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Anulan las elecciones a dirección de Trabajo Social

Piden el 51%

El Honorable Consejo Universitario (HCU) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), decidió anular las elecciones del 29 de mayo (2013), de acuerdo al informe presentado por la comisión encargada de  la revisión del escrutinio de esa consulta, de la que participaron Irma Sangueza y Margot Soria.

Tania Salazar Tuco

Mediante la resolución del HCU Nº 390/2013 (Ciencias Sociales), decidió aprobar el informe de la comisión a cargo del Vicerrector, Germán Núñez, en el que  recomienda la anulación de las elecciones de la directora de carrera 2013-2016 realizada el pasado 29 de mayo en Trabajo Social.

 En esos comicios los resultados fueron 50,7% para el frente Acreditación, Transformación con Identidad (ATI) de Margot Soria y 49,3% para el frente Transparencia y Dignidad de Irma Sangueza.

El 18 de junio de este año tres estudiantes de esta carrera decidieron tapiarse en oficinas de la dirección de carrera, para que el HCU apruebe el informe del Comité Electoral, el definía como ganadora a Margot Soria. Ante esa medida el rector de la UMSA, Heriberto Cuevas, propuso al Honorable Consejo Universitario de la UMSA formar una comisión encargada de revisar ese informe. 

El decano de la facultad de Ciencias Sociales, José Tejeiro, aseguró que se debe esperar las elecciones de rector y vicerrector de la universidad pública paceña para que se vuelva a votar en Trabajo Social para nominar a su directora o director. “Ya son tres elecciones fallidas… los problemas de esta carrera son internos, es una relación social muy compleja que tienen entre docentes y estudiantes”, afirmó el Decano.

También, señaló que ahora la dirección de es Carrera está a cargo de otra autoridad interina, pero ese este es un problema exclusivo de la carrera. “Si se ponen de acuerdo en hacer las cosas bien, ¡lo hacen!”, finalizó Tejeiro (AquíCom).

Bodas de Plata de la Entrada Folklórica Universitaria

Testimonio

Bailar con la Diablada de Medicina es agotador, pero vale la pena

Wendy Pinto

Cuando decidí bailar en la Entrada Folklórica Universitaria no pensé que iba a bailar con la Fraternidad, que resultó ganadora de toda la Entrada en las Bodas de Plata, lo que significó un magnífico recuerdo.

El paso por el palco fue determinante, aunque había poco espacio, nos dimos lugar para realizar la coreografía que tanto habíamos ensayado durante frías noche en la plaza Villarroel. Diablos y diablesas comandados por dos arcángeles (Miguel), nos unimos para bailar quitándonos finalmente las máscaras, revelando nuestra identidad. Acción que causó furor en el público presente, con eso se fue todo el cansancio.

Nos reunimos con mis amigas antes de la Entrada de la UMSA, para evaluar nuestras opciones, yo deseaba bailar diablada, por el significado que tiene en nuestro país y de algún modo enseñar a los extranjeros que la cultura no se roba, se hace.

Caporal, morenada, ti’nku fueron las opciones, no me llamaba la atención ninguna de ellas, más bien cuando sugerí diablada mis amigas quedaron cautivadas por la idea. Fue entonces cuando fuimos en busca de fraternidades con la danza de la lucha entre el bien y mal.

Fuimos a con los Diablos Rojos de Comunicación y aún no estaban ensayando, faltaba un mes para la Entrada Folklórica Universitaria, no podíamos perder tiempo. Averiguamos en la facultad de Tecnología (antes Técnica) con los Diablos de la Tecnológica y tampoco habían empezado sus actividades, si ellos no habían empezado mucho menos los diablos de Geología, razón por la que fuimos a Medicina.

Es sabido que el baile característico de Medicina es la Diablada, porque simboliza el poder que tienen los galenos cuando atienden a un paciente, están entre la barrera de la vida y la muerte. Fuimos a la Facultad, ubicada en Miraflores, había un letrero que decía: ensayos de Diablada en la plaza Villarroel.

