Proyecto de formación humanística
“Toda el área de salud debería tener vocación de servicio”
“Para eso nos estamos formando, pero nos estamos olvidando de eso; muchos ya lo ven, en ciertos campos del ejercicio del área de la salud, como un negocio” (Dr. Walter Montaño Pérez, decano de la Facultad de Bioquímica y Farmacia de la UMSA)
Franz R. Cuevas Navarro
(Semanario Aquí / 05-03-19)
Walter Montaño Pérez, actual decano de la facultad de Bioquímica y Farmacia de la UMSA, tras haber realizado actividades relacionadas a su profesión, en diversas instituciones como la Caja Nacional de Salud, la primera cadena de farmacias Cruz Azul y el gabinete médico de la Fuerza Aérea Boliviana, se dedica a la docencia universitaria desde el año 2000. Ahora, junto a un grupo de jóvenes profesionales, propone un proyecto para la formación integral de los estudiantes de su Facultad. Su trayectoria y los pormenores del proyecto los detalla en la siguiente entrevista.
¿En qué momento descubrió su vocación respecto a su profesión?
“Bueno, la vocación creo que la empecé a adquirir porque durante mi formación, en colegio, yo trabajaba en una farmacia (…) lo que me ha dado cierta habilidad, por lo que es la farmacia como tal, era una farmacia de las antiguas donde todavía se hacían preparados magistrales (…), de ahí creo que nació mi inclinación para la profesionalización en bioquímica y farmacia. Luego de estudiar aquí en la Facultad fui auxiliar de docencia durante seis años, de ahí me va la intención de ligar la formación en farmacia con prepararme y formarme para ser docente universitario”, explica.
“Dentro de la trayectoria universitaria particularmente, he sido secretario ejecutivo del centro de estudiantes facultativo durante dos gestiones, luego presidente de la asociación de docentes dos gestiones, director de la carrera de Bioquímica durante otras dos gestiones, decano también dos gestiones y, ahora, decano de esta Facultad. Entonces, en esa sumatoria en el ámbito de la vida institucional universitaria estoy más o menos unos 18 años”, relata Montaño.
¿Cómo sigue el camino hasta la decanatura?
“Esto de ejercer cargos administrativos nace en el año 2006 al año 2012 que fui director de la carrera de Bioquímica (…), posteriormente a eso me invitaron a participar como vicedecano de la facultad, desde el año 2012 al 2018 (…). Eso dio lugar a que me fuera formando desde las divisiones inferiores, se puede decir, y conocer más nuestra universidad. Luego se me dio la oportunidad de terciar en las elecciones que se llevaron a cabo el año pasado, por el periodo 2018 – 2021.
El haberme presentado va en la línea de que los proyectos que habíamos lanzado cuando yo era vicedecano han quedado pendientes (…) y esto me está permitiendo proseguir los proyectos que eran de larga duración”.
Curso de formación integral humanística para el liderazgo estudiantil
“Bueno, considero que una persona debe tener dos cualidades para afrontar los desafíos que uno tiene como profesional: una de ellas es la aptitud y la otra es la actitud. Si bien dentro de la universidad estamos enfrascados en darles a los estudiantes diferentes tipos de asignaturas con diferentes enfoques relacionados a un campo del ejercicio profesional, los estamos formando en lo que significan las aptitudes que deben tener al interior de un laboratorio, por ejemplo (…), pero nos hemos olvidado del lado humano, del lado de las actitudes que deben tener las personas.
Entonces, hay la disyuntiva inclusive de que las actitudes —uno las forma desde la casa, desde el hogar o en los colegios— pero, cuando llegan a la universidad, nadie se preocupa de formar y ver los valores, seguir inculcando los valores humanísticos que debe tener la persona como tal. Entonces, considero que esto está socavando los cimientos de nuestras sociedades en el sentido de que nos hemos olvidado, por ejemplo, de la solidaridad, nos estamos olvidando de la disciplina, de la responsabilidad, que creo que son pilares fundamentales para que sigamos construyendo una sociedad que sea especialmente solidaria con nuestro prójimo.
