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¡Que vivan el periodismo con decoro y los periodistas con ética!

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De sábado a sábado (297)   

Remberto Cárdenas Morales*  

Un homenaje, con aplausos de pie y con ovación, al apreciado colega, Ricardo Aguilar Agramont, perseguido y amenazado por el poder del gobierno y del Estado, y conminado por un juez sin competencia y sin ley, para que en tres días de plazo fatal delate a su fuente, para que la traicione, por tanto, para que viole una práctica de los verdaderos periodistas, recogida como principio por este grupo de profesionales.

Nuestro homenaje a todos los periodistas caídos en los diferentes momentos de la lucha de clases de esta patria de los explotados y de los oprimidos, especialmente. Asimismo, nuestro homenaje a los colegas que descansan en paz y de los que también aprendemos de su legado profesional destacado y de su ejemplar comportamiento personal. De todos ellos tenemos que aprender, por ejemplo, que el secreto de la fuente es “inviolable”, como dispone la Ley de Imprenta (1925 y que fue constitucionalizada), secreto que, por tanto, debemos llevarlo a la tumba y sólo así será secreto.

El homenaje en este 10 de mayo de 2014 lo extendemos a los que defienden los derechos, individuales y colectivos, a informar, comunicar, opinar e interpretar que los periodistas hemos ayudado a redactar y que están escritos en la Constitución Política del Estado boliviano (CPE). Defensa que se la debe hacer, en cada lugar de trabajo, especialmente, en los medios de difusión.

Un homenaje, con aplausos de pie y con ovación, al apreciado colega, Ricardo Aguilar Agramont, perseguido y amenazado por el poder del gobierno y del Estado, y conminado por un juez sin competencia y sin ley, para que en tres días de plazo fatal delate a su fuente, para que la traicione, por tanto, para que viole una práctica de los verdaderos periodistas, recogida como principio por este grupo de profesionales.

Abrazos fraternos para los que de diferentes formas empiezan a movilizarse en defensa del derecho a mantener el secreto de la fuente, como se dice en el lenguaje periodístico.

Cálidos saludos a los que vencen los obstáculos de ciertas fuentes que tratan de ocultar la realidad y/o sus actos ilegales e ilegítimos.

Más saludos fraternos para los que en sus medios resisten —a veces sin los resultados buscados— a la censura, a la autocensura, a las medias verdades, a la manipulación, a la mentira o al intento de “matar a la verdad”.

Más abrazos a los periodistas que trabajan en lugares a los que otros no quien ir. Periodistas casi siempre sin título académico ni en provisión nacional, pero a los que les reconocemos el derecho a ejercer el periodismo, con todo lo que tienen y a pesar de las carencias que con frecuencia les impone la vida. Ellos tienen el reconocimiento de los que los escuchan, leen y ven, y aunque pocos los desconozcan de hecho.

Sentido homenaje a los periodistas que por necesidad tienen que trabajar sin contrato escrito o con un contrato de acuerdo a las leyes civiles y sin las normas socio-laborales. Y que, además, sin fortuna luchan por conseguir mejores condiciones de trabajo en los medios y aumento de sus esmirriados ingresos, lo que no consiguen casi siempre.

Felicitaciones también a los periodistas empíricos que sin avergonzarse de serlo, estudian como el que más porque entienden que el conocimiento no tiene límites por la edad o por carencias materiales.

Un bravo sonoro para los estudiantes de comunicación (y periodismo), algunos de los que trabajan en medios y a la vez estudian, lo que resulta sacrificado, pero meritorio.

Nuestra admiración por los periodistas que se convencen cada vez más de que en esta patria nuestra (de explotados y oprimidos, especialmente, reiteramos) es ineludible asumir una causa democrática, popular, antiimperialista y revolucionaria. Nos referimos a los que se “ponen la camiseta”, lo que no se contrapone incluso a la búsqueda y a la realización de un nuevo periodismo.

