Editorial de Aquí 213
Arrecia lucha por el poder político en Bolivia en medio del coronavirus
Dentro de la campaña contra el coronavirus en el país, la lucha por el poder político transcurre entre silenciosa y tumultuosa
Nos referimos a la lucha de las principales partidos, frentes y plataformas ciudadanas.
—Los integrantes de Juntos no aparecen con su sigla, pero son los que ejercen la política y realizan campaña electoral todos los días, mientras dicen que están ocupados de la defensa de la salud y de la vida de los bolivianos, que es como presentan la participación suya en la campaña para contener y vencer al coronavirus.
Esa afirmación de los actuales oficialistas tiene lugar ahora que, cada vez más, gobernaciones y alcaldías juegan un rol cada vez más protagónico en aquella campaña contra el virus mortal, incluso con una menor cantidad de dinero que se agota, como se quejan varios de sus voceros, aunque los gobernantes transitorios siguen en el centro del escenario anticoronavirus y, por tanto, son los que siguen como dirigentes de aquella campaña, rol que legal y constitucionalmente deben cumplir so pena de procesos si incumplen esas tareas que, ciertamente, se añadieron al encargo de pacificar el país y de asegurar la realización de nuevas elecciones, después de ser anuladas las del 20 de octubre del año pasado, debido al fraude para beneficiar a Evo Morales y Álvaro García.
Los gobernantes transitorios y, especialmente la Presidenta-Candidata, los últimos días recurren a una especie de simulación: manifestaron su acuerdo para que el primer domingo de septiembre próximo se realicen las elecciones y luego que fue aprobada la ley que convoca a esos comicios, la Presidenta-Candidata, mediante una carta, pregunta a la Presidenta del Senado, si cuenta con un informe epidemiológico que sugiera al menos que los votantes no correrán riesgos cuando asistan a votar. Sólo cuando la Presidenta-Candidata lea ese informe promulgará la ley de convocatoria a las elecciones.
Cuando alguien afirma que la Presidenta-Candidata quiere quedarse más tiempo en el cargo interino, los de Juntos responden que primero hay que atender la salud de los bolivianos y luego debemos ocuparnos de las elecciones, añaden.
Sin embargo, en la última ley de convocatoria a elecciones hay una norma que dispone que si médicos, científicos y organismos como la OMS y la OPS, establecen la inconveniencia de que la consulta electoral boliviana sea en septiembre, deben postergarse otra vez las elecciones.
Por su parte, la Presidenta-Candidata y los gobernantes tratan de hacernos creer que ellos no quieren quedarse en el gobierno más tiempo del que la campaña anticoronavirus consiga contener las infecciones y las muertes: esto es aplanar la curva de la pandemia en nuestro país, tal como explican expertos.
Los gobernantes y los de Juntos advierten que mientras más tiempo encabecen la campaña antipandemia en Bolivia, más posibilidades se abren de que sumen votos en su favor.
No obstante, los gobernantes y los de Juntos no tendrían que olvidar que los desaciertos suyos en esta campaña podrían convertirse en reveses electorales en su contra, es decir, en menos votos para ellos.
Gobernantes interinos y Juntos protagonizan la campaña anticoronavirus, cada día que pasa con más sombras que con luces, pero hasta aquí ellos creen que avanzan positivamente en su lucha por el poder político o por mantenerse en él.
—Los masistas, con sus acciones violentas, sobre todo, están en campaña electoral y simultáneamente ponen en movimiento a una masa de votantes que, según ellos, son la tercera parte de los bolivianos, cifra nada despreciable, pero insuficiente para ganar las elecciones en la primera vuelta, como ellos aspiran.
El ultraje de los masistas y cocaleros a periodistas de Santa Cruz, en la localidad de Entre Ríos (Chapare), buscarían ocultar la realidad de infectados y muertos por el coronavirus, impedir la difusión de posibles evidencias de la producción de coca y quizá pistas del destino real de esta hoja y de la cocaína, y mostrar que allí y en todo el Chapare los que mandan, sin compartir ese poder, son los cocaleros y los masistas.
