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Acciones políticas durante la cuarentena en Bolivia

Editorial de Aquí 304

Acciones políticas durante la cuarentena en Bolivia

Los dirigentes de las principales organizaciones partidarias y/o frentistas de Bolivia, todos los días impulsan acciones políticas de menor o de mayor alcance.

Los del frente Juntos y sobre todo la presidenta-candidata Jeanine Áñez Chávez, están end﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ñez est´m s y sobre todo la Presidenta-Candidata ÄAen la delantera, por su labor política y electoral, desde el inicio de la campaña anticoronavirus en nuestro país. Son la dirección política de esta campaña, operativo único en su género, y que convoca a todos los bolivianos. Es que la población , sin excepciones, debe incorporarse para ganar esta campaña.

La dirección que ejerce la Presidenta-Candidata no la comparte con otros dirigentes políticos distantes de Juntos.

Aunque se lo niegue, la dirección de la campaña antipandemia, es política por más que se dice una verdad: que la campaña por la salud y la vida de los bolivianos es la prioridad y algunos de los ministros agregan que esa acción no es política.

Pero es tan política la campaña que es gestión gubernamental y estatal; oficio ciudadano que le toca desempeñar al gobierno de transición sin que los actuales gobernantes hayan buscado esa colosal tarea.

En apariencia la lucha por la salud y la vida no tiene nada que ver con la política, pero ocurre al revés: ahora lo principal del accionar de los gobernantes y en especial de la Presidenta-Candidata es de tipo político, aunque ese accionar se muestra como mera actividad administrativa, en varios casos.

La defensa de la salud y de la vida de los bolivianos, tarea suprema en este período, emprendida por los gobernantes, se presenta como el interés supremo de los bolivianos —y lo es—por lo que el contenido político de la campaña no se ve fácilmente o se mantiene oculto.

Los bonos y las otras medidas económicas, tomadas por los gobernantes y por la Presidenta-Candidata, son parte del arte de gobernar en este tiempo de la pandemia, a la que no se vence en varios países del mundo, por eso es necesario destacar que con la campaña anticoronavirus se defiende la salud y la vida de los seres humanos en el universo, ni más ni menos.

De las elecciones postergadas, los gobernantes tampoco hablan. Sin embargo, no requieren hacerlo, la campaña que encabezan, organizan y que también dirigen, subordinados a la Presidenta-Candidata, abarca las tareas de una campaña electoral. Es decir, los gobernantes con su despliegue en medio de la campaña anticoronavirus, “hacen política” y “hacen campaña electoral”.

Alcaldes, ahora de Juntos, como el de La Paz y la de El Alto, incluido el Gobernador de Tarija, con las campañas en favor de los que tienen menos para comer, se presentan solidarios como el que más, con lo que aportan a la campaña que encabeza la Presidenta-Candidata lo que, sin embargo, confirma que aquel gesto tendría un resultado electoral que beneficiaría al actual oficialismo. Aquí no hay dónde perderse: todos los bolivianos (incluidos los dos caras del MAS) queremos vencer al coronavirus lo más pronto posible. Cuando ocurra esa victoria, que será de alcance mundial, lo probable es que, innumerables ciudadanos, asuman ese triunfo como de Añez, de los gobernantes y de los de Juntos, en primer lugar. Y lo más probable es que de esa manera se valore el desenlace de la campaña antipandemia por más de que se aclare que sin el aporte de casi todos los bolivianos, no hubiera sido posible vencer a la pandemia.

La Presidenta-Candidata y los que gobiernan con ella, con la acción política que dirigen, tienen una ventaja muy difícil o imposible de alcanzar por los otros dirigentes políticos que aspiran a ganar las elecciones, para no hablar de los grupos y dirigentes políticos marginales, a los que la realidad se encargó de ningunear antes de la cuarentena.

Sin embargo, la realidad vale más que apreciaciones. Esperemos, por tanto, ese veredicto de la vida.

Los masistas, con doble comportamiento o con dos caras dentro de la campaña anticoronavirus, ejercen la política en dos direcciones, cuando menos: apoyan, a pesar suyo, la campaña antipandemia y simultáneamente organizan o siquiera alientan marchas, retorno de bolivianos al país desde países vecinos (Chile, por ejemplo)…

Asimismo, son masistas los que respaldan y/o sugieren que comerciantes en El Alto y en la zona sud de Cochabamba realicen ferias.

Masistas, como quienes hacen concesiones, además de asegurar que la campaña antipandemia en Bolivia es un fracaso, denuncian represión policial y militar durante la cuarentena la que, según ellos, debiera ser ejecutada conscientemente y que si la cuarentena se prolongara debe regionalizarse. Esos voceros masistas, además, reclaman un gabinete político y técnico (integrado por ellos también), al menos para influir desde ahí en la dirección de la campaña anticoronavirus.

Alcaldes y concejales masistas afirman que coordinan la campaña anticoronavirus, que reúnen víveres para los compatriotas más necesitados y que no reciben bonos, pero varios de esos funcionarios públicos demandan que el gobierno devuelva un dinero que les fue restado a las alcaldías, por el gobierno de Morales, del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), para buscar gas y petróleo; dinero que no fue utilizado, según los que demandan esos recursos.

Gobernadores y munícipes masistas, también organizan el acopio de alimentos para los que no accederán a los bonos para aliviar sus penurias dentro de la cuarentena.

