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“Lo peor de los deseos” es un retrato libre de Bolivia

Largometraje

“Lo peor de los deseos” es un retrato libre de Bolivia

Claudio Araya, director de cine, dice que con esta producción “mucha gente se va a identificar”, según sus propias palabras.

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/29-11-18)

      El cineasta Claudio Araya Silva, con lazos familiares bolivianos y chilenos, llega en su infancia a Bolivia en los años 80, desde Santiago, su ciudad natal, a raíz de la persecución política de la que fue víctima su padre, así como otros varios militantes de izquierda en la época de la dictadura de Pinochet en Chile. Hoy trabaja en el oficio cinematográfico y presenta en las salas de cine, desde hoy 29 de noviembre, su largometraje “Lo peor de los deseos”. A continuación la entrevista que retrata al autor y su obra:

¿Qué podrías decirnos para conocer mejor a Claudio Araya?

- Podría decir que me inicié en las artes a  partir de mi abuelo, él era un pintor que fue exiliado a Venezuela (…) y era dirigente del partido comunista en el norte de Chile y a partir de él es que yo reconozco mi vocación como artista o el acercamiento a las artes (…). A partir de eso como que despierta una necesidad en mí de vincular esta cuestión (…) importante en mi vida, que era la técnica más científica digamos, con algo más poético (…). Empecé en esto como actor de teatro en el grupo de Diego Aramburo y a partir de ahí desarrollo una vinculación a las artes escénicas (…), eso poco a poco fue decantando en el cine. Entonces, me voy a Buenos Aires a estudiar cine (…), vuelvo, termino mi licenciatura (en comunicación) y hago una especialización en realización cinematográfica en la Universidad de Chile y a partir de eso consigo algunas becas y me voy a España para estudiar una  maestría en guión cinematográfico, financiada por Ibermedia. 

 

¿Cuáles fueron los detonantes o motivaciones que generaron la idea de tu película “Lo peor de los deseos”?

 -  “Lo peor de los deseos” creo que tiene que ver con mi vinculación a Bolivia, mi lectura también de los distintos espacios que me ha tocado vivir (…). Me ha tocado vivir mucho tiempo y profundamente en el campo, en Mizque, a través de mi madre y su trabajo en desarrollo (…), estar vinculado de cerca a la realidad campesina. Y por otro lado, mi llegada a Bolivia siempre fue a lugares periféricos, a sectores rurales, por la misma condición económica que teníamos nosotros no podíamos vivir en una casa en la ciudad (…) y eso para mí despertó el interés en entender un poco qué es lo que me pasaba a mí respecto de lo que yo veía en Bolivia.

Entonces, de a poco fui desarrollando como una propia  teoría como de la ”autotraición” que uno a veces se ejerce en lo cotidiano y el porqué ocurría esto. Esos mecanismos y cuestionantes despiertan en mí la necesidad de hablar de otros temas (…), después ya me doy cuenta de que esto tiene que ver con el poder, desde el individuo como sujeto hasta una sociedad que a veces queda imbuida en el poder y se deja seducir, y que forma ya parte de la estructura de las personas (…), creo que ahí empiezan las cuestionantes de por qué opera esto y de por qué es tan popular.

 

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor que has experimentado en la realización de la película?

 -  Creo que lo más complejo han sido los tiempos de realización, entre el inicio del desarrollo del proyecto hasta tenerlo en pantalla han pasado muchos años, creo que en ese sentido quisiera estar yo en el mismo estado de madurez en el que está la película (…), yo hice esta película, la desarrollé hace más de cinco o seis años y uno va cambiando, y la película ya no tanto, se queda un poco más atrás (…). Quisiera que los procesos sean más cortos, realmente quisiera poder hacer una película en dos años (…), esa es una cosa que me ha generado siempre un malestar.

Y lo otro, creo que lo que he aprendido es saber a las personas del equipo que debes escoger, es decir,  quiénes son las personas que están comprometidas con tu proyecto, que se ponen la camiseta y que no solamente van a trabajar para ti por un sueldo, sino que sean personas que se comprometan desde el principio de los proyectos para que todos sintamos el mismo amor por la película, ya sea en el desarrollo, en la producción y en el lanzamiento (…). ¡Hacer equipo!, es importantísimo el aspecto humano de los rodajes, yo creo que aprendí mucho en ese sentido.

