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Dos años y medio de transformación constitucional

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Pedro Mariobo Moreno
Este título contiene tres elementos que hacen al proceso que vivió y vive Bolivia en estos dos años y medio: el tiempo, el objetivo y la forma de cómo estamos construyendo un nuevo Estado para Bolivia. El tiempo
Para entender los dos años y medio, es preciso mencionar brevemente el antecedente más importante que dio lugar al proceso que estamos viviendo: la resistencia del pueblo contra el neoliberalismo durante los 20 años de su vigencia plena.
Los antecedentes
Lo principal fue la resistencia del pueblo al modelo de la globalización capitalista bajo el modelo neoliberal durante los 20 años de su vigencia desde 1985.
Luego fue la organización política de los movimientos sociales que catalizó lo más esencial de esta resistencia cuando los enemigos principales del sistema, la clase obrera, estaba destruida por la arremetida neoliberal. Esta organización política fue el IPSP-MAS que ganó las elecciones del 18 de diciembre de 2005 y ascendió al Gobierno en enero del 2006.
Después fue la lucha por organizar la Asamblea Constituyente, lograr que concluya su trabajo, ganar el referendo que aprueba la Constitución Política del Estado (CPE), con la que se inicia un nuevo período histórico en Bolivia.
Y, finalmente, está la ratificación del Gobierno con la nueva CPE mediante elecciones democráticas con poco más de dos tercios de la voluntad ciudadana. Así comenzó el período constitucional de los dos años y medio objeto de nuestro análisis.
Qué implican dos años y medio en el proceso de construcción de un nuevo Estado
El tiempo en sí es inexorable. Todos los sistemas de medición son válidos cuando se trata de aplicar el factor tiempo en política; en lo que muchos estamos de acuerdo es que en política todas las acciones tienen su tiempo, no aprovecharlo oportunamente o realizar acciones a destiempo o con demasiada antelación, sin tomar en cuenta las condiciones objetivas ni subjetivas, es cometer errores uno tras otro. Veamos el tiempo en materia de transformación o de cambio como hemos llamado a este proceso en Bolivia.
El capitalismo global bajo el modelo neoliberal (globalización del sistema) para llegar donde está, ha requerido de más de cinco siglos.
El socialismo real en sus diferentes versiones: ex URSS, China y Cuba para no citar a todos, requirió de ocho décadas desde que Lenin escribió su "Qué Hacer" (1903) hasta la caída de la ex URSS en 1989. China y Cuba tienen otros períodos de socialismo, pero indudablemente forjaron sus sistemas en base a la experiencia soviética.
China con sus siete décadas de vigencia de socialismo se convierte en la segunda potencia indiscutible a nivel mundial solamente detrás de los EE.UU. de Norteamérica. Para llegar a eso, China aprovechó y continúa aprovechando muchas ventajas que le ofrecía el sistema capitalista global como los juegos en la bolsa de valores, el mercado globalizado, las inversiones capitalistas reguladas y la conformación de empresas mixtas; pero también aprovecha la inmensa cantidad de mano de obra barata que ofrecen sus 1.350 millones de habitantes del país-continente asiático.
Cuba con su victoria revolucionaria y su definición por el socialismo después de la invasión en Bahía Cochinos por los mercenarios cubanos organizados y dirigidos por el imperio norteamericano en 1962, a la fecha realiza reajustes a su sistema para adaptarse "a convivir en un sistema que no han elegido" después de la heroica resistencia al criminal bloqueo con sabotajes y misiones de intervención, terrorismo y múltiples atentados contra Fidel durante toda la historia del proceso de construcción socialista que va por más de seis décadas desde la victoria de enero de 1959.
Este recordatorio de los tiempos de transformación revolucionaria de tres Estados emblemáticos en la historia contemporánea mundial, nos ayuda para comparar lo que estamos haciendo y valorar el avance logrado en dos años y medio de proceso de transformación constitucionalizado desde enero de 2010. Por esta comparación lo primero que salta con objetividad y el tiempo como indicador objetivamente verificable (IOV), es que dos años y medio NO SON NADA todavía. Pero ya hemos empezado.
El proceso de transición del viejo Estado neoliberal al nuevo Estado en construcción
En la teoría de la transición , se entiende este concepto enunciado por Marx como todas las actividades encaminadas a la transición de una formación social a otra. Esta sería la característica común a todos los procesos de transición a través de la acción revolucionaria de los pueblos.
La pregunta es ¿hacia qué tipo de Estado se orienta la transición boliviana, o qué proceso de cambio se ejecuta?
Este subtítulo de transición del viejo Estado neoliberal a otro nuevo en construcción, dice mucho y nada a la vez, por eso estamos obligados a develar hacía dónde vamos.
En el contexto que mencionamos como lo principal de la gesta del proceso que vivimos, fue la resistencia al neoliberalismo, pero lo dicho y hecho por éste, aún no lo hemos superado. Resumiendo, se nos dijo que:
El estatismo fue un fracaso, algo así como que era la causa de todos los males que atravesaba Bolivia. Que la corrupción se gestaba en esta área de la economía y que con las privatizaciones y devolución del rol de desarrollo económico y social al empresariado privado, sin corrupción, se evitaría la tragedia de que "Bolivia se nos muere" y que la solución era "exportar o morir".