Cocaleros del Chapare han regalado frutas del trópico cochabambino, en la ciudad del valle, como otra de las acciones políticas y electorales suyas.

Una exdiputada y exMinistra de Comunición del MAS, en coincidencia con la Defensora del Pueblo, ha dicho que los actuales gobernantes no tomaron medidas de prevención antes de la llegada del coronavirus a Bolivia, a pesar de las recomendaciones de la OMS, que esos funcionarios públicos no usan hospitales que fueron construidos durante el mandato del gobierno depuesto y que otros nosocomios que se construían han sido abandonados por Áñez y sus colaboradores.

Pese a evidencias, los masistas niegan todos los cargos sobre el presunto objetivo suyo de sabotear la cuarentena para desestabilizar al gobierno, según voceros oficialistas.

En rigor, los masistas niegan que ejerzan la política durante la campaña antipandemia. Lo que hacen y lo que encubren aquellos operadores es acción política. Y los que esperan inacción política de los masistas son despistados quizá incorregibles.

Carlos D. Mesa Gisbert informó que la Presidenta-Candidata, en ningún momento de lo que va de la cuarentena, lo citó para reunión alguna destinada a coordinar dentro de la campaña antipandemia.

Asimismo, en nombre de la Comunidad Ciudadana (CC), por la que es candidato a la Presidencia de Bolivia, pidió información, a los gobernantes, sobre recursos donados por la comunidad internacional para enfrentar la campaña anticoronavirus, sobre la dotación de ropa de bioseguridad para médicos y personal de salud y respecto del tratamiento que reciben los infectados con el coronavirus.

En otra entrevista periodística, el mismo Mesa opinó sobre las medidas que se aplican y que deben aplicarse en el tratamiento de los infectados con el coronavirus, así como acerca del sistema de salud dejado por el régimen masista.

El exPresidente, además, refutó a la Defensora del Pueblo porque ésta dijo —según ella la mal entendieron— que los actuales gobernantes no adoptaron medidas de prevención para evitar y/o contrarrestar a la pandemia, la que fue conocida en septiembre de 2019 y no antes como afirmó la Defensora.

Mesa señaló que la Defensora del Pueblo, milita en el MAS y que el coronavirus se conoció, en el mundo después del 20 de diciembre del año pasado. Añadió que aquella Defensora, es una irresponsable al decir lo que dijo para medios de difusión. Sin embargo, la Defensora aclaró que la única militancia suya es la defensa de los derechos humanos y que, ante medios de difusión, añadió que ella se refirió a la epidemia de dengue, que ocurre hace varios años, sobre todo en lugares cálidos de Bolivia.

Al inicio de la campaña anticoronavirus, el candidato de la CC avisó que este frente suspendió concentraciones masivas para respaldar las medidas, decretadas ya en ese momento en el país, para evitar la propagación del virus mortal.

Las citas reproducidas de Mesa evidencian que este candidato hizo esas declaraciones dentro de la campaña antipandemia, con las limitaciones visibles.

Sin embargo, esas declaraciones de Mesa tienen un contenido político expreso e implícito, lo que es innegable.

Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari, ex dirigentes cívicos y candidatos a la Presidencia y a la Vicepresidencia del país, no se conoce que algo hayan dicho y que algo hayan hecho en la campaña antipandemia.

El escenario boliviano, en el que se despliega la campaña antipandemia es dominado por Áñez y otros gobernantes, labor que es política y electoral no declarada, pero tiene esos alcances.

Los masistas, desarrollan dos comportamientos durante la campaña anticoronavirus, por eso decimos que ellos son dos caras.

De esa forma ejecutan la política los masistas, aunque niegan que busquen el fracaso de Jeanine Añez y de los gobernantes.

Mesa parece impedido de hacer más en una campaña que, como ciudadano, le toca cumplir disciplinadamente.

Camacho y Pumari, como que vivieran fuera de Bolivia: quizá creen que es mejor callarse hasta que se venza a la pandemia.

Es verdad que no hay tarea más importante que aportar a la campaña anticoronaviru, en la que confiamos que venceremos los bolivianos y los habitantes del planeta tierra.

El curso de esta campaña y la victoria de la sociedad boliviana, se advierte que preocupa mucho a los masistas, sobre todo, añadimos, por lo que podría ganar en ella la Presidenta-Candidata.

Mesa podría perder espacio político y electoral, lo que favorecería a la acumulación política y electoral de Añez.

Camacho podría mermar el respaldo electoral que tiene, según encuestas, especialmente en Santa Cruz.

En suma, el desempeño político de la Presidenta-Candidata podría crecer, incluso a costa de los otros candidatos.

La campaña anticoronavirus, en la que importa el resultado, definiría y redefinirís las preferencias electorales de la mayoría de los bolivianos.

Por lo dicho, en este editorial de Aquí virtual, los principales actores de la política boliviana están en movimiento, el que no se detiene, con las posibilidades y limitaciones resumidas en esta nota.

Sin embargo, la constatación es que la Presidenta-Candidata aparece con varios puntos en su haber, lo que debe considerarse para un balance que deberá hacerse sobre la campaña anticoronavirus. Esa es una conclusión de este vocero, aunque con Añez tenemos intereses contrapuestos y ella nos es política e ideológicamente adversaria irreconciliable, entre otras razones, por sus nexos con los yanquis y con grandes empresarios criollos.

