Para la vanguardia revolucionaria del proletariado es claro que la victoria de la revolución pasa por ganar hacia la causa de los oprimidos a la ancha base social del ejército, compuesta por soldados, clases, suboficiales, sargentos y jóvenes oficiales. Como parte de la política militar del proletariado se formuló la necesidad de impulsar, junto a los piquetes armados de autodefensa, una tendencia revolucionaria al interior de la FF.AA. y la Policía. Importantes avances se conocieron a este respecto, con el surgimiento de “Vivo Rojo”, expresión de la influencia y vigor ideológico del POR boliviano, y que en sus bases programáticas proclamó su determinación de apuntalar la Revolución proletaria. Entre las consignas de lucha más importantes que se ha podido conocer de dicha tendencia está la de “bolivianizar las FF.AA.” y la de “alianza de obreros campesinos y soldados” como táctica fundamental para la victoria de la Revolución. Caracterizaron al Alto Mando como traidor a los intereses de la patria y del pueblo, por su lacayo sometimiento al imperialismo y la burguesía vendepatria. Contrariamente, los burócratas sindicales lacayos de la burguesía y el imperialismo, hacen coro con el gobierno para defender la estructura y la “disciplina” de un ejército gendarme que fue organizado y existe para preservar los intereses de la clase dominante y el imperialismo.
Leer más...Entusiasmó a empresarios, ganó a la resistencia y selló inversión de $us 2.500 millones.
miércoles, 25 de septiembre de 2013
Harold Olmos / Santa Cruz
El presidente Evo Morales rigió los destinos del país desde Santa Cruz y, en menos de una semana, ganó un round decisivo de convivencia y acción común con empresarios de la región, el sector con el que tradicionalmente había tenido una relación adversa.
Leer más...Por Frei Beto
Al viajar por Oriente, mantuve contacto con los monjes del Tibet, en Mongolia, Japón y China.
Eran hombres serenos, solícitos, reflexivos y en paz con sus mantos de color azafrán.
El otro día, observaba el movimiento del aeropuerto de San Pablo: la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo que debían.
Leer más...elecciones en venezuela
Por: Jesús Medina
Esta es la pregunta que amplios sectores que apoyan a la revolución bolivariana, se han estado haciendo, una vez conocidos los resultados de las pasadas elecciones. Aquí es conveniente recordar cómo, en algunas de las conversaciones que nuestro Comandante Chávez tuvo con ese otro gigante Fidel Castro, este le recordaba que en Venezuela no habían 6 millones de burgueses ni oligarcas, por lo tanto era necesario hacerle una lectura a esos números sacados por Capriles en las elecciones que antecedieron a la última.
Leer más...Claudia A. Villca Ugarte
(AquíCom 03-05-14) Los actos de homenaje al 1 de mayo, Día de los Trabajadores, realizados este año, tuvieron el tinte de una campaña electoral del Movimiento al Socialismo (MAS), partido de gobierno, un día después que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), lanzó la convocatoria a elecciones generales.
Leer más...Flecha yurakaré
Alejandro Almaraz*
Miércoles, 07 de mayo de 2014
Una experiencia particularmente enriquecedora e ilustrativa en mi vida ha sido trabajar en el Ejército, y así adquirir una percepción directa de su compleja problemática interna. Con todo lo ilustrativa que fue aquella experiencia, no me permite emitir criterios concluyentes sobre los problemas que motivan el conflicto social que actualmente viven las FFAA, y menos aún sobre sus soluciones deseables. Sin embargo, me dio ciertas certezas relevantes, algunas de las cuales es oportuno comentar.
Leer más...Muchas gracias, compañeras y compañeros de la prensa, estamos nuevamente en Nueva York, participando en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es un espacio para compartir experiencias entre presidentes, sobre el trabajo, y la gestión, un espacio para debatir políticas, no solamente de carácter nacional, sino también internacional. Por eso trato siempre de estar acá para compartir con los presidentes, escuchándolos en las Naciones Unidas.
Leer más...Ayer, en la plaza 24 de Septiembre, se realizaron los actos oficiales en conmemoración por el 203 aniversario de la gesta libertaria de Santa Cruz, evento que se vio empañado con el olvido de la entonación del himno cruceño. La omisión fue percibida por autoridades locales y nacionales, que no tardaron en expresar su molestia.
