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Melani: mi mamá no quiere que trabaje, pero en mi casa hay necesidades

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Testimonio de vida

Marcela T. Barrios Borda

(AquíCom MTBB/08/08/2014) Yo siempre estoy riendo. Trato de tomar lo mejor de la vida. Al final todos tienen problemas y todos saben cómo superarlos. Por ello, trato de tomar lo mejor de mi vida y, por eso, siempre estoy riendo. Además, me gusta compartir con mis compañeros.

Mi nombre es Melani. Físicamente, mido 1.68 a 1.70 metros, soy de constitución media porque tampoco soy muy delgada y tengo ojos cafés.

Antes cuando me quedaba un poco de tiempo me gustaba hacer ejercicios. Practico defensa personal. Empecé esta práctica como una necesidad, la verdad, y ahora se volvió un gusto. Ahora lo dejé porque en invierno no voy a tener tiempo. Además, practico natación y me gusta ir al gimnasio.

Me gusta comer de todo, soy golosa. Pero cuando estaba practicando defensa personal, me dieron una dieta especial.

Tengo 22 años, estoy estudiando turismo. Estoy en cuarto y quinto semestre. Ingresé el 2012 con los prefacultativos.

Ingresar y seguir en los “prefas” fue complicado, porque estaba trabajando. Pero lo logré. La ventaja fue que mis clases eran viernes y sábado. Entonces, en la semana tenía tiempo para trabajar y los otros días pedía permiso. Pasaba clases en las tardes, desde las 12:00 a 15:00. A veces, pedía permiso o que alguien me supla. Ese afán duró cuatro meses.

“Ahorita” estoy trabajando como recepcionista en un hotel. Tengo la ventaja de que a veces alguien me puede reemplazar. Ahora estoy trabajando en el horario de 15:00 a 23:00.

Durante los “prefas” estaba trabajando en el mismo lugar, pero estaba de camarera y me movían a veces de horario y era más complicado.

Comencé a trabajar primero, porque tenía un poco de tiempo disponible y después porque ya mi casa me lo requirió, ya había problemas económicos y una tiene que ayudar.

Cuando estaba en el colegio me sostenía mi mamá. Nunca tuve problemas. Ahora tampoco los tendría, pero una siempre tiene que ayudar.

Soy hija única vivo con mi mamá y mi abuelita. Entonces tenemos que ayudarnos entre las tres.

He trabajado desde mis 19 años. Salí bachiller a los 18 y el primer año estuve estudiando inglés en el Centro Boliviano Americano (CBA). Pero luego desde los 19 me puse a trabajar, en diferentes cosas.

Mi primer trabajo fue de recepcionista con un abogado. Encontré ese trabajo mediante el periódico. Esa vez me pagaban un poquito menos del mínimo nacional, creo que el mínimo estaba en 1.200 bolivianos. Fue el 2011.

En ese año decidí trabajar porque sólo estaba estudiando en el CBA y estaba esperando los “prefas”. Entonces, sólo era por eso porque tenía un poco de tiempo y estaba sólo en el CBA. Ya después surgió lo demás.

En realidad, hasta ahorita mi mamá no quiere que trabaje. Pero sé que hay necesidad en mi casa. Obviamente, ayudar en mi casa es voluntad mía.

Mi mamá —ahora por lo menos— tiene una licorería. Pero el ingreso no es permanente, en cambio mis ingresos son permanentes porque me pagan mensual. Entonces, por eso tengo algo más seguro.

Mi mamá siempre me ha mantenido. Mi papá también nos da pensiones pero no basta, no alcanza en mi casa. Mi abuelita está en mi casa, es la que nos atiende.

Mis papás están separados desde que yo tenía cuatro años, o sea, que están separados muchos años. Veo a mi papá, pero no es lo mismo. Nos vemos alguna vez, en algún momento, en algún acontecimiento, más no.

En este momento, estoy ganando el mínimo nacional de 1.440 bolivianos, aparte también me dan 20 bolivianos al día y me pagan aparte los feriados. La plata, por ejemplo, lo distribuyo para la “U”, porque como estudio turismo a veces tengo viajes y ya no le pido a mi mamá. Además, siempre nos turnamos con mi mamá; yo pago luz, agua y cable, o yo doy para los gastos del mes. A veces mi mamá no tiene dinero y en ese caso, yo nomás doy para todo.