Parabienes para los colegas que, a veces sin decirlo, en sus puestos de trabajo y en los lugares que visitan derraman semillas de lo que será el nuevo periodismo que sí es posible, incluso ahora, para aportar a la transformación de Bolivia, lo que sería una contribución en la lucha por la segunda independencia de Nuestra América o Patria Grande o Abya Yala.

Para los lanceros libres, es decir, para los que trabajan sin salario fijo y sin patrones de quien dependan y ellos mismos no son empresarios de ninguna dimensión, nuestros deseos de éxitos porque lo merecen.

Los colegas que trabajan, a veces sin ingresos fijos, en medios comunitarios de verdad, esos medios otrora denominados alternativos y populares, también merecen nuestro homenaje. Nos referimos a los periodistas que trabajan en esos medios en los que concurren “las tres P”, es decir, allí donde la palabra, la programación y la propiedad son de los comunarios o de una verdadera cooperativa, para decirlo con las palabras de José Ignacio López Vigil.

Deseamos que les vaya bien y muy bien a los investigadores y a la vez periodistas, los que reconocen y descubren cuando averiguan, vale decir, los que descubren un nuevo conocimiento a partir de los conocimientos encontrados por otros investigadores.

Para nosotros, comunicadores y periodistas, a pesar de las diferencias sutiles, por extensión y por lo que hacen, son también los reporteros que al comienzo no escriben (y con frecuencia luego lo hacen), los fotoperiodistas, los camarógrafos, los armadores, los infografistas, los informáticos, los correctores, los gráficos… Para todos ellos nuestros abrazos porque los consideramos periodistas, también, de este nuevo tiempo.

Asimismo, los acogemos como periodistas porque lo son, los que en las redes sociales fundan el “periodismo ciudadano”, que crece y que consideramos que éste, no reemplazará a ningún periodismo existente.

Saludo respetuoso a los profesionales en otras disciplinas del saber humano que a la vez trabajan como columnistas en los medios a los que, por tanto, los definimos como periodistas. Es notorio el aporte de ellos, especialmente al periodismo interpretativo.

Saludos y homenaje a los viejos periodistas, a esa “especie en extinción” (como dice Ramonet), varios de los que todavía se resisten a usar computadora, internet, celular… pero que siguen periodistas a carta cabal. Entre esos periodistas están los premiados, a los que les hacemos llegar saludos y homenajes, así como también les mandamos saludos y homenajes a los que no recibieron otro premio distinto al reconocimiento de audiencias y públicos. 

Les aplaudimos a los periodistas que ejercen cargos sindicales para servir a los afiliados y no afiliados al sindicato, federación y/o la Confederación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Bolivia (CSTPB). Nos referimos a los que en vez de conseguir beneficios personales han aportado a la organización sindical con su dinero o con su actividad de todos los días.

A los periodistas sindicalizados o no, a los que pertenecen a las asociaciones o no, a los integrados a organizaciones de investigadores o no, a los periodistas sin ningún tipo de agrupación, les hacemos llegar nuestros abrazos fraternales.

Van nuestros deseos de que les vaya bien y muy bien a los docentes universitarios, de institutos de formación profesional, de colegios y escuelas, que al mismo tiempo ejercen el periodismo o sin ejercerlo son periodistas.

Hay periodistas que consideran que asumen un comportamiento ético porque son capaces de sobreponer a sus intereses individuales, los verdaderos intereses regionales, populares y plurinacionales. Para todos ellos crecidos parabienes.

¡Que vivan los periodistas que hacen todo lo que pueden para que el periodismo sea en realidad “el mejor oficio del mundo”, como quería Gabo, nobel de literatura y sobre todo periodista!

¡Que vivan el periodismo con decoro y los periodistas con ética que hacen posible ese periodismo que empieza a ser el nuevo periodismo que sí es posible!   

La Paz, 10 de mayo de 2014.

