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“Yo, Felipe Quispe, soy culpable del ascenso de Evo”

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Felipe Quispe Huanca, El Mallku, el también exejecutivo de la CSUTCB

Dijo que no ha renunciado a la lucha armada y dijo que el poder ha emborrachado a todos

Domingo, 15 de junio de 2014

Fotos Freddy Barragán / Página Siete. Juan Carlos Salazar, director de

Página Siete, Felipe Quispe Huanca e Isabel Mercado, subdirectora.

Página Siete / La Paz

Felipe Quispe Huanca, el temible El Mallku, se declara "culpable” del ascenso de Evo Morales al poder, de quien dice que llegó al Gobierno gracias a las movilizaciones que él impulsó hace más de una década.

"Yo me siento culpable de haber realizado esas grandes movilizaciones de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, porque le ayudaron a subir al Gobierno”, dijo durante el Desayuno Trabajo  de Página Siete. 

El veterano dirigente aymara anunció que no participará en las elecciones del 12 de octubre de 2014, pero anticipó que posiblemente apoyará al líder de los indígenas de tierras bajas, Fernando Vargas, postulado por el Partido Verde.

Lo vemos muy poco activo en política últimamente, ¿está retirado?

No es que haya abandonado la política, sino que no soy del MAS, no soy militante, ni siquiera me he reciclado en esa organización. Además, para ser ejecutivo de la CSUTCB hay que ser masista y para ser masita hay que ser corrupto, pasapasa y tránsfuga.

Yo tengo una línea recta. Mi concepción es katarista, indianista. Por eso no estoy con el Gobierno, pero no he renunciado a hacer trabajo político-ideológico en las bases, más que  todo para ganar militantes. Estamos ahí abajo y vamos a volver a la arena política con nuevos elementos, nuevos valores. Con ellos vamos a escribir otra historia.

¿Ese retorno será para estas elecciones?

El movimiento indio siempre ha tenido dos brazos: uno de ellos es un brazo democrático, legal, con el que participamos en las elecciones; para eso se requiere reconocimiento del Estado Plurinacional, que ahora es difícil de conseguir.

Ya no estamos viviendo como en las épocas neoliberales. En esa época era muy fácil hacer política, el propio Estado ponía el dinero, te rogaban para hacer política, para hacer propaganda en los medios, etcétera. Eso hemos aprovechado  en ese tiempo y hemos avanzado. Ahora es todo lo contrario…

También hay otro brazo -que siempre está  bajo el poncho-: es el brazo que va a tomar el camino de Túpac Katari y Túpac Amaru, no hemos renunciado a la violencia armada de ninguna manera. Tenemos  un movimiento indígena que trabaja con dos brazos, con un pensamiento propio, por la toma del poder político.

¿Ustedes están pensando todavía en la lucha armada?

Claro, yo no he renunciado a la lucha armada. Yo estuve en la cárcel por alzamiento armado. No he ido a la cárcel por ladrón, por violador, sino por un pensamiento político-ideológico.

¿Usted cree que hay condiciones ahora para una insurrección armada?

 Mientras haya pobreza, mientras ustedes vean por la zona central, casi en la puerta del Palacio  de Gobierno, a hermanas del norte de Potosí extendiendo la mano, pidiendo monedas; mientras vea en la vera del camino a chicos pidiendo limosna, siempre habrá el pensamiento de hacer la lucha armada, porque ya no nos van a dejar participar por la vía electoral.

¿Ud. cree que no ha cambiado nada para el indígena con la llegada de Evo Morales al poder?

Ha empeorado, pero nosotros somos los culpables. Yo especialmente, Felipe Quispe Huanca, soy culpable de trabajar para Evo Morales. Evo Morales ha sido dirigente desde 1988. Yo lo conozco  bien a ese muchacho. Como dirigente sindical no ha podido hacer ni una movilización, ni una propuesta frente a frente, ni hablar con el Gobierno. Simplemente ha sido un sumiso.