 

¿Qué encontrará en la película el público que vaya al cine?

 - Yo creo que va a encontrar una película que está llena de complejidades, es una película que tiene muchos niveles de entendimiento que, es como una especie de cebolla que tú vas desgajando y eso me contenta, me gusta, porque se logró llegar a eso, una idea que de repente podría haberse caído en el camino.

¿La gente se va a identificar?

 - Yo creo que hay mucha gente que se va a identificar, ¡sí!, o va a identificar a su compañero o a la gente que está en frente, o sea, es un retrato libre, diría yo, de Bolivia.

 

A partir de esta experiencia, ¿Qué desearías para el oficio cinematográfico en Bolivia?

 - Siempre pedimos esto, ¿No?, un poco de fondos digamos (dinero y financiamiento), pero creo que… La verdad, no pido nada, estoy  contento con lo que he logrado, con lo que se ha logrado. Me gustaría para mí mismo, conservar algunas personas valiosas, por ejemplo el equipo de arte, volver a trabajar con ese mismo equipo y algunas otras personas. Para mí y para mi empresa, poder generar una alianza mucho más cercana para un próximo proyecto que ya lo estamos desarrollando.

 

¿Qué procesos se sigue, desde el principio hasta la exhibición de una película?

 - Primero desarrollar una idea que te convenza y, para mantenerla una buena cantidad de años, tiene que ser algo que realmente te mueva el corazón, te muevan sentimientos personales y particulares porque es lo que te hará no abandonar el proyecto (…), yo creo que ahí es donde uno tiene que darle más pulmón porque es un trabajo en solitario, principalmente, la escritura del guión, el conseguir el equipo técnico, equipo humano, toda esa parte que vincula tu proyecto con una cierta realidad.

Luego está la etapa de pre producción, que es larga, compleja y cara, en donde se preparan todas las áreas para estar listas al momento del rodaje (…), el diseño de producción, el diseño de arte, el escoger el casting (…). El rodaje es un momento de alta tensión porque uno tiene que estar muy enfocado, tiene que tener toda la energía puesta en el proyecto. Hay que intentar no decaer en este punto. La confluencia de todas esas energías se desatan de  forma maravillosa y mágica pero a veces también de forma difícil y complicada. En el rodaje se disfruta y también se sufre (…), es el momento de catarsis (…), es ahí donde hay que poner alma, vida y corazón y no decaer (…).

Posteriormente, a eso vino una etapa complicada porque ya estábamos sin presupuesto y con un corte general (primera edición de la película) (…) pero pasó mucho tiempo en poder conseguir los elementos, y hasta que yo me sienta también contento con el corte. Había una cosa que no me estaba gustando (…), mientras paralelamente, porque también soy productor, iba consiguiendo dinero para la post producción de la película (…).

Viene la etapa de distribución y lanzamiento (…), etapa complicada porque uno tiene que competir con grandes estrenos, hay que negociar con las salas y tener un aliado como distribuidor que esté convencido de la película. Siempre el elemento de estar convencido de hacer algo es fundamental para cualquier proyecto audiovisual (…).

Para ver el adelanto de la película, ingresa al siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=YGZdDaXUtrU

 (Semanario Aquí/29-11-18)

El arte debería moverte el alma y el cuerpo

Mario Ramírez Ballivián:

El arte debería moverte el alma y el cuerpo

Fragmento de la entrevista al integrante del dúo musical boliviano Negro y Blanco

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/09-10-18)

¿Qué te provoca decir cuando menciono la palabra reguetón?

- Me provoca risa (…), es que, ¿Sabes lo que pasa?, con el ritmo del reguetón yo no tengo ningún problema pero, los contenidos que propone responden a una lógica enlatada, además es una lata vacía (…) y, lastimosamente, los mercados financieros de la cultura digamos, del comercio de la cultura, son pues gigantes. Hay millones ahí (dinero) que están vinculados a los millones que tienen los medios, los empresarios, etc. Es un círculo financiero mundial que nos llega, ahora más que antes porque tenemos las redes sociales y todo. Por eso las redes sociales son de doble y triple filo y, el reguetón es un reflejo de eso porque ha encontrado un nicho de mercado super fácil de explotar y le están exprimiendo hasta el último centavo. Cuando acabe el reguetón, va haber otra cosa (…)

La macana es que no se hace un trabajo de formación o educación un poquito más profunda desde lo cultural. (…)El arte debería moverte el alma y el cuerpo, ese ritmo sólo te mueve el cuerpo digamos (…) sin proponerte nada más. (…) El reguetón es el reflejo de ciertos vacíos humanos (…), más bien el arte y la cultura deberían ayudar a llenar esos vacíos y no a ampliarlos.

