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El 9 de abril en Colombia y en Bolivia solo marcan frustraciones a estos pueblos

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A rajatabla

Yuri Aguilar Dávalos

En la historia de América el 9 de abril marcó el destino de dos naciones y también de frustraciones: el 9 de abril de 1948, en Colombia, es asesinado Jorge Eliecer Gaitán, un político anti oligarca que sería la esperanza de los desposeídos si llegaba a la Presidencia; en Bolivia otro 9 de abril de 1952 se inició un proceso liberador que, si bien inicialmente rompió la hegemonía de la oligarquía, luego los gobernantes lo corrompieron y degradaron, sin sacar a Bolivia de su atraso y dependencia.

9 de abril de 1948 en Colombia

En Colombia la carismática personalidad de Jorge Eliécer Gaitán emergió desde los años 30 esperanzadoramente, sobre todo para los sectores empobrecidos, prometiendo realizar cambios importantes en lo social, lo político y económico.

Gaitán se dirige a sus partidarios en una plaza pública (Wikipedia)

Gaitán, aunque inicialmente intentó unificar a las izquierdas, luego se enroló en las filas del Partido Liberal, donde coexistían sectores de izquierda y derecha. Su paso por varios cargos en el período llamado República Liberal (1930-1946), consolidó su carácter progresista y su prédica contra las oligarquías, sean estás del Partido Liberal (su partido) como de su oponente tradicional, el Partido Conservador.

En las elecciones de 1946 la división del liberalismo facilitó el triunfo del Partido Conservador, dando la victoria a Mariano Ospina Pérez, un oligarca del empresariado, antioqueño, además constructor y cafetero. Los liberales Gabriel Turbay y Jorge E. Gaitán, ambos de izquierda, candidatearon a la presidencia en listas separadas.

En esos años las continuas tensiones entre liberales y conservadores desencadenaban en enfrentamientos donde se cometían crímenes atroces y matanzas que muchas veces eran alentadas desde el mismo gobierno.

En ese panorama polarizado, Jorge E. Gaitán, orador convincente, lograba movilizar muchedumbres. Es así que el 17 de julio de 1947 convoca a la “Marcha de las Antorchas”, para exigir al gobierno conservador que detengan la violencia contra los militantes liberales, sobre todo en municipios donde sus autoridades eran del Partido Conservador. Según las crónicas de la época, esa marcha llegó a congregar 100 mil personas en Bogotá, que desde distintos barrios de la ciudad llegaron hasta la Plaza de Bolívar, la principal de la capital.

El año 1948, cuando ya se vivía la efervescencia de las elecciones nacionales de 1950, Gaitán ya se perfilaba como ganador, situación que representaba un peligro para el Partido Conservador gobernante como para la oligarquía.

Otra movilización multitudinaria se realizó el 7 de febrero del mismo año. Esa vez Gaitán convocó a la “Marcha del Silencio” para pedirle al presidente Ospina pare el derramamiento de sangre. La muchedumbre vestida de luto y con banderas negras, oyó en silencio su célebre “Oración por la Paz” [1], donde pidió al Presidente que haga los necesario para que cese la violencia:

“Impedid, señor Presidente, la violencia. Sólo os pedimos la defensa de la vida humana, que es lo menos que puede pedir un pueblo. En vez de esta ola de barbarie, podéis aprovechar nuestra capacidad laborante para beneficio del progreso de Colombia.”

“…somos capaces, señor Presidente, de sacrificar nuestras vidas para salvar la tranquilidad y la paz y la libertad de Colombia.”

El 15 de febrero, en Manizales, congrega una multitud de simpatizantes en el Cementerio donde pronuncia un mensaje llamado “Oración por los Humildes”[2] como homenaje póstumo a las víctimas de apenas esos dos primeros meses del 48. Como hombre de paz, promete que habrá justicia cuando triunfe en las elecciones:

“Compañeros de lucha: al pie de vuestras tumbas juramos vengaros, restableciendo con la victoria del partido liberal los fueros de la paz y de la justicia en Colombia. Os habéis ido físicamente, pero qué tremendamente vivos estáis entre nosotros.”

“Compañeros: vuestro silencio es grito. Vuestra muerte es vida de nuestro destino final.”

