Compromiso con el pueblo: a 44 años de su inmolación

Por Gastón Lobatón Mendoza

Como periodista, amigo y compañero de trabajo de Luis Espinal, tengo el privilegio de testimoniar una parte de su vida, especialmente aquella que estuvo relacionada con su compromiso e identificación con las luchas del pueblo boliviano y, finalmente como director del Semanario AQUÍ.

Tapa del Semanario Aqui del 16.02.1980

En el año 1974 tuve la satisfacción de conocerlo y admirarlo por la riqueza de su personalidad y su compromiso con las luchas de nuestro pueblo. Dos años después junto al Padre Gregorio Iriarte, de la congregación canadiense Oblatos de María, los periodistas Gonzalo Vizcarra y Walter Montero (fallecidos), apoyamos en la recolección de datos para la elaboración del libro EL DELITO DE SER PERIODISTA, editado en el Perú con el apoyo del periodista Jorge Mansilla (Coco Manto).

Po primera vez se denunciaba, mediante documentos y testimonios, la represión sistemática del gobierno de Banzer y el atropello a los más elementales derechos a la libertad de prensa. Para el régimen de Banzer, el periodista crítico e independiente representaba un elemento peligroso. El régimen solo aceptaba a redactores “inofensivos”, a fieles servidores del periodismo “objetivo”. El libro denuncia también la cárcel y el destierro de centenares de periodistas y sus familias durante el largo periodo de la dictadura militar.

Luis Espinal más tarde se integra al equipo que funda la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia (1976) y 2 años después se pliega a la masiva huelga de hambre iniciada por 4 mujeres mineras que, en enero de 1978, rompe el esquema prorroguista del Gobierno militarista de Banzer.

Tras la victoria popular y la conquista del espacio democrático Luis Espinal forma parte del equipo periodístico del Semanario AQUÍ, siendo elegido democráticamente y por mayoría director de este medio. El semanario estuvo integrado por periodistas, sacerdotes y religiosas, además de profesionales y personas identificadas con las luchas del pueblo boliviano.

La línea de periódico era popular y progresista, destinada principalmente al pueblo. No era partidista, sino amplio que reflejaba la pluralidad y la unión de toda la gente progresista.

Lucho, con la sencillez que le caracterizaba, decía que los lectores estaban en la obligación de hacer notar los defectos de la parcialización, si las hubiera, para su corrección inmediata. También señalaba que “a veces los medios de comunicación estaban acostumbrados a irrigar las noticias desde arriba hacia abajo. Nosotros queremos que haya mucha respuesta desde abajo con un aporte crítico, pero al mismo tiempo constructivo”.

Luis Espinal decía que el Semanario AQUÍ “quiere estar en el lugar crítico, allí donde hace falta la luz de la información y el esclarecimiento del comentario”.

Con profundidad comentaba que “no podemos criticar desde afuera con el falso compromiso y cobardía, la terrible prudencia de acallar los gritos de los hambrientos y los oprimidos… No podemos colocarnos cómodamente a un lado, como un simple observador y arbitro”.

Lucho estaba muy contento de ser parte de este nuevo medio que se convertiría en una verdadera trinchera de lucha de los más necesitados. Y creo que no ha sido un error como algunas personas interesadas, incluyendo algunos sacerdotes de su compañía, afirmaron después.

Lucho demostró una mística de bolivianidad y patriotismo. Fue representante de los anhelos de igualdad y liberación de las masas y ferviente defensor de los recursos naturales y la justicia. Por esta causa, los conculcadores de estos principios, los dictadores militares, truncaron su vida el 21 de marzo de 1980.

* Gastón Lobatón, periodista y colaborador de Luis Espinal en el Semanario Aquí

Publicado en: Boletín de Derechos Humanos. Boletín No. 4 de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos La Paz (APDHLP). Marzo 2024