Así como las redes sociales, el arte es una herramienta y, las herramientas pueden servir para derribar un edificio o una casa o, pueden ayudar a construir puentes (…). Es como la comida basura, es como música basura de alguna forma, entonces, si vas consumiendo comida basura te vas a ir enfermando del cuerpo. Lo mismo con la música, si vas consumiendo esa música basura, tal vez te enfermes también del cuerpo pero también del alma (…)

¿Qué trabajo queda por hacer para cambiar ese panorama?

- (…) hay también la música, la cultura y las artes que son como comida sana (…) que nos van a hacer más fuertes y nos van a ayudar a vivir más felices. De eso no se trabaja mucho porque como no es en masa y no se produce mucho y no sé qué, no hay tanto apoyo y no está de moda y todas esas cosas que ya sabemos.

Por ejemplo en Arteconciencia hablamos de esas cosas también cuando hablamos del tema de descolonización por ejemplo (…). Por eso hay que trabajar, los Estados deberían trabajar en eso y no lo están trabajando. Deberían trabajar el tema de la cultura para la formación, de valores, histórica, social, familiar, cultural, etc.

(Semanario Aquí/09-10-18)

Lo que en un principio me gustaba era hacer caricatura social

Abecor:

Lo que en un principio me gustaba era hacer caricatura social

“Pensé en ser veterinario, profesor de educación física o músico pero, más me ha llamado el apego que tenía con mi papá, tratar de imitar lo que hacía, él es arquitecto y ha sido profesor de artes plásticas.”

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/10-10-18)

      “Chukuta” de padres potosinos, Abel Bellido Córdoba, más conocido como “Abecor”, habla en la siguiente entrevista acerca de su recorrido laboral, personal y del desafío diario de representar los hechos en dibujos, mediante su trabajo de caricaturista en el periódico Página Siete.

    ¿Siempre estuviste decidido a hacer arte o pudiste haber tomado otro rumbo en algún momento?

- Pensé en ser veterinario, profesor de educación física o músico pero, más me ha llamado el apego que tenía con mi papá, tratar de imitar lo que hacía, él es arquitecto y ha sido profesor de artes pláticas. De ahí han partido mis ganas desde chico, es lo que me gustaba, diseñaba cosas y no había internet que me distraiga, así que me metí a eso (…), pero en un momento cuando lo pensé un poco más en serio me dije: “qué tal si estudio arquitectura como mi papá, o música” pero, me enteré de que había la carrera de Artes y entré. Gracias también a una profesora en el colegio (…), ella fue la primera que me llevó a la carrera de Artes (…) “Tú tienes que ser artista”, me dijo.

    Tus otras aficiones eran la música y el deporte entonces.

- Si (…), todo parte también de una decepción cuando yo estaba pasando clases de atletismo en el estadio, esas veces era fondista (…), querían que me preparara para los juegos (olímpicos), tenía mis 14 o 15 años y lo que me dijeron es que debía tener una dieta alimenticia estricta; mi mamá esas veces estaba pasando una situación económica incómoda porque éramos ocho hermanos y mi papá perdió el trabajo (…) y yo no podía darles más molestias a mis papás y dejé de lado el deporte (…), pero estuve encaminado siempre con la visión del arte.

    ¿Cuándo empezaste tu trabajo como caricaturista y en qué lugares has trabajado?