Esto lo digo en este sentido, debido a que toda el área de salud tenemos que tener esa vocación de servicio porque para eso nos estamos formando, pero nos estamos olvidando de eso, muchos ya lo ven, en ciertos campos del ejercicio del área de la salud, como un negocio, de decir, que pueden mejorar sus condiciones económicas y no es así. Creemos que, toda el área de salud, fundamentalmente, debería tener esa vocación de servicio (…). Entonces, esa es nuestra preocupación, no de ahora, de siempre, pero se nos ha dado la oportunidad de encontrar profesionales capacitados en esta área que nos han entendido qué es lo que queremos y por eso es que los estamos adjuntando a este proyecto de formación humanística para el liderazgo estudiantil”, comenta el decano.
Objetivos y expectativas
“Fundamentalmente, lo que hemos logrado consolidar es que los estudiantes puedan tener este tipo de formación, no formal, porque no vamos a tener un certificado de notas que vaya a influir en su formación y la otorgación de su título, pero, sí otorgarles una certificación de que ellos han podido concluir este curso, preocupados especialmente en autoestima, liderazgo y relaciones humanas. Considero que esos tres pilares, si no van a solucionar el problema como tal, esta pequeña cantidad de personas, que estamos calculando aproximadamente en 100, sean los ejes motivadores y los ejes de cambio que vayan tratando de que esto se vaya diseminando, no solamente a la Facultad sino que, si todo sale bien con este proyecto, se reproduzca en otras facultades (…).
Les comenté a otras autoridades facultativas acerca de este proyecto, les pareció interesante y también estarían interesados en desarrollarlo. Creo que quien esté en estos cargos de dirección tiene que ser sujeto de cambio, y ese sujeto de cambio tiene que hacer que las ideas que uno vaya a difundir, se copien y sean también un motivo de cambio y se genere una corriente. Que no nos quedemos simplemente con un cargo administrativo estático haciendo lo que siempre se hacía sino hacer cosas nuevas”.
(Semanario Aquí / 05-03-19)
Hugo Salazar Alarcón, docente de la UMSA
Explica el diseño gráfico con alma
Fragmento de la entrevista al docente de la Carrera de Diseño y Artes de la UMSA
Franz Cuevas Navarro
(Semanario Aquí / 05-03-19)
Durante las jornadas académicas en las que se planificaba la creación de la carrera de Diseño Gráfico en la UMSA, Hugo Salazar Alarcón, catedrático de esta universidad, propuso mantener, preservar y alentar la enseñanza del “diseño con alma”.
¿Cuál es el significado de este postulado?
No es más que el postulado del diseño gráfico artístico, ese concepto no existe en el mundo de la comunicación visual, yo lo postulé en mi tesis doctoral, me lo rechazaron, evidentemente, (sonríe). Me parece que está bien porque en eso sigo trabajando, no lo voy a abandonar. Justamente en este laboratorio de gráfica estamos realizando un manifiesto donde damos a conocer todo este pensamiento; yo no creo en la comunicación visual directa, en la comunicación visual corporativa, es decir, no digo que no creo, pero yo no la haría porque, eso funciona y es efectivo dentro de la comunicación visual, claro que sí, pero, es una cosa que hace todo el mundo, entonces la ves, funciona, pero, ahí quedó. Cuando yo digo alma es que nosotros veamos ¡wau! y lo disfrutemos, saquemos ese cartel o saquemos ese arte y lo guardemos, no solamente lo miremos y lo desechemos sino que tiene que haber una propuesta estética detrás.
Por eso es que creo que el perfil que está acá, que son las artes plásticas no se debería abandonar. Ahora hay muchas carreras que están volviendo a esto, a rescatar el diseño gráfico dentro de la comunicación visual, pero, con los parámetros de las artes plásticas. Eso es humano, eso para mí es alma, o sea, le ponemos algo de estética, no un mensaje frío y calculado digamos, que es muy efectivo, funciona, pero en el contexto quedó ahí, nadie lo va a sacar y lo va a poner en la pared de su dormitorio. Pero si hacemos eso mismo y le ponemos alguito de estética, nuestro corazoncito, un poquito, la gente lo va a sacar, lo va a disfrutar y lo va a mirar. Eso es lo que yo hago.
(Semanario Aquí / 05-03-19)
“Jimbo” del grupo Octavia:
Siempre he tratado que la música que hago tenga un sentido
“Creo que es importante transmitir esa experiencia al enseñar la música y el arte”
Franz Cuevas Navarro
(Semanario Aquí / 04-02-19)
Gimmer Illanes, Jimbo, como lo llaman los más allegados, músico y ejecutante de diversos instrumentos autóctonos y criollos, integra la agrupación de pop rock Octavia y rescata los ritmos e instrumentos tradicionales autóctonos junto a diversos músicos y es parte también de Sobrevigencia, una agrupación musical que recupera la canción social,local y latinoamericana.