Es culpable de las leyes neoliberales. Por eso, actualmente está adorando la Ley 1008, la Ley INRA 2106, el código Banzer. Para nosotros, el Evo es simplemente un designado, un robot que se mueve  manipulado por un grupo de poder, esa grilla dominante que está en el Palacio de Gobierno. Si nosotros no hubiéramos hecho esas grandes movilizaciones —la rebelión de indios aymaras, quechuas, guaraníes—, yo creo que el Evo estaría carpiendo, desyerbando en Chapare o comiendo cáscaras de naranja...

Yo me siento culpable de haber realizado  esas grandes movilizaciones de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, porque le ayudaron a subir al Gobierno.

Pero, según don Álvaro García Linera, el Gobierno tiene un pensamiento indigenista…

A este muchacho lo conozco desde 1985, cuando todavía estaba en la universidad y ni siquiera  podía defender su tesis de grado en México. Vino acá porque era militante de la UDP. Era marxista, pero no tan marxista revolucionario, simplemente marxista, muy alegre quizá. Alguna vez habrá leído algunos pasajes del Capital de Marx  o expresiones del propio Lenin o Mao Tse Tung, pero nunca ha sido un ideólogo. Después vino al Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK)  a usurpar la dirección. Nos han traicionado, Álvaro y su hermano Raúl, cuando cayeron en abril de 1992 y delataron todo.

Ellos dijeron: conocemos a tales tales personas; hablaron de las movilidades, el dinero que teníamos… Todo lo entregaron a la Inteligencia del Estado.

Por eso fracasamos. Si no hubiéramos tenido ese tipo de gente en nuestra organización, creo que en este momento estaríamos en la lucha que teníamos proyectada. Teníamos que entrar al monte, hacer la guerra de guerrillas. Yo estaba en Caranavi  en esa época. De allí regrese para caer en manos de la Inteligencia del Estado, el 19 de agosto de 1992.

Si no va a participar en las elecciones de octubre próximo, ¿por quién votará?

No vamos a participar porque no podemos sacar personería jurídica. Hay muchas trabas. En 2002 recolecté  firmas en 15 días.

Claro, en esa época yo estaba de moda y no estaba desportillado, no estaba tan desgastado, pero ahora estamos viviendo otra instancia. No vamos a participar, pero posiblemente podamos apoyar a algún frente, como por ejemplo el frente de Fernando Vargas. Ideológicamente no estamos con el pensamiento de ese Partido Verde: ellos dicen que  no hay que matar ni un bicho, que no hay que lastimar ni una planta. Pura mentira.

Seguramente los que han fundado ese partido no viven  en el campo. Todavía no está  oficializada esa posición pero es posible que los apoyemos para no dar nuestro voto a los neoliberales ni al oficialismo. Hubiera sido mucho mejor la tercera opción, ir con nuestro propio candidato, no prestarnos candidatos foráneos, pero no  se ha dado… Yo creo que vamos a tener una reunión donde vamos tomar una posición definitiva al respecto.

¿Con quiénes está en conversaciones?

Hemos estado  conversando con Alejo Veliz, con Román Loayza, con Félix Patzi, con muchas personas que se han desprendido del MAS: queríamos  hacer un solo frente. Estaba inclusive el Filemón Escóbar, pero como no podemos conseguir personería jurídica es que estos compañeros han pensado conseguir una sigla, como la del FRI.

Han hablado con el Motete Zamora, otros decían que van a conseguir la de UCS. Así hablaron con muchas personas. Yo me reía de ellos, porque a un indio nunca le van a dar personería jurídica.

Usted ha dicho que el presidente Evo Morales ya no tiene el apoyo que tenía en el campo, pero el MAS sigue considerando las zonas rurales como su bastión más fuerte, ¿cuál es su argumento?