  

Ante falta de ingresos: compensación material es útil, pero escasa

Editorial de Aquí 303

Ante falta de ingresos: compensación material es útil, pero escasa

Empezó en Bolivia el desembolso de Bs400 o del monto de la “Canasta familiar” a los que reciben la Renta Dignidad, el Bono “Juana Azurduy” y el Bono a los discapacitados.

Con aquel desembolso, según la presidenta Áñez, se espera aliviar la falta o escasez de ingresos de los grupos sociales más necesitados, la mayoría en Bolivia.

Si se prolonga la cuarentena total —como que desde Santa Cruz se pide su ampliación— ojalá se apruebe que a la “Canasta familiar” se la extienda por otro mes, cuando menos.

Además, se apunta una constatación: que hay sectores sociales, entre nosotros, que tienen por hábito extender la mano hacia el Estado para que éste cubra obligaciones económicas de los ciudadanos.

Sin embargo, también hay entre empresarios bolivianos, o que tienen intereses aquí, que han conseguido, presiones mediante, que el Estado se subrogue las deudas suyas, lo que ocurrió con varios banqueros quebrados, durante el neoliberalismo, lo que es una prueba de esta afirmación, la que no debemos olvidar. Se aclara que esas deudas de banqueros quebrados las pagamos los bolivianos o las seguimos pagando.

Sin embargo, la “Canasta familiar” es un alivio que no atenderá todas las necesidades de los compatriotas que la reciban.

Ese soporte económico, resulta escaso, pero es un dinero útil con el que se vivirá este tiempo o parte de este tiempo de la cuarentena total. Aquélla es una especie de retribución a la mayoría de la gente que no puede trabajar no sólo por su avanzada edad sino porque el encierro necesario de las clases sociales, realmente productoras, lo impide.

No se conoce opositores a la “Canasta familiar” o si hay algunos están ocultos.

Pero lo que existen son los grupos sociales que se sienten excluidos de ese beneficio y con razones convincentes en varios casos.

Trabajadores por cuenta propia de talleres diversos que están de veras paralizados dicen que no han sido tomados en cuenta para recibir la “Canasta…” de la que comentamos.

Sin embargo, familias de esos trabajadores en talleres por cuenta propia lo probable es que reciban, indirectamente, el “Bono estudiantil” o que dejen de pagar por el servicio de luz y parcialmente (la mitad de la tarifa) por el agua potable que consuman, durante tres meses. Por esos servicios se dejará de pagar sumas menores, pero serán ingresos indirectos para esos usuarios.

Los niños enfermos con cáncer han reclamado para ellos la “Canasta…” y tendría que enmendarse esa omisión.

Otras tantas familias empobrecidas no figuran en la lista de los destinatarios de aquella “Canasta…”. No obstante, en lugares como Huanuni los trabajadores mineros y vecinos comparten lo que tienen con aquellos desposeídos de alimentación.

En otros sitios desde las alcaldías o gobernaciones toman iniciativas destinadas a proveer de alimentos a las familias necesitadas, como se dice por ellas.

En La Paz, el Alcalde avisó que serán distribuidas 8.000 canastas familiares, con dinero que debió gastarse en el desayuno escolar. Lo difícil será, empero, establecer que aquella donación será solidaridad plena y en ningún caso para ganar votos con dinero destinado a los estudiantes.

La Gobernación de Tarija, asimismo, informó que parte del dinero presupuestado para el desayuno escolar será empleado para financiar una canasta familiar de Bs500 para las madres de familia de ese departamento y que tengan hijos estudiantes. En este caso será muy difícil desvincular la solidaridad real de los afanes electorales de autoridades, como el Gobernador de Tarija, que apoyan la candidatura de la presidenta Áñez. Vecinos de otras ciudades, hablan poco o sin hablar, reúnen víveres para dotar a los habitantes que los requieren y que son de esos lugares.

En Beni y Pando se reparte comida a los que están imposibilitados por sí mismos de conseguir su alimentación.

Se ha dicho que es en medio de la campaña anticoronavirus cuando la solidaridad debe materializarse sin demora. Ya se lo hace y se espera que crezca y que sea duradera.

Es bueno recordar que casi siempre ha ocurrido que los más solidarios son los que menos tienen, los que comparten lo poco que tienen para vivir. Hay certeza de que ya es y que seguirá siendo así.

En esta especie de recuento de los beneficiarios o no de la “Canasta…” dejamos constancia de ejemplos de “aprovechadores” consuetudinarios o que pretenden seguir con esa repudiable práctica que nos daña:

—Dos cooperativistas mineros, lo más probable es que se trate de empresarios “cooperativistas mineros”, han pedido la “Canasta…” porque no pueden trabajar debido a la cuarentena total, dijeron.

Cooperativistas mineros de base, en rigor, asalariados que depeden de los cooperativistas empresarios mineros, podrían haber solicitado aquel beneficio, pero aún ese sector tendría que buscar auxilio de sus verdaderos patrones, esos cooperativistas empresarios mineros.

Recordemos que los coopertivistas empresarios mineros (que no son cooperativistas, para decirlo con las palabras de un exPresidente de COMIBOL), han recibido préstamos del Estado (que no los pagaban); han sido depositarios de regalos del entonces presidente Morales; han sido favorecidos con parajes mineros públicos para su explotación, en los que no han gastado para la preparación productiva.

