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El arte debería estar en la educación de cualquier ser humano

Mario Ramírez Ballivián del duo Negro y Blanco:

El arte debería estar en la educación de cualquier ser humano

Afirma que también hay un arte basura con el que el artista no está de acuerdo.

Ramírez es el creador del proyecto Arteconciencia que busca que las artes generen conciencia social

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/09-10-18)

      El cantautor, integrante del dúo Negro y Blanco, Mario Luis Ramírez Ballivián, concedió la siguiente entrevista para conversar acerca de tópicos sobre la música, la cultura y el arte como fuentes formativas de valores sociales, en su proyecto Arteconciencia.

¿Cómo empezó Mario la relación con el arte?

-   La parte materna ha sido la culpable. Me acuerdo que las primeras veces que yo escuché canción trova, canción social, fue porque mi madre escuchaba música de Silvio (Rodríguez) y Savia Nueva; mi tío, su hermano menor, escuchaba mucho la canción social, Sui Géneris, los trovadores chilenos, argentinos, que tanto nos siguen influenciando, Víctor Jara, la Matilde Casazola en Bolivia, Violeta Parra, el Serrat. Entonces escuchaban y guitarreaban porque mi madre también toca guitarra y canta… Yo recuerdo que la primera vez que escuché Silvio era un niño ¡Y me gustaba, me encantaba!, seguramente no les entendía, pero, había algo que me llamaba la atención (…), entonces, es de ese lado de la familia que viene la parte musical, artística y también un poco la parte rebelde porque mi abuela también ha escrito libros, se ha divorciado y en ese entonces imagínate, divorciarse hace tantos años era pecado (…) pero creo que también no sólo el arte por el arte sino, el arte con contenido social (…) lo que después, naturalmente digamos, he querido ir trabajando; utilizar el arte como una herramienta “para”(…).

Yo no me considero artista en sí, quizás más trovador; estar más atento a las cosas que pasan, adentro y a tu alrededor, pero, he visto siempre la música como una forma de construir.

 

¿Cuánto ha influido la trayectoria con Negro y Blanco para ser el que eres en este momento?

 -  Es fundamental, lo lindo es que Negro y Blanco sentimos que va a seguir (…). En estos 20 años del dúo Negro y Blanco muchísimo de lo que soy se ha forjado y se ha profundizado, sobre todo desde lo musical (…). Hemos hecho grandes proyectos, sociales, culturales, algunos de ellos si te soy sincero, no me han llenado. Eran como proyectos bonitos digamos (…), entonces, siempre he tenido esas ganas de profundizar ese trabajo, vinculando con lo social o lo político. Ahora recién lo he podido hacer pero, ha sido fundamental la experiencia con Negro y Blanco para el trabajo, no sólo musical, sino también el vínculo de lo musical con lo social (…). Nuestra música y esos proyectos nos han permitido viajar mucho por el país y luego por otros países de la región y también de Europa (…). Son 20 años de crecimiento como ser humano y de ver realidades distintas y de recoger también materia prima para nuevas ideas (…). Entonces, yo no entendería mi vida sin Negro y Blanco.

 

¿Qué ha motivado la decisión de realizar el proyecto Arteconciencia?

 -  Arteconciencia, que es un proyecto personal, vincula, de manera mucho más clara, profunda y también estratégica, lo artístico cultural con lo social político y lo educativo formativo (…). Esta idea me ha venido rondando desde hace unos diez años (…) pero estos últimos cuatro años dije “tengo que hacer algo”, porque si no se va a pasar la vida y quiero también, desde lo personal, sembrar desde ese lado.

Hace cuatro años empecé a leer primero nuestras leyes bolivianas para ver si había una luz, una norma para agarrarse de ella para hacer crecer el proyecto, no la encontré (…).

Entonces, empecé a leer experiencias de otros países y encontré cosas interesantes en Venezuela, en Colombia, en Ecuador (…), en Argentina León Gieco ha hecho proyectos maravillosos más o menos con este lema (…).

 

¿Qué características tiene este proyecto?

