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“… los proletarios tienen un mundo por ganar”

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En 165 años del Manifiesto del Partido Comunista (1848)*

“Nosotros los comunistas no deseamos nada

para nosotros como individuos

mas lo queremos todo para la humanidad

¡Qué el comunismo brille sobre la humanidad!”        

Presidente Mao Tse-tung

Dr. Alex Chaman Portugal

Bolivia, mayo 01 de 2013

Este magistral documento científico contiene una exposición integra de los fundamentos del Marxismo. Por supuesto que en el marco de la ideología del proletariado en lo concerniente a su primera etapa.

En esa coyuntura histórica (mediados del siglo XIX) el socialismo científico —cuyo horizonte lo constituye el modo de producción comunista— fue reconocido incluso como una gravitante fuerza y tendencia política por todas las potencias de Europa. En el mismo se plantea que es el momento de que “los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y aspiraciones”.

El triunfo de la gran revolución proletaria en la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y la construcción del socialismo arrojaron, entre otras importantes cuestiones, el leninismo como el marxismo de la época, el que devino en la segunda etapa de la ideología de la clase. Los pueblos del mundo y el proletariado ya cuentan con partido comunista, ejército, frente y, esencialmente, con el marxismo-leninismo como línea ideológica todopoderosa y transformadora.

La gloriosa revolución proletaria en la ex China Popular no sólo coronó la victoria en el país más poblado del planeta sino principalmente desarrolló el marxismo a su tercera etapa, es decir, a marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tse-tung.

El proceso de reconstitución del Partido Comunista del Perú a cargo de la Fracción Roja en cabezada por el Dr. Abimael Guzmán Reynoso —el comunista viviente más grande en la faz de la tierra y probado maestro revolucionario—, así como la preparación, inicio y desarrollo de la guerra popular proclamó al maoísmo como la tercera y superior etapa del marxismo. Por consiguiente, ser marxista en el siglo XXI conlleva ineluctablemente ser marxista-leninista-maoísta.

Hoy, segunda década del siglo XXI en circunstancias en que se languidece en vil sistema capitalista-imperialista se agudiza consecuentemente la lucha de clases y con ella se abre paso la ofensiva general de la revolución proletaria mundial, por lo que se torna fundamental la constitución y reconstitución de las vanguardias comunistas de nuevo tipo que sirvan a la brillante perspectiva revolucionaria. La nueva gran ola revolucionaria proletaria mundial es una necesidad insoslayable no sólo para la clase y el pueblo, sino incluso para la humanidad entera, puesto que el actual sistema decadente nos lleva a la barbarie y, consiguientemente, pone en riesgo a la especie humana.

Efectivamente, la actual coyuntura económica, social y política deja, por un lado, de manifiesto la decadencia del sistema capitalista-imperialista y, por el otro, la tendencia histórica y política principal que es la construcción del socialismo rumbo a sucesivas revoluciones culturales para marchar a la sociedad comunista.

En síntesis, el Manifiesto del Partido Comunista muestra contundentemente que la historia de la clase obrera es ante todo la historia de su ideología científica y transformadora, hoy en el tercer milenio: el marxismo-leninismo-maoísmo, así mismo comprende la historia de la vanguardia organizada: el partido comunista de nuevo tipo y lógicamente la historia de la revolución proletaria mundial. Todos estos elementos concurren a la infatigable epopeya de demoler la vieja sociedad y a su vez construir la sociedad socialista para instaurar la dictadura de la clase genuinamente revolucionaria, dirigente y consecuente, es decir, la dictadura del proletariado. Como refería Mariátegui: “Si la revolución exige violencia, autoridad, disciplina, estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina. Las acepto, en bloque con todos sus horrores, sin reservas cobardes”. El amauta, merced a su acerada posición de clase, entendió como pocos no sólo el papel de las masas sino también de sus mejores hijos organizados en un partido comunista, de ahí que deja en claro que: “No es posible entregarse a medias a la Revolución. La revolución es una obra política. Es una realización concreta. Lejos de las muchedumbres que la hacen, nadie puede servirla eficaz y válidamente. La labor revolucionaria no puede ser aislada, individual, dispersa. Los intelectuales de verdadera filiación revolucionaria no tienen más remedio que aceptar un puesto en una acción colectiva”. (La Escena Contemporánea: 1980).

