debemos tener una buena actitud, ser empáticos y proactivos con ellos, con eso tu turno (día de trabajo) será más ameno (AquíCom/18-09-18).

Lía trabaja desde los 17 años y estudia para tripulante de cabina o controladora de tráfico aéreo

Testimonio de Vida

 

Varias veces mis compañeros me preguntan cómo hago para estudiar y trabajar. Y les respondo, que todo depende cómo te organices y que también es importante ser responsable.

Marcela Barrios B.

Trabajo desde que estaba en el último curso del colegio, desde mis 17 años.

Trabajé en varios lugares. En un hotel, en la parte gastronómica: con una alcaldía, también en gastronomía. Trabajé en las tiendas Bata y adquirí la experiencia en ventas y, ahora, estoy en una tienda de ropa que está en Ciudad Satélite (El Alto, La Paz)..

En mi primer empleo era ayudante del chef, gracias a que tenía conocimientos en esa área porque en secundaria estudié alimentación en mi colegio Puerto Mejillones. Era una secundaria técnica y egresé como técnica media.

Ese trabajo era eventual. A veces descansaba y luego volvía a trabajar.

Actualmente, trabajo de lunes a sábado en  una tienda de ropa y al mismo tiempo estudio en la carrera de Tecnología Aeronáutica, en la Universidad Mayor de San Andrés. Estoy en tercer semestre, de los 10 que tiene esta carrera.

 En el futuro quiero ser tripulante de cabina o trabajar en tráfico aéreo. Me gusta mi carrera.

En mi curso somos un total de 20 estudiantes. El 40 por ciento somos mujeres.

Este semestre tomé cinco materias: aerodinámica, dibujo técnico, termodinámica, ciencias materiales e hidráulica.

Estudio por la mañana, desde  las 08.00  hasta las 14.00, y trabajo por las tardes, desde las 16.00 hasta las 21.00, en una tienda de ropa en Ciudad Satélite.

Estoy trabajando en ese lugar desde diciembre del año pasado (2017). Estaba buscando trabajo y vi un aviso. Me presenté y como tengo experiencia en ventas, me contrataron. Desde entonces trabajo en la venta de ropa.

Luego del trabajo llego a mi casa a las 22.00, a hacer mis tareas de la universidad, porque no puedo en otros horarios. Me quedo despierta hasta la 01.00 o 02.00.

También trabajo los sábados, pero no los domingos y es cuando aprovecho también para hacer mis trabajos o tareas de la “U” y, claro, también para compartir con  mi familia.

Más bien que este semestre no tengo clases los sábados, como ocurrió el semestre pasado.

Decidí trabajar, nuevamente, porque en la universidad se necesita más dinero. Además, si una persona ya es mayor no puede pedir el dinero al papá o a la mamá, debe auto sustentarse. Necesito dinero para la “U”, para los libros, el pasaje mismo y para la comida.

Cuando comencé a trabajar a mis 17 años, mi papá y mi mamá me apoyaron. Me dijeron que era momento que comience a independizarme.

“Me apoyan en mi decisión de trabajar.  Me dijeron estás creciendo, ya es momento  que te independices o trates de independizarte”.

Vivo en Villa Adela con toda mi familia hace cinco años. Vivo con mi papá, mi mamá y mis cinco hermanos y hermanas. Yo soy la segunda hermana, los demás son menores. Somos tres mujeres y tres varones.

Antes vivíamos en Miraflores en un departamento en alquiler. Ahora estamos bien, vivimos tranquilos. Lo único que me dificulta es la distancia. De mi casa a la universidad tardo, aproximadamente, una hora con 15 minutos y para llegar del trabajo a mi casa es casi igual.

Llego a las 10 de la noche porque, además, la salida no es puntual, siempre hay cosas que hacer.

Al mes, generalmente, saco unos 1.200 bolivianos y a veces un poco más con las comisiones por las ventas que hago. Ese dinero lo divido en tres. Separo para mis ahorros, para mis pasajes y para mis gastos extras.

