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“Dos caras” de masistas ante cuarentena anticoronavirus

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Dos caras” de masistas ante cuarentena anticoronavirus

Remberto Cárdenas Morales*

Los masistas tienen “dos caras” frente a la cuarentena en Bolivia, con la que la inmensa mayoría busca vencer al coronavirus que tronchó doce vidas de compatriotas dentro de nuestras fronteras y cinco en Europa: cuatro en España y uno en Francia, hasta el cierre de esta edición.

Las dos caras referidas, como es demostrable, los masistas la patentizan en Oruro, lugar en el que en silencio acatan e incluso militantes suyos han encabezado la cuarentena, cuyos buenos resultados son un ejemplo del que se tiene que aprender.

La otra cara de masistas se la ha visto en Riberalta y en Guayaramerín, ciudades benianas en las que operadores políticos del MAS han organizado una marcha con la consigna: “Tenemos hambre”, de pobladores, varios de los que son trabajadores por cuenta propia y a la vez son militantes o simpatizantes masistas, según testimonios de habitantes de aquellos lugares y, además, de acuerdo a declaraciones de gente que fue detenida bajo sospecha de promover lo que las autoridades judiciales y fiscales presumen como sedición, entre los supuestos delitos que se investigan, como atentado contra la salud pública e instigación para delinquir.

Voceros masistas piden pruebas para demostrar que ellos sí buscan que fracasen los gobernantes y, en primer lugar, la Presidenta interina, en la campaña anticoronavirus.

Entre los indicios, los que podrían servir como elementos de prueba, es posible recoger los que antes han sido referidos en esta publicación virtual, a las que se añaden otras señales últimas, incluidas las que parece que fueran destinadas a desinformar o que son la confirmación de las dos caras masistas de las que se escribe aquí:

—Lo dicho por la diputada del Chapare: Que la pandemia es una creación de los yanquis, que aquí la difunde la derecha y que sirve a los gobernantes para perseguir a los cocaleros del trópico cochabambino.

—Poco antes de aquella declaración, de esa diputada, en siete hospitales hubo rechazo de vecinos, dirigentes sindicales y lo más probable es que de ese movimiento hayan participado masistas, los que impidieron que allí se hospitalice a la primera infectada con coronavirus y que llegó a Santa Cruz, desde Italia.

—En El Alto, comerciantes pusieron en duda la propagación de la pandemia, entre otros argumentos con el que las defensas y la alimentación de los alteños serían una valla que impediría el avance del mal, que sigue en la mayor parte de los países del mundo. Ahora los muertos son cuatro en El Alto y aumenta el número de contagiados con el virus.

—En las redes sociales, sobre todo, circulan mensajes que tratan de que se crean las mentiras respecto de la pandemia en Bolivia y sobre la campaña destinada a vencerla.

Entre los difusores de esas mentiras se sospecha que hay masistas o amigos de éstos.

—En El Alto, salida hacia Copacabana, por segunda vez en medio de la cuarentena, comerciantes han instalado igual número de ferias (con los compradores habituales), a pesar de la vigilancia policial; guardias que han sido agredidos por comerciantes y cuatro cabecillas de esa agresión fueron detenidos, de acuerdo al informe oficial.

Se supone que masistas cuando menos habrían estimulado la realización de esas dos ferias en San Roque, lugar en el que la influencia suya es conocida.

—Un exsenador del MAS, en un debate por radio Panamericana de La Paz, afirmó que el gobierno “de facto” (como ellos lo denominan), no coordina labores anticoronavirus con alcaldes y gobernadores, que utiliza para la represión los recursos donados a Bolivia para la campaña antipandemia y que esta campaña del gobierno de Áñez es un fracaso.

Otros voceros masistas, entre ellos otros parlamentarios, aseguran que ellos nada tienen que ver con acciones que estarían empeñadas en desestabilizar a la presidenta Áñez y a su gobierno.

La otra cara de los masistas la representan los llamados moderados, entre éstos parlamentarios que establecen o toleran acuerdos con los gobernantes para aprobar leyes, como la última que dispone la suspensión del pago de las deudas a los bancos hasta seis meses después de la cuarentena, norma que complementa las medidas tomadas por los gobernantes durante la emergencia sanitaria anticoronavirus.

