Alex Gutiérrez Rodríguez:
Los docentes somos arquitectos de la humanidad
El coordinador de la Escuela de Auxiliares de Docencia de la UMSA brinda datos de ese trabajo, además de sus expectativas respecto a la docencia en la universidad pública.
Franz Cuevas Navarro
(Semanario Aquí/24-09-18)
Con más de 40 años, en la ciudad de La Paz, el orureño Alex Gutiérrez Rodríguez, médico-reumatólogo de profesión y docente de vocación, partió de su tierra natal en la década de los años 70 del siglo pasado, luego de salir bachiller, con el deseo de estudiar medicina en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), sin sospechar que, la docencia y lo referente a la pedagogía, también, motivarían su cotidianidad hasta el día de hoy, fecha en la que lleva adelante la coordinación de la Escuela de Auxiliares de Docencia (EAD) de la UMSA. Esta Escuela ya lleva 32 versiones de un curso de pedagogía que tiene el afán de educar a los estudiantes que buscan ser auxiliares de docencia y quizás, en un futuro, también ser docentes.
¿Cuáles fueron sus motivaciones para decidir ser docente, además de médico?
—En la universidad pública tenemos la suerte y la oportunidad de ser auxiliares de docentes, y eso se logra a partir del segundo año, habiéndose destacado el primer año como estudiante. Yo tenía un buen rendimiento académico (…), me postulé para la auxiliatura de docencia y de ahí en adelante, hasta terminar mi carrera, no dejé de ser auxiliar docente. Entonces, ahí hice mi primer peldaño para el futuro ejercicio profesional como docente y me he sentido motivado después de terminar mi carrera para hacer la docencia en la universidad.
¿Cómo surge la iniciativa de crear un curso de pedagogía para futuros auxiliares de docencia?
—Una vez que ingresé a la labor docente vi que los auxiliares docentes no tenían una formación, entonces, en la facultad de Medicina (…) conocí al Doctor Marcelo Nava (…). Él me hizo participar en un seminario sobre objetivos educativos, sobre diseño curricular y evaluación, entonces eso yo he replicado para los auxiliares docentes.
Luego, el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana convocó a nivel nacional para hacer un curso de formación docente, de cada universidad han sido promocionados cuatro o cinco docentes y, junto a Jorge Alcoba (ingeniero y pedagogo, cómplice de iniciativas pedagógicas de. Gutiérrez), nos hemos inscrito por nuestra cuenta (…)
Saliendo de ese curso, también con Jorge Alcoba hemos replicado los cursos de formación docente y hemos invitado a participar a los auxiliares de docencia.
Después he fundado lo que es el Centro Psicopedagógico y de Investigación en Educación Superior (CEPIES), en la Universidad Mayor de San Andrés, siendo de la primera generación y, destacándome como estudiante en el curso de especialización con los cubanos, me encargaron y me invitaron a reproducir los módulos en el CEPIES. Fue entonces allí donde hice la labor docente de los diplomados para el ejercicio de la docencia por bastante tiempo.
Luego, vi que era más importante, necesario y urgente hacer aquello para los auxiliares docentes, entonces diseñé el curso de pedagogía en tres módulos, didáctica universitaria, dinámica de grupos y evaluación (…). Dejé el CEPIES y me dediqué íntegramente desde el año 2002 a la fecha a formar auxiliares docentes.
¿Cuál sería la mejor recompensa de su labor frente a la EAD?
—Un reconocimiento institucional mayor, una decisión política y comprometida de nuestras autoridades con la Escuela porque nosotros nos debatimos con el débil apoyo que nos da el vicerrectorado, tenemos grandes dificultades, tenemos que conquistar la buena voluntad del decano de turno de la Facultad de Medicina para tener la luz verde del uso de las aulas para desarrollar normalmente nuestra labor. Es que Medicina se presta, los sábados, como un centro ideal por la cantidad de aulas, está en el centro de la ciudad, es de acceso fácil y, entonces, yo quisiera que las autoridades pudieran brindar mayor apoyo.
¿Puede hacer una evaluación de la situación de la pedagogía y la docencia en la universidad?
