Triunfo fraudulento de Morales

El triunfó del MAS en las últimas elecciones es indiscutible, pero con resultados fraudulentos, además de ser una contienda electoral ilegal porque se habilitó[1] inconstitucionalmente al Presidente para un tercer mandato.

Las formas de fraude implementadas desde el Tribunal Electoral Plurinacional, en coordinación con el Órgano Ejecutivo, parecían irrealizables para muchos expertos, quienes señalaron que de ser posible esa manipulación de datos, no podría pasar del 3%; sin embargo, consideramos que no se trata del porcentaje alterado que podía ser del 1% o del 20%, sino del hecho, ya que ningún argumento es válido para justificar ese proceder, más todavía en un proceso que según los gobernantes, es de una revolución democrática y cultural, es decir, en la que tendría que haber una nueva ética.

Las denuncias de innumerables irregularidades en el conteo de votos suman día a día, pero ellas fueron ignoradas por las instancias electorales departamentales y nacional, las que han continuado con la difusión de resultados que posiblemente ya estaban predeterminados.

El triunfalismo de los gobernantes, en especial del Presidente reelecto, no parece sincero como tampoco es su discurso conciliador, de reencuentro, asegurando que ya no habrá más confrontación, cuando inmediatamente califica a las radios Fides y Erbol de ser “los primeros enemigos de Evo”, o cuando dice “los tipnistas se han eliminado”.

El Presidente asegura que su alto porcentaje (nosotros dudamos) se debe a la aprobación de su gobierno; pero, se equivoca porque  no quiere recordar (o no se ha enterado) de que luego de la dictadura de Banzer, los distritos mineros reprimidos votaron por ADN, como también votaron por él (el ex dictador) las poblaciones de Tolata y Epizana, cuyos habitantes fueron masacrados en enero de 1974. ¿Acaso con ese voto las víctimas de la dictadura dieron su aprobación al régimen banzerista?

En las pasadas elecciones también se dice que hubo una alta participación… ¿Cómo no iba a haber si se obligó compulsivamente asistir a las urnas? Y evidentemente se obligó con sanciones más duras que en tiempos neoliberales, las que no sólo son pecuniarias (Bs400.-) pues quienes no asistieron a votar no tendrán derecho a acceder a cargos públicos, efectuar trámites bancarios y obtener pasaporte durante 90 días después de las elecciones; es decir, en el supuesto Estado de la revolución democrática y cultural se quita derechos ciudadanos y se crea la categoría de paria. Esto no es democracia.

El triunfalismo del Evo Morales y el MAS, que compraron las elecciones, no será duradero, porque pronto renacerán las demandas: primero de sus mismos aliados (empresarios de todo pelaje) que exigirán más privilegios de los que se favorecieron, y luego de los explotados que, aunque tarde, se darán cuenta de que votaron por unos impostores cuyo discurso anticapitalista no es real ni es coherente con su proceder, ya que por el contrario son los capitalistas los que más se han beneficiado en estos nueve años de la era Morales.

RMR