*Periodista

De sábado a sábado (297)

¡Que vivan el periodismo con decoro y los periodistas con ética!

Remberto Cárdenas Morales*

Un homenaje, con aplausos de pie y con ovación, al apreciado colega, Ricardo Aguilar Agramont, perseguido y amenazado por el poder del gobierno y del Estado, y conminado por un juez sin competencia y sin ley, para que en tres días de plazo fatal delate a su fuente, para que la traicione, por tanto, para que viole una práctica de los verdaderos periodistas, recogida como principio por este grupo de profesionales.

Nuestro homenaje a todos los periodistas caídos en los diferentes momentos de la lucha de clases de esta patria de los explotados y de los oprimidos, especialmente. Asimismo, nuestro homenaje a los colegas que descansan en paz y de los que también aprendemos de su legado profesional destacado y de su ejemplar comportamiento personal. De todos ellos tenemos que aprender, por ejemplo, que el secreto de la fuente es “inviolable”, como dispone la Ley de Imprenta (1925 y que fue constitucionalizada), secreto que, por tanto, debemos llevarlo a la tumba y sólo así será secreto.

El homenaje en este 10 de mayo de 2014 lo extendemos a los que defienden los derechos, individuales y colectivos, a informar, comunicar, opinar e interpretar que los periodistas hemos ayudado a redactar y que están escritos en la Constitución Política del Estado boliviano (CPE). Defensa que se la debe hacer, en cada lugar de trabajo, especialmente, en los medios de difusión.

Un homenaje, con aplausos de pie y con ovación, al apreciado colega, Ricardo Aguilar Agramont, perseguido y amenazado por el poder del gobierno y del Estado, y conminado por un juez sin competencia y sin ley, para que en tres días de plazo fatal delate a su fuente, para que la traicione, por tanto, para que viole una práctica de los verdaderos periodistas, recogida como principio por este grupo de profesionales.

Abrazos fraternos para los que de diferentes formas empiezan a movilizarse en defensa del derecho a mantener el secreto de la fuente, como se dice en el lenguaje periodístico.

Cálidos saludos a los que vencen los obstáculos de ciertas fuentes que tratan de ocultar la realidad y/o sus actos ilegales e ilegítimos.

Más saludos fraternos para los que en sus medios resisten —a veces sin los resultados buscados— a la censura, a la autocensura, a las medias verdades, a la manipulación, a la mentira o al intento de “matar a la verdad”.

Más abrazos a los periodistas que trabajan en lugares a los que otros no quien ir. Periodistas casi siempre sin título académico ni en provisión nacional, pero a los que les reconocemos el derecho a ejercer el periodismo, con todo lo que tienen y a pesar de las carencias que con frecuencia les impone la vida. Ellos tienen el reconocimiento de los que los escuchan, leen y ven, y aunque pocos los desconozcan de hecho.

Sentido homenaje a los periodistas que por necesidad tienen que trabajar sin contrato escrito o con un contrato de acuerdo a las leyes civiles y sin las normas socio-laborales. Y que, además, sin fortuna luchan por conseguir mejores condiciones de trabajo en los medios y aumento de sus esmirriados ingresos, lo que no consiguen casi siempre.

Felicitaciones también a los periodistas empíricos que sin avergonzarse de serlo, estudian como el que más porque entienden que el conocimiento no tiene límites por la edad o por carencias materiales.

Un bravo sonoro para los estudiantes de comunicación (y periodismo), algunos de los que trabajan en medios y a la vez estudian, lo que resulta sacrificado, pero meritorio.

Nuestra admiración por los periodistas que se convencen cada vez más de que en esta patria nuestra (de explotados y oprimidos, especialmente, reiteramos) es ineludible asumir una causa democrática, popular, antiimperialista y revolucionaria. Nos referimos a los que se “ponen la camiseta”, lo que no se contrapone incluso a la búsqueda y a la realización de un nuevo periodismo.

