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Adultos siguen ejemplo de niños en trabajo y cuidado de sus bosques

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Una pequeña y remota comunidad amazónica boliviana destinó 43 hectáreas de bosque para los niños. Participaron en estudios de flora y fauna, en la zonificación, y hasta obtuvieron ganancias económicas de su bosque.

 

Ahora toda la comunidad ya tiene ordenamiento territorial, siguiendo su ejemplo; atrajo el interés de autoridades municipales; y se realizó un encuentro trinacional de experiencias similares.

Motacusal es una comunidad de 20 familias, con un poco menos de 80 habitantes. Se encuentra en el municipio de Puerto Rico, al norte de Bolivia, en el centro amazónico de Pando, un departamento que todavía mantiene el 95% de sus bosques originales.?Se demora 5 horas en llegar desde Cobija, capital del departamento, necesariamente con un vehículo todo terreno; o todo un día de viaje, si se parte desde las principales ciudades bolivianas, como La Paz o Santa Cruz.

La Asamblea Comunal de Motacusal decidió donar 43 hectáreas de bosque para los 24 niños que tiene la comunidad. Ahora están organizados y deciden todo democráticamente. Su directiva tiene una presidencia, una secretaría de actas, una tesorería, y una vocalía.

Los niños participaron en el levantamiento científico de información del "BONI", diminutivo de "Bosque de los niños", como suelen llamarlo. Ahora, en uno de los primeros letreros que encuentran los visitantes, se lee: "En este bosque hay 30 especies de mamíferos, 30 especies de aves correspondientes a 19 familias, y 14 especies de anfibios y reptiles de diferentes órdenes".

Luego de los estudios, los niños dieron un siguiente paso: zonificar el BONI de acuerdo al potencial de los diferentes tipos de vegetación encontrada. La zona recreacional es la primera a la que llegan los visitantes, un hermoso y pequeño balneario natural, que se atraviesa sobre un puente peatonal de madera.

Luego llegan a la sede, ideal para reuniones, actividades educativas, ferias y otros. Asimismno, un sendero ecológico de circuito circular, permite apreciar los diferentes tipos de zonas, en aproximadamente una hora. Los niños pasan algunas clases oficiales de la escuela en su bosque, especialmente las de ciencias naturales.

Durante el recorrido, pequeños letreros señalan diversas especies de árboles. Los niños pugnan porque los elijan para explicar las funciones de cada uno de ellos. Algunos tienen función económica, como la castaña y la siringa; otros utilitaria, como la provisión de madera para construcción de viviendas y palmas para los techos.

Pero también están las medicinales y los niños rápidamente son capaces de nombrar varias. La guayaba sirve para la diarrea y el dolor de barriga, el majo para la tos y su fruto para el dolor de cabeza, el guayabochi para úlceras y mordeduras de serpientes.

Hay que agudizar el oído, el entusiasmo es demasiado, y todos quieren hablar al mismo tiempo: el asaí sirve para las amebas y los riñones, la resina de sucuba para fractura de huesos, el agua de patujú para la vesícula, el paquió para el paludismo, y la lista se prolonga...

"El BONI fortalece elementos propios de la cultura amazónica, relacionados con el bienestar comunal y la conservación de los bosques", hacen ver los técnicos de Herencia, la o­nG que emprendió el proyecto BONI. "También busca desarrollar capacidades de producción para la seguridad alimentaria, integrando nuevos conocimientos con las prácticas tradicionales de manejo local de recursos naturales", complementan.

Quizás lo más sorprendente sea que, con el apoyo de sus padres, recolectaron castaña del BONI y la vendieron. Luego, los niños decidieron comprar material deportivo para su escuela y uniformes para ellos. "El BONI desarrolla responsabilidad ambiental y social", agregan los responsables de Herencia.

Habiendo ganado el respeto de los adultos, representantes de los niños fueron incluidos en la Asamblea Comunal, el máximo órgano de decisión local. Además, los Estatutos Comunales dedican un capítulo exclusivo al BONI. Esta es la máxima norma que rige todos los aspectos de la vida de la comunidad, y está reconocida legalmente por el sistema jurídico boliviano.

Siguiendo el ejemplo de los niños, los adultos de Motacusal zonificaron el resto de los bosques de la comunidad, cuyo territorio alcanza a 2.500 hectáreas. "Casi el 40% del departamento de Pando está actualmente en manos de comunidades campesinas e indígenas como ésta", indican los técnicos de Herencia. "Eso muestra el gran potencial de impacto, que pueden llegar a tener iniciativas como el BONI, para el buen manejo de bosques, en nuestro departamento" enfatizan.

El gobierno municipal de Puerto Rico, al que pertenece la comunidad Motacusal, ya destinó fondos para el BONI. Bella Flor, la municipalidad vecina, también está interesada en la experiencia. Actualmente Herencia está implementando tres BONIs en Pando, y este año incorporará dos más. También realiza otros dos en Perú, dentro del municipio de Iñapari.

ANIA, una ONG peruana, desarrolla otros dos BONIs en su país, con el nombre "Tierra de Niños"; y en Brasil también existen experiencias de educación muy interesantes. Recientemente hubo un encuentro internacional de BONIS y experiencias similares, dentro del MAP. Esta es una iniciativa de intercambio de información, experiencias, y cooperación, entre las regiones Madre de Dios, del Perú; Acre, del Brasil; y Pando, de Bolivia. Gentileza Alain Muñoz / ECOcom

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