Dejamos muy en claro que el Partido del proletariado se constituye en el Partido de clase, es decir un Partido Comunista siendo uno de sus principales objetivos históricos conquistar el poder político para la clase y el pueblo.

A continuación presentamos los aspectos más sobresalientes del Manifiesto Comunista:

I. Burgueses y proletarios

La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases la que se constituye en el hilo conductor que nos permite comprender la historia para transformarla. La gran ley de la lucha de clases se manifiesta en:

—Lucha reivindicativa o tradeunionista. Tiene que ver con las mejoras de las condiciones laborales de las masas trabajadoras. Los sindicatos son quienes principalmente asumen la defensa de los derechos e intereses de los trabajadores, sin embargo en la actualidad a escala planetaria la mayor parte de los sindicatos se han convertido en apéndices de las clases sociales explotadoras por lo que coadyuvan a sus propósitos en desmedro de sus afiliados, puesto que suelen traicionar y traficar con los justos derechos, luchas y aspiraciones de los mismos.

Lucha ideológica. Hoy agudizada por la imposición del pensamiento único burgués reaccionario. El problema fundamental de la filosofía sigue siendo la preponderancia del ser o el pensar, y en ese horizonte la reacción mundial procura seguir enarbolando su putrefacta ideología liberal conservadora camuflada en diversos eufemismos ideológicos. Ante ella la clase ha forjado el marxismo-leninismo-maoísmo como imbatible ideología proletaria.

Lucha política. La reacción mundial junto a lacayos de todo pelaje incluyendo el revisionismo intenta frenéticamente por “consolidar” su decadente línea política, en tanto las masas juntos a sus vanguardias comunistas gestan condiciones por abrirse paso y marchar resueltamente a la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial con el objetivo de demoler al viejo sistema capitalista-imperialista y forjar la nueva sociedad socialista rumbo a la sociedad comunista. El objetivo fundamental de toda auténtica revolución proletaria es la conquista del poder y la historia de la lucha de clases muestra fehacientemente que la revolución, la lucha armada o la guerra popular es el método científico más contundente orientado a su éxito.

Asimismo, se plantean las leyes históricas y sociales, demostrándose la sucesión inevitable de un modo de producción inferior a otro superior. Del modo de producción de la comunidad primitiva se tránsito a la sociedad esclavista, para luego proseguir al feudalismo y arribar al capitalismo. El siglo XX ha mostrado que el socialismo no sólo es tendencia sino principalmente una realidad y necesidad, por lo que es un imperativo marchar a su construcción. Su efímera existencia mostró las bondades de una sociedad superior que humaniza al ser humano y dignifica a la humanidad. Asimismo, su construcción marcó la justeza de la ideología, el partido comunista, el ejército de nuevo tipo y el frente único. Su transitoria derrota se debe a problemas de desarrollo y la inmensa necesidad de luchar decididamente contra el revisionismo y oportunismo, así como con la vieja ideología que aún cala en el alma de las masas y sus mejores hijos. Estos últimos aspectos explican el porqué la restauración capitalista en la ex URSS y en la ex China Socialista como principales baluartes.

Los fundadores del comunismo científico fundamentan el hundimiento del capitalismo, a su vez, sentaron las bases y especificaron el camino revolucionario para la construcción de un nuevo régimen social: el socialismo que avanzará hacia el comunismo como la sociedad de armonía y libertad. En este capítulo se argumenta y plantea cuál es la tarea, misión histórica del proletariado. En la parte final, Marx y Engels sostienen: “la burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables”. El proletariado se constituye como la clase más revolucionaria, por ende en la clase dirigente.