 -  El concepto surgió como Arteconciencia, justamente como dice el nombre, el proyecto es “sentipensante” y ahí me he basado mucho en Galeano (…). Todavía muchos, lastimosamente, el tema de educación o formación lo ven desde lo racional y yo creo que tiene que ser más integral y por lo menos sentipensante. Luego nos hemos dado cuenta que, además, tiene que ser comunitaria, o sea, tiene que ampliar su propuesta. Es educación popular y comunitaria.

Al comienzo era sólo un material que propone, a través de canciones que ya existían y de videos que ya existían, hablar de memoria histórica, de conciencia social y de amar a Bolivia como pasado, presente y futuro (…) y generar en espacios de jóvenes, debates constantes y movilizaciones constantes (…), se han ido sumando también algunas otras artes como el teatro y la danza.

(…) Me he puesto terco por que se haga el proyecto en los nueve departamentos (…), la potencialidad de lo cultural ligado a lo social es tan enorme que realmente valía la pena hacerlo en todo el país. (…) Entonces, este año, hemos armado un equipo de 15 personas, de las cuales 12 son facilitadores en los nueve departamentos, cada facilitador se hace cargo de cuatro espacios de jóvenes, juventudes diversas (…). Con cada uno de estos 48 espacios hacemos dos actividades, las mismas en concepto, uno es el diálogo debate constante; para el diálogo debate hay dos disparadores, el primero son las canciones y los videos que contiene el material Arteconciencia, el segundo detonador del debate es la participación en vivo de artistas.

La segunda actividad son acciones o pequeñas movilizaciones que los propios espacios de jóvenes proponen; la idea es vincular lo que se ha debatido con tu contexto actual de jóvenes, que no quede en el aire el debate, por ejemplo, ¿Qué tiene que ver la guerra del agua con lo que vivo hoy? (…). Unos jóvenes han hecho, por ejemplo, una página en Facebook, otro grupo de jóvenes ha ido con sus grabadoras a entrevistar a sus vecinos (…)

Todo ese trabajo lo recopilamos en fotos y videos y lo subimos a nuestras redes sociales. Tenemos nuestra página de Facebook: ArteConciencia. Tenemos nuestro canal en Youtube, vamos a algunos medios de comunicación (…), están las redes comunitarias y, están apoyando mostrando algunas pastillitas que hacemos de 30 segundos (…).

 

¿Hace cuánto empezó a correr el proyecto?

 - (…) este año en abril arrancó el proyecto a nivel nacional y ya estoy empezando a buscar apoyos para que, por lo menos, hayan dos años más de proyecto porque la idea es trabajar con los mismos jóvenes durante tres años, para profundizar el debate y que sus liderazgos vayan creciendo solitos (…), generar también articulaciones con otros espacios (…), estudiantes, grupos de municipios y otros (…)

Mario Ramírez brinda sus expectativas en los siguientes conceptos:

 - El arte en general debería estar en la educación de cualquier ser humano, aunque tu vayas a estudiar ingeniería o para ser doctor o seas transportista o gremialista o seas músico, todos en su formación y educación deberían aprender algo artístico (…).

(…) Es un tema de conflicto de valores (…) y nos está llevando a que nuestro planeta se esté yendo al tacho de basura textualmente y si no trabajamos en la formación de las nuevas generaciones, no nos va a durar mucho la casa, y la cultura y el arte tienen que tener un rol ahí (…).  

 (Semanario Aquí/09-10-18)

Lo que en un principio me gustaba era hacer caricatura social

Abecor:

Lo que en un principio me gustaba era hacer caricatura social

“Pensé en ser veterinario, profesor de educación física o músico pero, más me ha llamado el apego que tenía con mi papá, tratar de imitar lo que hacía, él es arquitecto y ha sido profesor de artes plásticas.”

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/10-10-18)

      “Chukuta” de padres potosinos, Abel Bellido Córdoba, más conocido como “Abecor”, habla en la siguiente entrevista acerca de su recorrido laboral, personal y del desafío diario de representar los hechos en dibujos, mediante su trabajo de caricaturista en el periódico Página Siete.

    ¿Siempre estuviste decidido a hacer arte o pudiste haber tomado otro rumbo en algún momento?