-  Ha sido por azares de la vida, lastimosamente en un momento (…) me casé, y desde esa vez he tenido que “dobletear” el trabajo, digamos, obtener un trabajo por mi wawa y todo lo demás, estaba en segundo año de la carrera de Artes y tenía que conseguir trabajo y trabajar en lo que podía, pintaba gigantografías, etc. Y un amigo de la Carrera trabajaba en un periódico llamado “Gente”, un periódico amarillista y de crónica roja en especial (…), entonces, él me llamó para colaborarle en la parte ilustrativa (…) y vi que ese periódico no tenía dibujo editorial, entonces propuse al director hacer uno porque otros periódicos sí tenían (…), quería buscar algo más. Aceptaron y esas veces lo que hacía se llamaba “El pan duro”, de ahí pasé a “El Alteño” con el mismo nombre (…).

En ese tiempo que estaba en Gente, ya estaba teniendo a mi cargo un suplemento (…) y participé en varios concursos entre los que gané el primer premio “14 de Septiembre” de Cochabamba, en escultura (…), después participé en lo del Parque Cretácico y con ese trabajo tuve que renunciar al periódico para hacer lo que es los dinosaurios; fue una linda experiencia de casi medio año (…).

Después mostré mis caricaturas a La Razón porque ahí el caricaturista podía trabajar afuera (…) y me dieron la venia para trabajar en casa (…), ya estaba acostumbrado(al oficio) después de trabajar 8 años en Gente y El Alteño. En La Razón estuve por lo menos 5 años a puro contrato, lo que me “calentó”, y renuncié porque también me lesioné y nunca se hicieron cargo de mi lesión (…). Luego apareció Página Siete y entré a trabajar ahí hace siete años más o menos. 

    ¿Hay algún procedimiento que sigues para realizar tu dibujo diario?

-  Lo que trato es de monitorear en la mañana y ver más o menos lo que está pasando, leer algo en internet, el Twiter es una de las formas, según lo que tú buscas te lo encuentra como noticia. Después salir a la calle o escuchar a la gente, la familia; esas partes para mí son importantes para averiguar, o los amigos digamos. Creo que todo ese conjunto de cosas te hace asimilar una posición o algo que le molesta a la gente, lo que me inspira es la gente (…), claro que tienes que sacar tus propias conclusiones de cómo están marchando las cosas y eso me da para una idea. Hay ideas que se me vienen a la cabeza o me anoto este o aquel tema y lo proceso en mi cabeza una semana o tal vez dos, o a veces escucho la palabra de alguien que dijo algo y me da la idea de un dibujo. Hay ideas que pueden estar dando vueltas en mi cabeza días y otras salen en cinco minutos. Es un proceso de observar, de escuchar, de analizar.

    Y cuando quieres plasmar esa idea ¿Qué pasos sigues?

-  Trato de pensar un rato y dibujarlo primero en la mente, es muy importante eso. Tienes tu dibujo o más o menos el boceto, ¿Qué ángulo?, ¿Qué dimensiones?, Cómo podrías plantear un dibujo que no tenga texto, porque a mí no me gusta utilizar mucho texto, quiero que el dibujo hable por sí solo, entonces, trato de que en mi cabeza se dibuje por lo menos unas 20 veces y en el papel otras 20 (…) y ver cuál es la más expresiva digamos. A veces lo hago apurado porque hay que hacerlo volando y a la segunda o tercera tiene que salir. Empiezo a bocetar por lo menos unos diez minutos o depende de lo que quiero decir (…)

    ¿Puedes contar la experiencia de haber ganado un premio de la Asociación de Periodistas?

- Ha sido interesante, aquellas veces se habló de la corrupción y los dos dibujos que hice hablaban de lo mal que andamos en la justicia (…), es lindo recibir un premio, una mención como ésta, marca un trabajo que es de todos los días, viendo, analizando y dibujando. Es comprometido el trabajo con algo que yo pienso, por algo tiene mi firma; es muy diferente a lo que algunos dicen que “te manipula el director” pero no es así (…).

Tal vez mi dibujo es un poco ácido, muy directo digamos, y me catalogan como alguien contrario al gobierno (…)

    ¿Hacia qué temáticas se dirigen tus dibujos?

- Lo que en un principio me gustaba era hacer caricatura social, que tiene que ver con la idiosincrasia de la gente y demás, pero, ahora en este periódico (…) tienes que estar actualizado en lo que está pasando.