Parabienes para los colegas que, a veces sin decirlo, en sus puestos de trabajo y en los lugares que visitan derraman semillas de lo que será el nuevo periodismo que sí es posible, incluso ahora, para aportar a la transformación de Bolivia, lo que sería una contribución en la lucha por la segunda independencia de Nuestra América o Patria Grande o Abya Yala.

Para los lanceros libres, es decir, para los que trabajan sin salario fijo y sin patrones de quien dependan y ellos mismos no son empresarios de ninguna dimensión, nuestros deseos de éxitos porque lo merecen.

Los colegas que trabajan, a veces sin ingresos fijos, en medios comunitarios de verdad, esos medios otrora denominados alternativos y populares, también merecen nuestro homenaje. Nos referimos a los periodistas que trabajan en esos medios en los que concurren “las tres P”, es decir, allí donde la palabra, la programación y la propiedad son de los comunarios o de una verdadera cooperativa, para decirlo con las palabras de José Ignacio López Vigil.

Deseamos que les vaya bien y muy bien a los investigadores y a la vez periodistas, los que reconocen y descubren cuando averiguan, vale decir, los que descubren un nuevo conocimiento a partir de los conocimientos encontrados por otros investigadores.

Para nosotros, comunicadores y periodistas, a pesar de las diferencias sutiles, por extensión y por lo que hacen, son también los reporteros que al comienzo no escriben (y con frecuencia luego lo hacen), los fotoperiodistas, los camarógrafos, los armadores, los infografistas, los informáticos, los correctores, los gráficos… Para todos ellos nuestros abrazos porque los consideramos periodistas, también, de este nuevo tiempo.

Asimismo, los acogemos como periodistas porque lo son, los que en las redes sociales fundan el “periodismo ciudadano”, que crece y que consideramos que éste, no reemplazará a ningún periodismo existente.

Saludo respetuoso a los profesionales en otras disciplinas del saber humano que a la vez trabajan como columnistas en los medios a los que, por tanto, los definimos como periodistas. Es notorio el aporte de ellos, especialmente al periodismo interpretativo.

Saludos y homenaje a los viejos periodistas, a esa “especie en extinción” (como dice Ramonet), varios de los que todavía se resisten a usar computadora, internet, celular… pero que siguen periodistas a carta cabal. Entre esos periodistas están los premiados, a los que les hacemos llegar saludos y homenajes, así como también les mandamos saludos y homenajes a los que no recibieron otro premio distinto al reconocimiento de audiencias y públicos. 

Les aplaudimos a los periodistas que ejercen cargos sindicales para servir a los afiliados y no afiliados al sindicato, federación y/o la Confederación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Bolivia (CSTPB). Nos referimos a los que en vez de conseguir beneficios personales han aportado a la organización sindical con su dinero o con su actividad de todos los días.

A los periodistas sindicalizados o no, a los que pertenecen a las asociaciones o no, a los integrados a organizaciones de investigadores o no, a los periodistas sin ningún tipo de agrupación, les hacemos llegar nuestros abrazos fraternales.

Van nuestros deseos de que les vaya bien y muy bien a los docentes universitarios, de institutos de formación profesional, de colegios y escuelas, que al mismo tiempo ejercen el periodismo o sin ejercerlo son periodistas.

Hay periodistas que consideran que asumen un comportamiento ético porque son capaces de sobreponer a sus intereses individuales, los verdaderos intereses regionales, populares y plurinacionales. Para todos ellos crecidos parabienes.

¡Que vivan los periodistas que hacen todo lo que pueden para que el periodismo sea en realidad “el mejor oficio del mundo”, como quería Gabo, nobel de literatura y sobre todo periodista!

¡Que vivan el periodismo con decoro y los periodistas con ética que hacen posible ese periodismo que empieza a ser el nuevo periodismo que sí es posible!   

La Paz, 10 de mayo de 2014.

*Periodista     

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