De sábado a sábado 499
Coplas de carnaval y para las elecciones 2020
1.
Escribo estas coplas
con mi propio aval,
por las elecciones
y este Carnaval.
2.
Por Jeanine dicen:
no es carnavalera,
como candidata
una aventurera.
3.
Llego desde el Beni,
soy de Mamoré,
del cargo que ocupo
pues me enamoré.
4.
Vengan junto a mí
aquí hay harto espacio,
si votan por mi
seguiré en Palacio.
5.
Al chapaco Oliva,
también a Revilla,
lo que les importa es sólo la Silla.
6.
Entrego mis obras,
también las ajenas,
con el que sabemos,
me parezco apenas.
7.
Soy hecha y derecha,
no soy aprendiz,
tengo vuelo propio,
como de perdiz.
8.
Dicen que me manda
ese que es un gringo,
ven lo que yo hago
y todo claringo.
9.
Con nuestros “compinches”,
juntos y revueltos,
sabemos cubrir
todos los entuertos.
10.
Con Jeanine cuenta
hasta lo indebido,
olvídense ya
lo que ha prometido.
11.
La gente lo dice:
querer es hacer,
conmigo tendremos
poder y placer.
12.
Esos que dijeron
Áñez ya no Mesa,
ojalá se queden
con su real pobreza.
13.
Los yanquis afuera,
Cuba siempre sí,
Fidel con su verbo
se inspira en Martí
14.
La gente en la calle
sostenía la gesta,
mientras que Jeanine
hacía su siesta.
15.
La tercera vía
del Gobernador,
tiene dejo rancio
y ningún color.
16.
Tuto candidato
se cree el mejor,
y hasta se proclama
como vencedor.
17.
A unos candidatos
ya nadie se acopla,
tampoco les llega
una sola copla.
18.
Si los protestantes,
votaran certero:
se reconciliarán
con Martín Lutero.
19.
Palacio sin Biblia,
y nada al revés,
eso sí concuerda
con Juan XXIII.
20.
El golpe es un cuento,
hubo rebelión,
frente al de Orinoca
el pueblo es campeón
21.
Qué jenecherú
el de los alzados,
ese el fuego eterno
por los malogrados.
22.
Del Evo es un tercio,
lo que es minoría,
a construir se dijo
otra mayoría.
23.
Jeanine les dice:
ahora acelerar,
cuando les ganemos
todos a saquear.
24.
El Marco Pumari
no es un vivaracho,
par de Luis Fernando,
definido “facho”.
25.
Amigos nos dicen:
voten por alguno,
si todos son malos
mejor por ninguno.
26.
Pero el pueblo es sabio,
evita el fracaso,
a sus enemigos
les cerrará el paso.
La Paz, carnaval 2020.
Remberto Cárdenas Morales.
periodista
De sábado a sábado 498
Comité Pro-Santa Cruz o partido de la derecha
Remberto Cárdenas Morales*
El Comité Pro-Santa Cruz, ahora como antes, asume tareas propias del partido político informal de la derecha.
Esa realidad viene desde los años 70 del siglo XX.
Entonces ese organismo cívico era más cohesionado que actualmente, además, era la única entidad cívica que cumplía ese rol “político-orgánico”.
Los intereses que defendía y que defiende este Comité, fueron y son los de los empresarios, a pesar de las diferencias de esos grupos socio-económicos dominantes de esta región del país.
Los dirigentes cívicos, afirman y afirmaron, que defienden los derechos e intereses cruceños aunque, con frecuencia, esos derechos e intereses eran los de las logias del oriente boliviano.
El liderazgo de aquella instancia cívica tenía un prestigio en el conjunto de la sociedad cruceña, el que sólo desde la débil izquierda se cuestionaba, pero sin que se escuchen las protestas del campo popular y de la izquierda minoritaria.
El liderazgo cívico se extendía a todas las instituciones que integraban el Comité Pro-Santa Cruz, es decir, casi todas las existentes en ese período.
Sin embargo, los sindicatos industriales, las organizaciones universitarias y las nacientes asociaciones campesinas estaban fuera de aquel Comité.
Se vivía el tiempo anterior del gobierno del Gral. Juan José Torres González (1971) y en Santa Cruz, la Unión de Campesinos Pobres (UCAPO), proclamó lo que denominó una “Revolución agraria”, desde dos haciendas agrícolas semiabandonadas: “Chané Bedoya”, de la familia Bedoya Ballivián de lo que fue la SACI y el predio “Versalles”, de propiedad del economista Pardo Rojas, que fue ministro del Gral. René Barrientos Ortuño
El secretario General del Partido Comunista de Bolivia (Marxista-Leninista), Oscar Zamora Medinaceli, “Motete”, asumió la dirección de UCAPO (expresión social) y del Ejército Popular de Liberación (EPL), organización político-militar; ambos integrados sobre todo por universitarios, antes que por gente del pueblo o del campo.
