El delito crece aceleradamente en Bolivia

Editorial de Aquí 332

Entre los últimos meses del año pasado y el que acaba de terminar del 2024, el número de delitos en el país es considerable y debería preocuparnos, pero parece que para las autoridades gubernamentales solo se trata de cifras.

En enero de este año hubo cinco feminicidios y tres infanticidios. En menos de cinco días más de tres millones de bolivianos en efectivo fue incautado; días antes fue incautado casi un millón de dólares; en ambos casos los poseedores no supieron explicar su origen. La internación de productos por la vía del contrabando y la salida de combustible por la misma vía es continua. La destrucción de laboratorios de cocaína y las incautaciones de esa droga no cesan, incluso en el exterior se identificó droga de procedencia boliviana. Algunos delincuentes extranjeros viven en el país con otra identidad y sin ningún problema. Las ejecuciones entre miembros de bandas rivales delincuenciales se suceden sin cesar. Las víctimas de asaltos y crímenes claman por justicia que nunca llega. El hacinamiento en las cárceles crece con privados de libertad sin sentencia. Los linchamientos son acciones ilegales e irracionales, pero se están convirtiendo en prácticas habituales y cotidianas. El narcotráfico y el contrabando actúan coordinadamente. Varios operadores del sistema judicial y del Ministerio Público no son confiables. Y para colmo, algunos policías se han involucrado en actividades ilícitas.

Si hablamos solo de droga, según estándares de organismos de lucha contra el narcotráfico, nacionales y extranjeros, solo entre el 20 y 30 por ciento de ese producto se llega a incautar, es decir que el otro 80 o 70 por ciento circula para su tráfico y consumo. Con esos parámetros se llega a la conclusión de que el incremento de cocaína y mariguana se ha disparado, pues según datos oficiales de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN), la cocaína incautada habría sido el pasado año (2023) de 32.935 Kg (pasta base 11.590 Kg y 21.344 clorhidrato de cocaína), es decir 32,9 Tn, lo que quiere decir que no se incautó entre 131,7 Tn (80%) y 76,8 Tn (70%), cocaína que circuló dentro y fuera de nuestras fronteras.

Un informe oficial de 2015, sobre el narcotráfico, señal que en 13 años, desde 2003, se erradicaron más de 26 mil hectáreas de coca en Parques Naturales, áreas protegidas (Carrasco, Amboró, Choré, Isiboro-Sécure y Madidi), sin que se haya detenido a alguien; recientemente, se hallaron y destruyeron 25 fábricas móviles de cocaína en el Chapare, según una autoridad en terrenos de sindicatos cocaleros que durante 15 años no permitieron el ingreso de la FELCN y como antes, “casualmente”, tampoco hubo detenidos.

¿Por qué el crimen organizado avanza a pasos acelerados? ¿Por qué la delincuencia perfecciona sus métodos para cometer ilícitos? ¿Cuál es la causa? ¿Es la pobreza? ¿Es la falta de empleos y de trabajos estables y dignos? ¿Será suficiente aumentar el presupuesto de las fuerzas represivas contra la delincuencia? ¿Qué puede hacer el ciudadano común frente a este panorama desolador que va ganando espacio en nuestra sociedad?

Lamentablemente, el panorama delincuencial va en aumento.