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La reelección por toda la vida de Morales viene desde la Constituyente

De sábado a sábado 347

Remberto Cárdenas Morales*

La información de la que disponemos —incluida la recogida de las declaraciones de los gobernantes— nos lleva a sostener que la reelección “por toda la vida”, a la que aspira Juan Evo Morales Ayma (JEMA), viene desde antes de que se apruebe la actual Constitución Política del Estado (CPE), la que establece que en Bolivia no hay reelección indefinida. Rememoramos:

El Procurador del Estado, Héctor Arce Zaconeta, entre otros, entonces dijeron que sería cambiada la disposición transitoria de la nueva CPE que dispone que nadie, en nuestro país, puede ser reelegido de por vida o como vitalicio: prometieron argumentar “políticamente” para suspender esa “prohibición”, y así lo hicieron, “argumentaron” que el pueblo quería que el Presidente en funciones debía ser reelegido, por segunda vez y no por tercera como fue en realidad reelegido. Además recibieron como apoyo constitucional lo resuelto por el Tribunal Constitucional —a pesar de las disidencias— que fue de rehabilitación del candidato oficialista a la Presidencia del Estado llamado Plurinacional.

Se conoce que JEMA dijo que no se postularía una vez más. Sin embargo, el Vicepresidente señaló que a los opositores les tendieron una “maniobra envolvente”, es decir, les mintieron y a la vez a todos los bolivianos: que el primer mandatario sería postulado, por tercera vez, el 2014.

En diferentes tonos y con variaciones formales, JEMA y a veces sus ministras/os han proclamado que no son inquilinos del Palacio Quemado y que son dueños de esa casona. Añadieron que se quedarán allí 50 o 500 años. Se entiende que esa estadía sería del modelo y no de las personas.

Antes de la tercera elección de JEMA, David Choquehuanca, cabecilla de la tendencia llamada “pachamámica” del gobierno, dijo que a su “hermano” Evo lo elegirán el 2014, el 2020 y el 2025: declaraciones las registra Cambio, diario gubernamental y/o estatal.

Voceros de los movimientos sociales, sobre todo los que ahora sabemos malgastaron el dinero del Fondo Indígena, como súper llunk’us decían y dicen que no hay otro dirigente para sustituir a JEMA.

El presidente Morales, a los meses de su tercera elección al margen de la CPE, dijo que no quería hablar de su reelección y que estaba ocupado de gobernar. (Cuando JEMA dice que gobierna, los del elenco “Confidencias de Panamericana”, cuando menos sonríen y hacen reír, porque parece broma esa afirmación presidencial). Nosotros creemos que no hay decisión de importancia, de los gobernantes, que no sea tomada por el primer ciudadano de Bolivia.

En esa línea, JEMA es el que primero que nadie quiere su reelección, por eso dijo ante masistas que sí ellos se unen gobernarían toda la vida, como los chinos.

Otra mentira del segundo a bordo de la que llaman nave del Estado, Álvaro Marcelo García Linera (AMGL) es que, supuestamente, los gobernantes no “inducen” a los dirigentes de los movimientos sociales para que ellos propongan la reelección, la “repostulación”, como dice el segundo mandatario. Éste anota, asimismo, que entre los masistas y quizá algunos de sus amigotes (por ejemplo: empresarios del oriente boliviano y/o de los patrones de las cooperativas-empresas mineras), discuten si buscarán la cuarta elección o si ésta sería indefinida o vitalicia, como ha dicho el máximo dirigente sindical de los campesinos.

Estamos entre los convencidos de que eso de que los gobernantes discuten aquella propuesta de reelección es puro cuento.

Descreemos la palabra de los residentes transitorios del Palacio de Gobierno. Por eso, afirmamos que en este momento, lo que aquéllos quieren es que JEMA llegue como Presidente hasta el segundo centenario de la fundación de Bolivia, es decir, hasta 2025, y más que ese tiempo, para consolidar el proceso, añaden sus voceros. Aquella agenda, desde que la plantearon, tenía tiene contenido y forma de borrador de programa para ser agitado con vistas a la reelección indefinida de Morales.