Esos cooperativistas mineros han ayudado a privatizar y a transnacionalizar (“extranjerizar”) la economía minera en Bolivia.

Cooperativistas mineros también fueron reprimidos, por el régimen masista, acaso porque los servicios políticos que prestaron a Morales eran inestables.

Con esa hoja de vida y a pesar de los recursos propios con los que cuentan, en este momento, aquellos dos dirigentes de los cooperativistas empresarios mineros pidieron que se los cuente entre los destinatarios de la “Canasta…, reiteramos.

–Un dirigente de los gremiales de Bermejo, frontera con Argentina, también reclamó que a ese sector se lo sume para la recepción de aquella “Canasta…”

Ese pedido se lo hizo para innumerables trabajadores gremiales, los que en realidad son contrabandistas y comerciantes de esas mercancías contrabandeadas, es decir, que para su internación al país eluden controles aduaneros para evitar el pago de algún impuesto o son mercancías que compiten, a menor precio, con las de factura boliviana.

Esos gremiales tendrían que haberse callado y jamás decir que quedaron sin trabajo en la cuarentena y que por tanto merecen la “Canasta…”

–Un dirigente de los campesinos de Chuquisaca, a su vez, señaló que la “Canasta…” excluía a ese sector socio-económico y a otros de modestos ingresos.

Sobre los campesinos, si en este tiempo producen, los bienes que ofrezcan tendrán certeza de venderlos en el mercado que funciona con las limitaciones de compradores que no tienen los ingresos a los que habitualmente accedían antes de la pandemia.

Es necesario decir, además, que ese dirigente de los trabajadores agrarios, habló de los campesinos de forma genérica; designación con la que no separó a los campesinos empobrecidos de los campesinos pequeños, campesinos medios y campesinos ricos, para no hablar de los empresarios del campo que en Chuquisaca existen, incluidos los que allí explotan y oprimen todavía a indígenas guaraníes.

En Chuquisaca, entre otros sitios, campesinos que no tenían necesidad (registramos confesiones de algunos de ellos) recibieron dinero obsequiado, por el régimen masista, para construir casas, ampliarlas o acrecentar sus cultivos. Pedir la “Canasta…” para esos campesinos podría ofender a los que sí la necesitan. Los campesinos de los que hablamos en estos párrafos, entre otras cosas, son los que durante 14 años han dejado de sembrar porque era más rentable y menos esforzado recibir plata del hermano Evo para aplaudir y halagar a este caudillo autoritario.

Hemos citado estos tres ejemplos para estar siempre avisados respecto de los aprovechadores, como los que en El Alto, en juntas de vecinos, se disponían a elaborar listas de beneficiarios de la “Canasta…”, para una repartija posiblemente tramposa que no ocurrió, menos mal.

Ante las elecciones, que de todos modos deberán realizarse después de vencer a la pandemia, al menos tenemos que denunciar a los que so pretexto de aliviar el hambre de la gente empobrecida distribuyan alguna ayuda condicionada a la votación por candidata o candidatos a la vista.

Debemos estar avisados, asimismo, de que en todas partes tenemos compatriotas como una potosina que, a viva voz, pidió que aparezcan los candidatos con bolsitas con azúcar y con fideo para regalar en barrios en los que reside gente empobrecida.

El hambre con seguridad sería utilizada para hacer campaña electoral con dinero de los bolivianos o de la cooperación internacional. Tenemos que redoblar la guardia, ante posibles irregularidades de ese calibre.

Volvemos a los paliativos del hambre provocada por la campaña anticoronavivus.

Gobernantes tienen resuelto apoyar económica y financieramente a los empresarios para que éstos reactiven su economía que ya confronta una crisis de alcances difíciles de cuantificar en este momento.

A esa ayuda del Estado a los empresarios, difícil oponerse con razones valederas.

Esa ayuda a los empresarios, sin embargo, da pie para que desde este espacio digamos a voz en cuello como es preciso, que los bonos resueltos para los bolivianos, para batirse en la emergencia sanitaria, lo más probable es que sigan escasos porque, además, son insuficientes.

Ante esta realidad, los destinatarios de los bonos surgidos en la campaña antipandemia tienen la palabra. Y la palabra de ellos, con certeza, es que se extiendan aquellos beneficios en montos y frecuencias, pedido que los gobernantes deben atender ineludiblemente.

Hay casos en los que los recursos ahorrados, si son mejor distribuidos, podrían atender demandas, como la de los jubilados, los que tienen que conseguir que sus ahorros se repartan mucho mejor, que se calculen según la expectativa de vida de los beneficiarios, de modo que el Estado herede menos del ahorro de los jubilados que mueran antes de los 100 años previstos por los calculadores de las rentas actuales de los jubilados.

Este es sólo un ejemplo para subrayar que los bonos para la campaña antipandemia deben correr por un cauce distinto a las acciones que busquen aumento de rentas de jubilados y/o aumentos salariales.

Están relacionados y conectados, los bonos que comentamos y las reivindicaciones salariales de este período en Bolivia, pero cada demanda debe seguir por su propio camino.

Los bonos para seguir la campaña anticoronavirus tienen su camino y los beneficiarios saben o descubrirán cómo conseguir que se amplíen, así como las demandas de aumento salarial o de incremento de las rentas de jubilados también deben seguir su propio rumbo.