Mis caricaturas tengo que dirigirlas más o menos con el contexto en el que estamos, por ejemplo, lo que viene ahorita es, digamos, una pelea electoral, una pelea de gastos (…), es lo que estoy viendo en adelante, una etapa electoral muy fuerte donde todo el mundo dice  todo, todos prometen a otras personas y hay que tener mucho cuidado con eso.

La justicia también que está muy mal, la salud que es otro tema que me interesa contraponerlo, la inseguridad y la política sobre todo por cada cosa que pasa (…). Son temas que están ahí, están aflorando y siempre van a estar ahí, entre quién entre, y eso trato de poner porque eso está en la agenda, digamos.

Son raras veces que podemos escuchar una noticia que nos alegre a todos (…), como para (…) hacer una caricatura mejor.

 (Semanario Aquí/10-10-18)

El arte debería estar en la educación de cualquier ser humano

Mario Ramírez Ballivián del duo Negro y Blanco:

El arte debería estar en la educación de cualquier ser humano

Afirma que también hay un arte basura con el que el artista no está de acuerdo.

Ramírez es el creador del proyecto Arteconciencia que busca que las artes generen conciencia social

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/09-10-18)

      El cantautor, integrante del dúo Negro y Blanco, Mario Luis Ramírez Ballivián, concedió la siguiente entrevista para conversar acerca de tópicos sobre la música, la cultura y el arte como fuentes formativas de valores sociales, en su proyecto Arteconciencia.

¿Cómo empezó Mario la relación con el arte?

-   La parte materna ha sido la culpable. Me acuerdo que las primeras veces que yo escuché canción trova, canción social, fue porque mi madre escuchaba música de Silvio (Rodríguez) y Savia Nueva; mi tío, su hermano menor, escuchaba mucho la canción social, Sui Géneris, los trovadores chilenos, argentinos, que tanto nos siguen influenciando, Víctor Jara, la Matilde Casazola en Bolivia, Violeta Parra, el Serrat. Entonces escuchaban y guitarreaban porque mi madre también toca guitarra y canta… Yo recuerdo que la primera vez que escuché Silvio era un niño ¡Y me gustaba, me encantaba!, seguramente no les entendía, pero, había algo que me llamaba la atención (…), entonces, es de ese lado de la familia que viene la parte musical, artística y también un poco la parte rebelde porque mi abuela también ha escrito libros, se ha divorciado y en ese entonces imagínate, divorciarse hace tantos años era pecado (…) pero creo que también no sólo el arte por el arte sino, el arte con contenido social (…) lo que después, naturalmente digamos, he querido ir trabajando; utilizar el arte como una herramienta “para”(…).

Yo no me considero artista en sí, quizás más trovador; estar más atento a las cosas que pasan, adentro y a tu alrededor, pero, he visto siempre la música como una forma de construir.

 

¿Cuánto ha influido la trayectoria con Negro y Blanco para ser el que eres en este momento?

 -  Es fundamental, lo lindo es que Negro y Blanco sentimos que va a seguir (…). En estos 20 años del dúo Negro y Blanco muchísimo de lo que soy se ha forjado y se ha profundizado, sobre todo desde lo musical (…). Hemos hecho grandes proyectos, sociales, culturales, algunos de ellos si te soy sincero, no me han llenado. Eran como proyectos bonitos digamos (…), entonces, siempre he tenido esas ganas de profundizar ese trabajo, vinculando con lo social o lo político. Ahora recién lo he podido hacer pero, ha sido fundamental la experiencia con Negro y Blanco para el trabajo, no sólo musical, sino también el vínculo de lo musical con lo social (…). Nuestra música y esos proyectos nos han permitido viajar mucho por el país y luego por otros países de la región y también de Europa (…). Son 20 años de crecimiento como ser humano y de ver realidades distintas y de recoger también materia prima para nuevas ideas (…). Entonces, yo no entendería mi vida sin Negro y Blanco.

 

¿Qué ha motivado la decisión de realizar el proyecto Arteconciencia?

 -  Arteconciencia, que es un proyecto personal, vincula, de manera mucho más clara, profunda y también estratégica, lo artístico cultural con lo social político y lo educativo formativo (…). Esta idea me ha venido rondando desde hace unos diez años (…) pero estos últimos cuatro años dije “tengo que hacer algo”, porque si no se va a pasar la vida y quiero también, desde lo personal, sembrar desde ese lado.