A continuación Illanes relata su visión de la música, cómo ha influido en su vida y cómo desea transmitirla.
Adolescencia y juventud
“Soy paceño de nacimiento, estudié en la escuela y salí bachiller acá, estudié dos carreras sin concluirlas totalmente (Antropología y Turismo), después estudié algo de marketing y publicidad (…), he tratado de relacionar todo eso con mi actividad musical. Soy músico desde hace mucho tiempo, vengo trabajando en eso más o menos desde mis doce años” relata.
“Desde muy chico me empezó a gustar la música, en mi barrio por la ex fábrica Said tenía algunos amigos con los que jugábamos fútbol, deportes, y con dos o tres de ellos, desde muy chicos, hemos empezado a hacer música en el barrio (…), comprándonos los instrumentos, lo que podíamos en ese entonces (…) y una de mis primeras actuaciones debió ser en primero intermedio (sexto de primaria actualmente) en una hora cívica tocando zampoñas”
¿Imaginaste en esa época que tu actividad principal y tu profesión sería la música?
Sí, te cuento que ya antes de salir bachiller tenía mi grupo que era “Taypicala”(…) y siempre pensé en hacer de la música una profesión mía. Yo quería estudiar alguna carrera musical, como a veces nuestros papás u otras personas te dicen que estudies algo y, ahora, eso está mejor, pero antes no era vista como una profesión (…) y vi antropología en la universidad, algo de turismo, pero, aparte siempre yo estaba estudiando música en institutos, asistía a talleres que había. Y en toda esa búsqueda, justo al estudiar turismo, encuentro un taller de k’antu que estaba a cargo del Taller de Música de la UMSA y estaba en la dirección Manuel Monrroy Chazarreta, me inscribí porque yo sabía tocar, pero no sabía mucho de las cuestiones musicales formales (…). Hablamos con Manuel y me dijo que podía pasar las clases, pero también me dijo: “Puedes dar clases de instrumentos porque sabes tocar”, y ahí empezó toda esta cuestión de hacer música y también de enseñar que me gusta mucho, y aún seguimos en eso.
Taller Boliviano de Música Popular Arawi (TBMPA)
“En esa época, entre el Taller de Música de la universidad y el TBMPA dirigido por Oscar García, se juntan para hacer un proyecto que era la Orquesta Contemporánea de Instrumentos Nativos (…) y ahí se da la oportunidad de conocer a estas personas del Taller Arawi (…), me llamaron después de un tiempo y fui a dar clases durante mucho tiempo, con una relación para mi muy grande, muy linda con Oscar que la seguimos teniendo hasta ahora”, nos cuenta Jimmy (otro pseudónimo con el que también se lo conoce).
“El Taller Arawi ha significado mucho porque ha sido y esperemos que siga siendo un lugar para formar gente con un pensamiento diferente a lo que se piensa dentro de un ámbito de música, “más escuchada” o más comercial, porque tenemos la intención de volver a abrirlo nuevamente. (…) Formar gente que tenga un criterio de hacer nuevos tipos de música, con nuevos elementos, gente que se pueda arriesgar a otras cosas, de no hacer lo mismo cada vez. Entonces el Arawi ha sido un paso importante para mí y siempre lo voy a agradecer”, agrega.
El rol del artista, según la experiencia de Jimbo
Yo creo que la música y el arte en general es la expresión del humano, de los pueblos en todo sentido, pero creo que el artista es más sensible porque puede expresar, de distintas formas, las cosas malas que pueden pasar en una sociedad, o buenas también, las cosas buenas y malas que puedan pasar en su vida o en la de otras personas; el arte tiene esa ventaja, yo creo, la de expresar cosas que de repente otra profesión no puede expresar, no sé, esa es una opinión personal (…) y eso es lo que también se quiere hacer.
Obviamente, hay distintos tipos de arte (…), en el caso de la música, hay música que puede ser más escuchada con la cual de repente puedes llenar estadios, pero que no están trabajadas con un sentido social, por decirte, sino más con un sentido de diversión, que también está bien, pero, lo que a mí me interesa más es transmitir a las personas algo que siento, algo que veo o algo que me parece que está mal o, como te dije, que está bien.