La “Canasta…” es útil, pero escasa, por ello la demanda visible es que se pague dos veces o más, según el tiempo de la emergencia sanitaria.

Masistas pretenden ganar elecciones del 3 de mayo con votos de la tercera parte de los bolivianos

Editorial de Aquí 301

Masistas pretenden ganar elecciones del 3 de mayo con votos de la tercera parte de los bolivianos

Los masistas están seguros de que ganarían las elecciones del 3 de mayo próximo, en la primera vuelta y cuando menos con 10 puntos porcentuales respecto del segundo candidato o de la segunda candidata más votado/da. Los más optimistas que apoyan al binomio Arce-Choquehuanca creen que conseguirían más del 50 por ciento de los votos en aquella consulta.

Las normas electorales, herencia del régimen derrotado el año pasado por un alzamiento popular, favorecen a los candidatos masistas.

Una de esas normas se la señala en el párrafo precedente: que Arce-Choquehuanca serían elegidos si logran aquella diferencia en su favor, es decir, con 10 puntos porcentuales, ante el oponente o la oponente, reiteramos.

Según la encuesta de la empresa Mori (la última conocida en el país), con el 33 por ciento de las preferencias, triunfarían los masistas, sumados los votos en blanco, los que también les beneficiarían, por mandato de la legislación que regula el proceso electoral en curso.

Aquella legislación incluso ayudaría a los candidatos masistas, aunque los que sufraguen en blanco, con esos votos rechacen a las elecciones y a los candidatos.

Esa misma ley de elecciones facilita la nominación de más candidatos campesinos a la Asamblea Legislativa Plurinacional y con menos votos que los candidatos a diputados que postulen en las ciudades. Esa norma ayudaría al MAS porque este partido contaría con mayor respaldo en el agro, a pesar de que allí (en el campo) son menos los electores respecto de los votantes que viven en las ciudades.

En otras palabras: en el campo se necesitan menos votos, que en las ciudades, para elegir diputados. Esa es otra ventaja para los masistas.

A esas gangas para el masismo se tendrían que añadir las formas de fraude electoral que podrían intentar los que, durante 14 años, lo que más han hecho ha sido votar, aplaudir-halagar a Morales y hacer fraude electoral o encubrirlo.

En una nota anterior nos hemos referido a esas formas de fraude, las que ahora las reiteramos sin detalles:

—Quizá con los carnets de identidad (doble) regalados por los masistas, electores no depurados, votarían más de una vez por Arce-Choquehuanca.

—En los lugares sin control, los masistas y/o sus amigos anotarían los votos de otros candidatos, para los nombrados Arce-Choquehuanca.

—Los masistas antes compraron votos directa o indirectamente, con plata o con regalos. Lo uno y lo otro lo harían de nuevo o ya lo están haciendo. Tienen plata para esa compra-venta tramposa.

—El miedo que infunde el masismo entre ciertos electores es verificable: aquéllos aseguran que lo que alcanzaron con Evo Morales, aunque sólo haya sido personalmente, lo perderían, así como acabaría lo que alcanzó Bolivia, aunque cada vez está más claro que lo que se sumó en esta tierra no es tal o que los llamados cambios costaron mucho al país o fueron ejecutados con dinero prestado, el que los bolivianos pagaremos.

Esas formas posibles del fraude que intentarían los masistas no sería fácil descubrir, pero se lo debe intentar.

—Es cierto que jamás se debe olvidar la manipulación dolosa de los resultados de las elecciones del 20 de octubre del año pasado, argumento central por el que fueron anulados esos comicios.

Actualmente, las encuestas más favorables para los masistas les dan a éstos la tercera parte de los electores bolivianos, es decir, se trata de lo que Morales llamó varias veces el voto duro con el que hizo lo que quiso durante sus mandatos constitucionales y anticonstitucionales.

De acuerdo a las encuestas citadas, ante tres candidaturas con apoyo de 18 por ciento, 16 por ciento y 8 por ciento (a Mesa, Áñez y Camacho), las posibilidades de victoria electoral de los masistas los lleva a ellos a cantar el éxito antes de obtenerlo.

Además, los masistas y, en primer lugar, su jefe Morales, si pierden el 3 de mayo, es probable que rechacen ese resultado para lo que denunciarían un fraude electoral inexistente, a lo que sobrevendría una demanda de auditoría, la que pedirían que la presida el Papa Francisco.

En este momento, los masistas se comportan como electoralistas o lo contrario.

Una señal de lo dicho es lo que han representado los parlamentarios masistas, cuando han dicho que ellos han viabilizado la convocatoria a nuevas elecciones y al frente de esa representación se inscribe la amenaza de Morales de tramar un golpe de estado, con sus amigos de uniforme, a los que definió como militares patriotas, al estilo de Kalimán, se podría anotar.

Otro comportamiento que a los masistas los muestra desnudos es lo dicho por una diputada cocalera: que la coronavirus ha sido provocada por los yanquis, que la pandemia de alcance mundial es un invento de la derecha y que aquélla, politizada, sirve para que los gobernantes bolivianos persigan a los masistas del Chapare.

A esas declaraciones se debe agregar la renuencia de aquellos cocaleros a ejecutar las medidas dispuestas por gobernantes de distintos niveles contra la coronavirus en el país.

