El conteo de votos en las mesas electorales

Claudia Angélica Villca Ugarte

(AquíCom/16-10-14)Los resultados del conteo de los votos en una mesa electoral dependen de la capacidad y voluntad de los jurados electorales. Así advertí el pasado 12 de octubre en las elecciones nacionales 2014 en Bolivia, cuando por primera vez colaboré en el trabajo de boca de urna.

Ese día estuve presente en el conteo de los votos de varias mesas electorales en una unidad educativa de la ciudad de La Paz. La mayoría de las mesas cerró con resultados satisfactorios, lo que no siempre implica que el coteo haya estado bien realizado, sino que las cifras del total de los votos para presidente era el mismo que el que resultó en los votos para diputados.

Según advertí, en más de una mesa, los resultados no cuadraban y las soluciones que dieron los encargados me sorprendió.

En una mesa faltaron dos votos en el conteo para diputados con relación a los que se emitieron para presidente. La solución no fue volver a contar, sino revisar los datos que cada uno de los miembros de la mesa electoral hizo personalmente a la hora del conteo inicial, si alguno tenía un distinto resultado que los demás en algún partido político, voto nulo o blanco, era una posibilidad de que todos los demás hayan fallado. Entonces por unanimidad de los jurados se determinó sumar un voto en una de las categorías, misma situación que se aplicó para el otro voto faltante.

Con esa táctica o práctica la mesa concluyó su trabajo, cerro y entregó los datos. En otra mesa, con más de 200 votos, el trabajo casi dependió solo de dos personas, el que contaba los votos de la papeleta y el que escribía los resultados en la pizarra. El primero lo hacía tan rápido que los otros jurados y delegados de mesa apenas podían ver el voto marcado, blanco o nulo en las papeletas. Al parecer tenían prisa, sin embargo, no tuvieron errores al finalizar y cerraron.

Hubo otra mesa en la que sobró un voto. Simplemente lo borraron, para resolver el problema.  En otra, los resultados quedaron distintos y los jurados tuvieron que volver a hacer el conteo, esto se repitió en unas tres ocasiones, incluso con la ayuda de los estudiantes voluntarios,  pero el resultado salía distinto. Esta mesa tenía más de 250 votos, así que mientras hacían el reconteo las demás mesas iban terminando una a una.

Cayó la noche y la mesa en cuestión era la única que no había concluido, llegaron dos notarios electorales quienes revisaron los datos y determinaron que se tenía que volver a contar, ellos lideraron el trabajo. Finalmente bajo la mirada de los delegados y los policías del recinto el conteo terminó, satisfactoriamente, porque se detectó los errores durante el conteo.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) se había comprometido, ante la población, a entregar el 70 por ciento del cómputo nacional a horas 20 del mismo día de votación, por ello los jurados tenían la responsabilidad y obligación de terminar de admitir a los votantes de su mesa a horas 16 y entregar el material al menos dos horas después. Sin embargo, hubo excepciones, además de un error técnico de la institución, impidieron cumplir con lo comprometido y la población se quedó esperando los resultados parciales, pero oficiales, hasta el día siguiente, lo que se extendió a las siguientes horas.

Será que el conteo manual es el garantizado o es hora de hacer uso de la tecnología para que así sea y evitar el margen de error o fraude. En muchos países el sistema fue modernizado y el cómputo manual quedó en el pasado. Sin duda Bolivia está retrasada en ello  (AquíCom/16-10-14).