La incursión en el rock con Octavia
Empecé tocando música autóctona y, “ me especialicé” un poco en eso, viajando a las comunidades, a los pueblos, haciendo trabajos de campo, investigando a veces por mi propia cuenta y después con el Taller Arawi (…), para tratar de hablar de eso y de tocar tal y como se debe tocar (…).
Después traté de incursionar un poco con la música folclórica criolla (…), en el Arawi empecé a hacer un poco de folklore latinoamericano (…), estudié en esa época música con muchos maestros, de todo estilo y géneros. Luego viene una propuesta, y bueno, yo decía también que me gustaría estar en un grupo de este estilo, de rock pop como lo que he hecho con Octavia y el principal pensamiento que tuve es que antes la gente, las ciudades y nuestro país no aceptaban nuestros instrumentos, nuestros ritmos y varias cosas de nuestras tradiciones; trabajé también en un colegio (…) y ahí vi que mucha gente no conocía y no sabía de eso.
Llegué a Octavia y fue para mí un medio de mostrar, a la juventud, a la gente que gustaba de este género de pop rock, que hay ritmos nacionales, hay instrumentos tradicionales con los cuales también se puede hacer este tipo de música (…), y creo que con buen resultado porque al principio, cuando en algún concierto de rock alguien decía “cuequita boliviana”, nadie sabía qué era una cueca (…). Y eso hemos hecho con Octavia, ahora la gente saca su pañuelo en la cueca, baila al final un huayño, te pide un bailecito, todo claro, con la fusión del rock, ¿no?
¿Con qué género de música te sientes más realizado?
Puedo dividir en tres, la música autóctona, la música urbana latinoamericana y el rock con la música contemporánea: para mí han sido muy importantes. La música autóctona ha sido muy importante (…), y creo que la música autóctona o tradicional de cada país es la madre de todas las músicas y que genera otras cosas y por eso la sigo haciendo. La música urbana, criolla y latinoamericana (…) es muy importante porque creo que es parte de lo que vivo (…). Y la música “moderna” y contemporánea que he estudiado mucho y que me encanta (…), cuando estás en un escenario y que mucha gente escuche lo que quieres decir también ha significado mucho. No es que me sienta más realizado con un tipo de música sino, en el momento en el que estoy haciendo música es muy importante para mí.
Música y sociedad
“La música autóctona, por ejemplo, tiene un significado muy profundo (…), funciona de acuerdo a ciertas cuestiones de vida en el área rural, en el altiplano, por ejemplo, la época de lluvias, la época seca, la época fría, la del cultivo (…) y los instrumentos son tocados de acuerdo a las fiestas, siempre la música tiene un sentido desde la música autóctona. Dentro de la música urbana, que hemos tocado con Sobrevigencia, hemos tratado de recopilar o hacer canciones que te digan algo, que tengan un mensaje social. Y un poco de eso también me pasó con la música contemporánea y con Octavia porque, como te dije, yo tenía alumnas que no sabían qué era una zampoña, qué era una quena, qué era una cueca (…) pero teniendo una referencia de música que esté “sonando” me decían “Gracias a lo que tú has hecho, sé qué es todo eso”. Por eso te digo que, en mi caso, siempre he tratado que la música que hago tenga un sentido, que tenga un fin, algo que decir y proponer, creo que es importante transmitir esa experiencia al enseñar la música y el arte”.
(Semanario Aquí / 04-02-19)
Profesor Hugo Salazar Alarcón:
Soy una persona que pretende titularse como buen ser humano
“Creo ser un boliviano de corazón y creo que Bolivia aún es humana”
Franz Cuevas Navarro
(Semanario Aquí / 05-03-19)
Nacido en Chuquicamata (Chile), asume a Bolivia como fuente de trabajo y vida desde hace más de dos décadas, es docente en la Carrera de Artes y Diseño de la UMSA, todo este tiempo. Además de docente, se considera amigo de los estudiantes y enamorado de las artes, por lo que propone preservar la enseñanza del “diseño con alma”, para salvaguardar su sentido social. Sus opiniones y experiencias fueron reflejadas en una conversación, que la reproducimos:
Su Chile natal, su familia y el exilio
Nací en el lugar mineral de Chuquicamata (…), estudié en Chile en una primera instancia, en Antofagasta en la Universidad Católica, donde me he licenciado en Artes Plásticas mención pintura; después estuve un rato en el exterior, es decir en Europa, donde he vivido unos seis años. Ahí he decidido ser un trabajador gráfico, abandoné las artes plásticas por desavenencias ideológicas, ya que yo miraba el panorama de la plástica como una cosa más comunitaria, mucho más social y no tan individualista como lo es y lo va a seguir siendo (…).