Los gastos en mis estudios dependen de los viajes porque a veces gasto 600 o 700 al mes. Más bien que ahora ya no estamos viajando. También se gasta en fotocopias e internet.

Mi mamá ha trabajado años, entonces tampoco nos hacemos problema. Mi mamá tiene 44 años y mi abuelita cumplirá 85 años. Gracias a Dios está sanita, camina bien, incluso ve mejor que nosotras, porque yo utilizo lentes. Gracias a Dios, mi familia está sana.

Toda la familia de mi papá, son de Cochabamba y la familia de mi mamá son de Tarija, pero vivimos acá y yo he nacido aquí, en La Paz, pero tengo una mezcla de sangre, de diferentes ciudades.

“Ahorita” estoy tranquila porque gracias a Dios he podido ingresar a la “U” y conseguir trabajo. Estoy bien, soy joven que puedo seguir trabajando. Claro que a veces estoy cansada, pero sé que puedo. Trato de acomodar, lo mejor que puedo, el trabajo con mis estudios, con la “U”.

Como ahora estoy trabajado en la tarde, tomo horarios sólo en la mañana para ir a clases. Como en la tarde ya no puedo, tomo menos materias. Cada semestre tendría que tomar siete materias, pero ahora, por ejemplo, tomo tres y a veces cuatro. Pero trato de compensar con las clases de invierno y de verano. Ahora, por ejemplo, estoy tomando dos materias que son en la mañana, entonces son dos materias que ya las he quitado.

Este semestre sólo tuve una materia en la que hicimos trabajos de grupo. Entonces trataba de ir fines de semana, en esa parte también me colaboraron mis compañeros, sobre todo porque había reuniones. O al final les decía que avancen y yo terminaba el trabajo, lo que les convenía porque yo iba a terminar.

A veces, en el mismo hotel estoy con mis copias y estudio si hay tiempo, y no hay mucho trabajo. De lo contrario, leo llegando a mi casa. Siempre utilizo la técnica del subrayado. Subrayo todo lo importante y leo en las mañanas.

Vivo por la plaza Riosinho y eso me facilita llegar a todos lados porque estoy en el centro. Aunque, a veces, hay congestionamiento por las marchas, pero más bien que muy temprano, en las mañanas, no hay marchas, entonces puedo bajar tranquila a clases.

Es difícil, complicado trabajar y estudiar. No todos los compañeros te van a ayudar. Esta parte es complicada y también la parte de hacer trabajos, porque llego a mi casa a las 23:00 y para hacer algún trabajo, me tendría que amanecer.

Más bien los viernes, sábados y domingos, en mi trabajo se rota y hago turno todo un día. Entonces, los dos días que me quedan libres, trato de hacer todo y por eso propongo que las reuniones de grupo sean los fines de semana.

Cada fin de semana rotamos entre los tres recepcionistas que hay en mi trabajo. Cuando trabajamos todo el día, entro a las 08:00 y salgo a las 23:00 de la noche.

En este momento, en mi trabajo, soy la única que estudia y trabaja. La mayoría sólo trabaja, unos porque lo dejaron y otros porque lo han congelado. Tampoco se hacen problema, excepto una vez que una compañera se molestó porque yo estaba estudiando.

Mi meta por ahora es ayudar en mi casa porque para mí lo primero es mi familia. Ayudar en mi casa y salir lo más antes que pueda de la universidad, porque sé que en este momento estoy en un trabajo que no me da mucho, y por ahora tengo que aceptarlo. Sé que si salgo de la “U” con mi título voy a conseguir un mejor trabajo para ayudar en mi casa.

Escogí esta carrera porque es multidisciplinaria. Cuando vi el pensum me di cuenta de que era lo que realmente me gustaba porque no es una sola materia que se lleva los cinco años. Por ejemplo, llevo economía, geografía, o sea que llevo un pedazo (materias) de todas las carreras. Entonces de cada carrera aprendes algo, es como unirse en toda la universidad y aprender algo.

Ahora con el nuevo pensum la carrera dura cinco años y medio, porque ya sales con maestría. Por eso trato de tomar materias en los cursos de invierno y verano, para adelantar la carrera lo más que se pueda (AquíCom MTBB/08/08/2014).

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