Hace cuatro años empecé a leer primero nuestras leyes bolivianas para ver si había una luz, una norma para agarrarse de ella para hacer crecer el proyecto, no la encontré (…).

Entonces, empecé a leer experiencias de otros países y encontré cosas interesantes en Venezuela, en Colombia, en Ecuador (…), en Argentina León Gieco ha hecho proyectos maravillosos más o menos con este lema (…).

 

¿Qué características tiene este proyecto?

 -  El concepto surgió como Arteconciencia, justamente como dice el nombre, el proyecto es “sentipensante” y ahí me he basado mucho en Galeano (…). Todavía muchos, lastimosamente, el tema de educación o formación lo ven desde lo racional y yo creo que tiene que ser más integral y por lo menos sentipensante. Luego nos hemos dado cuenta que, además, tiene que ser comunitaria, o sea, tiene que ampliar su propuesta. Es educación popular y comunitaria.

Al comienzo era sólo un material que propone, a través de canciones que ya existían y de videos que ya existían, hablar de memoria histórica, de conciencia social y de amar a Bolivia como pasado, presente y futuro (…) y generar en espacios de jóvenes, debates constantes y movilizaciones constantes (…), se han ido sumando también algunas otras artes como el teatro y la danza.

(…) Me he puesto terco por que se haga el proyecto en los nueve departamentos (…), la potencialidad de lo cultural ligado a lo social es tan enorme que realmente valía la pena hacerlo en todo el país. (…) Entonces, este año, hemos armado un equipo de 15 personas, de las cuales 12 son facilitadores en los nueve departamentos, cada facilitador se hace cargo de cuatro espacios de jóvenes, juventudes diversas (…). Con cada uno de estos 48 espacios hacemos dos actividades, las mismas en concepto, uno es el diálogo debate constante; para el diálogo debate hay dos disparadores, el primero son las canciones y los videos que contiene el material Arteconciencia, el segundo detonador del debate es la participación en vivo de artistas.

La segunda actividad son acciones o pequeñas movilizaciones que los propios espacios de jóvenes proponen; la idea es vincular lo que se ha debatido con tu contexto actual de jóvenes, que no quede en el aire el debate, por ejemplo, ¿Qué tiene que ver la guerra del agua con lo que vivo hoy? (…). Unos jóvenes han hecho, por ejemplo, una página en Facebook, otro grupo de jóvenes ha ido con sus grabadoras a entrevistar a sus vecinos (…)

Todo ese trabajo lo recopilamos en fotos y videos y lo subimos a nuestras redes sociales. Tenemos nuestra página de Facebook: ArteConciencia. Tenemos nuestro canal en Youtube, vamos a algunos medios de comunicación (…), están las redes comunitarias y, están apoyando mostrando algunas pastillitas que hacemos de 30 segundos (…).

 

¿Hace cuánto empezó a correr el proyecto?

 - (…) este año en abril arrancó el proyecto a nivel nacional y ya estoy empezando a buscar apoyos para que, por lo menos, hayan dos años más de proyecto porque la idea es trabajar con los mismos jóvenes durante tres años, para profundizar el debate y que sus liderazgos vayan creciendo solitos (…), generar también articulaciones con otros espacios (…), estudiantes, grupos de municipios y otros (…)

Mario Ramírez brinda sus expectativas en los siguientes conceptos:

 - El arte en general debería estar en la educación de cualquier ser humano, aunque tu vayas a estudiar ingeniería o para ser doctor o seas transportista o gremialista o seas músico, todos en su formación y educación deberían aprender algo artístico (…).

(…) Es un tema de conflicto de valores (…) y nos está llevando a que nuestro planeta se esté yendo al tacho de basura textualmente y si no trabajamos en la formación de las nuevas generaciones, no nos va a durar mucho la casa, y la cultura y el arte tienen que tener un rol ahí (…).  

 (Semanario Aquí/09-10-18)

Eliana trabaja y estudia contaduría pública superando las secuelas de la violencia junto a su madre y hermana

Testimonio de Vida

 

Yo trabajo desde mis 15 años porque siempre quise algo de independencia. Comencé como mesera en un restaurante en el Centro de La Paz, trabajaba en época de vacación y a veces, e época de clases.