Poco se dijo entonces de la llamada “Revolución agraria”, de la que se escribió en muros de la ciudad cruceña, que los militantes de UCAPO-EPL estaban “dispuestos a morir por sus ideas”. Los falangistas y federalistas, encabezados por Carlos Valverde Barbery, respondían, en otros muros, que ellos (los falangistas) “estaban dispuestos a matar por sus ideas”.
Se propagaban, asimismo, entre insultos y medias verdades: “Comiteistas, alcahuetes de los latifundistas”, lo que registraban los dirigentes cívicos, como ofensa imperdonable.
No hubo en esa realidad cruceña ningún debate del que haya quedado algún testimonio.
La respuesta del Comité Pro-Santa Cruz, mostrando un rol de dirección política, fraguaba una respuesta a UCAPO-EPL, cuyo comportamiento fue, básicamente, la ocupación de esas dos haciendas que, efectivamente fueron pobladas por campesinos del norte cruceño, los que habían llegado a la región desde centros mineros que fueron cerrados, como Pulacayo, entre otros.
En ese momento gobernaba Juan José Torres y el entonces Cnl. Andrés Selich Shop, en ese instante comandante del Regimiento Manchego de Guabirá, sin consulta al gobierno del “Gral. del Pueblo”, concedió dos horas de plazo para que los ocupantes de “Chané Bedoya” y “Versalles”, las abandonen. En minutos fueron desocupados los dos predios ocupados por los seguidores de UCAPO-EPL
Mario “Gato” Rueda Peña, Daniel Callaú y el que esta nota escribe fuimos testigos de aquel desbande. Rueda Peña, en ese momento era subsecretario del Ministerio de Gobierno, y Daniel y yo, Presidente y Secretario de la Asamblea del Pueblo en Santa Cruz.
Fuimos a la hacienda “Versalles” para pedir, en nombre del gobierno, aquella desocupación que la impuso Selich, el que luego del golpe de estado de Banzer fue Ministro de Gobierno del dictador.
Los empresarios cruceños, junto con los dueños, reivindicaban las dos haciendas señaladas, sin sus ocupantes ilegales.
He aquí un episodio ocurrido en la “U” cruceña: El abogado Rolando Roca Aguilera, postulado a rector, sin consulta al frente universitario que lo apoyaba, firmó un acuerdo con el médico veterinario Luis Vincenti Mansilla, candidato a vicerrector y militante de un supuesto sector de izquierda de Falange Socialista de Bolivia (FSB); ganaron las elecciones y se constituyeron como máximas autoridades de la universidad pública y autónoma.
Pasaron semanas de esa victoria, aquel Vicerrector de la Universidad Gabriel René Moreno, se autoproclamó Rector e instaló su oficina en el despacho del Rector, elegido por el claustro universitario.
Los universitarios, autonomistas y revolucionarios, especialmente los estudiantes, organizamos la resistencia y, entre otras medidas, instalamos la Rectoría legítima en lo que en ese momento era la Universidad Popular, centro de estudios similar a un CEMA, dependiente de la universidad pública y autónoma.
Los estudiantes instalamos una guardia armada en esa dependencia universitaria para defender al rector Roca Aguilera.
Ante esa situación, el Comité Pro-Santa Cruz, en un cabildo abierto realizado en la plaza “24 de Septiembre”, nombró como nuevo Rector a un destacado abogado y docente de la casa de estudios superiores, Nataniel Paz Méndez, el que debido a la resistencia de estudiantes y de docentes de la universidad pública (Paz Méndez) ni siquiera pudo ejercer el cargo desde la oficina arrebatada por segunda vez: por Vincenti y por el comité cívico.
Melchor Pinto Parada, importante líder cívico, en más de una reunión con miembros del Comité Pro-Santa Cruz planteó “anexar” a Santa Cruz a Brasil, en vez de que el territorio cruceño sea convertido en un suelo “soviético”, junto con Bolivia.
La temida “sovietización” de Bolivia sería facilitada por el gobierno de Torres y la Asamblea Popular, definida como el poder dual en nuestro país y constituido por la COB; frente al otro poder, el que encabezaba el Gral. Torres.
El mismo Comité Pro-Santa Cruz articuló la resistencia al gobierno de Torres para lo que, entre tantas otras trampas, inventó un supuesto robo de las joyas de la “Mamita” (Virgen) de Cotoca y formó una romería multitudinaria de cruceños e inmigrantes hacia el santuario de Cotoca, para desagraviar a la Virgen.
