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Investigación de la UMSA: Represas El Chepete y El Bala dañarían la naturaleza

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De sábado a sábado 481

Remberto Cárdenas Morales*

La investigación o averiguación que acopió el conocimiento ya conseguido y que descubrió un nuevo conocimiento, definen aquella tarea que, junto con la formación de profesionales y la interacción con la sociedad, constituyen el quehacer fundamental de las universidades públicas y autónomas de nuestro país.

Y, desde hace décadas, voceros de las casas de estudio, sostuvieron (y sostienen) que la investigación juega un rol “subversivo” en Latinoamérica y el Caribe, para hablar de nuestra región y, por tanto, en el mundo.

René Zavaleta, acotó que el conocimiento es subversivo.

Sin embargo, con alguna regularidad se critica a la Universidad Boliviana (UB), pública y autónoma, porque desatiende aquella labor investigativa.

En esa dirección se conocen dos omisiones notorias: La Universidad Mayor de San Sión (UMSS) de Cochabamba, nada investigó ni investiga, y ojalá lo haga pronto, sobre el TIPNIS, a pesar de que una parte de aquella reserva nacional y territorio indígena se extendió hasta el departamento valluno: es el caso del actual Polígono 7, en parte, ahora convertido en campo de cocales y de trabajo asalariado, también parcialmente.

La Universidad Autónoma José Ballivián (UAJB) del Beni, tampoco investigó ni investiga el TIPNIS —se espera que lo haga algún momento— pese a que aquél geográficamente es beniano.

Las investigaciones que se conocen sobre el TIPNIS, son realizaciones de instituciones privadas o de personas particulares. El aporte de Sarela Paz, en esta materia, sobresale porque, entre otras cosas, empezó en 1990, año de la primera marcha indígena “Por el territorio y la dignidad”, y asimismo ese trabajo se destaca, porque en diversos aspectos es insuperable, aunque no siempre esos hallazgos están a disposición de los lectores comunes y corrientes.

Para bien, en el último tiempo, las universidades estatales reciben dinero del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) para esa labor, la que con la infraestructura y la interacción (las tres I) deben utilizar esos recursos de manera exclusiva.

Otra crítica fundada es que, como actividad académica, con frecuencia, la investigación abarca temas de escaso interés o en vez de buscar un nuevo conocimiento se agotan en la anotación del conocimiento aportado por otros investigadores.

Largo tiempo, además, sólo investigaron las universidades públicas y autónomas.

Ahora, algunas ONG (incluidas universidades privadas) investigan, aunque no siempre, sin censuras ni autocensuras.

Un profesional boliviano, en un ambiente universitario y con repercusión en medios de difusión, afirmó que la investigación desplegada por la UB, por definición, no reconoce límites políticos o ideológicos en aquella actividad, como suele ocurrir en instituciones privadas.

Presentada así la investigación, emprendida o no por la UB, se entiende mejor que sólo para servir sin límites, a los candidatos a la reelección ilegal e ilegítima de Evo Morales-Álvaro García, los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), sin argumentos valederos, prohibieron la difusión de la primera encuesta sobre preferencias electorales, de las universidades bolivianas autónomas, básicamente, porque aquel estudio de opinión pública, que se inscribe en el ámbito de la investigación, le da menos ventaja a los candidatos oficialistas, respecto del segundo que tendría un respaldo mayor, con relación a otra encuesta difundida y pagada por una red de televisoras privadas.

Ante esa maniobra del TSE, la UB debió agitar con fuerza invencible que esa encuesta es parte de la investigación y no lo hizo; al revés, asumió una actitud defensiva al extremo de que en realidad no hubo la propagación anunciada, por otra red de medios, aunque quizá se difundió con mayor celeridad en las redes sociales.

La UB debió, pues, defender esa encuesta como parte irrenunciable de la misión suya.

El Rector de la UMSA, que está a punto de acabar su mandato sin posibilidad de postular otra vez al cargo, por mandato estatutario, ha dicho que llevan a cabo otras encuestas electorales. En horabuena.

