Las empresas transnacionales de la noticia amplifican el discurso del imperio y de la derecha internacional, de la venezolana en particular, respecto de lo que creen que ocurre y que ocurrirá, según ellos, en la patria de Bolívar y de Chávez. La crisis económica se agudizará, la devaluación de un poco más del 30 por ciento de la moneda venezolana es una señal, dicen; la inseguridad ciudadana en el país del Caribe es una de las más altas del mundo, aseguran, como para meter miedo; los herederos de Chávez difícilmente podrán (si lo consiguen) mantener el precio rebajado del petróleo, en verdad solidario, en beneficio de los países y pueblos afiliados a Petrocaribe; especialmente Cuba y Nicaragua, entre otros países del ALBA, sufrirán las restricciones que el mercado internacional impondrá al nuevo gobierno venezolano, aseguran ufanos; la economía de Venezuela se sostiene gracias a la exportación de petróleo, en varios casos sin valor agregado, lo que olvida que incluso en Estados Unidos se extraen derivados de ese energético para servir a los inmigrantes que enfrentan más problemas en la potencia del norte en la que se les restringen sus derechos; añaden que “el voto póstumo” le ayudará a ganar las elecciones presidenciales a Nicolás Maduro, heredero e hijo de Chávez (ironizan), pero después cambiará el comportamiento de esos electores; sin Chávez el fin del Socialismo del Siglo XXI está cerca, dicen y se frotan las manos; que a Cabello le correspondía ocupar la Presidencia interina de Venezuela y no a Maduro, según la Constitución de ese país… Esas y muchas otras son las afirmaciones de los enemigos abiertos y encubiertos de la Revolución Bolivariana de Venezuela que vive, fundamentalmente, un momento avanzado de la etapa democrática y popular, de acuerdo a lo dicho por los venezolanos, civiles y miliares, que ahora asumen la conducción del Estado, del gobierno y del Partido Socialista Unificado de Venezuela.
A propósito de la conspiración contra la Revolución venezolana cabe reproducir lo dicho por los presidentes: Evo Morales, Rafael Correa y Nicolás Maduro:
“He visto de cerca y no sólo siento, sino que estoy seguro de que el chavismo crece en Venezuela y en el mundo. Si el chavismo crece, crecen el socialismo y el antiimperialismo en el mundo”, dijo el Presidente boliviano ante cocaleros hace pocas horas.
“No pudieron con él cuando vivía, no podrán con él ahora que pasó a la eternidad y, precisamente, canalladas como éstas lo inmortalizaron y seguirá siempre presente en nuestra America”, afirmó Correa. Y agregó que no es libertad de expresión de los medios que difundan que Chávez murió antes de lo que se informó oficialmente; a ello el Presidente ecuatoriano llamó canallada de esos medios de difusión.
“Ahora la oligarquía, y yo alerto a nuestro pueblo, tiene un objetivo: destruirnos a nosotros para que no podamos cumplir el juramento de ser leales, fieles y continuar esta revolución”, señaló Nicolás Maduro, presidente encargado de Venezuela y candidato a la Presidencia de su país, propuesto por Hugo Chávez, de manera abierta.
Precisamente el líder de la Revolución Bolivariana sobre la candidatura de Maduro expresó:
“Mi opinión firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en un escenario que obligaría a convocar de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón”.
Más sobre la candidatura de Maduro: nosotros esperamos que asuma la Presidencia de Venezuela, ante el deceso de Chávez, el actual Presidente de la Asamblea Legislativa, diputado y militar como él. Ese supuesto nuestro se apoya en el segundo párrafo del artículo 233 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que dispone:
“Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional”.
Sin embargo, Nicolás Maduro, según un informe oficial, asumió como Presidente encargado de su país por resolución del máximo tribunal de justicia de Venezuela; resolución que se apoya en otra interpretación de la que tomamos nota pero creemos, asimismo, que es necesario difundirla con toda la argumentación destinada a convencernos del acierto de la misma y que no se trata de una violación de la Ley Fundamental venezolana. Así la derecha internacional y el imperio tendrán menos sinrazones para conspirar contra la Revolución Bolivariana, lo que los revolucionarios de verdad no debemos perder de vista.
Apoyados en una conocida afirmación de un dirigente socialdemócrata (comunista) alemán, parafraseamos a éste y decimos que cuando los enemigos de las transformaciones venezolanas aplaudan a los actuales dirigentes será porque emprendieron un cauce equivocado.
Creemos que la revolución en el ámbito de la política es mucho más nítida en Venezuela. La Constitución de la República Bolivariana es el resumen de la revolución democrática y popular, camino al socialismo contemporáneo, el que será necesariamente distinto al del siglo precedente.
Cuando se concede tierras a título gratuito y en propiedad individual (y colectiva mejor aún), se operan cambios estructurales, ocurre una revolución democrática (y popular), al menos en las condiciones de Nuestra América o Patria Grande.
Los avances en desarrollo humano: salud y educación para todos, lo que es una aspiración en tantos otros pueblos, en Venezuela son una realidad creciente. Y más revolución venezolana en esta materia quiere decir consolidar esos servicios y ampliarlos de manera que allí no haya ni un enfermo sin médico, ni un niño sin profesor.
Aunque falte mucho por hacer en Venezuela, allí se tejen nuevas relaciones sociales lo que apunta a la articulación de la nueva sociedad sin explotadores ni explotados. Esta meta es la que tratan de frustrar imperialistas y derechistas, como denunció el Presidente encargado del país hermano.
Los recursos de los que ahora dispone el Estado venezolano son cuantiosos, esos medios antes beneficiaban casi de manera exclusiva a los sectores sociales dominantes. La renta petrolera, los hidrocarburos venezolanos, de acuerdo a las ideas avanzadas de Chávez y según su práctica emancipatoria, debían ser (y son) compartidos por nuestros pueblos. Los precios rebajados que pagan por el petróleo venezolano los pueblos y países de esta región del mundo, es decir, lo que hace Petrocaribe lo explica suficientemente.
Sin embargo, en el centro de las preocupaciones de los actuales dirigentes venezolanos están los problemas de la economía de su país. Y confiamos en que los compañeros venezolanos cuentan con un programa suficiente con cuya aplicación buscarán remontar la crisis económica venezolana.
Nosotros, desde este espacio, sostenemos que los desajustes reales de la economía venezolana serán vencidos plenamente en la medida en que avance la revolución democrática y popular, prólogo del socialismo en el Siglo XXI.
En otras palabras: las tareas que Chávez dejó inconclusas en su país serán (y son) emprendidas en servicio del pueblo y de nuestros pueblos con más revolución. Ese el compromiso que difundió, en medio de los homenajes al máximo líder venezolano, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Legislativa de su país: él comprometió una revolución verdadera, lo que entendemos nosotros como más revolución.
Por eso confiamos que las ideas y la acción de Hugo Chávez seguirán siendo el cauce por el que transitarán dirigentes y pueblo venezolanos.
Respecto del pueblo afirmamos que éste, como ocurrió hasta aquí, es la fuerza principal que impulsa e impulsará un accionar que esperamos genere más revolución bolivariana, democrática y popular, concebida como primera fase del socialismo en este siglo XXI.
*Editorial de Voz 147, La Paz, 16 de marzo de 2013.