—Es un tema delicado y complejo para tratar y opinar. Efectivamente la UMSA se distingue por ser reconocida como una de las mejores universidades en el sistema universitario público y esa es la honra que tiene la UMSA pero, no por ello, hay que tapar el sol con un dedo; todos los docentes como en las otras universidades, para ejercer el cargo docente han hecho el curso del diplomado en educación superior, yo he formado parte de ese programa (…) pero, los futuros docentes que asisten a estos módulos se hallan comprometidos con los encargos del diplomado hasta que lo concluyen y reciben su certificado. Muy pocos modifican su forma de ser, muy pocos cambian de actitud al momento de realizar sus actividades docentes, mucho menos cuando se trata de evaluar. La mayor parte marca el paso dentro de la evaluación tradicional donde sólo interesa el examen y nada más que el examen, y no toman en cuenta los otros elementos que se deben hacer, asistencia, participación, trabajos individuales, grupales, evaluación grupal, autoevaluación…porque son gente ya madura la que está en la universidad y debería instalarse una cultura de autoevaluación, de autocrítica.
He tenido como encargo el indagar en las distintas facultades y ver, a través de los asistentes a mi curso, los tres mejores docentes de cada facultad (…) y la verdad es que les ha sido difícil a los chicos identificar tres mejores docentes. Pero también les he preguntado sobre tres docentes que no deberían ser docentes una vez terminando el curso de pedagogía y dándoles los elementos de qué cualidades deberían tener los docentes, ahí los chicos sí tenían cualquier cantidad de nombres para poderlos dar.
En resumen, hay docentes buenos, excelentes, extraordinarios pero, en un porcentaje muy pequeño; hay docentes cuya participación es tibia, poco comprometida, esos son los más, y hay docentes que, la verdad, no sabemos cómo han superado los requisitos y las exigencias para llegar a ser docentes porque dejan mucho que desear.
¿Usted podría brindar un par de sugerencias para mejorar la situación de la docencia en la universidad?
— ¡Desde luego!, reflexionar con ellos (los malos docentes) que la labor docente es una labor de servicio. ¿Qué significa esto? Una vocación de dar de manera íntegra, compartir los conocimientos que se tiene para potenciar siempre al otro, ese otro son los estudiantes que, de paso, llegan a nuestras asignaturas. Que tengan mayor compromiso con esa labor docente, reflexionar con ellos que los docentes somos arquitectos de la humanidad, que significa construir, aportar en la construcción y desarrollo personal de los profesionales en nuestra universidad y de eso somos responsables, pero muchas veces no construimos, destruimos por las inconductas a muchos estudiantes, los frustramos, los desmotivamos y, entonces, esta es una invitación que se tiene que hacer con esos docentes.
Y en el caso de la obligación que tienen los directores de carrera es hacer un seguimiento de todos sus docentes pero, concentrarse en ese seguimiento y control, más en aquellos docentes que tienen observaciones por los estudiantes.
¿Qué piensa respecto a la evaluación docente?
—La evaluación docente es muy poco útil para mejorar la calidad académica porque, finalmente, llegado el momento de la evaluación, no hay docente malo, todos completan (la calificación) presentando los certificados que exigen, los trabajos que exigen y no es una evaluación que sea solvente. Hubo mucho desmedro en los criterios de evaluación últimamente en esos formularios.
¿Qué recomendaciones podría brindar a quienes deciden optar por el ejercicio de la docencia?
—Bueno, la labor docente exige vocación, no deben pensar que es un trabajito más (…), la labor docente es exigente, de mucho compromiso y por eso mi mensaje a los jóvenes es que, si tienen cualidades de transmitir, de socializar la información que poseen, con sus compañeros, entonces tienen las condiciones de ejercer la docencia. Entonces que se presenten a cuanta oportunidad tengan para ser auxiliar docente en sus carreras, destacarse como estudiantes, tener solvencia con el conocimiento, facilidad de palabra pero, por sobre todo, convicción de lo que dicen a sus compañeros.
¿Podría explicar el concepto de la educación integral a la que apunta el curso de pedagogía en la Escuela de Auxiliares?
—En el curso de pedagogía trabajamos todos los contenidos centrados en los valores humanos, entonces, nuestros estudiantes en cada sesión están trabajando lo que es el respeto, la disciplina, la puntualidad, el reconocimiento, la gratitud, el liderazgo, la justicia, la libertad y todo talento que signifique vigorizar la personalidad y distinguirla del resto de la gente. Entonces, cualquiera que sea la profesión, si está centrada en valores humanos, estamos asegurando no sólo un buen profesional que tenga exquisitez en el conocimiento específico de su carrera, sino también una buena persona, que tenga las competencias, no sólo del saber, sino también del saber hacer, del saber ser y del saber estar. En consecuencia, nosotros trabajamos en las competencias pero, como tema transversal, los valores humanos.
(Semanario Aquí/24-09-18)