- Pensé en ser veterinario, profesor de educación física o músico pero, más me ha llamado el apego que tenía con mi papá, tratar de imitar lo que hacía, él es arquitecto y ha sido profesor de artes pláticas. De ahí han partido mis ganas desde chico, es lo que me gustaba, diseñaba cosas y no había internet que me distraiga, así que me metí a eso (…), pero en un momento cuando lo pensé un poco más en serio me dije: “qué tal si estudio arquitectura como mi papá, o música” pero, me enteré de que había la carrera de Artes y entré. Gracias también a una profesora en el colegio (…), ella fue la primera que me llevó a la carrera de Artes (…) “Tú tienes que ser artista”, me dijo.

    Tus otras aficiones eran la música y el deporte entonces.

- Si (…), todo parte también de una decepción cuando yo estaba pasando clases de atletismo en el estadio, esas veces era fondista (…), querían que me preparara para los juegos (olímpicos), tenía mis 14 o 15 años y lo que me dijeron es que debía tener una dieta alimenticia estricta; mi mamá esas veces estaba pasando una situación económica incómoda porque éramos ocho hermanos y mi papá perdió el trabajo (…) y yo no podía darles más molestias a mis papás y dejé de lado el deporte (…), pero estuve encaminado siempre con la visión del arte.

    ¿Cuándo empezaste tu trabajo como caricaturista y en qué lugares has trabajado?

-  Ha sido por azares de la vida, lastimosamente en un momento (…) me casé, y desde esa vez he tenido que “dobletear” el trabajo, digamos, obtener un trabajo por mi wawa y todo lo demás, estaba en segundo año de la carrera de Artes y tenía que conseguir trabajo y trabajar en lo que podía, pintaba gigantografías, etc. Y un amigo de la Carrera trabajaba en un periódico llamado “Gente”, un periódico amarillista y de crónica roja en especial (…), entonces, él me llamó para colaborarle en la parte ilustrativa (…) y vi que ese periódico no tenía dibujo editorial, entonces propuse al director hacer uno porque otros periódicos sí tenían (…), quería buscar algo más. Aceptaron y esas veces lo que hacía se llamaba “El pan duro”, de ahí pasé a “El Alteño” con el mismo nombre (…).

En ese tiempo que estaba en Gente, ya estaba teniendo a mi cargo un suplemento (…) y participé en varios concursos entre los que gané el primer premio “14 de Septiembre” de Cochabamba, en escultura (…), después participé en lo del Parque Cretácico y con ese trabajo tuve que renunciar al periódico para hacer lo que es los dinosaurios; fue una linda experiencia de casi medio año (…).

Después mostré mis caricaturas a La Razón porque ahí el caricaturista podía trabajar afuera (…) y me dieron la venia para trabajar en casa (…), ya estaba acostumbrado(al oficio) después de trabajar 8 años en Gente y El Alteño. En La Razón estuve por lo menos 5 años a puro contrato, lo que me “calentó”, y renuncié porque también me lesioné y nunca se hicieron cargo de mi lesión (…). Luego apareció Página Siete y entré a trabajar ahí hace siete años más o menos. 

    ¿Hay algún procedimiento que sigues para realizar tu dibujo diario?

-  Lo que trato es de monitorear en la mañana y ver más o menos lo que está pasando, leer algo en internet, el Twiter es una de las formas, según lo que tú buscas te lo encuentra como noticia. Después salir a la calle o escuchar a la gente, la familia; esas partes para mí son importantes para averiguar, o los amigos digamos. Creo que todo ese conjunto de cosas te hace asimilar una posición o algo que le molesta a la gente, lo que me inspira es la gente (…), claro que tienes que sacar tus propias conclusiones de cómo están marchando las cosas y eso me da para una idea. Hay ideas que se me vienen a la cabeza o me anoto este o aquel tema y lo proceso en mi cabeza una semana o tal vez dos, o a veces escucho la palabra de alguien que dijo algo y me da la idea de un dibujo. Hay ideas que pueden estar dando vueltas en mi cabeza días y otras salen en cinco minutos. Es un proceso de observar, de escuchar, de analizar.

    Y cuando quieres plasmar esa idea ¿Qué pasos sigues?

