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El rencor de los impostores

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La hipocresía en tiempos de pandemia

El rencor de los impostores

Manuel Gonzales Callaú

En la politiquería cotidiana, los recursos que tienen los eternos demagogos —muchos de ellos ex autoridades y otros en ejercicio— son abundantes; ellos no pierden la oportunidad para mentir a la población o para mostrarse como ejemplares ciudadanos, sabiendo muy bien que un grueso importante de la población les creerá a puntillas, ya sea porque están predispuestos a no cuestionar nada o porque no tiene memoria.

El cinismo y la impostura de esos politiqueros es imparable y se valen del poco o ningún cuestionamiento que tienen a sus discursos falaces, quienes hoy, en tiempos de pandemia, siguen actuando como más les gusta hacerlo: aprovechando la ocasión.

El olvido es el camino más fácil para la repetición, por eso es urgente y vital no olvidar las acciones de aquellos que estuvieron durante 14 años dando discursos donde se mostraban como personas de buenas intenciones, cuando en los hechos, generalmente, hacían todo lo contrario.

Hace días el ex presidente, Evo Morales, desde su exilio voluntario emitió un mensaje en Twitter solidarizándose con Samuel Doria Medina porque el hijo de éste habría contraído el virus de la actual pandemia.

Evo Morales da mensaje a Doria Medina

Y como estos politicastros tienen un aparato de propaganda muy bien estructurado para difundir sus “sinceros” sentimientos, pronto surgió el espaldarazo preciso para amplificar el “noble” mensaje del ex presidente.

Aplauso a Evo Morales por mensaje a Doria Medina

Para el ciudadano desinformado y para el desmemoriado, tal dicho se convierte en un modelo de cómo debe actuar un político de noble sentimiento, es decir con honestidad a toda prueba, de ejemplar pasado y con abundantes virtudes, las que, supuestamente, son atributos del ex Primer Mandatario; pero, hay que puntualizar que ese dicho solo queda en eso, en dicho, ya que el proceder del ex mandatario fue todo lo contrario en su vida pública (y lo seguirá siendo), como lo demostraremos a continuación con un recuento parcial de sus acciones (hay muchas más), donde se muestra a Morales tal cual es: un rencoroso incorregible.

El rodillazo del jefazo

A comienzos de octubre de 2010, cuando ya se había roto la alianza entre el MAS (partido de Morales) y Sol-Bo (partido del alcalde Luis Revilla de la ciudad de La Paz), se organizó un partido de futbol entre el equipo del Presidente y el de la Alcaldía paceña para inaugurar el césped sintético de una cancha antigua.

El pisotón de un jugador de la Alcaldía al pie de Morales, en pleno juego, fue la causa del hecho bochornoso, infracción involuntaria que no fue vista por el árbitro, continuando el juego sin ningún problema hasta que éste fue detenido por otra infracción. En el momento en que estaba detenido el juego, el Presidente se acercó al jugador que le había dado el pisotón, quien desprevenido y sin esperar lo que le llegaría de la primera autoridad del país, recibió un duro rodillazo en sus testículos.

https://www.youtube.com/watch?v=9t4-L1Wcxks

Morales actuó con rencor por el pisotón recibido, es decir: se guardó el enojo y preparó con premeditación el desquite para tomarse revancha, actitud que es repudiada en cualquier deporte.

El árbitro vio la agresión del Presidente pero no la sancionó, ¡cómo hacerlo al primer futbolero del país!; más bien expulsó al agredido, quien afirmó que el pisotón no lo hizo con intención.

Al día siguiente, el Presidente agresor pidió disculpas, pero se victimizó como es su costumbre, argumentando que se había dado cuenta que el pisotón había sido una trampa para que reaccione de esa manera.

Un exministro desairado

En el cambio de gabinete de fines de enero del año 2012 el ministro de Gobierno, Wilfredo Chávez, fue sustituido por Carlos Romero.

Chávez fue una de las autoridades que tuvo que afrontar un conflicto en Yapacaní donde los vecinos pidieron la renuncia de su alcalde que tras haber sido destituido por presuntos actos de corrupción fue restituido por orden judicial, hecho que no fue aceptado por los pobladores; tanto el Alcalde como los pobladores eran del MAS, partido de gobierno.

El conflicto que debía ser resuelto por el ministro de la Presidencia, Carlos Romero y por la de Autonomías, Claudia Peña, fue dilatado hasta que se llegó a los hechos, es decir las protestas de la población derivaron en disturbios que obligó la intervención de la Policía, dejando un saldo de tres personas muertas, dos por la acción de armas de fuego y una electrocutada cuando intentaba tomar un puesto policial.

Desde luego que las autoridades gubernamentales y policiales deslindaron responsabilidades y aunque se formaron comisiones investigadoras de la Asamblea Legislativa y de la Fiscalía, nadie resultó imputado penalmente por esas muertes.

Sin embargo, solo sobre un ministro –sobre Wilfredo Chávez, el de Gobierno– parece que cayó toda la responsabilidad moral, ya que fue el único que no continuó en su cargo ni fue cambiado a otro ministerio, como sucedió con Carlos Romero quien pasó a ocupar precisamente la cartera de Gobierno. Para Evo Morales el único culpable de la masacre de Yapacaní fue Wilfredo Chávez.