Esa romería se realizó a sólo dos días del inicio del golpe banzerista que empezó en Santa Cruz de la Sierra.
En todos los casos anotados el Comité Pro-Santa Cruz ejerció el papel de dirección política o partido informal de la derecha en esta región.
En el último tiempo del gobierno de Evo Morales, el Comité Pro-Santa Cruz se alineó con una parte de los empresarios cruceños que sostuvieron alianzas con los gobernantes masistas.
Antes de que el entonces Presidente del Comité Pro-Santa Cruz, asuma la conducción, desde la ciudad cruceña, del alzamiento popular contra el gobierno de Morales, el Comité de Defensa de la Democracia (CONADE), firmó un acuerdo con el Comité Pro-Santa Cruz, para coordinar aquel alzamiento; acuerdo que defendían como un acierto miembros del CONADE.
En vez de ese acuerdo del que ganó la entidad cívica cruceña y, sobre todo su entonces presidente, Luis Fernando Camacho, debió materializarse una convergencia, es decir, apuntar al mismo blanco, sin acordarlo “orgánicamente” y sin que medien acuerdos escritos y declaraciones, las que pocas veces se ejecutaron.
Es verdad que de un acuerdo deben ganar todos sus firmantes, aunque con frecuencia unos ganan más que otros. El Comité Pro-Santa Cruz, ciertamente, ganó más que los otros firmantes del referido acuerdo.
En este momento, en Santa Cruz, se configuran dos bloques ante las elecciones del 3 de mayo: el de Camacho-Pumari y el de la Presidenta constitucional interina, Jeanine Áñez Chávez
Áñez y Camacho se disputan el apoyo electoral de los cruceños. Y, en este momento, es difícil sugerir quién ganará en la consulta de mayo.
El Comité Pro-Santa Cruz, en el mejor de los casos para los candidatos, tiene dividida la preferencia, especialmente, entre añistas y camachistas.
Los electores cruceños están divididos y no se advierte, dicen ciudadanos de aquí, qué sucederá hasta el 3 de mayo.
Entre tanto los candidatos pretenden el favor de los electores. Los más politizados se animan a sospechar que en Santa Cruz y el país Áñez y Camacho serán los principales contendores en Santa Cruz y cada uno de esos bloques pretende ganar.
Santa Cruz de la Sierra, 14 de febrero de 2020.
*Periodista
De sábado a sábado 496
Remberto Cárdenas Morales*
El gobierno de Jeanine Áñez Chávez ha suspendido las relaciones diplomáticas de Bolivia con Cuba y la revolución ininterrumpida de la Mayor de las Antillas, en la que, a pesar de todo, ahora, se construye el “socialismo posible”.
Leer más...De sábado a sábado 497
Ni Cuba ni Venezuela se repetirán en Bolivia
Remberto Cárdenas Morales*
En unos lugares más que en otros de nuestro país, diversos compatriotas siguen con su perorata: no queremos que Bolivia sea otra Cuba u otra Venezuela, dicen. Y lo culpan al régimen caído, por la fuerza de la masa, de haber allanado el camino para que aquí, en esta tierra en la que cayó el Che, se habría intentado aquella otra Cuba y la otra Venezuela, con el “socialismo del siglo XXI” como supuesto sustento ideológico y político.
En primer lugar, los revolucionarios y antiimperialistas de verdad deben (y debemos) librar una campaña sostenida para demostrar que esa otra Cuba o esa otra Venezuela, en Bolivia, son imposibles.
Un soporte teórico es lo dicho por Marx: Los hechos una vez ocurren como tragedia y se repiten como comedia. Los ejemplos demostrativos en el mundo son muchos.
La Comuna de París (1871), la primera dictadura del proletariado que duró días, fue derrotada, entre otras cosas, porque al solo de los obreros faltó el dúo de los campesinos (la alianza obrero-campesina) de acuerdo al mismo Marx.
Esa Comuna de Paris, otros revolucionarios trataron de reproducir, calcarla tal cual, sin conseguirlo. En Alemania, cuando menos optaron por el nombre: se llamaron Comuna o Comuneros.
Luego del triunfo de la Revolución Rusa de 1917, con los soviet o consejos como órganos de poder, en Hungría, los revolucionarios de ese país se propusieron impulsar la revolución de los consejos, búsqueda que fracasó porque fue una comedia o tongo, respecto de la tragedia o revolución victoriosa, como fue la Revolución Bolchevique.
Transcurriendo el tiempo, tuvieron lugar tres reformas agrarias burguesas en Latinoamérica y el Caribe: la de México, como parte de la Revolución Mexicana de 1910; la de Guatemala, con Jacobo Arbenz (1953), y la de la Revolución Nacional de 1952, en Bolivia. Esos procesos se caracterizaron por la afectación de latifundios feudales y la distribución de tierras a campesinos (y no campesinos) a título gratuito.
