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Protesta de la “Generación Z” es reprimida por un Estado sumido en corrupción y vínculado con el narcotráfico

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México estalla

Wilfredo Pomar Miranda*

22 de noviembre de 2025

México vive una crisis multidimensional: corrupción política, violencia del narcotráfico y represión de jóvenes indignados. La marcha pacífica del 15 de noviembre, convocada por la “Generación Z”, ha puesto al descubierto tensiones profundas, exacerbadas por la muerte del alcalde de Uruapan del Estado de Michoacán, Carlos Manzo, la brutal represión a jóvenes en la movilización y el discurso del gobierno de Claudia Sheinbaum en el sentido que no confrontará al narco; todo ello muestra la gravedad de la situación.

Contexto histórico: violencia política, corrupción, narcotráfico, asesinatos masivos

Desde hace décadas, México ha sufrido el entrelazamiento entre el crimen organizado y el poder político. Los cárteles de la droga (Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, del Golfo, del Noroeste), además de controlar amplias regiones del México, han infiltrado instituciones locales y estatales, lo que ha resultado en asesinatos de políticos, impunidad estructural y redes de corrupción. Estudios e investigaciones demuestran que las organizaciones criminales participan activamente en la política electoral para influir en candidatos y gobiernos.

En este contexto, el reclutamiento constante de jóvenes por parte de los cárteles, junto con fallas en el sistema de seguridad, ha generado un ciclo de violencia que se retroalimenta. Las instituciones del Estado han intentado responder con planes de seguridad, pero muchos de estos esfuerzos resultan insuficientes frente a la magnitud del problema, lo que deja a amplios sectores de la población en riesgo y sin protección real. Sólo en el gobierno de Manuel López Obrador se produjeron105.804 asesinatos[1]. En el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum, se habrían producido el asesinato de 26,427 personas según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP)

La marcha del 15 de noviembre: un Grito Generacional

La movilización del 15 de noviembre de 2025 en México, impulsada por jóvenes de la denominada "Generación Z", se articuló como una protesta ciudadana masiva y visible. Fue convocada principalmente a través de redes sociales y bajo consignas contundentes como “No más corrupción”, “Paz y seguridad”, “La nueva mafia del poder: Morena”, “El Estado no hará nada por ti”. Así, miles de manifestantes convergieron en el Zócalo, donde está el Palacio Nacional en la Ciudad de México, y en diversas urbes del país. Esta marcha representó un punto de inflexión al ser percibida no solo como una manifestación sectorial, sino como un grito generacional que canaliza el hartazgo acumulado frente a la impunidad, el crecimiento del narcotráfico y la percepción de falta de transparencia en las estructuras gubernamentales que controla Morena, el partido de gobierno.

Inicialmente pacífica, esta demostración de fuerza juvenil buscaba establecer una agenda cívica fuera de la órbita de los partidos políticos tradicionales; pero, el desarrollo de la protesta derivó en represión gubernamental, uso de gases lacrimógenos, detenciones masivas y múltiples denuncias de brutalidad policial. La tensión se intensificó por una combinación explosiva: la profunda indignación de los jóvenes manifestantes que crecieron en un entorno de violencia endémica, chocó frontalmente con la presencia de autoridades que mostraron una actitud pasiva y cómplice al no aceptar la real dimensión de la protesta de carácter generacional.

El incidente del 15 de noviembre plantea una encrucijada crucial para el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Este movimiento juvenil no solo cuestionó políticas concretas o figuras específicas, sino que desafió la legitimidad y las estructuras de poder establecidas, exigiendo un cambio fundamental en la forma en que el Estado aborda la violencia y la corrupción. Se tiene el desafío de cómo encauzar y responder a un movimiento social con una alta carga moral y descontento, evitando que la represión o el intento de descalificación agrave la crisis de confianza entre el Estado y las nuevas generaciones.

El protagonismo de los jóvenes en la movilización

El 15 de noviembre estará marcada por el protagonismo de miles de jóvenes, cuyas acciones fueron visibilizadas y viralizadas. Uno de estos rostros fue Edson Saúl Andrade, abogado graduado de la Universidad Autónoma de México (UNAM), que es influencer, activista y creador de contenidos digitales.

En un video que publicó en sus redes, Andrade denunció que su seguridad está comprometida; dijo que funcionarios de Morena filtraron sus datos personales y los expusieron públicamente, por lo que teme por su integridad física. “Ya no solo soy blanco del gobierno, también del crimen organizado”, aseveró[2]. Como producto de esta presión, anunció su salida forzada del país, aunque prometió seguir apoyando el movimiento.

Otra figura que acaparó la atención fue Daniela Toussaint, joven originaria de Guadalajara que fue detenida brutalmente durante la marcha. Tras cuatro días recluida en el Centro Femenil de Santa Martha Acatitla, fue liberada. Durante su detención, denunció que agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) la engañaron para luego ser aprehendida, la golpearon brutalmente y la dejaron con graves lesiones: una fractura en el tobillo, heridas en la cabeza que requirieron múltiples puntadas y daños en las costillas[3].