Leer más...En riesgo de extinción
Roger Cortez Hurtado*
- 15/04/2013
Al leer el titular “Indígenas oficialistas amenazan tomar bienes de la Iglesia en el TIPNIS”, publicado en este diario la semana pasada, sentí que ese encabezamiento estaba profundamente equivocado.
¿Se puede llamar indígena, con propiedad, al dirigente del Conisur, vocero de esas amenazas e instrumento principal de la política antiindígena y antiambiental del Gobierno?
No se trata de un error sintáctico u ortográfico ni legal porque la Constitución consagra en su segundo artículo lo “indígena-campesino” como el pilar del nuevo orden estatal del país. Pero los hechos relacionados con el TIPNIS en los últimos tres años son la prueba concluyente de que indígena y campesino son identidades que se han bifurcado y que tienden a alejarse cada día más.
Hablo de identidades históricas, no de categorías generales, ni de generalidades porque todavía hoy es cierto que la mayor parte de los campesinos tiene origen y mantiene prácticas culturales indígenas. Eso es tan cierto como que lo indígena es hoy en Bolivia una realidad social minoritaria que, entre pueblos de tierras bajas y tierras altas, no alcanza al 5% de la población, en tanto que los campesinos superan cómodamente el 50%.
Indígena y campesino eran identidades intercambiables y, hasta cierto punto, nombres de una realidad única hasta los años 70 del siglo anterior, que es cuando empiezan a manifestarse con fuerza y de manera crecientemente amplificada los efectos de la reforma agraria de 1953. Las consecuencias de aquella medida afectaron a la mayor parte de los indígenas que habitan la región andina y marcaron la ruta propia de la clase social campesina nacida con su aplicación.
Las diferencias que ostentan los campesinos con los indígenas no se limitan ciertamente al tipo de propiedad que predomina entre unos y otros: individual entre los primeros, colectiva entre los segundos. Mucho más relevantes son las relaciones que mantienen con el mercado del trabajo los campesinos, que trabajan como asalariados en el campo y principalmente las ciudades, aunque no es infrecuente que temporalmente muchos de ellos paguen salarios para labores de cosecha, dentro de una dinámica fluida propia de las prácticas de pluriempleo que se han generalizado entre ellos. Más aún, existen reducidos grupos de campesinos exitosos en lo económico, como algunos medianos soyeros y cocaleros que contratan constantemente cantidades significativas de asalariados y lo mismo puede decirse de prósperos importadores, de indiscutible origen campesino, que requieren un número creciente de trabajadores para apoyarlos en sus florecientes actividades. En cambio, los indígenas, ya sean urus, chimanes, chipayas, weenhayek o guaraníes, no pueden pagar salario a nadie y si intervienen en el mercado laboral alguna vez es a título de mano de obra.
las migraciones ya que, contrariamente a lo que se predica en las escuelas, los verdaderos nómadas del siglo XX y XXI en Bolivia son los campesinos; ellos no sólo han hecho crecer las principales ciudades del país, si no que emigran a otros países, sea como zafreros, constructores o sastres. Los pueblos indígenas, inclusive los con fama de nómadas, son realmente sedentarios, en el sentido de que se arraigan profundamente en sus territorios.
Los campesinos piensan en términos de tierra; los indígenas en territorio. Es por eso que el Gobierno actual, como indiscutible representante de los sectores campesinos más prósperos (sea que actúen como comerciantes de tierras, empresarios del transporte, dirigentes cooperativistas, importadores o gestores políticos), respalda las amenazas de “redistribuir tierras”, de manera que se las resten a los indígenas (que “tienen demasiada”, según algunos dirigentes de organizaciones campesinas) para entregarlas a sus bases.
Lo empresario representa en nuestra experiencia histórica nacional el impacto concreto del capitalismo sobre lo indígena y ese impacto es real, sensible y verificable. Las contradicciones entre campesinos e indígenas existen, a pesar de la historia compartida de humillaciones, discriminación y exclusión, que determinó la compacta alianza entre ambos gracias a la cual se hizo posible el nuevo ciclo histórico por el que atravesamos. Los conflictos entre ambos no son antagónicos, por necesidad o naturaleza, pero pueden alcanzar ese rango si se deja que el Gobierno los continúe conduciendo como hasta ahora.
Roger Cortez Hurtado es investigador y docente.