Lo probable, también, es que hubo masistas, entre los pobladores de El Alto, que restaron su participación en la campaña contra la pandemia.

Asimismo, seguimos sospechando que hubo masistas entre los cruceños que se opusieron a que la hospitalicen a la compatriota infectada con coronavirus y que llegó desde Italia a San Carlos, norte de Santa Cruz.

Según el discurso público, los masistas se suman a la causa para derrotar a la pandemia, pero clandestinamente, otros masistas de manera encubierta, mienten o buscan desinformar respecto de la campaña anticoronavirus que ocupa a la humanidad. Los masistas, en realidad, se comportan electoralistas o golpistas.

Esa conducta se observa entre los exgobernantes estos días: a ocultas, algunos masistas son contrarios a las medidas para vencer a la coronavirus y la mayoría de ellos aparentan que son de la causa universal y boliviana que lucha para sepultar a la pandemia que enferma a muchos y que, hasta el cierre de esta edición, acabó con la vida de más de 10 mil personas y que desencadena una crisis económica cuya gravedad ya se la siente.

Y como si los masistas vivieran solos en el mundo y en Bolivia, quieren elecciones el 3 de mayo, porque están seguros de ganarlas.

Contra el coronavirus y acción política en Bolivia

Editorial de Aquí 302

Contra el coronavirus y acción política en Bolivia

En el curso de la semana que concluye han sido ampliadas las medidas aprobadas por el gobierno interino de Bolivia destinadas a mantener y a fortalecer la cuarentena con la que se busca contener y vencer al coronavirus, en nuestro país, como parte de la lucha universal contra la pandemia

Esas nuevas medidas configuran la “Situación de emergencia sanitaria” en desarrollo.

La cuarentena se ejecuta en los países en los que se enfrenta aquella “peste”, medida sugerida, básicamente, por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En Bolivia los contaminados con aquel virus son más de 90, hasta el cierre de esta edición, aunque aquí no se registró ninguna muerte ocasionada por la pandemia, lo que se acoge con esperanza.

La cuarentena, como accionar principal en contra de aquélla en Bolivia, se la impulsa con dificultades.

El factor principal que dificulta la realización plena de la cuarentena la enfrenta la mayoría de los pobladores de nuestro país, porque ellos no perciben salarios, es decir, son trabajadores por cuenta propia, que constituyen entre el 70 y el 80 por ciento, los que si no trabajan no perciben ingresos para mantener a los que dependen de esa labor cuentapropista,

Ese elevado porcentaje de trabajadores por cuenta propia configura, asimismo, el atraso económico de Bolivia,

Para aliviar las penurias socioeconómicas de la mayoría de los bolivianos, los gobernantes han dispuesto que se preserven los servicios de agua, luz, internet, por los que los usuarios no paguen, por falta de capacidad material para hacerlo; el Estado pagará las tarifas de energía eléctrica que sumen hasta Bs120 y sean de uso no comercial; el Estado, también, cancelará la mitad de las tarifas por el consumo domiciliario de agua por abril, mayo y junio; los deudores a bancos están autorizados a diferir sus deudas por el tiempo que abarque la emergencia sanitaria; a cada estudiante del ciclo primario, de las escuelas públicas, se les entregará un bono de Bs500; a 1.600.000 familias del país se les repartirá una canasta con víveres equivalentes a Bs400, distribuibles en el campo y en las ciudades.

Como destacada anticipación, a las disposiciones compensatorias del gobierno, vecinos de Cobija, Trinidad y Riberalta regalan alimentos a personas desposeídas

Asimismo, integra el estado de emergencia sanitaria, la prohibición de ingresos y salidas de personas hacia y de nuestro país; la compra de alimentos y medicamentos, que se la debe hacer en días y horarios específicos, menos los sábados y domingos; así como se establece multas, de Bs1.000 y Bs2.000, a pasajeros y choferes que transiten sin autorización; el movimiento de personas, por las calles, será por necesidades sanitarias y de seguridad.

Aquella compensación comprometida por el gobierno, sin embargo, demora en materializarse por lo que los destinatarios las aguardan con ansiedad; incluso, choferes deudores a los bancos amenazan con romper la cuarentena ante la exigencia de los acreedores que piden que se peguen esas deudas, las que no se las desconoce ni se espera ni se demanda una mora, porque el pago de esas deudas serán reprogramadas, pero los intereses serían condonados, lo que estará sujeto a una ley y a una reglamentación.

Respecto de la reprogramación para el pago de las deudas a bancos, un vocero de los empresarios ha dicho que ellos han pedido a la presidenta Áñez conversar sobre un plan de más largo alcance sobre ese asunto. Como dicen economistas críticos, en momentos en los que se vive, empresarios en países como el nuestro no pierden, sólo dejan de ganar y casi siempre consiguen que los gobernantes de turno protejan sus intereses. Por ello, la flexibilización de los empresarios hacia los deudores de los bancos, durante esta campaña anticoronavirus no irá muy lejos y, los empresarios, en el mejor de los casos ayudarían a los deudores de bancos, pero los banqueros lo más probable es que no pondrán en riesgo a esos grupos económicos.

Los que reciben la renta dignidad de Bs350 plantean que se les duplique aquel monto mientras se desarrolle la emergencia sanitaria.

Los discapacitados, aunque en voz casi inaudible, también reclaman aumento de un bono que perciben una vez al año.