II. Proletarios y burgueses

 Los comunistas tienen intereses que sean interés del conjunto de proletariado. “Teóricamente, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las  condiciones de la marcha y de los resultados generales del  movimiento proletario”. Los comunistas entendidos como los mejores hijos del pueblo y lo más avanzado de la clase tienen ante sí la monumental labor de consagrar todas sus fuerzas en la edificación de la nueva sociedad. Parafraseando a Stalin la jefatura, los dirigentes y los cuadros son el oro del partido.

En esta parte no sólo se destaca el papel histórico de la vanguardia revolucionaria sino muy puntualmente de los comunistas como cuadros, dirigentes y principalmente jefatura. El partido comunista es un sistema de organizaciones que se convierte en un destacamento político y militar de la clase proletaria.

El fin inmediato de los comunistas consiste en la constitución del proletariado como clase —pasar de clase en sí a clase para sí—, en su persistente y férrea lucha por destruir el dominio burgués, marchando a la conquista del poder político para el proletariado y el pueblo.

En este capítulo se plantean las medidas económicas, políticas y sociales que asumirá el proletariado, vía su vanguardia comunista, posterior a la conquista del poder.

III. Literatura socialista y comunista

Destacar tres aspectos fundamentales:

1.- El socialismo reaccionario: Precisamos los siguientes:

1.1 El socialismo feudal.- En la que la aristocracia francesa, que representaba al decadente régimen feudal, se caracterizaba en escribir contra la moderna sociedad burguesa en construcción. Ahí imputan a la burguesía el haber hecho surgir un proletariado revolucionario, por tanto, toman posición por las distintas medidas de represión contra la clase obrera.

El socialismo clerical decadente marcha unido al socialismo feudal.

1.2 El socialismo pequeñoburgués.- Donde los escritores que defendían la causa del proletariado contra la burguesía lo hacían desde el punto de vista de la pequeña burguesía, cuando correspondía hacerlo desde la perspectiva de la misma clase o el proletariado. Este socialismo, demostró los efectos destructores del maquinismo y de la división del trabajo, de la superproducción, las crisis, la inevitable ruina de los pequeños burgueses y de los campesinos, la miseria del proletariado, la brutal desigualdad de la distribución de las riquezas, etc.

Este socialismo, en sus anhelos de restablecer los antiguos medios de producción y de cambio, con sus derivaciones correspondientes, deviene en reaccionario y utópico.

El socialismo alemán o socialismo “verdadero”.- Castraron completamente la literatura socialista-comunista francesa.

El socialismo alemán, fue perdiendo poco a poco su inocencia pedantesca. Si el “verdadero” socialismo se convirtió en un arma en manos de los gobiernos contra la burguesía alemana, representaba además el interés del pequeño burgués alemán.

El socialismo alemán comprendió cada vez mejor que estaba llamado a ser el representante pomposo de la pequeña burguesía.

2.- El socialismo conservador o burgués.- En el que una parte de la burguesía desea remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa. Acá se insertan  los economistas, los  filántropos, los humanitarios, los que pretenden mejorar la suerte de las clases trabajadoras, los organizadores de beneficencia, los protectores de animales, los fundadores de las sociedades de templanza, los reformadores domésticos de toda suerte. Así, los burgueses socialistas desean perennizar las condiciones de vida de la sociedad moderna, pero sin las luchas y los peligros que surgen fatalmente de las mismas.

3.- El socialismo y comunismo crítico-utópico.- La literatura revolucionaria que acompaña los primeros movimientos del proletariado, era forzosamente, por su contenido, reaccionaria. Preconizaba un ascetismo general y burdo igualitarismo. Destacan los sistemas de Saint Simón, Fourier, Owen, etc.

La futura historia del mundo se reduce para ello a la propaganda de de los intereses de la clase obrera, pues en los hechos repudian toda acción política y en particular, toda acción revolucionaria proponiéndose  alcanzar su objetivo por medios pacíficos. Poco a poco van cayendo en la categoría de los socialistas  reaccionarios o conservadores.