Toussaint contó que documentaba la manifestación con su celular cuando un policía la invitó a moverse a una “zona segura”, pero en vez de eso la rodearon, la patearon y la detuvieron. Relató que temió revivir episodios de violencia como los de 1968, cuando se reprimió al movimiento estudiantil en la Ciudad de México. También denunció que durante su encierro casi no recibió comida y que sus derechos fueron vulnerados.

Reacciones de la presidenta Sheinbaum y caída de su popularidad

En respuesta a las movilizaciones la presidenta Sheinbaum, ante la indignación de la población, realizó conferencias, defendió el derecho a protestar, pero también insinuó que actores externos podrían estar infiltrando las protestas de los jóvenes. En su discurso en el Zócalo, por el aniversario de la Revolución Mexicana, minimizó las protestas de descontento, contraponiendo un discurso de celebración, dejando una imagen simbólica poderosa: una plaza prácticamente vacía, lo que para algunos analistas es un reflejo del distanciamiento entre el poder y las nuevas generaciones, lo cual muestra más debilidad que poder.

Este contraste, entre la plaza vacía y las calles concurridas por jóvenes indignados, ha sido interpretado como un momento de auge de una protesta intergeneracional, pero también como una advertencia para el gobierno sobre su déficit de legitimidad.

En declaraciones luego de las manifestaciones, Sheinbaum afirmó que no reactivará una “guerra contra el narco” porque su estrategia de seguridad rechaza los enfrentamientos directos y se apega estrictamente al marco legal. En sus palabras: “no vamos a regresar a la guerra contra el narco … no es llegar … a agredir para matar a una persona, por más que sea presunta delincuente”[4].

La aprobación de Claudia Sheinbaum cayó drásticamente en un año según la encuesta global Morning Consult: pasó de 62% a 41%, mientras que su desaprobación casi se duplicó, llegando a 53% [5], que muestra la percepción ciudadana de fracaso en seguridad, economía y combate a la corrupción.

Posibles riesgos y escenarios a futuro

El estallido social en México no parece ser pasajero. Se advierten varios escenarios que podrían derivarse de la crisis actual:

-        Polarización creciente: Si el gobierno de Morena opta por la represión más que por el diálogo, podría exacerbarse la división política, social y generacional, generando mayor desconfianza institucional.

-        Consolidación de un movimiento juvenil: Se visibilizó la presencia de la “Generación Z”, que podría organizarse nuevamente, exigiendo reformas profundas, rendición de cuentas, transparencia y lucha contra el narcotráfico, lo que cambiaría las dinámicas tradicionales de la política mexicana.

-        Presión internacional: Las denuncias de represión y vulneración de derechos humanos podrían atraer la atención mundial y exigir medidas concretas de protección a jóvenes manifestantes en el marco de respeto a sus derechos humanos.

-        Erosión de la gobernabilidad: El asesinato de alcaldes críticos y la persistente violencia del narco podrían debilitar aún más a los gobiernos locales, especialmente si no se articulan políticas efectivas de seguridad y desarrollo social.

Reflexiones a manera de conclusión

Lo que ocurre en México —una combinación de expansión del narco, degradación gubernamental, uso excesivo de la fuerza y un activismo juvenil decidido— forma parte de un problema mayor que afecta a buena parte de América Latina. La ejecución de funcionarios, la corrupción entre criminales y políticos, la ausencia de justicia y los ataques contra jóvenes movilizados ponen en evidencia un Estado debilitado, con escasa capacidad para garantizar orden y protección. La jornada del 15 de noviembre es solo una muestra del deterioro democrático que se repite en diversos países de la región.

Naciones como Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia registran síntomas comparables: sistemas públicos permeables a la corrupción, zonas bajo dominio de grupos armados, y generaciones enteras que crecen en medio de la violencia y la incertidumbre. En este cuadro continental, la crisis mexicana encarna una pregunta urgente: ¿cómo reconstruir instituciones legítimas cuando el crimen organizado se posiciona como un poder paralelo?

La democracia se vuelve inviable cuando el narcotráfico controla territorios y corrompe autoridades, y también cuando las protestas se enfrentan con represión en lugar de diálogo y reformas. La movilización de la “Generación Z” expresa hartazgo ante la violencia y exige justicia, transparencia y seguridad. Si estas demandas no se atienden, México y otros países latinoamericanos pueden tener mayor ingobernabilidad, marcada por el crimen organizado, la impunidad, la erosión democrática y la vulneración de derechos humanos en la región.

*El autor es educador, activista de la APDHLP y miembro del Comité Ejecutivo de la APDHB

 


[1]https://elpais.com/mexico/2021-12-26/los-105804-asesinatos-de-la-era-lopez-obrador.html

[2]Edson Andrade, joven vinculado a la marcha Generación Z y al PAN, anuncia exilio forzado acusando persecución de Sheinbaum

[3]Liberan a Daniela Toussaint tras cuatro días detenidas por la marcha de la Generación Z

[4]https://www.youtube.com/watch?v=S8wQLKqwFT0

[5]https://emeequis.com/analisis/sheinbaum-sufre-caida-de-popularidad-segun-la-encuestadora-favorita-de-amlo/

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