Por Rina Bertaccini
La realización en Buenos Aires de dos actividades que tuvieron como eje la denuncia del papel de las bases militares extranjeras, la defensa de nuestra soberanía nacional y la lucha contra todas las formas de injerencia y militarización imperial, fue capaz de concitar la adhesión de numerosas personas y organizaciones de nuestro medio y de otros países de la región.
A la convocatoria por parte de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (Mopassol) y el Servicio Paz y Justicia de América Latina (Serpaj-AL), se sumaron oportunamente los auspicios del Consejo Mundial por la Paz, la Alianza Social Continental (ASC), la Asociación Americana de Juristas (AAJ) y el Círculo Latinoamericano de Estudios internacionales (CLAEI).
Toda esa pluralidad de voluntades y un intenso trabajo preparatorio, junto a la convicción de los organizadores de que en la lucha por la paz es necesario y urgente unir los esfuerzos de todas y todos los interesados en detener a los promotores de la guerra, fueron los principales factores del éxito de dos iniciativas con objetivos específicos y complementarios como lo fueron el Tribunal Ético sobre las Bases Militares Extranjeras en América Latina y el Caribe (31 de mayo, en la Facultad de Derecho) y la Conferencia Continental sobre la militarización imperial: el Comando Sur, la USAID y la "cultura estratégica" (1 de junio, en el Centro Cultural de la Cooperación).
El Tribunal Ético, sistematizando las reflexiones de los peritos y los testigos, de la fiscalía y la defensa, así como el veredicto del Jurado, expresa en su sentencia condenatoria las razones por las cuales los pueblos de la región reclaman la eliminación de las bases imperialistas instaladas en el continente y en el mundo. Y en ese sentido se constituye en un fundamento esencial de la Campaña Continental puesta en marcha en enero de 2010 con el lema "América latina y el Caribe, una región de paz ¡Fuera las bases militares extranjeras". Campaña que en Argentina tiene como eje el reclamo por la descolonización de nuestros archipiélagos del sur y la lucha por el desmantelamiento de la fortaleza militar de la OTAN instalada en nuestras Malvinas.
Un mérito adicional de este Tribunal es haber reunido en un ámbito simbólico como lo es la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires, a un segmento ampliamente representativo del extenso movimiento de derechos humanos de la Argentina y asimismo a conocidos intelectuales y referentes de otras organizaciones populares de nuestro país y del continente.
Por su parte la Conferencia Continental, en la que presentaron sus ponencias quince expositores centra su atención en tres bloques temáticos.
El primero analiza las principales líneas de la estrategia imperial de dominación, los objetivos de la OTAN devenida en dictadura militar global, el papel del Comando Sur del Pentágono, las bases militares, la IV Flota y otras formas de presencia militar extranjera en el continente y en el mundo. El segundo bloque detiene su mirada en algunos aspectos particulares o "nuevos rostros" de la dominación que se encarnan por ejemplo en los programas actuales de agencias como la USAID; o en el convenio entre el Comando Sur y la Universidad Internacional de la Florida sobre "cultura estratégica". El tercer bloque examina las nuevas alternativas para la defensa de la paz y la soberanía nacional que se enmarcan en los actuales procesos de integración regional, con la creación de agrupamientos como la Unasur, el ALBA y la nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Un proceso esperanzador en que diversos gobiernos toman distancia de las hipótesis de conflicto y los proyectos imperiales de dominación y buscan alternativas y caminos comunes para construir políticas propias de seguridad y defensa nacional. En esa búsqueda se inscribe la conformación del Consejo de Defensa Suramericano de Unasur y la reciente inauguración en Buenos Aires del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa, así como la apertura, en Bolivia de una Escuela de Defensa de los Países del ALBA.
Todas las intervenciones y los aportes efectuados en los espacios para el debate coincidieron en destacar que no han variado los objetivos esenciales del imperialismo. Sin embargo, es importante conocer y denunciar los nuevos proyectos, las nuevas formas y doctrinas que se manifiestan en la presente ofensiva con la que intentan la recolonización del mundo. Tal el caso de la llamada "dominación de espectro completo" que proclaman en documentos oficiales de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, como el titulado "Joint Vision 2020" (Visón conjunta 2020).