-  Trato de pensar un rato y dibujarlo primero en la mente, es muy importante eso. Tienes tu dibujo o más o menos el boceto, ¿Qué ángulo?, ¿Qué dimensiones?, Cómo podrías plantear un dibujo que no tenga texto, porque a mí no me gusta utilizar mucho texto, quiero que el dibujo hable por sí solo, entonces, trato de que en mi cabeza se dibuje por lo menos unas 20 veces y en el papel otras 20 (…) y ver cuál es la más expresiva digamos. A veces lo hago apurado porque hay que hacerlo volando y a la segunda o tercera tiene que salir. Empiezo a bocetar por lo menos unos diez minutos o depende de lo que quiero decir (…)

    ¿Puedes contar la experiencia de haber ganado un premio de la Asociación de Periodistas?

- Ha sido interesante, aquellas veces se habló de la corrupción y los dos dibujos que hice hablaban de lo mal que andamos en la justicia (…), es lindo recibir un premio, una mención como ésta, marca un trabajo que es de todos los días, viendo, analizando y dibujando. Es comprometido el trabajo con algo que yo pienso, por algo tiene mi firma; es muy diferente a lo que algunos dicen que “te manipula el director” pero no es así (…).

Tal vez mi dibujo es un poco ácido, muy directo digamos, y me catalogan como alguien contrario al gobierno (…)

    ¿Hacia qué temáticas se dirigen tus dibujos?

- Lo que en un principio me gustaba era hacer caricatura social, que tiene que ver con la idiosincrasia de la gente y demás, pero, ahora en este periódico (…) tienes que estar actualizado en lo que está pasando.

Mis caricaturas tengo que dirigirlas más o menos con el contexto en el que estamos, por ejemplo, lo que viene ahorita es, digamos, una pelea electoral, una pelea de gastos (…), es lo que estoy viendo en adelante, una etapa electoral muy fuerte donde todo el mundo dice  todo, todos prometen a otras personas y hay que tener mucho cuidado con eso.

La justicia también que está muy mal, la salud que es otro tema que me interesa contraponerlo, la inseguridad y la política sobre todo por cada cosa que pasa (…). Son temas que están ahí, están aflorando y siempre van a estar ahí, entre quién entre, y eso trato de poner porque eso está en la agenda, digamos.

Son raras veces que podemos escuchar una noticia que nos alegre a todos (…), como para (…) hacer una caricatura mejor.

 (Semanario Aquí/10-10-18)

Adrianis: el trabajo y el estudio los siete días a la semana me estaban alejando de mi familia

Testimonio de Vida

 

Después que salí bachiller tenía necesidad de trabajar porque la situación económica en mi familia no estaba bien y yo debía velar por mis gastos. Actualmente, trabajo sólo los sábados en eventos infantiles. Pinto en las caras de los niños  y niñas.

Marcela Barrios B.

La situación económica en mi familia no estaba bien, por eso decidí trabajar. Era administradora en un local de eventos infantiles durante todo del día, hasta las 19.30. Luego corría a la universidad, a clases y llegaba muy cansada.

“Cuando estaba en segundo año trabajaba entre semana y me veía perjudicada porque interrumpía por cuestiones laborales el estudio. No asistía a clases, no tomaba atención y si llegaba a clases estaba bastante cansada. Entonces, afectaba mi condición de estudiante porque no rendía como debía ser”.

Mi nombre es Adrianis, tengo 23 años y estudio la carrera de Ciencias de la Comunicación Social, en la Universidad de San Andrés (UMSA).

Mi trabajo de administración de ese local era divertido pero, desgastante porque hacia fuerza al trasladar mesas y llevar cajas. También hacía decoraciones y a veces reemplazaba a alguna mesera. Me partía en mil.

Trabajaba por las tardes de lunes a viernes y los fines de semana todo el día. Como trabajaba hasta las 19.30  tenía que salir corriendo a mis clases. Debía llegar en cinco minutos, desde Sopocachi hasta el monobloc (de la UMSA). Debía correr cuatro cuadras y media, pero a veces me retrasaba y encontraba la puerta del aula cerrada, y ya no podía entrar.