Además, la UMSA se sacó la flor con la investigación que redescubre el conocimiento antes hallado y aporta con un nuevo conocimiento (subversivo con las palabras de Zavaleta) porque muestra que las represas propuestas por Evo Morales especialmente, serían “ecocidas”, es decir, dañinas a la naturaleza, a Bolivia y a la gente y, en primer lugar, a los vecinos de El Chepete y El Bala.

Recordemos que el Presidente cree que Bolivia debe ser una potencia energética en el cono sur de Latinoamérica, con capacidad para vender ese recurso entre los países vecinos.

El estudio para la construcción de El Chepete y El Bala, según los investigadores de la UMSA, está equivocado en cuestiones fundamentales, como costos, plazos, niveles de producción de energía, daños a la naturaleza, por ello es considerado como “ecocida”.

El nuevo conocimiento aportado por la investigación de la UMSA es la demostración de la inconveniencia de ese proyecto de los gobernantes, El Chepete y El Bala.

Antes la Fundación Solón llegó a conclusiones similares a las de la UMSA, respecto de esas propuestas de represas.

El actual Gobernador de La Paz, aplaudió las propuestas El Chepete y El Bala porque, supuestamente, generarían dinero para La Paz, luego se calló sin decir media palabra de autocrítica.

Excepto los gobernantes, en nuestro país, otros no defienden esas represas propuestas.

Por ello, es oportuno informar, principalmente a las nuevas generaciones, que durante la dictadura de René Barrientos Ortuño (1964) se habló de la represa de El Bala, pero nada se encaminó como política a seguir, como ahora se lo hace con Morales.

La última investigación de la UMSA, a la que se refiere esta nota, es un ejemplo de lo que tienen que hacer las casas de estudio estatales.

Y la UMSA cuando investiga, como una de sus funciones capitales, defiende los intereses del pueblo y del país. Y, también, sale por los fueros de la pachamama, como no lo hace el presidente Morales, no obstante de que parlotea sobre ese asunto.

Esa tarea cumplida por la UMSA recuerda, asimismo, lo que descorazonó a una destacada docente-investigadora de la UMSA, Margarita Toro (fallecida), porque el presidente Morales ni siquiera respondió ante la entrega, de investigaciones primarias, que le hizo la principal casa de estudios del país

Sensiblemente el Presidente demostró que no quería colaborar con la UMSA, comentó la profesional, cuyos trabajos de investigación fueron traducidos al inglés, francés, alemán, italiano, entre otros idiomas.

En otra ocasión, otro docente-investigador, también de la USMA, entonces como viceministro de Investigación Científica, adelantó, con el gobierno de

Alemania, un convenio para instalar en Bolivia la primera planta en la que se produciría energía con la basura como materia prima. Lo sacaron a ese profesional de ese Viceministerio y el silencio de años indica que se abandonó aquella iniciativa.

Que la UMSA materialice una de sus tareas básicas: que investigue sin cesar, para reducir a sus dimensiones chatas, por ejemplo, a propuestas de un Evo Morales al que a menudo le falla el “olfato político bárbaro” que le atribuían amigas y amigos suyas/os en otro tiempo.

Evo Morales, de ayer y de hoy, es uno de los gobernantes que siguen apostando por el desarrollo del país, aunque se sacrifique la naturaleza.

Es que el Presidente, hace tiempo debió escuchar lo que le dijeron dirigentes del pueblo en Cobija (Pando), que había que producir energía con viento, con el sol y de biomasa, y no en la propuesta represa de Cachuela Esperanza. Que para satisfacer las necesidades de aquella región bastaban las fuentes de energía señaladas.

Pero el presidente Morales no se escucha ni a él, menos a la gente del pueblo que sí muestra que tiene sentido común, el que se espera que se ponga en tensión para las elecciones del 20 de octubre, oportunidad en la que al votar se defienda la naturaleza, se evite el “ecocidio” que determinaría la ejecución de las represas del Chepete y El Bala, que si se construyen, básicamente, dañarían la naturaleza.

¡Destacado aporte el de la UMSA cuando investiga!

*Periodista

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