Esas solicitudes ayudan a entender el drama de los trabajadores por cuenta propia sobre todo, así como la de los jubilados, cuya mayoría cuenta con rentas rebajadas, la de los discapacitados postergados permanentes y la de los desocupados. En esa realidad que la grafican los afectados cuando dicen que prefieren morir, eventualmente con coronavirus, antes que de hambre, parece que cabalgan especialmente los exgobernantes dirigidos por Evo Morales, aunque éste calla estos días de la pandemia.

Masistas, cada vez que usan algún micrófono despotrican contra la Presidenta interina y hasta sugieren que el mandato de ésta tendría que concluir el día que debieron realizarse las elecciones del 3 de mayo para elegir a los principales mandatarios y a los miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional.  

Otros ejemplos: En lugares en los que los masistas tienen o tenían influencia decisiva, como el Chapare, El Alto, San Julián, barrio sud de la ciudad de Cochabamba, se resiste, de manera encubierta, la cuarentena para enfrentar a la pandemia en Bolivia.

En ese cauce, resulta revelador, en medio de la campaña anticoronavirus en Bolivia, lo dicho por una diputada cocalera, a la que citamos: Que la pandemia es un pretexto de la derecha, que aquélla ha sido provocada por el imperio y que en Bolivia esa enfermedad sirve para que los gobernantes persigan a los cocaleros del Chapare.

Entre la gente vinculada al MAS o no, hay compatriotas que subestiman a la pandemia y sus consecuencias. Entre ellos no faltan los que afirman que la alimentación y/o las defensas de los bolivianos evitarían la contaminación, con coronavirus, entre esos pobladores.

Como una especie de contrapunto, asimismo, el Ministro de Gobierno, en funciones, amenazó con estado de sitio o con detenciones a los que se nieguen a ejecutar la cuarentena.

Examinadas así las cosas, se advierte que preocupa a los masistas el rédito político que conseguiría la Presidenta interina y a la vez candidata a la “reelección”.

Aunque está por verse, no se debe desechar que si los resultados de la cuarentena son satisfactorios, Añez podría ganar apoyo electoral, más que los otros candidatos y, por tanto, escalaría posiciones de modo que, aunque fuera en una segunda vuelta, derrote a los candidatos masistas Arce-Choquehuanca.

Como una señal a tomarse en cuenta, se ha informado que partidarios de los gobernantes hacen campaña (rayados murales) por la Presidenta y al menos un vocero de Sol-Bo, ya que todas las realizaciones de la campaña contra la coronavirus, entre otras acciones gubernamentales, las atribuye a la Presidenta interina, de manera que los que no se distraen con tanta verborragia se dan cuenta de que desde distintos flancos se hace propaganda en favor de Áñez-Presidenta.

A la vez, en cualquiera de los mensajes antipandemia de la Presidenta beniana es posible descubrir posturas electorales suyas, lo que a los editores de Aquí no se nos escapa.

Sin embargo, en este momento, con los gobernantes —y sin olvidar lo que ideológica y políticamente nos separa de ellos— es más fuerte lo que nos une en las acciones destinadas a ganarle a la pandemia.

En este período, vencer a la pandemia en Bolivia es el objetivo supremo y no hay tarea más importante que esa para los bolivianos.

Y los que pretenden sumar votos, incluso en tiempos de la pandemia universal, con ese su proceder podrían perder apoyo incluso de algunos de los que creen que con Juan Evo Morales Ayma, en el poder, todo sería mejor aquí.

Empero, la pandemia que enfrentamos tiene una colosal fuerza que, asimismo, nos cambia y por ello seremos distintos luego de vencerla, e incluso ya somos diferentes en el empeño de ganar la gigantesca batalla anticoronavirus.

Además, es cierto que ese aprendizaje es y será dispar, pero aprenderemos todos de la pandemia universal.

Entre otras cosas, aprendemos por quiénes debemos votar o por quiénes no debemos hacerlo.

¿Amenaza de otro fraude electoral?

Editorial de Aquí 300

¿Amenaza de otro fraude electoral?

El masismo y sus amigos tratan, y se supone que tratarán en lo sucesivo, de hacer creer que ganaron las elecciones del 20 de octubre del año pasado, y que en ellas no hubo fraude electoral o manipulación informática dolosa de esos resultados.

Entre otras, esa parece que fue y que es la intención del llamado estudio de los dos investigadores que publicaron una nota periodística en el diario Washignton Post, en el que se afirma que no hubo ese fraude o manipulación informática, como estableció la auditoría de la OEA, que confirmó la manipulación informática dolosa o fraude electoral. Lo que desmiente, asimismo, la supuesta victoria electoral de Morales y de García el año pasado.

Antes de aquel informe de auditoría, el gerente de la empresa supervisora del recuento de votos, Álvaro Andrade, desde Panamá, informó que en el trabajo para el que fue contratada su empresa, ésta constató que se cometió la manipulación informática dolosa y que por tanto los comicios del pasado 20 de octubre estaban viciados de nulidad.

Andrade, hace horas, por medios de difusión bolivianos, ratificó esa opinión y agregó que es político el criterio de los dos investigadores citados.

En Bolivia, la minoría o la tercera parte de la población que apoya al MAS, toma como verdades las mentiras de los exgobernantes, como aquella que al exPresidente autoritario de nuestro país, se le ha robado su fraudulenta victoria electoral del año pasado.