Quiero conseguir un trabajo más simple,  más sencillo.  Estoy pensando en ventas.  Yo misma podría conseguir y vender mi propia ropa. Quiero emprender ese negocio.

Más adelante quiero terminar mis estudios, mi carrera y postular a una empresa aeronáutica. En mi carrera podría dedicarse a ser piloto, controladora de tráfico éreo, gerente, tripulantes de cabina.Yo estoy entre tripulante de cabina o azafata y controladora de tráfico aéreo, que son quienes trabajan en las torres de control.

Mi hermano mayor estudió hasta cierto grado. Es técnica superior. Luego se ha dedicado más a trabajar. El tiempo no le daba para trabajar y estudiar. Por ello, tuvo que dejar el estudio.

En mi casa no falta el dinero, pero como yo veo que son numerosos los hijos que tienen mi papá y mi mamá, reflexiono y creo que debo ayudar a reducir los gastos. Por eso, decidí trabajar, para cubrir mis gastos.

“Yo digo que si les reduzco el peso (gastos) yo creo que va a ser mejor para ellos”.

Tres de mis hermanos menores están en colegio. Una de mis hermanas ya va  entrar a la universidad el semestre siguiente. Ella igual que yo está trabajando, se está independizado. Trabaja como promotora, tiene 19 años.

Mi papá es editor de sonido en una radio y mi mamá es artesana. Ella está en mi casa a veces y a veces no porque va a vender sus artesanías.

Trabajar y estudiar obliga a una persona a ser más responsable, pero por el otro lado, siento que me falta tiempo para estar con mi familia.

Hubo un tiempo que me faltaba convivencia familiar, incluso ya no hablaba con mi papá, ni mi mamá. Llegaba muy cansada a mi casa y directo a mi habitación. Al día siguiente salía temprano y no hablaba mucho con ellos. Ni con mis hermanos y hermanas. Pero ahora aprovechamos los fines de semana para estar juntos y conversar. Es importante.Todos nos quedamos en casa, nadie sale.

“Trato de hablar con ellos porque es importante. Porque te sientes sola en la vida, luchando y vas cayendo, vas bajando. Una se desanima. Necesitas sí o sí a la familia”.

Varias veces mis compañeros me preguntan cómo hago para estudiar y trabajar. Y les respondo, que todo depende cómo te organices y que también es importante ser responsable, sobre todo si una persona quiere triunfar en la vida.

Ana: desde que salí bachiller pagos mis estudios y cubro mis gastos con mi trabajo

Testimonio de vida

Mi primer trabajo fue en un café internet y luego en agencias de viaje. Al mismo tiempo estudié en un instituto y luego en la UMSA.

Marcela Barrios B.

Valores inculcados por su padre y su madre, su propio esfuerzo en el trabajo y estudios, desde que terminó el colegio, hacen de Ana una profesional destacada. Es egresada de la carrera de Turismo y ahora prepara su proyecto de grado para obtener la licenciatura.

Luego de salir bachiller, en 2005, comencé a trabajar en un café internet, quería saber cuál era el movimiento porque había comenzado a estudiar computación.

Luego decidí ingresar a la universidad. Mi reto era estudiar la carrera de Turismo.

Ingresé al prefacultativo de Turismo en 2007. Ya en ese año estaba trabajando como auxiliar administrativa en una empresa de viajes y ya cursaba el primer año de Turismo en un instituto. Tenía todo mi tiempo ocupado.

“Trabajaba en la mañana, en la tarde estaba en los prefacultativos de la universidad y en la noche estaba estudiando en un instituto,  estudiaba Turismo y Hotelería, empezando para agarrar más herramientas y fortalecer luego (mi profesión) con la licenciatura”, asegura Ana.

Cumplir con el trabajo y los deberes académicos fue complicado porque estaba ocupada mañana, tarde y noche. A veces no encontraba horarios para hacer mis trabajos, tanto del instituto como de la universidad.

Muchas veces hacía mis trabajos, de la universidad, en los horarios de clases.