Como bien se afirma en la convocatoria del Tribunal y la Conferencia "bajo esta visión totalizadora de su estrategia geopolítica, la actual ofensiva no se basa únicamente en la acción militar, sino también y muy particularmente en la penetración cultural y la manipulación mediática que incluye una intensa acción psicológica ejercida desde los grandes medios de comunicación —principalmente los monopolios mediáticos— con el auxilio de una red de organizaciones no gubernamentales y 'fundaciones' pretendidamente independientes" que encubren su accionar en una supuesta cooperación para el desarrollo.
Otro documento revelador, se refiere a la "Estrategia de la Seguridad en el Hemisferio Occidental para el Período hasta 2018" donde figuran las prioridades estratégicas del Comando Sur. En él incorporan la idea de que el sistema de seguridad a nivel continental debe garantizar al Pentágono la posibilidad de realizar operaciones en cualquiera de los países de la que consideran su "área de responsabilidad" y también en los que denominan "espacios neutrales" (aguas internacionales, espacio aéreo, espacio cibernético).
La Conferencia hizo un rápido recuento de las viejas y nuevas formas de intervencionismo en el plano militar subrayando especialmente los argumentos falaces con los que se pretende justificar una acción violatoria de los derechos humanos de los pueblos y la soberanía de los países. Abundantes datos y reflexiones avalan esa conclusión.
Junto a ello es importante destacar que se analizaron aspectos menos conocidos como el convenio establecido, y en ejecución, entre el Comando Sur del Pentágono y la Universidad Internacional de Florida sobre la "cultura estratégica". Un peligroso proyecto de dominación cultural que intelectuales progresistas de los Estados Unidos denuncian como un plan concreto de injerencia en las universidades y de cooptación de académicos de América Latina y el Caribe. Los debates alrededor de este tema dejaron abierto un desafío y una necesaria línea de acción hacia las universidades y espacios culturales para salir al cruce de semejantes proyectos encaminados a destruir la identidad política y cultural de nuestros pueblos.
El contexto mundial
Realizamos estas actividades en un contexto mundial sumamente preocupante. Así lo fundamentaron varias intervenciones y especialmente las que, en el primer bloque, describieron el contexto mundial. "El mundo continúa cargado de graves amenazas" diría la Presidenta del Consejo Mundial de la Paz cuando en noviembre pasado se realizaba en Lisboa, la Cumbre de la OTAN que proclamaba ante el mundo su dictadura militar global. Amenazas de guerra y de nuevas agresiones, inclusive con armas nucleares. En los meses recientes, la OTAN ha desatado una brutal agresión contra Libia.
Allí, nos advierte la ponencia de Adriana Rossi, "los Estados Unidos han inaugurado un modus operandi que limita su intervención directa. Ésta más bien estará a cargo de aquellos países, que en alianza con Washington, se inserten operativamente en los escenarios de interés específico propio, mientras los Estados Unidos concentrarían en sus manos la inteligencia que permitirá tales operativos (...) La intervención mediante bombardeo fue iniciada por los Estados Unidos y dejada luego en manos de Francia y Gran Bretaña y de la OTAN".
"El escenario que se plantea es preocupante y complejo y las consecuencias pueden ser catastróficas. Se abre un espacio para intervenciones simultáneas y múltiples, para la expansión de los conflictos..."(1)
En Libia cada día se están violando las normas internacionales que buscan proteger a la población civil. Se suceden los bombardeos. Están destruyendo infraestructuras civiles. Los crímenes continúan. Y todavía no se ha levantado en el mundo la ola de repudio que estos crímenes merecen. Tampoco en nuestro país estamos haciendo todo lo necesario. Tenemos por delante un fuerte desafío. Un deber de solidaridad con el pueblo libio. Pero también de supervivencia. Lo que está en peligro es la vida misma sobre la tierra.
Nota:
(1) La ponencia de Adriana Rossi y las otras intervenciones pueden consultarse enwww.mopassol.com.ar