Se nos dijo que el socialismo había muerto, que no era más la utopía de los pueblos y que había llegado "el fin de la historia" con el liberalismo triunfante sobre el socialismo, que habían terminado las luchas ideológicas y que las contradicciones en adelante serían las étnicas y religiosas .
Si la realidad era única con la globalización del sistema capitalista a nivel planetario, el pensamiento también debería ser único. Todos deberíamos pensar como liberales o neoliberales o como sus versiones secundarias.
Cuando afirmamos que no hemos superado esta influencia neoliberal en nuestra sociedad, nos referimos al Vicepresidente Álvaro García Linera, en calidad de exponente de las líneas generales del proceso, ha marcado en diferentes momentos una evolución del pensamiento oficial del Gobierno, pasando del "capitalismo andino", al "socialismo comunitario". En una ocasión negó el proceso de transición afirmando que ya vivimos una "revolución democrática y cultural", después comprendió que sí estamos en un proceso de transición y que no otra cosa significa el proceso de cambio que vivimos. También manifestó que los conflictos sociales y políticos que enfrentamos, son "tensiones creativas" consecuencia de que los procesos están en curso y no acabados aún.
Si esta es la respuesta de uno de los exponentes de la línea oficial, no es ocioso afirmar que la teorización del proceso está en ciernes aún; que la conceptualización no está clara o está muy dispersa. Esto resta confianza no sólo a la ciudadanía en general; los movimientos sociales también sienten la ausencia de posiciones más claras y viables y por eso están gestándose contradicciones internas muy fuertes en segmentos dirigenciales y sectores de clases, incluida la clase obrera en reactivación.
La CPE como instrumento legal fundamental de transformación en democracia
La CPE es un conjunto de normas superiores en la escala jerárquica del derecho individual y colectivo. Es la norma general de la estructura y superestructura de la formación social de los Estados; también contiene una serie de principios ideológicos y políticos. La CPE es la que le da a los Estados el carácter de sociedad políticamente organizada y Estado de Derecho. Pero la CPE es producto indiscutible de la sociedad, la misma que establece las condiciones de su reforma según sus necesidades. Es por eso que Marx sentenció que las constituciones no se justifican a sí mismas; es la sociedad que las justifica.
Si la CPE es el máximo instrumento legal de un Estado, también lo es del proceso de cambio; no es o no debería ser extática y las reformas deberían estar sujetas al avance del proceso y no constituir una camisa de fuerza al proceso para limitarlo.
Considerada así la CPE, en una revisión crítica, encontramos lo siguiente:
La CPE es más avanzada en reformas superestructurales que estructurales.
En la CPE confluyen tendencias ideológicas y políticas variadas: liberales, neoliberales, nacionalistas incluidas algunas normas de tendencia socialista. Esta confluencia torna contradictoria a ésta CPE como también lo eran las anteriores especialmente el nacionalismo con el liberalismo.
El modelo económico PLURAL adoptado por la CPE, por falta de una ley que establezca con precisión los alcances y limitaciones de cada forma de organización económica, se convierte en el modelo de mayores contradicciones, en parte por las modificaciones post Constituyente antes del Referendo; y en parte también, por la composición pluralista de los miembros de la Asamblea Constituyente.
El sistema político democrático reafirmado por la CPE, como en las anteriores, abunda en normas para la democracia delegada y muy poco, casi nada, sobre la democracia directa. Empero, donde más hace falta la normatividad del ejercicio de la democracia directa, es sobre la lucha del pueblo que está enunciada en el Preámbulo pero nada o casi nada en la actual Constitución.
Del presupuesto de que los movimientos sociales están en el Gobierno, éstos movimientos piden, exigen, tratan de imponer y realizan actos de presión en pro de sus reivindicaciones (felizmente no todos aún); lo cual está marcando una dicotomía tradicional entre Estado y sociedad civil, esta vez con mayor precisión entre Estado y movimientos sociales.
Conclusiones
El tiempo es muy corto para exigir demasiados cambios; pero es muy oportuno que a dos años y medio, se haga un balance objetivo de todos los elementos del proceso de cambio para hacer reajustes donde son necesarios.
Las indefiniciones ideológicas y políticas o la confluencia de tendencias, está dispersando lenta pero constantemente a las bases de sustentación del proceso qué son esencialmente los movimientos sociales.
El modelo económico PLURAL (la estructura) es donde más contradicción existe y es lo que justifica que, antes de que disminuya el dos tercios en la Asamblea Plurinacional, pudiera gestarse una reforma constitucional temprana como la estamos denominando.
Lo anterior debilita o le resta fuerza al instrumento político MAS-IPSP, lo cual implica la consolidación con ampliación del instrumento; su fortalecimiento con apertura a las fuerzas que en dos años y medio se han mostrado leales con el proceso, ya es necesario aunque no es todavía un imperativo.
La Paz, 9 de julio de 2012

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