Sólo hay que estar atentos para entender el blanco al que apunta el discurso de los oficialistas para deducir que en este tiempo lo más importante para ellos es asegurar la reelección, sin límite de tiempo, de JEMA. En el quehacer de los que impulsan las reformas de este tiempo —que pierden cada día su contenido avanzado—, está la reforma de la CPE para dicha reelección y el referéndum que la confirme.

Una dirigente campesina, incondicional ante muchas pruebas, ha dicho que realizarán una marcha para entregar el proyecto de ley de reforma a la CPE. Cuántos de esos probables asistentes participarán de esa concentración y marcha con la que pretenden mostrar fuerza. En este espacio hemos dicho y reiteramos que muchos de los campesinos del altiplano paceño prefieren “llenar” la plaza Murillo para aplaudir a JEMA en vez de sembrar papa, porque les resulta tanto o más rentable.

Los oficialistas tienen más de los dos tercios para aprobar la ley de reforma a la CPE y pretenden hacerlo hasta diciembre, tiempo en el que no se sentirá la fuerza de la crisis del capitalismo dentro de nuestras fronteras. Con ello se demostrará que, ciertamente, no habíamos sido el país blindado ante aquélla, como mintió o simuló el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce Catacora.

Estos días JEMA y sus llunk’us y súper llunk’us temen que sea desfavorable el resultado del referéndum que autorice la reelección para toda la vida. Sin embargo, los gobernantes y en primer lugar el ciudadano de Orinoca, saben que ganan elecciones con mucha plata, con presiones y con fraude: una trilogía funesta que sirve para reproducir su poder.

Es posible advertir que son cada vez más los bolivianos que estamos en contra de la reelección por toda la vida de JEMA y del “otro” con el que forman la yunta. Nuestro desacuerdo se funda en que con la alianza de clases en funciones gubernamentales se afecta al pueblo, a la plurinacionalidad y a las regiones, a nosotros. Esa afirmación es verificable porque cada día se sobreponen los intereses de empresarios grandes, criollos y transnacionales, y de los medianos propietarios. A eso se añade la corrupción, como las del ex Fondo Indígena que convierte en nuevos ricos, en corto tiempo, a dirigentes sindicales campesinos que se creían o los creían nada menos que como los que marchan a la cabeza del denominado “proceso de cambio”.

Sobre los enriquecidos como resultado de los actos corruptos (sin decoro alguno) cabe un apunte: esos son los que tienen que hacer lo que les piden y más de los que les piden los gobernantes. Esos dirigentes y sus bases, en mucho despolitizadas, desorganizadas y divididas, son una “fuerza electoral invencible”, de acuerdo al politólogo Atilio Borón, amigo de Evo y Álvaro, como él se encarga de decir.

Esa fuerza será vencible si somos capaces de organizar la nueva unidad del pueblo boliviano, en la que la derecha no debe tener espacio alguno.

Nueva unidad del pueblo boliviano que sea de veras democrática, plurinacional, antiimperialista y revolucionaria, la que a pesar de todas las adversidades se está constituyendo en pequeños grupos o en manifestaciones como las de apoyo a radio Erbol y a la periodista Amalia Pando que, presionada, renunció a ese medio.

Estamos muy lejos de afirmar que esa manifestación de apoyo a esa radio y a la colega sean ya parte de la nueva unidad del pueblo que postulamos, desde este medio, hace al menos dos años. Lo que buscamos mostrar, con ese ejemplo, es que las gestiones destinadas a unir al pueblo para que luche por sus intereses y por la segunda y definitiva independencia de Bolivia, empieza a caminar, a gatear, pero se mueve.

Esa nueva unidad, aunque sólo sea en la acción, tendrá como un objetivo a corto plazo derrotar a JEMA en el referéndum en el que se pretenda conseguir la reelección por toda la vida o la presidencia vitalicia, por lo que debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para parar esos planes prorroguistas del oficialistas.

La Paz, 5 de septiembre de 2015.

*Periodista