Desde que comencé a trabajar pago mis gastos y mis estudios. Mi mamá y mi papá no me ayudaron, más bien ellos me impulsaron a ser independiente.

“Tengo mis papás con los que vivo, pero desde chica me han enseñado a ser independiente”.

En ese camino de ser independiente, también trabajé en la venta de paquetes turísticos en otras agencias de viajes y luego en la venta de boletos aéreos.

También estuve en la administración pública, organizando actividades culturales. Pero ese trabajo duró sólo seis meses y luego volví al ámbito privado. Me fui a hotelería.

“En entidad pública, podría decir que se necesita bastante muñeca. Ahí yo tenía que luchar, el  camino era difícil, porque  yo no tenía muñeca, ni padrinazgo en ninguna parte. En ese sentido no me fue muy bien, que digamos. He debido estar seis meses, porque ni bien cambiaron de director donde yo trabajaba, también cambiaron la gente, cambiaron a todos”, recuerda.

El trabajo que más disfruté fue hotelería. Y esa es la rama en la que quisiera seguir trabajando.

Mientras seguía trabajando terminé de estudiar turismo en el instituto porque sólo era dos años y medio. También terminé la UMSA. Egresé en 2016, pero por las responsabilidades laborales no pude obtener mi licenciatura.

Este año (2018) dejé de trabajar y, actualmente, estoy en pleno proceso de investigación para presentar mi proyecto de grado.

Si bien tengo algunos ahorros, debo mantenerme y por eso tengo trabajos eventuales. Trabajo en casa, en diseño gráfico.

“Ahora estoy trabajando en diseño. Estoy en mi casa  porque tengo mi ahorrado de tantos años de trabajo y me puedo dar el gusto de estar sin trabajo formal y dedicarme a mi título”.

Vivo en Obrajes, con mi mamá, mi papá, dos hermanos y una hermana, mayores. Yo soy la última. “¡El último esfuerzo!”.

Mi mamá y mi papá son gente humilde. Ella es ama de casa, vive fuera de La Paz, en Desaguadero y él, mi papá, es jardinero.

Agradezco que hayan sido duros conmigo, porque desde que salí del colegio, incluso más antes todavía, me enseñaron a que tengo que ser  independiente.

“Me enseñaron a que la única persona que tiene que cuidar de mí, debo ser yo misma, en todo el sentido emocional para que nadie me lastime o me haga sentir menos por el hecho de que vengo de padres humildes. Y siempre salir adelante”.

Gracias al trabajo viajé fuera del país. Conozco Brasil y Perú. Estuve a punto de quedarme en Perú, pero me limitó no tener título. Me sentí incompleta y volví.

Pero aprendí que los peruanos son muy estratégicos en el desarrollo turístico. Los guías no tienen título o licenciatura pero dominan tres o cuatro idiomas. Incluso hay niños que hablan dos idiomas, que aprendieron en el cotidiano al conversar con los turistas que llegan a ese país.

Tras estudiar computación, turismo, diseño gráfico y trabajar en diferentes lugares me siento completa, a pesar de que aún me falta mucho por aprehender, por conocer y viajar.

“Si mañana me pasara algo, me siento completa, sí completa, si casi competa porque he trabajado en varios lugares, he conocido a muchas personas y no he hecho daño a nadie”.

Así de humildes, mi mamá y mi papá me enseñaron a no hacer mal a nadie. Claro, si no quieres que te hagan mal, no hagas el mal. Punto.

Cómo ellos crecieron en la época de la hacienda, los hacendados no les dejaban estudiar. Entonces, tenían la idea de que hacer cosas buenas por los demás, recibirán cosas buenas. Si haces cosas malas, obviamente, vas a recibir cosas malas.

No tendrán maestrías o doctorados, pero son muy sabios. Valoro mucho los valores que me enseñaron, la capacitación que he tenido por mi parte y la dicha de haber conocido buenas personas en todo este trayecto en mi vida.