Resumiendo, Marx y Engels analizaron y sintetizaron rigurosamente las distintas corrientes burguesas y pequeñoburguesas  que  se presentaron con la etiqueta del socialismo. Supieron desenmascarar enérgica e implacablemente a estas corrientes que en esencia eran reaccionarias, planteando una justa y correcta posición proletaria.

IV.- Actitud de los comunistas ante los diferentes partidos de oposición

En este capítulo Marx y Engels plantean cuál es  la táctica de los revolucionarios, de los comunistas respecto a los demás partidos de oposición. Los comunistas apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra el régimen social y político existente.

Asimismo, sostienen “los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente  que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social  existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ellas más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar.”

¡Proletarios de todos los países, uníos¡

Respecto al Manifiesto del Partido Comunista, Lenin escribió:

“Este pequeño libro vale por tomos enteros: su espíritu de vida y movimiento, hasta nuestros días a  todo el proletariado organizado y combatiente del mundo civilizado”

Algunas cuestiones complementarias:

—Lenin certeramente planteó que el imperialismo en tanto fase superior del capitalismo se caracteriza por ser parasitario, por ende estar en descomposición. Esto explica su decadencia actual.

—En mayo del 2013 la burguesía multiplica sus acciones para endosar a las masas populares, particularmente al proletariado, sus cada vez más devastadoras crisis periódicas. El sistema se desmorona, precariza y arruina a las masas a más no poder. Es urgente forjar partidos comunistas de nuevo tipo y con ello a los mejores hombres y mujeres forjadores de la historia.

—Ante el descalabro del capitalismo los imperialistas en su colusión y pugna  intensifican sus políticas terroristas, sus agresiones a los pueblos del mundo y su feroz persecución a los revolucionarios, especialmente a los maoístas, porque son su principal enemigo. Véase India, Perú, Filipinas, Turquía, Nepal, etc. El saqueo desmedido de los recursos naturales (renovables y no renovables) y la feroz explotación a los recursos humanos (masas trabajadoras) son vivas expresiones de lo afirmado.

—Se agrava la destrucción masiva de las fuentes laborales. Se precariza las condiciones de trabajo. Los derechos laborales son violentados, así como los beneficios que fueron conquistados en verdaderas jornadas de combatividad. Los impuestos son acrecentados irracionalmente y, contrariamente, los salarios sufren significativas disminución. Aumenta la plusvalía absoluta con mayor prolongación de las horas de trabajo y lo propio ocurre con la plusvalía relativa al incorporarse mayor tecnología en la producción. En suma se está destruyendo a la principal fuerza productiva: el hombre pensante y operante. Fijarse lo que acontece en Europa, especialmente, en Grecia y Chipre.

—Ideológicamente una vez más recurren al nefasto y fracasado pensamiento único, así como al oscurantismo religioso con el fin principal de mantener su podrido y caduco orden capitalista-imperialista, para preservar su explotación económica, opresión política social y dominación ideológica. Sueña la reacción mundial y sus esbirros en perennizar su decadente modo de producción capitalista-imperialista. Para este funesto propósito enarbolan, aplican y defienden a sus caducas fuerzas democráticas burguesas y al revisionismo que le sirve como nadie en tanto es la infiltración de la burguesía en el seno del proletariado. Este es un problema global por lo que también debe combatirse implacablemente al revisionismo. Asimismo, utilizan a los reformistas, populistas y otros que en última instancia resultan funcionales.

Así como la ley de la lucha de clases se constituye en pilar del desarrollo de la sociedad, en tanto está dividida en clases sociales antagónicas, la ideología invicta e inmarcesible de la clase (marxismo-leninismo-maoísmo) es materia prima para organizar a los pueblos del mundo, a la clase obrera y sus aliadas (campesinado principalmente pobre, pequeña burguesía y burguesía nacional) y desencadenar las grandes transformaciones estructurales y súperestructurales que demanda la historia de la humanidad.

*Escrito por Carlos Marx y Federico Engels y publicado a principios de 1848

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