Esa mentira, además, da lugar a que los exoficialistas digan, ahora, que el triunfo electoral suyo, el próximo 3 de mayo, demostrará que el MAS sigue siendo la primera fuerza política-electoral en Bolivia.

En las páginas de este semanario virtual, hace más de un año, sostuvimos y sostenemos que hubo otras formas de fraude que favorecieron a Morales-García y que éstos sólo ganarían, con fraude, esas elecciones anuladas.

Esas formas del fraude electoral las resumimos aquí:

—El desconocimiento del resultado del referéndum del 21 de febrero (el F21) y la sentencia de los vocales del Tribunal Constitucional Plurinacional, en funciones entonces, que determinó la repostulación sin límites de Morales y de García. Esos fueron actos fraudulentos visibles, que violaron la Ley Fundamental de Bolivia.

—Los carnets de identidad (doble), regalados a militantes del MAS o simpatizantes suyos, con los que sus portadores se inscribieron y votaron no se sabe cuántas veces. Ese fraude es difícil de comprobar.

—El cambio de los destinatarios de los votos en la mesa electoral; esta falta se comete sin más testigos que sus autores, y no se registra el “delito” electoral cometido por masistas y sus cómplices, lo que sí ellos saben hacer.

—El llamado voto “comunitario” mediante el cual, todo poblador del campo y de lugares sin control de jueces y jurados electorales (o con la participación de los últimos), en reuniones o fuera de éstas, los dirigentes en esos sitios, impusieron votar por Evo Morales. Otra vez lo harían con vistas al 3 de mayo.

—El miedo que impusieron entre empleados públicos y otros ciudadanos, con la amenaza de pérdida del trabajo o que se acabaría la estabilidad política y económica sin el dirigente cocalero en la Casa Grande del Pueblo. Ese miedo se extendió hacia los compatriotas que en 14 años recibieron dinero sin merecerlo, es decir, fueron pagados para que se movilicen, aplaudan al otrora Presidente y voten sin consultar los intereses del pueblo y del país.

—La compra directa e indirecta de votos. La compra directa se la practicó, como cuando se adquiere una mercancía en el mercado y como si los votos fueran materia de compraventa. La compra indirecta, en cambio, se la realizó con los regalos diversos de Morales, con dinero de los bolivianos; así como cuando el principal gobernante ayudó a dirigentes del transporte, en La Paz, para que aquéllos ni siquiera rindan cuentas, por ejemplo, del dinero que se recaudó en la autopista de la sede de gobierno a El Alto, el que debió destinarse para el seguro de salud de ese sector empresarial-laboral.

—Evo Morales, en actos en los que entregaba obras, pedía el voto de los beneficiarios.

Algunas de esas formas del fraude electoral, consumadas por el oficialismo de ayer, podrían ser intentados por los masistas. Tienen experiencia en esa materia y casi nunca dejan huellas de esas faltas o delitos electorales.

Recordamos un dato: Morales, como para defender la candidatura a la Presidencia de Luis Arce Catacora, por el MAS, en Buenos Aires, afirmó que ese exMinistro-Candidato, según encuestas, tenía el 79 por ciento de las preferencias electorales.

Otra afirmación de los exoficialistas es que ganarán en la primera vuelta y expresan su temor respecto de una posible segunda vuelta electoral.

Si pierden los candidatos masistas, lo más probable es que cuando menos los masistas alegarían que hubo fraude electoral, que se nieguen a consentir los resultados del 3 de mayo y pidan auditoría por una comisión en la que estaría el Papa Francisco, como sugirió Morales antes de su renuncia y de su autoexilio.

Actualmente es más difícil que los masistas ejecuten fraude electoral, pero lo más probable es que lo estén armando y que lo intenten.

El fraude electoral, que no deja de ser un riesgo, no será tal cual ocurrió el año pasado. Sin embargo, no se lo debe descartar, especialmente, ante masistas y los electores que lo apoyan que, ahora está más claro, en todas las consultas electores de los últimos 14 años, hubo algún tipo de fraude.

Otra vez los masistas ponen en movimiento a sus electores cautivos, la tercera parte de los bolivianos, pero sus reservas se agotan.

Lo más probable, asimismo, es que el fraude electoral no sería lo principal en el comportamiento de los masistas en las elecciones del 3 de mayo, cuya campaña hasta podría desbordarse.

Ante esta situación, la vigilancia de los ciudadanos debe ser tan rigurosa como antes, incluso respecto de la campaña de la Presidenta interina y candidata a la “reelección”, a la que otra vez nos referiremos en este espacio, porque hizo y hace varias de las cosas por las que Morales-García fueron rechazados.

Además, la publicación a la que nos referimos en esta nota, internamente consigue aún sembrar dudas respecto de la auditoría de la OEA e implícitamente respalda las mentiras de Morales, como la referida a un aparente robo de la victoria electoral del dirigente cocalero, el año pasado, reiteramos.

Jamás tenemos que olvidar, asimismo, que el pueblo mayoritariamente se alzó contra Morales y su régimen, ante el descomunal fraude electoral o manipulación informática dolosa en las elecciones del 20 de octubre del año pasado.

Y, de nuevo, la vigía del pueblo no debe fallar en las elecciones cuya campaña está en marcha.

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