Sin embargo, gobernadores y alcaldes (varios de ellos del MAS), desde sus puestos, coordinan acciones que tienen como propósito garantizar la cuarentena y/o proveer los medios de bioseguridad para médicos y personal de salud para que éstos atiendan a los enfermos con coronavirus.

No obstante, gobernantes se quejan porque autoridades subnacionales se alejarían de aquella coordinación en la campaña anticoronavirus.

Masistas afirman que a pesar de su disposición para asistir, no han sido convocados para alguna reunión que coordine acciones entre gobernantes y opositores. Asimismo, los masistas han propuesto constituir un gabinete político y técnico para desempeñar una labor de coordinación.

Carlos D. Mesa, a medios de difusión, declaró que los gobernantes en ningún momento propusieron alguna reunión para coordinar esfuerzos en la actual campaña. Mesa, también reclamó, a los gobernantes, información detallada sobre medidas, recursos y tratamiento a los pacientes de coronavirus.

Una conclusión preliminar es que los gobernantes mantienen la decisión de organizar ellos la campaña antipandemia y que los dirigentes políticos opositores se sumen, como cualquier otro ciudadano, al despliegue de las tareas de este tiempo.

Los masistas son opositores del gobierno transitorio y esa definición no variará, con seguridad. Ellos cuentan hasta los detalles para demostrarlo: Voceros del MAS, casi todos, cuando se refieren a la campaña anticoronavirus citan a la OMS o a la OPS, así como a las recomendaciones, que se deben seguir y que son de estas organizaciones, mientras que a la presidenta Áñez ni la nombran. Este es un detalle revelador, sin duda alguna.

Además, el comportamiento real de los masistas se encarga de ponerlos a la vista de los que quieren ver realmente.

Los masistas encargados de impulsar las acciones que busquen el fracaso de los gobernantes y sobre todo de la Presidenta son descubiertas por la gente que sabe, además, dónde están sus propios intereses.

No obstante, es necesario que lo que hacen los masistas de manera encubierta sea descubierto.

Es urgente que en ocasiones como las que se vive e incluso se padece, los hechos ayuden a conocerlos íntegramente a los masistas, en sus dos caras o más.

Esos masistas de dos caras son los que han sido parte del gobierno de 14 años, pero antes no han sido distintos de lo que son actualmente.

Sólo hace falta vivir en esta tierra, con los sentidos despiertos, para entender que políticos como los masistas tienen que ser derrotados otra vez y las veces que sean necesarias.

Los exoficialistas saben que si a los gobernantes y a la Presidenta les va bien, en la campaña anticoronavirus —lo que será una victoria de los bolivianos—, electoralmente, ella podría avanzar como candidata a la “reelección”. Así transcurre la vida en Bolivia, en este período de la pandemia.

Jeanine Áñez Chávez no esperaba ser presidenta interina ni buscó encabezar la campaña anticoronavirus en Bolivia.

Áñez sigue en la cresta de la ola boliviana y se comporta como actora principal de la política en esta etapa.

Y se advierte que Áñez no quiere compartir con otros la dirección de la campaña anticoronavirus. Esa es una actitud política que podría considerarse excluyente. Sin embargo, a esta altura de la campaña para vencer la pandemia en Bolivia podría considerarse tardía una instancia de coordinación entre gobernantes y políticos opositores; sin embargo, si la Presidenta interina no fuera a la vez candidata a la reelección, y siendo candidata como es, acaso podría llamar a la coordinación a otros dirigentes políticos, aunque fuera tarde, pero se diría todavía a tiempo.

Áñez dirige una campaña única en su género, la gesta antipandemia, que urge ganarla. Y ganarla con, por y para la sociedad boliviana, como un eslabón de la contienda universal: se trata, pues, de una campaña por la vida de los seres humanos.

En esta situación, los masistas dos caras, formarían en la fila de los ganadores porque, a pesar de todo, dirían que también son propietarios de una victoria que será de todos los bolivianos cuando todos los bolivianos venzamos a la pandemia.

Se lee que los masistas, sin embargo, no tienen la grandeza que hace falta a operadores políticos para compartir una epopeya mundial anticoronavirus, en la que ellos evidencian las dos caras o más que llevan dentro.

*Periodista

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