Lo que pasa es que el poder los ha emborrachado a todos. En el Palacio de Gobierno, en el Palacio Legislativo, en todos los poderes del Estado están borrachos. Ya no bajan a las bases, ya no comen con los comunarios, ya no se hacen picar con pulgas,  con piojos, con zancudos.

Se han vuelto burgueses, como se  dice en términos marxistas. Ya no están trabajando con el sudor de la frente, sus manos ya no tienen callos, están caminando  con olor a perfume, ya no trabajan la tierra, piensan que hasta las ovejas los van a apoyar, así por así.
Yo sé que en el campo no van a votar por el MAS, mucho menos por el Evo. Aquí en La Paz no ha hecho nada por la gente. Por ejemplo, cuántos millones de dólares están gastando en esta Cumbre de Santa Cruz, pero en las comunidades seguimos viviendo en la peor  miseria. Por eso yo no garantizo que vaya a haber votos para el Gobierno en el campo. Ya no vamos  a repetir los errores de antes.

Pide ver en coca quién ganará el Mundial

En algo se parece Felipe Quispe a Evo  Morales: en su afición militante al fútbol. Mientras el Primer Mandatario se apresta  a debutar como jugador profesional con el Sport Boys de Warnes, el veterano líder indígena es fundador y director técnico del Pachacuti. Quispe dice que, sin embargo, incluso en el fútbol tiene diferencias con el Presidente: "Él da rodillazos, maltrata a los jugadores rivales; yo no maltrato a nadie. Yo doy ideas a los jóvenes. Nosotros no carajeamos a los jugadores”.

El Mallku recuerda que cuando era diputado ganaba casi 20.000 bolivianos y no sabía qué hacer con el dinero. "Nunca había ganado tanta plata en mi vida”, dijo. Así que decidió invertir parte de sus ingresos en escuelas de fútbol en la provincia Omasuyos para que los niños no sufrieran lo que él sufrió. "Yo recuerdo que no conocía una pelota, quería tener una, pero mi papá no me compraba. Nosotros hacíamos tejetas de nuestros chullus”. Su equipo, el Club Deportivo Pachacuti, llegó a primera de ascenso. Su aspiración no sólo es llegar a la Primera B, sino a Primera A.

"Queremos entrar a la Liga Profesional con los Mamani, los Condori, los Quispe, para demostrar que somos capaces de jugar con los equipos profesionales”.

¿Cuál es su pronóstico para el Mundial?

"Habrá que verlo en coca. Yo estoy viendo a Brasil como local y a Argentina, Colombia y Ecuador con un buen papel”.

El Mallku, invariable en genio y figura

"A esa mujer le debo todo, ella me ha impulsado a entrar a la política. ¿Por qué pues no vas a poder?, me ha dicho (…). Claro, que yo no era borracho, no andaba mal, llegaba a la hora exacta”. Así recuerda Felipe Quispe a su esposa, quien murió el pasado 29 de abril, después de un largo padecimiento por una enfermedad renal. Pero, El Mallku no  es un hombre que se rinda. Ni siquiera ante la muerte: tres de los diez hijos que tuvo con su compañera de vida "están bajo tierra”. Lo que está más vivo que nunca es un espíritu indomable, que a las puertas de los 70 años le hace seguir apostando por la lucha armada para imponer el reinado del Kollasuyo (como define a la recuperación del territorio boliviano para la nación aymara, el leiv motiv de su vida) y para caminar más de una hora en una fría mañana de invierno, para llegar a tiempo a la tempranera cita con Página Siete. Con el llucho en la mano, la melena larga y rebelde, y la infaltable chamarra de cuero, El Mallku sigue creyendo en revertir la colonización que alejó a los pueblos indígenas del altiplano del ejercicio de poder y sosteniendo que el texto de Fausto Reynaga La revolución india es su Biblia; mientras se apresta a presenciar el Mundial de fútbol y apresurar el regreso a su natal Ajllata para cuidar los cultivos de papa, "que este año están agusanados”.

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