Cuando llegamos era evidente que ya tenían mucho tiempo de ensayo, hacían una coreografía con tinte militar, bien hecha y estilizada. Preguntamos todo lo que necesitábamos saber, el costo para participar con ellos era alto Bs550, nada despreciable. Accedimos porque era la Fraternidad más organizada que encontramos.

Ensayamos martes, jueves y sábado durante la noche. El frío era azotador, tanto que después de mi primer ensayo, me enfermé. Quedó en duda mi participación, retorné una semana antes de la pre entrada. La condición era que si me agotaba con facilidad en un ensayo, entonces no bailaría, por el contrario si eso no ocurría estaba más que afirmada mi participación.

Y así fue, no me agoté. Sólo las chicas con mucha energía podían bailar como diablesas, aquellas danzarinas que portan una máscara hasta la mitad del rostro y llevan una cabellera rojo fuego. Nuestro ángel era muy carismático y sencillo, nos enseñó los pasos como: el caballo, que consiste en un trote como el de los caballos.

El médico, encargado de la Fraternidad, dijo que los diablos y diablesas ya estábamos listos para hacer la coreografía del palco. Consistía en unir ambos bloques intercalados entre varones y mujeres, comandados por nuestros guías, los ángeles Miguel. El primer intento, como cualquier otro, salió mal y causó la furia del doctor —quien deseaba que todo saliera perfecto— que reprendió a los ángeles.

Ese sábado fue uno de los más largos que pasé haciendo la misma coreografía para un baile, pero valió la pena. Al atardecer cuando el doctor nos llamó de nuevo, todos estábamos preparados pero nerviosos porque de eso dependía irnos o no a descansar. Empezamos y nadie se equivocó, al finalizar la coreografía nos abrazamos con quienes ni siquiera nos conocíamos, fue divertido.

El día de la pre entrada fuimos ovacionados por el público asistente, recorrimos desde la plaza “Triangular” (la avenida Busch), hasta llegar a la plaza Villarroel. La polera de la Fraternidad era blanca con franjas rojas, utilizamos guantes del mismo color, una pañoleta plateada en una mano y en la otra, cintas del color de la bandera boliviana.

Fue cansador pero al menos ya teníamos idea de lo que iba a ser el día de la entrada. Llegó el viernes —un día antes de la entrada— día en que todos los fraternos debíamos vernos en la calle Los Andes. cerca de la avenida Buenos Aires. El lugar estaba repleto de universitarios que acudían a cada galería con el fin de recoger la ropa de su danza elegida.

Nos encontramos como con cuenta gotas. Cuando ya estábamos todas fuimos a recoger las máscaras a una galería especifíca, revisamos si estaban rotas y si eran nuevas o al menos de primera salida. Cuando tomé la máscara en mis manos, sentí el peso de la misma e imaginé el peso de las máscaras que iban a usar los varones.

Después fuimos a recoger el traje completo. Las botas y la falda fueron hechas a medida, he ahí el costo de los accesorios, nos entregaron la perchera, el cinturón lleno de monedas, la capa y la cabellera roja. Parte de las personas que asistimos a ese encuentro se probaron las prendas que nos entregó la bordadora, sin miedo a ser vistos por los demás.

La cita estaba hecha, teníamos que encontrarnos a las 16:00 en el puente de la Cervecería Boliviana Nacional. Mi amiga y yo nos alistamos en mi casa, pegamos esponjas en la máscara con el fin de que no nos corte la cara debido al peso.

No sabíamos que teníamos que adherir la cabellera roja a la máscara. Grande fue nuestra sorpresa cuando llegamos al lugar, otra de mis amigas estaba ahí con la cabellera cosida a la máscara. Entonces le pedimos a su hermano solucione nuestro problema, y así lo hizo.