Pero el castigo moral no terminó allí: el día en que Chávez fue reemplazado de su alto cargo, luego de la posesión del nuevo gabinete, cuando éste le ofreció la mano a Evo Morales para felicitarle, el Primer Mandatario lo dejó con la mano extendida y se pasó de largo; el rencor de Morales se mostró una vez más.

http://eju.tv/2012/01/wilfredo-chvez-qued-mal-evo-morales-no-le-dio-la-mano/

El clima frío le roba el show a Morales

En ocasión a una visita a Uyuni (19/08/2012), al aeropuerto de esa localidad, Evo Morales fue a abrir un grifo y de allí no salió agua. Eufórico y sin averiguar nada acusó al Alcalde de esa población de mentiroso y lo mismo hizo con el Ministro de Medio Ambiente y Agua, obligando a este último a renunciar, aunque técnicamente lo destituyo del cargo al día siguiente.

Luego el Alcalde de esa población aclaró que había agua en ese aeropuerto, pero que estaba congelada en las cañerías por las bajas temperaturas de 10 grados bajo cero en el momento de la visita del Presidente.

https://elpais.com/internacional/2012/08/21/actualidad/1345582551_112150.html

Lo cierto es que como en el instante de la visita presidencial había medios de información, los que mostraron el impase en el show de Morales, éste no salió satisfecho de su espectáculo acostumbrado de inaugurar obras (aunque muchas no le correspondía hacerlo), por lo que culpó a dichas autoridades de la supuesta no conclusión de esas obras.

Como se ve, la ira y el rencor de Evo Morales no se dejó esperar, quien es incapaz de escuchar explicaciones, para quien solo sus razones y creencias son las que valen.

Según la agencia de noticias del Estado (ABI), la obra ya había sido inaugurada y estaba funcionando desde julio del 2011, pero, según el Presidente, sin agua ni luz. ¿Cómo es posible inaugurar una obra de esa magnitud, donde está en juego la vida de terceros, sin esos servicios básicos?

Nunca perdonó a la Policía

El rencor de Evo Morales contra la Policía es del tiempo en que ejercía su rol de cocalero en el Chapare, cuando en más de una ocasión esa fuerza del orden público reprimió a las movilizaciones de ese sector de colonizadores, tanto por sus innumerables pedidos para que sea reconocido su legal cultivo como por su oposición a la erradicación forzosa y sustitución por otros cultivos de la llamada hoja sagrada.

Es por eso que cuando llegó Morales a la Presidencia, éste no perdió la oportunidad para tomarse la revancha, y aunque la población no lo percibió, fueron los oficiales y clases, principalmente, los que sintieron el desprecio con que eran tratados respecto a los militares, sector con el que el Primer Mandatario se identificaba y se identifica aun plenamente.

Los motines policiales que hubo durante su régimen siempre fueron por la demanda de mejores condiciones de vida. Ni el motín de junio del 2012 ni el de julio de 2014 consiguieron que el gobierno de Morales satisfaga los pedidos de los policías de bajo rango, más bien sus dirigentes fueron apresados y perseguidos, como también las dirigentes de las esposas de clases y suboficiales.

Estas protestas se constituyeron, además, como válvulas de escape al trabajo represivo al que obligadamente deben desempeñar, aunque muchas veces sin la dotación necesaria, con sobrecarga de horas de servicio y sin las condiciones mínimas que un grupo especializado del Estado debe tener en cuanto a alimentación y descanso en situaciones de riesgo.

Con esas condiciones de trabajo, el descontento de los policías de baja graduación fue creciendo, la que llegó también a la oficialidad joven, aunque ésta última se comportó con más subordinación hasta casi el final del gobierno de Morales; pero, de todas maneras, esas situaciones fueron generando un malestar interno aunque silencioso.

Pero antes Evo Morales decidió escarmentar a los policías, apartándolos de su entorno que tradicionalmente estaban encargados de su seguridad personal como de la del Vicepresidente, ministros y de otras altas autoridades.

El 9 de febrero de 2015, el Ministro de Gobierno anunció que “ya no habrá policías de escritorio ni administrativos”. Ese adelanto se efectivizó el 20 del mismo mes, cuando Morales señaló que más de 5 mil policías dejarían de realizar labores administrativas en las entidades públicas y de seguridad de altas autoridades.

Así, el Presidente logró deshacerse de la Policía, sustituyendo la protección que se le brindaba por las Fuerzas Armadas, hacia quienes sí tenía confianza, además de haberle dado a este grupo armado muchos más privilegios de los que ya gozaban desde tiempos de las dictaduras.

La escuela del rencor

Este breve inventario que detalla algunas situaciones protagonizadas por Evo Morales, quien hizo gala de su rencor en sus casi 14 años en el poder, desmiente su mensaje, supuestamente solidario con uno de sus oponentes políticos.

Tanto el ex Presidente como su séquito impulsaron a lo largo de los años en que abusaron del poder, una pedagogía sistemática del odio, de la venganza, de la revancha y de otras malas pasiones que tienen.

Para terminar este recuento, solo recordemos el chantaje que el Vicepresidente, Álvaro García, sentenció a un auditorio rural, días antes de realizarse elecciones para elegir autoridades municipales.

Mayor muestra de venganza con premeditación, de amenaza contra los quienes no comulgaban con su régimen, es suficiente: “Y aquellos municipios donde perdamos, ni modo, será la decisión de las personas. La plata de ese municipio, que era del (Programa) Evo Cumple y de otros proyectos, la vamos a llevar a los municipios donde sí hemos ganado, ahí va a haber doble, triple inversión de esos proyectos de desarrollo (…) Solamente en los municipios donde el MAS gana, ahí vamos a venir, a compartir, a comer, a trabajar, a hacer obras, a hacer hospitales, a hacer carreteras, a hacer escuelas, a hacer inversión productiva.”

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