En esos años tenía bastante necesidad de trabajar porque la situación económica en mi familia no estaba bien y yo debía velar por mis gastos.

Debía pagar mis pasajes y en ese tiempo habían subido. Había días en los que bajada temprano porque tenía que hacer trabajos.

“Me quedaba días enteros en la universidad. Llegaba temprano para utilizar el internet de la universidad y hacer mis tareas. Me quedaba a almorzar y luego me iba al trabajo, y el almuerzo implicaba otro gasto”.

Tiempo después dejé ese trabajo y decidí buscar otro. Gracias a Dios se me dio y logré encontrar otro, también en eventos infantiles y sólo trabajaba los fines de semana.

Actualmente, sólo trabajo los sábados y tengo más tiempo para dedicar a mi familia.

Ahora estoy estudiando inglés en el Centro Boliviano Americano, gracias a un convenio que existe con la UMSA. Pago mi mensualidad con el dinero que ahorré mientras trabajaba todo el día y mi familia también me colabora.

Luego voy a la universidad porque tengo mis últimas materias a medio día, luego me voy  a mi casa, en Achachicala, y vuelvo en la noche porque otras clases (tengo en ese horario). Y los fines de semana trabajo (risa). Es complicado, pero se puede.

Al  trabajar los fines de semana he llegado a sacrificar muchas cosas, por ejemplo. la convivencia familiar. Y ya no convivía mucho con mi familia y eso afectó a mi entorno familiar. No había comunicación y por eso he tenido muchos problemas.

Entre semana, mi familia trabaja y los fines de semana quieren almorzar, pero a veces no se puede.

Gracias a Dios encontré un trabajo que me conviene y que me gusta. Pinto decoraciones en las caritas de los niños y niñas en fiestas infantiles. También hago globoflexia, o sea manipulo los globos para darles una forma. Eso les gusta a los pequeños y pequeñas.

Trabajo todo el sábado, programo dos o tres eventos y así no trabajo los domingos. El domingo lo dedico a mi familia, a mi pareja, a mi vida sentimental.

Cobro por pintar caritas por hora y logro reunir por mi trabajo de fin de semana 100 bolivianos, que es para mis gastos de la semana.

“Percibo 100 bolivianos, que es para toda mi semana. Ya tengo cubierta mi semana, para mis pasajes y mi comida”.

Vivo con mi papá, mi mamá y mi hermana menor.

Mi hermana es mucho menor, le llevo por siete años. Ella también quiere trabajar para tener sus propios ingresos, pero mi mamá no le deja porque conmigo perdió un poco de conexión y no quiere que pase lo mismo (con mi hermana menor).

Mi objetivo actual es egresar. Y una vez que egrese, ya está planificado, si Dios quiere al año siguiente me titularé.

Posteriormente, quiero postular a conseguir una beca en el extranjero y ello significa que debo tener buenas notas, lo que es difícil porque aquí en la Carrera hay gente dedicada, debo admitirlo, y hay buen elemento.

Luego de titularme quisiera ejercer mi profesión en el área de Relaciones Públicas porque me gusta esa área. También quisiera trabajar como asesora en comunicación en alguna representación diplomática, algo así.

Al trabajar y estudiar al mismo tiempo me di cuenta de que se puede hacer ambas cosas, lo importante es saber administrar los tiempos.

“Puede lograr acceder al trabajo, estudio y también puede dedicarle tiempo a su familia. Es difícil y es bastante estresante, te llegas a colapsar,  pero se puede, se puede y más cuando estás joven”.

Además, trabajar y estudiar es casi obligatorio porque los tiempos actuales nos obligan, nos condicionan a actuar así. Todo ha cambiado.

Ha cambiado en cuestiones monetarias, en formas de visión. Antes las mujeres no podían acceder tan fácilmente a un trabajo,  pero ahora se puede. También el costo de vida ha subido y te obliga a trabajar. 

Se puede estudiar y trabajar al mismo tiempo, mientras una o uno sea equilibrado.

Si consigo una beca creo que no sería complicado alejarme de mi familia porque el haber trabajado me ayudó a lanzarme al mundo. Antes yo era muy tímida, pero el trabajo me ha orillado a ser una persona más extrovertida.