En México se respetaron los ejidos, propiedad colectiva sobre la tierra, en tanto que en Bolivia las comunidades indígenas fueron “suprimidas” en el siglo XIX y restituidas, sólo parcialmente, antes de la llamada Revolución Nacional.
Esos procesos que reformaron la tenencia de la tierra agropecuaria, tuvieron un denominador común y, asimismo, diferencias notorias.
Luego de la victoria de la Revolución Cubana (1959), irrumpieron “focos” guerrilleros, a imagen y semejanza de lo ocurrido en la Isla indómita, en Venezuela, Perú, Guatemala y ensayos fallidos en Argentina y otra vez en Perú.
El Che planteó organizar uno, dos, tres Vietnam en Suramérica. Y convertir a la Cordillera de los Andes, en una Sierra Maestra, semejante a la de Cuba. Ese planteamiento debe entenderse como un despliegue teórico que apuntaba hacia el tránsito de la revolución continental, como una vía de la liberación de los países y de los pueblos de la región latinoamericana y caribeños.
La guerrilla que él comandó en Ñancahuazú debe comprenderse como una avanzada-episodio de la revolución propuesta por el Comandante de América.
Los años 70 del siglo XX en Nuestra América o Patria Grande, surgió la Revolución Chilena o La Vía no armada de la revolución —interrumpida por el golpe sangriento impuesto por Pinochet— la que fue precedida de regímenes “progresistas” en esta parte del mundo, distintos al actual progresismo en decadencia.
En ese tiempo, Revolucionarios latinoamericanos insistieron en buscar la resolución de la cuestión del poder o la conquista del poder popular mediante elecciones, las que demostraron que no son el mejor camino para la conquista del poder para la liberación, lo que es verificable hasta ahora.
Como un remedo fugaz de lo que sucedió en nuestro país, en Chile de Allende y Neruda, el otrora exdirigente de los asalariados mineros bolivianos, Filemón Escóbar, “instaló” una Asamblea del Pueblo en la Universidad de Concepción, al sur chileno, como la que funcionó en Bolivia. La de la “U” de Concepción, en 1971, fue una burda copia que duró días.
Recordemos, también, que el caudillo Morales, actualmente itinerante, proclamó que él quería “urnas y no armas”. Por supuesto que no se debió esperar que las elecciones de las que habló Morales serían fraudulentas, la única forma que tuvo de “ganar” las elecciones el exPresidente autoritario de Bolivia.
El itinerario, resumido en esta nota, da cuenta, básicamente, de que es imposible que se repita una revolución verdadera y triunfante, incluso que también es imposible que se reedite una revolución derrotada, en sus más diversas expresiones.
En el campo del pueblo, los que compartamos los puntos de vista precedentes debemos sentirnos convocados a sostener una campaña destinada a demostrar que en Bolivia no se repetirán ni la Revolución Cubana ni la Revolución Bolivariana de Venezuela.
Por tanto, dicen mentiras los que, sobre todo este último tiempo, aseguran que se buscó aquella “repetición” de las dos revoluciones citadas.
Esos pregoneros de aquella repetición imposible, tienen tal planteamiento, inducidos o autoconvencidos, por miedo al comunismo y/o por una furia anticomunista, a la que se debe enfrentar de manera resuelta.
Asimismo, respaldados en un acierto de Fidel Castro, es posible afirmar que habrá una nueva Bolivia y no habrá ni una nueva Cuba ni una nueva Venezuela.
Por su parte, el líder cubano respondió, hace tiempo, que se construiría una nueva Nicaragua y no surgiría una nueva Cuba en la patria de Sandino. Ahora, pocos aceptan que haya una nueva Nicaragua, así como se asegura que en el país centroamericano no hay sandinismo, que allí hay “danielismo”, por Daniel Ortega.
Sin embargo, la afirmación de Fidel sigue válida para nosotros bolivianos, latinoamericanos y caribeños, por lo que reafirmamos que en Bolivia no habrá una nueva Cuba ni una nueva Venezuela.
Aquí construiremos una nueva Bolivia, sin explotados y sin oprimidos.
*Periodista
De sábado a sábado 495
Remberto Cárdenas Morales
Rumbo a Tomina
Casi cada año, Gregorio Morales Rosado viajaba a pie y en varias jornadas, desde Samaipata (Santa Cruz) hasta Tomina (Chuquisaca). Pasaba por Vallegrande (también Santa Cruz), su tierra natal a la que quería como el que más y en la que aprendió tantas cosas: sabiduría popular que transmitió a sus familiares, amigos, vecinos, y a muchos de los que le escuchaban.
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