Claro que también conocí personas diferentes. Malas. Sí, claro, sí. El “locotito” en la vida nunca está por demás. Yo lo tomo por ese lado. Con mucha felicidad, la vida tal vez sea muy aburrida. Quién sabe. (risas)

Recuerdo que una vez, en una entrevista laboral en una empresa privada, enfrenté una situación incómoda.

Me entrevistó un varón y me preguntó si tenía novio, si tenía planes de matrimonio y si pensaba tener hijos.

Respondí que si tenía novio, pero que no pensaba tener hijos.

Mi respuesta no gustó.

Concluyo que no era una persona responsable, que por seguir estudiando en la universidad pediría permisos y por eso no me contrató a pesar de la experiencia laboral que tenía.

Dijo que cuando una mujer tiene hijos o hijas es más responsable porque tiene alguien por quién trabajar y a quién mantener.

Me hizo preguntas que me pusieron incómoda. Hizo preguntas muy personales que en una entrevista laboral no se las tendría que realizar.

“Me sentí acosada, discriminada. Me sentí muy incómoda”.

Me pregunto si hicieron las mismas consultas a los postulantes varones.

Luego de todas esas vivencias, hoy, estoy concentrada en mi investigación, aunque también estoy aprovechando para ir a algunos seminarios para no desconectarme por completo del trabajo.

Cuando defienda mi proyecto de grado estoy pensando en estudiar inglés, para reforzar el idioma que aprendí en la carrera, porque a veces tengo algunos tropezones con algunas palabras.

También estoy pensando trabajar en casa, no sólo en diseño gráfico sino también en traducciones.

Trabaja en el restaurante de su hermana en el que Atiende a comensales y estudia comunicación social

Vida de futura comunicadora Aida

 

Me gusta escribir: quiero ser periodista. Recuerdo que desde que tenía 7 años acompañaba y ayudaba a mi mamá en la venta de verduras por mayor.

Marcela Barrios B.

Tengo 19 años. Estudio la Carrera de Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad Mayor de San Andrés y trabajo, más bien “ayudo” a mi hermana a atender un restaurante que funciona en mi casa, en Villa Adela, en la ciudad de El Alto.

Tres o cuatro noches a la semana “ayudo” a mi hermana en la atención del restaurante que tiene. No le llamaría trabajo, sino más bien ayuda. Mi hermana mayor me reconoce algo. Le ayudo a servir y atender a los clientes.

Apenas salgo de la universidad me voy a mi casa para ayudar. Salgo a las 13.30 y llego a mi casa a las 15.00. Siempre tardo una hora y media para llegar. Ayudo en el restaurante desde las 18.00  o 19.00, dependiendo de la cantidad de tareas que tenga, hasta las 23.00.

Los sábados y domingos ayudo todo el día. En el restaurante se vende de todo. Platos de noche y platos extras.

“Mi hermana a veces me regla para mis pasajes, para venir a la universidad. Los fines de semana si me reconoce Bs50 por día”.   

Es un poco complicado, no es fácil sacarse tiempo.

No podría decir si lo que me paga está bien o no. “No podría decir si es bueno o no el salario. Es así”.

Tengo otros dos hermanos mayores. Ellos trabajan como choferes en el transporte de carga nacional e internacional y me ayudan porque el trasladarse desde El Alto hasta La Paz es costoso.

Desde que era niña ayudo a mi mamá y papá. Desde que tenía 7 años salía con mi mamá a vender verduras.

Mi mama trabajaba en el negocio de las verduras y es complicado porque se tiene que trabajar desde muy temprano hasta tarde. Yo siempre estaba con mi mamá, pero siempre me daba tiempo para ir a clases y hacer mis tareas.

Estaba en el colegio La Paz, en la  mañana en primaria y en la tarde en secundaria. Es un colegio que está en El Alto, en Villa Adela.