Eliana trabaja y estudia contaduría pública superando las secuelas de la violencia junto a su madre y hermana

Testimonio de Vida

 

Yo trabajo desde mis 15 años porque siempre quise algo de independencia. Comencé como mesera en un restaurante en el Centro de La Paz, trabajaba en época de vacación y a veces, e época de clases.

Marcela Barrios B.

Yo soy una mujer fuerte porque tuve que pasar por mucho y aún así estar de pie. Comencé a trabajar desde los 15 años y junto mi hermana vimos la violencia que mi madre enfrentaba.

Esa fue una de las dificultades más grandes que tuve que vivir. Eso me marcó y creó que por esa situación tengo un carácter fuerte.

A consecuencia de la violencia, mi mamá se separó. En ese entonces yo tenía nueve años.

Vivir en medio de violencia es complicado. Y vi mucho de eso en mí mismo padre. Es feo verlo en tu familia.

Yo soy Eliana y yo no quisiera enfrentar una situación igual.

“Quiero salir de eso, ¡no quisiera vivir lo mismo! ¡Detestaría vivir lo mismo!. Eso es lo que más me ha marcado en la vida. (…) Por eso tengo un carácter fuerte. ¡Rechazo ese tipo de actitud, totalmente¡”.

Por ese problema, mi mamá se separó de mi papá. En ese entonces yo tenía nueve años.

Este tipo de vivencia te crea debilidad. Por eso digo que mi mamá salió muy vulnerable. Pero, a pesar de todo, ella logró terminar su carrera universitaria y que no podía seguir porque mi papá no la dejaba.

“Gracias a Dios terminó su carrera, porque no tenía ni su carrera terminada. No la dejaba mi padre. Muy machista mi padre”.

Luego que terminó su carrera éramos sólo las tres. Ella sola con dos niñas pequeñas. Tenía que ponerse fuerte y más bien, el caso de mi madre fue crecer como mujer.

El tiempo pasó, mi hermana y yo crecimos. Hoy estamos bien, puedo decir. Estamos más tranquilas y logramos sobreponernos por el ejemplo que ella, mi madre, nos dio. Una tiene que ser fuerte.

Tengo 21 años y estudio contaduría pública en la Universidad Mayor de San Andrés. Estoy en tercer año.

Actualmente, tengo mis clases en la mañana y en la tarde. Y en las noches trabajo como cajera en un restaurante en la zona sur. Trabajo generalmente hasta las 24.30 de lunes a viernes y a veces trabajo los domingos.

Pude organizar mis clases desde las 09.00 hasta las 19.30, aunque algunos días tengo clases hasta las 15.30 y los jueves tengo clases hasta las 18.30, lo que significa que no me quedo hasta el final de las clases porque a las 18.00 ingreso al trabajo.

Cuando tengo tareas debo aprovechar el puente que tengo algunos días de 15.30 a 17.30 para hacer tareas y otros trabajos de la universidad.

Trabajar y estudiar, sobre todo con estos horarios, es complicado porque a veces no me alcanza el tiempo para hacer los deberes universitarios y  debo terminar en mi casa, después del trabajo y me desvelo hasta las 02.00 de la mañana.

Decidí trabajar sobre todo porque mi mamá es madre soltera. No es que nos falte dinero, pero mi mamá tampoco puede sustentar todos mis gastos y otros gustos. Me da dinero para lo básico, pero ya no para mis gustos. Yo me ocupo de mi ropa, ella de mis pasajes y los servicios básicos en la casa.

Tengo una hermana menor por un año. Ella no pudo ingresar a la universidad pública, entonces para no perder el tiempo se inscribió en una privada. Y por eso mi mamá debe pagar todo las pensiones.

Mi hermana también trabaja y cubre sus gastos. “Tenemos que apoyarnos entre las tres”.

Mi mamá es licenciada en Contaduría Pública. Ella, se la pasa trabajando de mañana a noche, de mañana a noche. No tiene un horario muy establecido. Entra a su trabajo a las 09.00 y sale a las 24.00.