Debajo del puente, ese día había un centenar de comerciantes con accesorios de baile, ganchos, cintas, hilo, agujas; asimismo, había maquillistas, peinadoras entre otros comerciantes. Nos facilitó la tarea de encontrar lo que buscábamos: una aguja y un hilo color rojo.

Después del susto nos reunimos con las demás diablesas y esperamos hasta que lleguen los demás miembros de la Fraternidad. Pasó una hora, 17:00 y todavía no avanzábamos. ¿Qué pudo pasar para demorar tanto? Nadie sabía pero la respuesta era que la tardanza se debía a que una fraternidad de chacarera avanzó lentamente con el propósito de “lucirse”, y por si fuera poco un poste de luz se había caído en media avenida.

Ingresamos a las 18:30 cuando la noche empezaba a hacerse evidente. Así que decidimos encender las luces de nuestras máscaras con el propósito de alumbrar el camino. Esta acción causó el aplauso de los presentes, quienes a medida que pasábamos nos animaban y algunos decían “Fuerza diablos”.

La cláusula para ganar el evento era que ningún miembro de la Fraternidad debía sacarse las máscaras, eso incluía a las chinay supay. La verdad el peso era demasiado, pero valió la pena porque la gente se emocionaba al vernos bailar, algunas personas se acercaban y nos pedían sacarse una foto con nosotras, otros nos invitaron refrescos (para el cansancio), otros dulces. El cariño de la gente fue fundamental porque apoyaban la danza y decían: “La diablada es boliviana”.

Cuando llegamos al palco oficial la emoción que sentíamos era grande, los médicos pusieron humo artificial del color de la bandera boliviana e iniciamos la coreografía con bastante energía, tanto que las autoridades presentes en el palco se pusieron de pie y bailaron con nosotros. Los medios de comunicación se acercaban a grabarnos y los flashes de las cámaras eran constantes, y cuando nos quitamos las mascaran cautivamos a las personas ubicadas cerca, las que nos ovacionaron y aplaudieron.

Me hicieron olvidar el cansancio que tenía, el peso de la máscara se hizo ligero. Bailar con tacones no es sencillo, tampoco portando monedas de cobre tan pesadas como las nuestras, mucho menos con una capa de buen peso por el bordado a mano y la capa de plástico que cubría el trabajo de su creador.

Fue divertido y emocionante, fueron emociones encontradas las que viví en las Bodas de Plata de la EFU el 2012. Me alegré de haber escogido esta Fraternidad para bailar porque no me equivoqué, ganamos como Fraternidad en los 25 años de la EFU, es un evento que queda para la historia, para la vida y para la eternidad. ¡Fuerza diablos de Medicina! (AquíCom).

Último día de ensayo de los “Calcheños de BIOFAR”

La Paz, 26 de julio de 2013

Cultural

Los estudiantes de la fraternidad se reunirán en la cancha de la facultad de Bioquímica y Farmacéutica a las 18.00 de hoy

Ángela Condori

En instalaciones del Centro de Estudiantes de la carrera de Farmacia y Bioquimica, estudiantes hacen una larga fila para recoger el traje de calcheño que lucirán mañama sábado en la XXVI Entrada Folkórica Universitaria. Los “Cacheños de BIOFAR”, tendrán su último ensayo en la cancha de la facultad de Bioquímica y Farmacéutica a las 18:00 horas de hoy viernes 26.

La pre-entrada les sirvió para ultimar detalles de los ensayos que tuvieron y para mejorar su coreografía, para una buena presentación mañana 27 de julio. Y mañana se concentrarán a las 11.00 horas, en el puente que da inicio a la avenida Montes.

“Al principio no me animaba porque parecía un poco feíto, pero al verlos ensayar alegres me animé”, recordó Leticia Choque el inició su participación en la Fraternidad en 2012. Ella cursa su segundó año de la carrera de Bioquímica y se siente identificada con la danza.