El viernes 9 de abril de 1948 Jorge Eliécer Gaitán quien había pedido el cese de la violencia,que las luchas políticas se desarrollen por cauces de constitucionalidad”, es victimado en una de las calles más concurridas de Bogotá, supuestamente por un personaje desequilibrado; sin embargo, por los confusos desenlaces que sucedieron durante el crimen[3], se puede afirmar que hubo un complot preparado para deshacerse de ese líder.

La noticia del asesinato de Gaitán se divulgó rápidamente en la capital, dando motivo a saqueos, quema de edificios, tranvías y miles de muertes, sucesos conocidos como El Bogotazo, los que se extendieron a varios municipios del país donde los seguidores de Gaitán tomaron el control y se formaron gobiernos locales; pero, a los pocos días todo volvió al antiguo orden, aunque se acentuó la violencia con más persecución a los liberales y la venganza reciproca hacia los conservadores.

Muchedumbre durante el Bogotazo

Este conflicto de larga data entre liberales y conservadores, de una Guerra civil no declarada desde fines del siglo XIX, se acentuó tras el Bogotazo y dio origen a la formación de las llamadas guerrillas de autodefensa liberales o gaitanistas. Luego surgieron las guerrillas de corte cubano: el Ejército de Liberación nacional (ELN) en 1964 y las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) en 1966.

Los muertos en el periodo 1920-1960, conocido en la historia colombiana como La Violencia bipartidista, sobre todo entre los años 1948-1958 oscila entre más de 100 mil personas hasta 300 mil, pero además provocó masiva migración forzada del campo a las ciudades (desplazamiento), persecución política, terrorismo.

Los ideales de Jorge Eliécer Gaitán murieron con él ese 9 de abril y si bien ahora el conflicto entre liberales y conservadores desapareció, la violencia en Colombia continúa, pero entre otros actores y otros intereses.

9 de abril de 1952 en Bolivia

El miércoles 9 abril de 1952, un día antes de que empiece la Semana Santa, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) inició un golpe de Estado contra el gobierno militar dictatorial del Gral. Hugo Ballivián.

El nazismo y fascismo influyeron en el naciente MNR, simpatía que también estaba entre los militares, especialmente en la logia militar Razón de Patria (RADEPA), coincidencias que confluyeron en la llegada al poder del Cnl. Gualberto Villarroel (miembro de RADEPA), en cuyo gobierno (1943-1946) participaron connotados movimientistas.

La victoria electoral del MNR un año antes, desconocida por el gobierno conservador de Urriolagoitia, reavivó la actividad de los movimientistas quienes estaban perseguidos desde la caída del régimen de coronel Villarroel, en 1946, provocada por el contubernio vergonzoso entre el Partido de Izquierda Revolucionario (PIR), el estalinismo, con los partidos de la oligarquía boliviana, también conocida como la rosca minero-feudal.

En la preparación del golpe participó Falange Socialista Boliviana (FSB), un partido de corte fascista, pero pocos días antes de la fecha prevista retiró su participación por falta de acuerdos en la futura composición ministerial de ser exitoso el golpe.

El MNR con su militancia organizada en Comandos más los Carabineros (Policía), fuerzas que dependían del ministro del Interior, Gral. Zeleme, quien también estaba involucrado en el complot, inician el ataque a los cuarteles.

Las fuerzas militares son derrotadas en Villa Victoria, barrio fabril (obrero) donde dos años antes esas mismas tropas habían masacrado a los trabajadores. Entre el 9 y 10 más regimientos del régimen son derrotados; muchos soldados de las Fuerzas Armadas voltean sus gorras y se suman a los revolucionarios o huyen dejando sus armas. Los mineros también se incorporan y la derrota de los militares es un hecho. Es así que el golpe se convirtió en una insurrección popular, donde los Comandos del MNR son sobrepasados por luchadores sin mando.

Carabineros y civiles revolucionarios (Foto:El Diario)

Este triunfo es desconocido por los jefes del MNR pues el 11 (Viernes Santo) se reúnen en el pueblo de Laja con el Alto Mando del Estado Mayor General de los militares, acordando ambas partes replegar sus tropas a sus bases y que los revolucionarios respetarían a los jefes y tropas militares, acuerdo que beneficiaba más a los militares que al MNR.