Mi mamá trabaja los sábados, yo a veces trabajo los domingos, o mi hermana. Por eso, no podemos estar las tres, no coinciden nuestros horarios. Mi hermana sale más temprano, yo salgo después, mi mamá llega más tarde o yo llego cuando ya están durmiendo.

A veces coincidimos y estamos las tres algún feriado. Pero es raro.

Extraño compartir y estar más tiempo con mi familia.

Algunas veces nos vemos después del trabajo, después de las doce de la noche y nos quedamos charlando.

Como no nos vemos seguido tenemos que contarnos lo que nos pasó. Siempre es bueno conversar con la familia.

Por el momento, mi meta es terminar mi carrera y viajar, más que nada porque es el deseo de mi mamá, que su hija sea profesional.

Mi mamá me educó con la visión de crecer como persona. Además, me gusta ser independiente.

Mi hermana estudia la carrera de comercio internacional. Quería estudiar medicina, pero por varios factores no se ha podido y tuvo que elegir otra carrera sí o sí.

Ella es más independiente que yo, puedo decir.  Quiere también salir del país, quiere viajar más que nada y terminar su carrera.

El trabajo

Mi trabajo es muy importante, por eso me esfuerzo para cumplir con mis responsabilidades. Me gusta cumplir los horarios y no me gusta incumplir en ningún aspecto.

Al ser cajera me relaciono directamente con las y los clientes y eso es complicado porque tienes que interrelacionarte con otras personas que tienen otro carácter y forma de ser.

Con los compañeros y compañeras tampoco tengo problemas, porque soy una persona abierta a ciertos temas. Tengo una buena relación con todos y todas.

Yo trabajo desde mis 15 años porque siempre quise algo de independencia. Comencé como mesera en un restaurante en el centro de La Paz, trabajaba en época de vacación y a veces, en época de clases.

Fue complicado porque se supone que los menores de edad no deben trabajar, porque a la vez estudiaba en el colegio por las tardes y  porque en esa época vivía en Rio Seco, en El Alto, más allá de lo que hoy es la última parada del teleférico azul. Estuve en ese empleo durante dos años.

Ese trabajo me sirvió de experiencia porque ahora ya sé cómo enfrentar los problemas que pudieran presentarse.

Después me fui a trabajar a un café en la zona sur; fui mesera y a veces cajera. Ahí estuve tres años.

Actualmente, a pesar de estudiar en el día y trabajar en la noche, también hago otros trabajos extras, como el llenado de libros de compra y venta, lleno formularios para descargar facturas y otros que me enseña mi mamá que está relacionado con mi trabajo y que me pueda generar ingresos extras, porque el salario no alcanza. Todo ingreso adicional es siempre bienvenido.

Todos los trabajos que tuve fueron conseguidos por mi mamá. Ella tiene muchos conocidos. Entonces, por confianza, me metieron al puesto cajera. No tengo problemas en mi desempeño, pero el horario sí en pesado.

“Trabajar y estudiar es pesado, pero por necesidad una lo tiene que hacer”.

La cotidianidad se torna agobiante porque llego tarde a casa  y al día siguiente tengo  que despertar temprano y continuar con las tareas. Y me doy cuenta de que no duermo lo suficiente.

Tampoco tengo mucho tiempo para almorzar. Por ejemplo, los lunes tengo puente y me alcanza el tiempo para ir al café de la facultad para sentarme y almorzar, pero otros días sólo tengo media hora para comer y, si lo hago, ya estaría perdiendo una clase.

Los lunes tengo más tiempo y el resto de los días tengo clases de corrido. Por un lado, eso es mejor porque a veces hay puentes y no queda mucho tiempo para hacer las tareas y trabajo. Ese es un factor a mi favor.

“Trabajar y estudiar es cansador, es complicado, pero no imposible”.

Desde mis 9 años vivimos  mi hermana, mi mamá y yo. Y durante todo el tiempo que vivimos las tres, mi mamá nos ha enseñado a ser fuentes.

Con la experiencia que ella tuvo y pasamos las tres se nos formó un carácter fuerte y puedo decir que soy capaz de trabajar y mantenerme, porque mi madre nos ha dado buenos valores para enfrentar la vida.