Esta danza representa el cultivo de los frutos o maíz al norte de Potosí, tiene la característica de las canastas. Choque bailará en el bloque de las mujeres que llevan las canastas menores o de mano.

Laboratorio, clases y los ensayos son actividades que tuvieron que sobrellevar los estudiantes estos días y, a pesar de ello, están listos para mañana sábado. “Estoy con muchas ganas y nos presentaremos con mucha alegría”, señaló Choque que  se siente muy contenta de representar a su Facultad (AquíCom).

Ingeniería diseña un edificio para el Instituto de Electrónica Aplicada

Infraestructura

Entre el 2014 y 2015 se proponen empezar la construcción edificio para ese Instituto

Roxana Canqui Canqui

La carrera de Ingeniería Electrónica, a principios de este año, empezó a diseñar el edificio para el Instituto que estará en el campus de Cota Cota, al sur de la ciudad de La Paz. Esa labor fue asumida por Javier Sanabria, director de esa Carrera, en coordinación con Juan Carlos Machicao, director interino del Instituto de Ingeniería de Telecomunicaciones.

El director de esa Carrera informó que el local del Instituto estará compuesto de dos pisos. “(Ese local) Tendrá una infraestructura para el Instituto de 1.300 metros cuadrados”, manifestó Sanabria.

Según la autoridad, para la edificación de los predios se realiza el estudio geotécnico (para establecer la dimensión de la obra y determinar los problemas de la construcciónn), el diseño estructural y otros. 

El proyecto fue presentado al Honorable Consejo Universitario (HCU) para que una comisión la analice si los papales estén al día de no ser así se remiten los documentos a  los propietarios para que sean completados.

Sanabria dio a conocer su preocupación por las instalaciones de Ingeniería. “Desde que entré ha sido mi principal prioridad resolver este tema de infraestructura que tiene la carrera. Mi aspiración es llegar a fin de año con todo saneado para que en enero estemos empezando la obra gruesa”, expresó (AquíCom).

“La morenada es la reina de cualquier entrada Folklórica”

Más de 26 años

Empezaron bailando para el aniversario de su facultad y desde 1988 participan de lo que hoy es la Entrada Folklórica Universitaria.

Ángela Condori

“Antiguos fraternos comentaron que ya bailaban para el aniversario de la Facultad desde la avenida Saavedra hasta el monoblock Central”, afirmó Marcelo Galarreta, presidente de la directiva de la Espectacular Morenada de Odontología.

En 1988 son invitados a participar de lo que en un principio se conoció como el Carnaval Universitario hoy Entrada Folklórica Universitaria (EFU) de La Universidad Mayor de San Andrés.

Galarreta, indicó que esta danza es un sentimiento de la Facultad que surgió hace años. Estudiar odontología era una situación difícil para las personas de recursos limitados, por ello la morenada surge  como una reflexión ante la desigualdad entre la élite de jóvenes con recursos que bailaban caporales y los que no gozaban del mismo.

Según la ñusta de la Espectacular Morenada de Odontología, Geraldinne Oshinaga, este 27 julio estará acompañada por Javier Escalier, uno de los fundadores de la Fraternidad.

Miriam Quiroga, docente de la Facultad, baila hace 25 años en la morenada de Odontología, desde que era estudiante universitaria participa de la Fraternidad y 12 años integra un bloque llamado “Kori Lakas” (diente de oro).

Para llevar el nombre diente de oro se hizo un estudio, en el que se vio que  danzantes de la morenada se hacían colocar las coronas de oro, en algunos casos en las entradas vendían coronas de un material parecido al oro, una de la características de los morenos. “La morenada es la reina de cualquier entrada Folklórica”, señaló Quiroga.

Este bloque se constituye de achachis y cholas paceñas de antaño identificados por el rescate de la vestimenta  por llevar mantas antiguas de bordado a mano con hilos de seda.

Los Espectaculares Morenada de Odontología, bailará después del medio día el sábado (AquíCom).

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