Yo veía que ese trabajo era muy complicado. Porque el tiempo que se invertía era mucho, el  esfuerzo que se invertía era mucho. Mi mamá se dedicaba a vender verduras al “mayoreo”. Tenía que pasar cargas de verduras, cobrar y revisar los billetes, también revisar el producto, porque las señoras reclaman cuando no está en buen estado.

Trabajábamos desde las cinco de la mañana hasta las 20.00 o 21.00 de la noche, todos los días, sobre todo cuando yo le ayudaba en vacaciones y feriados.

Mi mamá tiene más de 50 años y ya no trabaja en ese negocio. Dejó esa labor hace cinco años y en ese tiempo se dedicó avender verduras en ferias, pero hace dos años, también dejó ese trabajo.

Hoy, mi mamá está en mi casa. “Es ama de casa” y ese trabajo es también laborioso porque se debe ordenar la casa, cocinar, lavar, mandar a los niños al colegio y todas esas cosas de las labores domésticas.

Tengo dos hermanos menores, a ellos mi mamá les debe llevar a la escuela. También tengo tres  hermanos y una hermana mayores, yo soy la del medio.

Mi papá también dejó de trabajar porque es una persona mayor, además tiene problemas…por eso ha dejado (de trabajar). Mi papá tiene problemas con el alcohol….y ese es un tema serio, complicado, necesita ayuda.

Le hemos tratado de ayudar. Intentamos llevarlo a alcohólicos anónimos, pero él no quiere.

“No puedes llevarle, a una persona que no quiere, a alcohólicos anónimos. … A nosotros nos afecta…”.

Dos de mis hermanos comenzaron a trabajar con mi papá, en el negocio del transporte y, actualmente, continúan en esa actividad y son ellos quienes mantienen a mi familia.

Antes, cuando mi mamá trabajaba, las cosas eran mejor porque ella aportaba para los gastos de la casa, pero cuando dejó de trabajar, la situación se complicó sobre todo porque había que pagar el crédito que mi papá y mi mamá sacaron para comprar el camión con el que trabajaba y el capital para el negocio mayorista de las verduras.

Actualmente, la situación económica mejoró y estamos más tranquilos y tranquilas.

Ingrese a la universidad porque aprobé los prefacultativos en 2016.

Decidí estudiar comunicación social porque desde que estaba en secundaria me interesó. En esa época mi hermano estaba ingresando a esta carrera y llevaba varios folletos a mi casa. Pero tiempo después él dejó la carrera, se juntó con su actual pareja y se fueron a vivir a la frontera. Allí, junto a su esposa, tienen un negocio. Son librecambistas.

Mi hermana mayor también estaba en la universidad, pero dejó su carrera porque decidió formar su hogar. Ella también tuvo problemas con el alcohol en la universidad. Es la que ahora tiene su restaurante y a quien ayudo.

La universidad es un centro donde hay diferentes tipos de personas, con diferentes intereses, pero a muchas de ellas  sólo les interesa irse de “parranda”. Entiendo que quieran divertirse, pero lo hacen de manera exagerada.

También hay personas que quieren socializar y organizar reuniones, y eso es tal vez lo que le pasó a mi hermana, encontró malas amistades.

“Y eso es lo que tal vez le ha pasado a mi hermana, ha encontrado malas amistades y ha dejado la universidad. Después ha conocido a una pareja y se ha casado, ha tenido hijos. Pero actualmente está más estable”.

Después de enfrentar tiempos difíciles como familia, y yo como persona, creo no debemos dar mucha importancia al dinero, sino que tenemos que tratar de vivir felices, tranquilos y sin afectar la vida de las demás personas.

Yo quiero aprovechar lo máximo la universidad. Es interesante y me gusta porque la universidad te abre un sinfin de oportunidades.

Mi papá, mi mamá, hermanos y hermana no expandieron sus horizontes y se quedaron haciendo lo mismo. Pero yo quiero escribir, ser periodista y trabajar redactando noticias.

Quiero decirles a las mujeres o chicas que como yo están estudiando y trabajando, que no pierdan las ganas conocer más y seguir adelante, a pesar de las situaciones o problemas que se les presente. 

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