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Gobernantes y medios de difusión matan a la verdad o lo intentan

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 Remberto Cárdenas Morales*

 Cuando en Bolivia se agudizan la lucha de clases y la de los pueblos indígenas, desde el gobierno y desde los medios de difusión se mata a la verdad o se lo intenta. Además, la mayoría de esos medios, todos los días, censuran, se autocensuran, dicen medias verdades y manipulan.

 Los últimos días, desde el Estado al que denominan plurinacional y desde la mayoría de los medios, sobre un mismo hecho, se entregaron dos verdades, cuando en realidad no existe más que una, sobre una realidad concreta.

 Lo dicho por el presidente Morales, a propósito de la vocación productiva del oriente y del occidente de nuestro país, sirve para esclarecer la afirmación precedente. Veamos.

 Un titular del diario gubernamental y estatal Cambio sobre ese asunto, en la primera página, dice: “Morales destaca/virtud productiva/del oriente. En el resumen: “El Primer Mandatario del Estado plurinacional inauguró ayer en Tiwanaku la feria de productores nacionales”.

 En el cuerpo de la noticia se entregan detalles sobre la fertilidad de los suelos del oriente y respecto del rendimiento productivo de aquéllos. Asimismo, se encuentran allí relatos sobre cómo se alimentan los productores de coca en Villa 14 de Septiembre, que merecen otras notas.

El diario Página Siete, con datos de la Agencia de Noticias Fides (ANF), en la página cuatro de su edición del 16 de este mes (el titular de Cambio que hemos reproducido es de la misma fecha), la noticia que genera este comentario, dice: “Evo acusa/de “flojos” a/ los habitantes/del oriente”. Esa nota va en una columna y en uno de sus párrafos se lee: “En el oriente boliviano todo el año se produce, sólo por falta de voluntad podemos no tener alimentos. En el altiplano es diferente; si hay helada, lluvia o granizada no hay alimentos, pero en el oriente sólo por flojos podemos hambrear”.

La Ministra de Comunicación, que es periodista, se encargó de afirmar, respecto de esa noticia de ANF, que lo que dijo el Presidente fue sacado de contexto y que los medios “distorsionan” sistemáticamente las declaraciones de las autoridades gubernamentales. La servidora pública afirmó, además,  que los medios, informan con un dejo “malicioso, tendencioso y provocador”.

El Ministro de Gobierno, abogado de profesión, ha dicho: “Hay que sentar este precedente (con un proceso contra ANF), tiene que haber una sanción drástica para quienes mienten y pretenden manipular la conciencia, el ánimo y los sentimientos del pueblo como del oriente, y ojalá la justicia actúe inmediatamente y se siente un procedente”.

Ese funcionado agregó: “Lamento que la ANF, de manera premeditada, alevosa, cobarde, inescrupulosa antiética, haya incurrido en semejante calumnia contra el Presidente del Estado boliviano”.

La nueva Constitución Política del Estado (CPE), que los periodistas hemos ayudado a redactar y que junto con la mayoría del pueblo boliviano hemos aprobado en un referéndum, establece los derechos individuales y colectivos a informar, comunicar, opinar e interpretar.

Específicamente, la Ley Fundamental, aunque con un texto deficiente, además, dispone que los medios deben informar con veracidad y opinar con responsabilidad. Y lo deben hacer, de acuerdo a normas de autorregulación y según la Ley de Imprenta de 1925.

Un elemento de la discordia entre lo que dijo el Presidente es que en el oriente boliviano se sufre hambre cuando no se trabaja (así interpretamos nosotros esta parte). Ese elemento informativo se lee en los dos diarios citados. Incluso, en Cambio, se hace referencia a un boletín que algún organismo de prensa entregó a los medios de difusión sobre lo dicho por Morales.

Ambas publicaciones dejan de resumir correctamente lo que dijo el Presidente, es decir, en los dos titulares se sintetizan mal las noticias; los titulares de una noticia, aunque busquen ocasionar sensación (lo que no es sensacionalismo), deben informar con veracidad.

La novedad en esa noticia no es que en el oriente los suelos son más productivos, eso saben incluso los que cuentan con una información básica. La novedad, el hecho nuevo y de actualidad en esa noticia, es que en el oriente boliviano “sólo por flojos podemos hambrear”.

Los medios, para reflejar con precisión esos hechos y dichos, debieron ofrecer una cita textual a manera de título, por ejemplo.

Sólo después de publicada la noticia o simultáneamente podrían haber difundido interpretaciones o análisis (la interpretación es un derecho individual y colectivo, según la CPE). Y para analizar, dice un periodista chileno que ha estudiado muy bien esta materia, se debe contextualizar, explicar, organizar y proyectar la noticia. Noticia que primero debe escribirse y publicarse, sólo después sucederían a las noticias los otros géneros y subgéneros. Entre los géneros: informativos, comunicacionales, “opinativos” e interpretativos. Entre estos últimos y como subgéneros: análisis, ensayo, semblanza (individual e institucional) y reportaje interpretativo o en profundidad. Nosotros creemos que el comentario también se puede interpretar.

Lo menos que se puede decir de la noticia publicada por Cambio sobre la materia en cuestión es que no se reproduce con fidelidad lo dicho por el Presidente. En el titular (de primera página sin que se la haya destacado) sólo parcialmente se resume el contenido, en ese texto aparece como noticia la que no es; además, en cierto modo, ese titular reproduce una opinión, una apreciación.

Página Siete afirma, en el titular transcrito, que el Presidente “acusa” lo que, en criterio nuestro, es un ejemplo del uso de una palabra inexacta. Sólo jueces y fiscales, en Bolivia, acusan o imputan dentro de un proceso judicial. “Manifestar, revelar, descubrir”, son otras acepciones del término acusar, las que debieran utilizar los medios en vez de acusar. (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española).

Voceros de ambos bandos de informadores debieron explicar sus errores y evitar los esfuerzos encubridores. No cabía “informar” de que el Presidente destacó la virtud productiva del oriente, lo que también es una interpretación, que se la hizo sin ética en el diario Cambio.

La “acusación” de flojos a los pobladores del oriente, no la hizo el Presidente. Sin embargo, una interpretación puede llevar a la conclusión de que el Presidente al menos sugirió que cuando los de esa región del país (del oriente) no trabajan, por flojera, sufren hambre.

Estamos muy lejos de un centrismo informativo en el que no creemos. En periodismo es imposible la neutralidad, ubicarse por encima del bien y del mal o asumir una actitud “bonapartista”, como podría haber dicho Zavaleta. Espinal, en tanto, cree que callar es lo mismo que mentir.

Los gobernantes, y especialmente el Presidente, en vez de querellarse contra medios de difusión, deben recoger sus mentiras (gubernamentales y de Estado) y enmendarlas. Así, ojalá que algún día se autodescubran y establezcan que están hechos de carne y huesos, que son terrenales, y que se equivocan y/o mienten. Y que los gobernantes dejen de echar la culpa a los medios de difusión de lo que tienen que responder sólo ellos.

Reconocemos excepciones que honran, pero si la mayoría de los medios de difusión de veras buscan un nuevo periodismo informen con veracidad, ayuden a que el pueblo se comunique, opinen con responsabilidad e interpreten con ética.

En suma, las noticias escritas y publicadas por los matutinos Cambio y Página Siete, de la Paz, las que dan cuenta de que en el oriente boliviano, como dijo el Presidente, “sólo por flojos podemos hambrear”, son un ejemplo de lo que no se debe hacer.

La Paz, 18 de agosto de 2012.

*Periodista

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