Marcela Barrios B.

Yo soy una mujer fuerte porque tuve que pasar por mucho y aún así estar de pie. Comencé a trabajar desde los 15 años y junto mi hermana vimos la violencia que mi madre enfrentaba.

Esa fue una de las dificultades más grandes que tuve que vivir. Eso me marcó y creó que por esa situación tengo un carácter fuerte.

A consecuencia de la violencia, mi mamá se separó. En ese entonces yo tenía nueve años.

Vivir en medio de violencia es complicado. Y vi mucho de eso en mí mismo padre. Es feo verlo en tu familia.

Yo soy Eliana y yo no quisiera enfrentar una situación igual.

“Quiero salir de eso, ¡no quisiera vivir lo mismo! ¡Detestaría vivir lo mismo!. Eso es lo que más me ha marcado en la vida. (…) Por eso tengo un carácter fuerte. ¡Rechazo ese tipo de actitud, totalmente¡”.

Por ese problema, mi mamá se separó de mi papá. En ese entonces yo tenía nueve años.

Este tipo de vivencia te crea debilidad. Por eso digo que mi mamá salió muy vulnerable. Pero, a pesar de todo, ella logró terminar su carrera universitaria y que no podía seguir porque mi papá no la dejaba.

“Gracias a Dios terminó su carrera, porque no tenía ni su carrera terminada. No la dejaba mi padre. Muy machista mi padre”.

Luego que terminó su carrera éramos sólo las tres. Ella sola con dos niñas pequeñas. Tenía que ponerse fuerte y más bien, el caso de mi madre fue crecer como mujer.

El tiempo pasó, mi hermana y yo crecimos. Hoy estamos bien, puedo decir. Estamos más tranquilas y logramos sobreponernos por el ejemplo que ella, mi madre, nos dio. Una tiene que ser fuerte.

Tengo 21 años y estudio contaduría pública en la Universidad Mayor de San Andrés. Estoy en tercer año.

Actualmente, tengo mis clases en la mañana y en la tarde. Y en las noches trabajo como cajera en un restaurante en la zona sur. Trabajo generalmente hasta las 24.30 de lunes a viernes y a veces trabajo los domingos.

Pude organizar mis clases desde las 09.00 hasta las 19.30, aunque algunos días tengo clases hasta las 15.30 y los jueves tengo clases hasta las 18.30, lo que significa que no me quedo hasta el final de las clases porque a las 18.00 ingreso al trabajo.

Cuando tengo tareas debo aprovechar el puente que tengo algunos días de 15.30 a 17.30 para hacer tareas y otros trabajos de la universidad.

Trabajar y estudiar, sobre todo con estos horarios, es complicado porque a veces no me alcanza el tiempo para hacer los deberes universitarios y  debo terminar en mi casa, después del trabajo y me desvelo hasta las 02.00 de la mañana.

Decidí trabajar sobre todo porque mi mamá es madre soltera. No es que nos falte dinero, pero mi mamá tampoco puede sustentar todos mis gastos y otros gustos. Me da dinero para lo básico, pero ya no para mis gustos. Yo me ocupo de mi ropa, ella de mis pasajes y los servicios básicos en la casa.

Tengo una hermana menor por un año. Ella no pudo ingresar a la universidad pública, entonces para no perder el tiempo se inscribió en una privada. Y por eso mi mamá debe pagar todo las pensiones.

Mi hermana también trabaja y cubre sus gastos. “Tenemos que apoyarnos entre las tres”.

Mi mamá es licenciada en Contaduría Pública. Ella, se la pasa trabajando de mañana a noche, de mañana a noche. No tiene un horario muy establecido. Entra a su trabajo a las 09.00 y sale a las 24.00.

Mi mamá trabaja los sábados, yo a veces trabajo los domingos, o mi hermana. Por eso, no podemos estar las tres, no coinciden nuestros horarios. Mi hermana sale más temprano, yo salgo después, mi mamá llega más tarde o yo llego cuando ya están durmiendo.

A veces coincidimos y estamos las tres algún feriado. Pero es raro.

Extraño compartir y estar más tiempo con mi familia.

Algunas veces nos vemos después del trabajo, después de las doce de la noche y nos quedamos charlando.