El accionar de cocaleros y masistas en aquella población chapareña (Entre Ríos), además, sirvió para meter miedo a los periodistas y vaya a saberse a cuántos bolivianos más.
El terrorismo, con frecuencia, consigue atemorizar, desunir, desorganizar… Es probable que los que derribaron una instalación eléctrica, cerca de Kara Kara (Cochabamba) buscaron aquellos objetivos, accionar ocurrido en ocasión del último bloqueo de pobladores al ingreso del botadero municipal de la ciudad del valle. La autoría de ese episodio terrorista se atribuye a militantes del MAS.
En La Asunta (norte de La Paz) cocaleros, acaso masistas, y otros partidarios, no cocaleros, del asilado en Argentina, utilizaron como pretexto la muerte de una persona, quizá con coronavirus, y agredieron a los médicos, a los que se culpa de haber llevado el virus a esa localidad de los Yungas paceños.
Los médicos que trabajan en La Paz han resuelto la salida de La Asunta del personal de salud agredido, hasta que se garantice que los profesionales no serán hostigados en el hospital ni en su residencia.
Esos desmanes de los cocaleros (y quizá masistas) en La Asunta, parece que son un eslabón en la cadena de acciones violentas que desarrollan los masistas con fines intimidatorios; además, una manifestación del quehacer político masista, en este tiempo de coronavirus, para entrenar a sus militantes y amigos y para mostrar que ellos no tienen descanso cuando tratan de reconquistar el poder político en Bolivia,
Los parlamentarios masistas han aprobado una ley que dispone básicamente, prohibir a policías y militares la aprehensión de los que infrinjan las normas de bioseguridad en la campaña contra el coronavirus.
Algunos compatriotas dicen que los parlamentarios masistas, con esa ley, pretenden favorecer a sus partidarios con la impunidad para los que se beneficiaron con el poder político durante 14 años.
Recordamos que con normas o sin ellas es imposible paralizar a los frenéticos que en innumerables casos se movilizan por encargo del MAS, con pago mediante.
Esos grupos de masistas quisieran movilizarse sin que haya restricción legal alguna . Sin embargo, no debe olvidarse que para los que se alzan para acabar con un régimen contrario al pueblo, no necesitan ninguna ley que proteja su accionar político y electoral si fuera el caso.
En cambio, los masistas esperan protección legal para emprender alguna acción por encargo del MAS, lo que muestra los límites del movimiento político con el que los masistas buscan reconquistar el poder.
—Los últimos días, el líder de la Comunidad Ciudadana (CC) ha dicho que los gobernantes esperan prorrogarse en el poder, aunque sea por días más, porque por ese camino, esos gobernantes, creen que acrecentarán el respaldo electoral que ellos suponen que han conquistado.
Asimismo, según el dirigente de la CC, los legisladores, entre los que dos terceras partes son masistas, también pretenden prolongar su poder con miras electorales.
Carlos D. Mesa Gisbert se supone que tiene claro que los gobernantes ejercen la política y hacen campaña electoral sólo preservando la posición que ocupan en la campaña anticoronavirus.
En el cauce del ejercicio de la política por el candidato de la CC a la Presidencia de Bolivia, ante medios de difusión dijo que sería una locura realizar elecciones el 6 de septiembre si crecen los contagios y las muertes por el coronavirus, al extremo de que sería un grave riesgo para los electores concurrir a las mesas de sufragio. En tal situación sería recomendable otra postergación de los comicios, sugirió
El dirigente de la CC ha reiterado la necesidad de que la Presidenta interina convoque a un diálogo con partidos políticos, empresarios y trabajadores para buscar acuerdos sobre la continuación de la campaña antipandemia, como de medidas para enfrentar la crisis económica y las elecciones. Sin embargo, no hubo respuesta a esa propuesta reiterada.
Mesa, por más decente que se presente como actor de la política y de la campaña electoral, también lucha por el poder político.
Debe quedar claro que dentro de la campaña contra la pandemia en Bolivia, nada tienen de apolíticas ni de no electorales las acciones de los actores políticos referidos en esta nota que, por tanto, lo que se disputa, en forma silenciosa y/o violenta es el poder político.