 El triunfo de la fuerza revolucionaria (Portada de El Diario. Edición extra del viernes 11 de abril de 1952)

Este acuerdo fue desconocido por quienes luchaban: mientras los revolucionarios continuaban controlando la ciudad, más militares, sobre todo su élite (cadetes del Colegio Militar y sus oficiales) decidieron abandonar sus armas y desertar.

El golpe de Estado iniciado por el MNR se transformó en revolución y antes de que tomara otra dirección, el Comando Político de ese partido toman el control, de modo que el 12 de abril su dirigencia declara a Hernán Siles Zuazo como presidente interino, quien forma su gabinete ministerial.

Hernán Siles Zuazo y su gabinete ministerial (Portada de El Diario, domingo 13 de abril de 1952) 

Sin embargo, ese triunfo a las fuerzas militares, el brazo armado de la oligarquía, dejando a los cuarteles sin jefes ni soldados, es saboteado por el MNR desde un comienzo, pues el nuevo gobierno dirigido por Hernán Siles Zuazo, mediante decretos Supremos restablece la vigencia del Comando en Jefe del Ejército Nacional. Las milicias populares-sindicales que vencieron al Ejército, tuvieron un corto protagonismo, pues el 24 de julio de 1953, mediante Decreto Supremo, Víctor Paz Estenssoro reorganizó el Ejército Nacional, supuestamente con base popular, ejército que más tarde, en 1964, lo derrocaría y volvería a masacrar al pueblo, como lo hizo en tiempos de la oligarquía.

Restablecimiento del Comando en Jefe del Ejercito Nacional (Foto: El Diario del domingo 13de abril de 1952) 

Si bien triunfó la revolución en las ciudades estaba aún lejano en el campo y en las minas. En el campo aumentaron las sublevaciones de indígenas sometidos en las haciendas (fincas) por la oligarquía, quienes exigían que la tierra sea para quienes la trabajaban, es decir para los peones agrarios y en las minas resonó la demanda de la nacionalización de las minas que estaban bajo dominio de tres grandes empresarios: Patiño, Aramayo y Hoschild, llamados los “Barones del estaño”

A comienzos de octubre del 52 se crea la Corporación Minera de Bolivia, empresa estatal que se hizo cargo de las minas nacionalizadas el 31 de ese mes. Nueve meses después, el 2 de agosto de 1953, se dictó la Reforma Agraria, disposición que confiscó las haciendas en el altiplano y valles, las que fueron parceladas en pequeñas extensiones privadas y entregadas a los indígenas que fueron peones de esas propiedades.

La extracción de materias prima de las minas de propiedad del Estado, jugaron un rol importante en la generación de recursos para el erario nacional y en consecuencia, para la construcción de numerosas obras, aunque también una parte importante fue absorbida por la creciente burocracia administrativa y la corrupción.

Al cabo de 30 años, diversos factores negativos que hubo en la administración de COMIBOL, la caída de los precios de los minerales y la crisis económica nacional heredada de las dictaduras y de la coalición de izquierda (Unidad Democrática y Popular – UDP) llevó a que el gobierno neoliberal de MNR (1985-1989) —con Víctor Paz Estenssoro, como presidente, el mismo que en 1952 firmó la nacionalización de la minería— la privatice (desnacionalización): unas minas fueron vendidas y otras ocupadas por mineros asociados en cooperativas.

No solo la minería estatal fue privatizada sino también la mayoría de las empresas estatales estratégicas (mineras, petrolera, ferroviaria, aeronáutica, telecomunicación, eléctrica) símbolos del periodo nacionalista. Ese proceso privatizador fue ejecutado por los gobiernos neoliberales del MNR (Víctor Paz Estenssoro), MIR (Jaime Paz Zamora), MNR (Gonzalo Sánchez de Lozada), ADN (Hugo Banzer Suárez y Jorge Tuto Quiroga Ramírez).

De la Revolución de Abril que destruyó al ejército de la oligarquía, que impulsó la Nacionalización de las Minas y la Reforma Agraria, que impulsó la creación de la Central Obrera Boliviana combativa y revolucionaria solo queda el recuerdo y la frustración de un pueblo.

 

[1] Oración por la paz https://centrodememoriahistorica.gov.co/oracion-por-la-paz-por-jorge-eliecer-gaitan/

[2]Oración por los humildes https://constitucionweb.blogspot.com/2010/02/oracion-por-los-humildes-je-gaitan.html

[3] https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12731821

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