Es cierto que en un punto de la vida hace falta un papá, porque aún estamos en una sociedad machista y la mujer a veces no es  bienvenida en algunos aspectos. Por lo general, son los padres los que sacan la cara por sus hijos. Yo no tuve eso, porque mi mamá trabajando y ocupándose de nosotras, sus hijas, hacía de padre y madre.

Toda esa vivencia ha servido para que yo sea más independiente y aprenda a valerme por mí misma. “Por eso digo que soy una mujer fuerte  porque tuve que pasar por mucho y aun  así estar de pie”.

Valor de la docencia presencial

Valor de la docencia presencial

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/24-09-18)

En una época en la que las nuevas tecnologías propician la proliferación de las aulas virtuales y el uso exclusivo de ellas en casi cualquier rama de la enseñanza y en casi cualquier disciplina del conocimiento,  la Escuela de Auxiliares de Docencia de la UMSA (EAD), lleva varios años consolidando los objetivos de un proceso de enseñanza-aprendizaje que es, primordialmente presencial, esto coadyuva a brindar una formación integral a los futuros auxiliares de docencia y futuros profesionales de las distintas carreras de la universidad.

Tras la entrevista realizada por este medio al coordinador de la EAD, Alex Gutiérrez, se vislumbra la actualidad y vigencia diaria del tema de la docencia, de la búsqueda de un mejor trabajo docente. Esto se comprueba cada vez que un estudiante se frena ante una duda en su proceso de trabajo o aprendizaje y sólo encuentra una pantalla de computador para resolverla. Lo mismo cuando un docente realiza el contenido de su clase, lo sube a “la nube” y no asume más responsabilidad que encomendar labores a sus alumos y calificarlas después, sin escuchar a sus pupilos, sin observarlos, sin absolver sus dudas, sin importar nada más.

   Según contaba nuestro entrevistado, su trabajo empezó impartiendo formación pedagógica para docentes o futuros docentes, etapa que califica de importante, sin embargo, en un determinado momento, hace 16 años, consideró que la tarea de inculcar los principios y valores de la buena docencia era importante transmitirla a los estudiantes que deseaban ser auxiliares docentes y, quizás en un futuro, ejercer también la docencia profesional. Hoy, aquel curso de formación pedagógica, tras su inauguración en el año 2002, se transformó en la Escuela de Auxiliares de Docencia bajo Resolución del Consejo Facultativo Nº 1388/2010, de Medicina.

     Las características sobresalientes del curso se muestran desde los requisitos de admisión, donde se pide un buen rendimiento académico al estudiante que desea acceder a la primera prueba. Esta prueba desafía a cada postulante a mostrar interés en participar del curso, presentando por escrito un comentario personal respecto a temas de relevancia social así como también acerca de valores y principios éticos, entre otros; también se pone a prueba su capacidad de oratoria.

    Una vez admitido en el curso, el o la estudiante cursará por doce sábados, tres módulos de contenido académico, uno por mes, en los que se nutrirá de la formación pedagógica en  clases presenciales impartidas por el médico Alex Gutiérrez. Además de las clases, los estudiantes son parte de actividades y dinámicas individuales y grupales donde se hace más personalizado su proceso de enseñanza aprendizaje, en busca de que emerjan sus mejores aptitudes y actitudes para afrontar el liderazgo ante sus futuras labores de enseñanza, características que también les son útiles en su vida cotidiana.

    Para la planificación y organización de las actividades en la EAD, Gutiérrez tiene la colaboración voluntaria de un grupo de egresados del Curso de Pedagogía, ellos son conocidos como “monitores”. Este grupo de ex estudiantes también pasa por pruebas que los hacen los mejores exponentes para la guía académica, personal e integral de los cursantes, tal como reza su lema: “Listos, audaces y siempre capaces” 

    En la actualidad, Alex Gutiérrez ya lleva 33 años como catedrático en la UMSA, 16 de los cuales fueron repartidos para brindárselos a la actual EAD, que tiene 32 cursos regulares realizados y 4,132 egresados hasta la fecha.

 (Semanario Aquí/24-09-18)

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