Llegué a Bolivia un tiempo y no me recibieron muy bien (…), volví a Chile, ya Chile había cambiado y no me interesó quedarme ahí, entonces me devolví a Bolivia donde empecé mi vida nuevamente. Acá, profesionalmente, creo que Bolivia ha sido mucho más receptiva que en cualquier otra parte, he podido desarrollar una labor con la que estoy muy conforme, que tiene que ver mucho más con lo social que con lo empresarial (…).
¿Usted alguna vez se vio desempeñándose en otro rubro?
Bueno, eso es sintomático, yo nací en un pueblo donde todos son mineros, ingenieros, trabajadores del fierro y todo lo demás, análogo a Huanuni, pongámosle, en el cual, claro, tus papás, tus tíos, todos, piensan que tú vas a seguir la misma línea de minero, ¡No! Yo desde muy jovencito salí de la casa (…), vivía con una tía, era muy precaria la situación social y yo nunca quise seguir esos pasos, no me gustaban los fierros: dibujaba todo el día, hacía diseños, andaba molestando por todos lados y la única forma de salir era rebelándote y me rebelé. Cuando entré a la universidad a estudiar arte, mis padres no querían verme, ellos querían que volviera al mineral, después nos reconciliamos (…), te lo digo francamente, yo era ¡el arte o nada!
(…) Desde muy joven conocí la política y poco a poco me fui dando cuenta de que había una relación muy importante entre sociedad y arte, arte y sociedad ¿No es cierto?, por lo tanto me puse a militar en partidos políticos progresistas, desde muy jovencito, y fui ya tomando una conciencia social de que el arte debería ser para todos, por eso adopté la doctrina del arte socialista, tomando como ejemplo Cuba, (…). Entonces todo eso me llevó a plantearme cosas como artista en Chile donde fui cuestionado por la dictadura (…) y tuve que salir de Chile.
En el exterior seguí pregonando el arte social, el arte sin firmar individualmente sino que todos trabajaran para la sociedad, si nos necesitaban en una comunidad hacíamos murales, o ayudábamos visualmente a que la sociedad sea más justa. Lamentablemente, los integrantes de la sociedad exiliada de artistas plásticos, en Europa, se trasformaron todos en elitistas, se acabó la lucha ideológica y social, y dije: ya no tengo nada que ver acá (…) y ahí empecé a incursionar en las artes gráficas que es lo que he hecho durante 35 años (…)
El arte y la docencia
Yo escogí Bolivia para llegar a establecerme y echar raíces, pero definitivamente, y Bolivia me recibió bien (…), llegué a la docencia a los 45 años, creo que es una buena edad y me encantó la docencia. Los estudiantes son los que me han dado esa vitalidad que creo tener hasta ahora, el dinamismo, el entusiasmo y no perder mi conciencia ideológica y especialmente social (…), mi pensamiento político es el mismo, claro, han cambiado los contextos (…), han cambiado las relaciones de lucha, pero, sigo siendo una persona que lo único que pretende es titularse, algún día, como buen ser humano, ese es el único objetivo que ahora persigo en mi vida.
(…) Hace 21 años conseguí la docencia (…), el tiempo completo lo obtuve muy rápido pero eso no me nubló para decir “ya tengo mi pega, ya no acelero más y marco el paso”, no, creo que el compromiso que tengo con la universidad cada vez es más y, especialmente, hacia las generaciones. Ya siento a la UMSA como mi verdadera casa, mi verdadera alma mater (…). En la carrera de Diseño soy docente de Tipografía, de Diseño Gráfico II y en Artes Plásticas soy docente de Serigrafía Artística (…), creo que es muy compatible lo que hago, como docente, con lo que hago en mi vida profesional, es decir, hasta el día de hoy sigo produciendo serigrafía en el ámbito de la comunicación visual íntegra, tanto cultural, o sea artística, como en la comunicación visual directa (…)
Ahora hay un nuevo proyecto, el año pasado he implementado un proyecto de laboratorio experimental de gráfica en el cual reuní un grupo de jóvenes voluntarios interesados en rescatar la gráfica tradicional, llamémosle tipografía, xilografía, offset tradicional, serigrafía, y hemos conformado un pequeño laboratorio (…), hemos producido un montón de elementos hermosos (…). Yo considero que la postura de un diseñador gráfico es conocer desde la base (…). Si encuentro que el diseño de uno de mis estudiantes es bueno, no tengo ningún tipo de reparo en producirlo, creo que ese es el trabajador gráfico, no es anteponer títulos y sonseras de ese tipo sino que es trabajar en comunidad.
