Como una confirmación de que la marcha indígena impuso al Presidente la suspensión definitiva de la construcción del camino de la discordia (Villa Tunari-San Ignacio de Moxos), ahora cocaleros, indígenas cooptados por los gobernantes, autoridades regionales (como el Gobernador de Cochabamba), los inquilinos del Palacio Quemado, básicamente, desarrollan acciones como bloqueos, anuncian otras, difunden medias verdades sobre la explotación por empresarios privados de las riquezas del TIPNIS, estimulan la división del pueblo y declaran (como lo hizo el senador Julio Salazar, cocalero) que si es necesario cambiarán la ley corta (que no es del MAS, añadió) que contiene la prohibición de aquella vía por el corazón de la reserva natural y territorio indígena.
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Los gobernantes, luego de violar varios artículos de la Constitución Política, otras normas bolivianas y convenios internacionales (que también son leyes nuestras), con el propósito central de impedir que llegue a La Paz la VIII marcha indígena por la vida en el TIPNIS y para confrontar a los pobladores de esa reserva natural, con su mayoría de legisladores hizo aprobar la llamada ley corta. Esa norma, básicamente, dispone la suspensión de la construcción del camino de la discordia entre Villa Tunari (Cochabamba) y San Ignacio de Moxos (Beni) y la consulta a los que en primer lugar serían perjudicados con aquella vía, es decir, los que antes que la población boliviana sufrirían los efectos de la destrucción de aquella riqueza, única en su género en la geografía patria. Esa ley corta, además, “reconoce” otros derechos de los pueblos indígenas, lo que es una reiteración innecesaria de lo que determinan otras normas constitucionales, legales y convenios internacionales, así como se intenta enmendar un error con lo que, a la vez, se incurre en otra falla sustancial: el inicio de la obra en los tramos I y III sin la aprobación o el rechazo de los que viven en el TIPNIS, lo que un gobierno que se autodefine como del pueblo no debe hacer.
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En La Paz, el 16 de julio de 1809, se alzaron los plebeyos, proclamaron su libertad, depusieron a la autoridad imperial, desconocieron al obispo, declararon su independencia del colonialismo español, con la unidad de la gente del pueblo procedente de varios lugares de lo que ahora es Bolivia y Suramérica, incluso en ese cauce unitario plantearon confederar a las provincias del Perú y definir a La Paz como capital.
Leer más...Los gobernantes decidieron impedir que llegue a La Paz la “VIII gran marcha por la defensa de los territorios, la vida, la dignidad y los derechos de los pueblos indígenas” porque, según ellos, aquella acción era y es parte de una conspiración imperialista y de una acción de la derecha que, además, tenía y tiene el propósito de dificultar y en lo posible desacreditar las elecciones de los jueces supremos del 16 de este mes. Esa marcha (continuamos el resumen del criterio de los gobernantes y de los intelectuales que se mantienen a su lado) se negó a dialogar debido a que en realidad tiene los objetivos políticos mencionados y que la mantención del TIPNIS, sin carretera por el medio, es un pretexto para presentar al Presidente, por ejemplo, como antiindígena, y otras afirmaciones de ese estilo y calibre.
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Las condecoraciones y los ascensos, como premios en favor de militares detenidos y maltratados en Chile por invadir territorio de ese país debido a un supuesto o real extravío nocturno y cuando al parecer perseguían a contrabandistas, resultan desmedidos, pero explicables porque el Presidente boliviano está interesado en hacer la mejor buena letra con los uniformados, al menos, con dos presumibles propósitos: consolidar el apoyo de las Fuerzas Armadas a su gobierno que pierde respaldo popular y para que el pueblo apoye un comportamiento presuntamente patriótico que asumieron los uniformados y la de un Presidente que reconoce méritos —dudosos méritos decimos nosotros—, en coincidencia con los bolivianos que consideramos que las condecoraciones y los ascensos para aquellos militares son un nuevo exceso presidencial, para decir lo menos.
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