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Tráfico de influencias: vieja práctica en la familia de Evo Morales

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Redacción de Aquí

Pero recuerdo también, no sé si ha leído mal o hay alguna corrección, en quinto grado, en quinto básico, era alumno regular; pero en sexto grado salí con compensación, ¡era bolero! Las llamadas cachinas, las bolitas, ¡latas y latas! Lleno de latas, hartas cachinas, bolitas, y por ser bolero he salido con compensación, era el año 1970.

Y mi padre me dijo: - Chico, usted no ha sirve para el estudio, a la llama.

Y casualmente ese año, qué coincidencia, ese año ha habido sequía total, no había comida, de verdad con la familia sólo teníamos un gangocho de maíz blanco, eso era desayuno, almuerzo, era todo, y se estaba acabando el maíz, era el gran problema que teníamos. Por lo menos nosotros teníamos, la gran ventaja que tenía la familia Morales, mi familia en especial, teníamos llama, no nos faltaba carne.

(…)

Y me saca del colegio porque no servía para estudiar, y a caminar, ese año, el 71, caminamos, dos idas y vueltas desde Orinoca hasta Independencia, las serranías de Larimarca, Soilapata, Kalatranca. Y tenía 11 años, 11 a 12 años…

(…)

Ese año me tocaba el séptimo curso en el colegio; caminamos al año siguiente, mi papá me dijo:

— Evo tienes que ir al colegio, tienes que volver. 

—No, papá yo no sirvo para estudiar, para qué voy a entrar al colegio; además de eso, mis compañeros van a estar en octavo y yo en séptimo; no voy a ir papá. 

—Tienes que ir. 

—No voy a ir papá, no sirvo para estudiar.

Creo que era rebelde. Mi papá iba de Calavilca en bicicleta hasta Orinoca, volvía, iba; pero una mañana he visto salir a mi padre en bicicleta cargando un cordero, bueno, para qué será el cordero y de noche vuelve:

— Evito, vas a ir al colegio. 

—No voy a ir papá. 

—No, mira estás inscrito en octavo, vas a estar con tus compañeros en octavo. 

Al director se lo ha conquistado con un cordero. (RISAS) Era Alfonso Chuquimia.

(APLAUSOS)

(…)

Mira, volví al colegio octavo, no hice séptimo.

(Discurso de Evo Morales Ayma en la presentación de su libro “Mi vida, de Orinoca al Palacio Quemado”, realizado en el Auditorio del Banco Central de Bolivia, 28 marzo 2014)[1]

Este testimonio se conoció apenas Juan Evo Morales Ayma asumió la primera magistratura del país, en un texto que circuló impreso, y lo volvió a repetir oralmente por lo menos tres veces más, incluyendo el que reproducimos; es decir, el Presidente no se cansa de enorgullecerse de que su padre haya sobornado al director de su escuel, no se cansa de enorgullecerse de no haber cursado un año en el colegio, se enorgullece de que gracias al tráfico de influencias haya salido bachiller de una manera ilegal, se enorgullece de que un acto reñido con la moral sea aplaudido por su audiencia.

Hace unos días, el Presidente dijo que no conoce nada de tráfico de influencias porque en su familia no se conoce de ello; pero, sin embargo, ese pasaje de su vida, tantas veces repetido, desmienten su afirmación.

El discurso oficial frente a los hechos de corrupción que no son recientes, tienen este librero: no sabemos nada de corrupción y si quieren que nos investiguen; pero, los hechos van desmintiendo sus dichos y muestran  que desde la cabeza del gobierno hay un grueso manto de corrupción, la que es sistemáticamente soslayada, encubierta y tolerada por los operadores políticos del gobierno, quizá porque son beneficiarios de esos actos.

El Código Penal en vigencia, en su artículo 146 señala: El funcionario público o autoridad que, directamente o por interpuesta persona y aprovechando de las funciones que ejerce o usando indebidamente de las influencias derivadas de las mismas, obtuviere ventajas o beneficios, para sí o para un tercero, será sancionado con presidio de dos a ocho años y multa de cien a quinientos días. Pero no solo este caso ha destapado el tráfico de influencias en altas autoridades del partido gobernantes, sino también otros delitos tipificados en el mismo Código Penal como beneficios en razón de cargo, consorcio de jueces, fiscales y/o abogados, contratos lesivos al Estado, incumplimiento de contratos, conducta antieconómica; y en cuanto a la Ley 004 de lucha contra la corrupción, enriquecimiento ilícito e investigación de fortunas, también habría que investigar si hay legitimación de ganancias ilícitas, por lo que la Unidad de Investigaciones Financieras (UIE) debería intervenir.


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