Como no nos vemos seguido tenemos que contarnos lo que nos pasó. Siempre es bueno conversar con la familia.

Por el momento, mi meta es terminar mi carrera y viajar, más que nada porque es el deseo de mi mamá, que su hija sea profesional.

Mi mamá me educó con la visión de crecer como persona. Además, me gusta ser independiente.

Mi hermana estudia la carrera de comercio internacional. Quería estudiar medicina, pero por varios factores no se ha podido y tuvo que elegir otra carrera sí o sí.

Ella es más independiente que yo, puedo decir.  Quiere también salir del país, quiere viajar más que nada y terminar su carrera.

El trabajo

Mi trabajo es muy importante, por eso me esfuerzo para cumplir con mis responsabilidades. Me gusta cumplir los horarios y no me gusta incumplir en ningún aspecto.

Al ser cajera me relaciono directamente con las y los clientes y eso es complicado porque tienes que interrelacionarte con otras personas que tienen otro carácter y forma de ser.

Con los compañeros y compañeras tampoco tengo problemas, porque soy una persona abierta a ciertos temas. Tengo una buena relación con todos y todas.

Yo trabajo desde mis 15 años porque siempre quise algo de independencia. Comencé como mesera en un restaurante en el centro de La Paz, trabajaba en época de vacación y a veces, en época de clases.

Fue complicado porque se supone que los menores de edad no deben trabajar, porque a la vez estudiaba en el colegio por las tardes y  porque en esa época vivía en Rio Seco, en El Alto, más allá de lo que hoy es la última parada del teleférico azul. Estuve en ese empleo durante dos años.

Ese trabajo me sirvió de experiencia porque ahora ya sé cómo enfrentar los problemas que pudieran presentarse.

Después me fui a trabajar a un café en la zona sur; fui mesera y a veces cajera. Ahí estuve tres años.

Actualmente, a pesar de estudiar en el día y trabajar en la noche, también hago otros trabajos extras, como el llenado de libros de compra y venta, lleno formularios para descargar facturas y otros que me enseña mi mamá que está relacionado con mi trabajo y que me pueda generar ingresos extras, porque el salario no alcanza. Todo ingreso adicional es siempre bienvenido.

Todos los trabajos que tuve fueron conseguidos por mi mamá. Ella tiene muchos conocidos. Entonces, por confianza, me metieron al puesto cajera. No tengo problemas en mi desempeño, pero el horario sí en pesado.

“Trabajar y estudiar es pesado, pero por necesidad una lo tiene que hacer”.

La cotidianidad se torna agobiante porque llego tarde a casa  y al día siguiente tengo  que despertar temprano y continuar con las tareas. Y me doy cuenta de que no duermo lo suficiente.

Tampoco tengo mucho tiempo para almorzar. Por ejemplo, los lunes tengo puente y me alcanza el tiempo para ir al café de la facultad para sentarme y almorzar, pero otros días sólo tengo media hora para comer y, si lo hago, ya estaría perdiendo una clase.

Los lunes tengo más tiempo y el resto de los días tengo clases de corrido. Por un lado, eso es mejor porque a veces hay puentes y no queda mucho tiempo para hacer las tareas y trabajo. Ese es un factor a mi favor.

“Trabajar y estudiar es cansador, es complicado, pero no imposible”.

Desde mis 9 años vivimos  mi hermana, mi mamá y yo. Y durante todo el tiempo que vivimos las tres, mi mamá nos ha enseñado a ser fuentes.

Con la experiencia que ella tuvo y pasamos las tres se nos formó un carácter fuerte y puedo decir que soy capaz de trabajar y mantenerme, porque mi madre nos ha dado buenos valores para enfrentar la vida.

Es cierto que en un punto de la vida hace falta un papá, porque aún estamos en una sociedad machista y la mujer a veces no es  bienvenida en algunos aspectos. Por lo general, son los padres los que sacan la cara por sus hijos. Yo no tuve eso, porque mi mamá trabajando y ocupándose de nosotras, sus hijas, hacía de padre y madre.

Toda esa vivencia ha servido para que yo sea más independiente y aprenda a valerme por mí misma. “Por eso digo que soy una mujer fuerte  porque tuve que pasar por mucho y aun  así estar de pie”.

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