¿Qué significado tiene para usted ser docente?
(…) ser docente para mí significa un compromiso que va mucho más allá de un trabajo, es un compromiso personal en el cual tengo que entregarle a la sociedad boliviana todo lo que a mí me ha dado (…). La docencia debería ser un premio a toda una labor que el profesional realiza (…). No soy de las personas que improvisa o que repite todo el tiempo (…) para que la información que transmito al estudiante pueda motivarlo, entusiasmarlo y ellos puedan disfrutar del qué hacer gráfico (…)
No pretendo ser el mejor docente del mundo sino que pretendo ser un buen ser humano, eso significa interrelación, tolerancia; significa respeto, solidaridad, honestidad, disciplina; significa todos esos valores que siempre los enumeramos pero muy pocas veces los practicamos. Yo tengo, más que una separación de títulos, una relación personal con los estudiantes, creo que me interesa ser más amigo de ellos que ser un docente al cual le tengan cierta repelencia sino que es un allegado. Yo soy criticado por mis colegas por esa forma en que manejo la didáctica, dicen que soy demasiado abierto y benevolente y yo no estoy de acuerdo, yo no creo en ser estricto o dictatorial, no creo en el militarismo, creo en la libertad, creo que acá nadie ha forzado a los chicos a venir, por lo tanto, yo no tengo por qué chicotearlos y obligarlos a hacer cosas que a lo mejor no quieren hacer, pero, eso sí, puedo motivarlos y eso no es ser benevolente (…) Y puedo preguntarles a mis colegas ¿A quién buscan los egresados?, a mí me buscan porque soy su amigo y eso es lo que me gratifica (…) porque yo estoy más involucrado con ellos y les doy experiencia, no sabiduría (...) y cada año me planteo nuevas cosas, no me quedé dormido en una hamaca.
Un consejo a quien quiera seguir la carrera docente
Chicos, chicas, yo creo que la carrera docente es hermosa, pero, hay que apasionarse y como decía hace un rato, no es solamente un trabajo, es un compromiso enorme porque somos reflejo de una sociedad en la cual estamos dando ejemplos, pero ejemplos reales. Seamos practicantes y seamos docentes, ese es el único requisito que yo les pongo, no solamente seamos docentes, leamos libros, veamos tutoriales y después vengamos a decir cosas que nunca hemos hecho (…). Si hacemos eso podemos ser un gran docente porque vamos a enseñar lo que realmente hacemos, unir teoría con práctica para mí es fundamental (…).
(Semanario Aquí / 05-03-19)
Con aporte propio
Universitarios llevarán alegría a niños del hogar Tacachia al sur de La Paz
El grupo de estudiantes voluntarios quieren regalar presentes y arrancar sonrisas de los niños del albergue
Mercedes Limachi
(AquíCom 18-12-14) Un grupo de 9 estudiantes de las carreras de Sociología y Trabajo Social, de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), llevarán regalos y diversión a niños del hogar “Kori Wawanaca niños”, del pueblo de Tacachia, Municipio de Palca de La Paz. Con aporte propio esos universitarios realizarán esa actividad el sábado 20 de diciembre.
Daniel Mollericona, estudiante de Sociología, explicó: “Se está organizando un día divertido para 23 niños del Hogar y vamos a participar 9 universitarios, nos disfrazaremos de payasitos, les haremos bailar y jugar, también llevaremos panetón y pequeños regalos”.
La idea de esa actividad, dijo Mollericona, es que los niños se diviertan. En esta causa está colaborando el Director de Sociología con 10 panetones, el grupo aporta con Bs15 para comprar juguetes y regalar a los niños del albergue.
El Hogar “Kori Wawanaca niños”, alberga infantes que han sufrido violencia y son rehabilitados mediante la agricultura, la naturaleza y el afecto, añadió (AquíCom 18-12-14).