¿“Seguro” “Universal ” de “Salud”?

tribuna

Vamos a andar

Rafael Puente

Viernes, 26 de abril de 2019 · 00:10­

Hace años que diferentes sectores de la sociedad civil viene reclamando que el Gobierno dedique un presupuesto suficiente para la salud de la población. Por supuesto, el problema es mucho más antiguo que la actual gestión de gobierno, pero con toda razón era del actual gobierno que esperábamos una política seria de salud, en primer lugar por su línea política —formalmente popular— y en segundo lugar porque, innegablemente, la economía de nuestro país está mejor que nunca en su historia…

Sin embargo, la salud de la población sigue siendo un problema sin resolver; se sigue muriendo gente por problemas que no son mortales; las clínicas privadas resultan carísimas para la mayor parte de la población; los hospitales públicos son pocos, resultan pequeños y con mucha frecuencia no tienen recursos para atender costosos tratamientos (peor si se trata de cirugías); los pocos hospitales cubanos que tenemos desaprovechan la formación y la vocación de sus médicos por una deprimente ausencia de instrumental médico… Mientras tanto el Gobierno dedica millones y millones a la construcción de edificios que no son imprescindibles: 

Ahí está el de Unasur, ahí los que se levantaron para los Juegos Panamericanos, ahí el nuevo superpalacio de Gobierno y el del Ministerio de Hacienda, ahí el museo de Orinoca, ahí el nuevo edificio para el Poder Legislativo, ahí los aeropuertos que no se usan, y las terminales presidenciales, que sí se usan. Y no podemos perder tiempo discutiendo si dichas construcciones tienen sentido (que algunas pueden tenerlo), la discusión central debe plantearse si todo eso, por mucho sentido que tenga, es más importante que la salud de la población…

De pronto el presidente Evo explica que él no estaba suficientemente informado sobre la problemática de la salud (¿después de 12 años de gobierno?) y al cabo de un tiempo se nos comunica la creación del Servicio Universal de Salud (SUS), lo que a primera vista era una buena noticia. Sin embargo, pasa el tiempo y la experiencia generalizada de la población con problemas de salud es que el famoso SUS no resuelve nada.

 Dos ejemplos sueltos y recientes. El primero: una señora de Tiquipaya, Cochabamba, empieza a sentirse mal del corazón. En el hospital le diagnostican un problema cardíaco que requiere cirugía y la cirugía cuesta 11.000 dólares. ¿Y el SUS? No puede cubrir ese monto, la señora verá cómo se arregla… 

El segundo: el dirigente de la comunidad de Ñuñumayani, Tapacarí, Cochabamba, entra en una seria crisis de salud que no sabe en qué consiste. Acude al Hospital Viedma y le dicen que “no aparece en el sistema” (¿puede depender del sistema la vida de un ciudadano?); acude al Hospital de Vinto y le dicen “vuelva usted mañana”, y al día siguiente le dan un paracetamol, que por supuesto no cura sus males (menos mal que está mejorando gracias a la medicina tradicional, que por suerte no tiene nada que ver con el SUS).

Si nos pusiéramos a compilar una lista más amplia de casos, estoy seguro de que en pocos días éstos sumarían miles o decenas de miles. ¿Y el SUS? Es una ilusión, una ficción. En la práctica no es un servicio, mucho menos resulta ser universal (aunque es posible que haya resuelto algunos casos concretos, pero sólo algunos) y, por tanto, la salud de la población sigue siendo un problema irresuelto.

Lo he preguntado más de una vez: ¿Por qué nuestro Gobierno no aprende de Cuba, donde la salud es de primera calidad y absolutamente gratuita para cualquier habitante de esa isla? Y es que, efectivamente, la salud es la necesidad primera, y no puede ser objeto ni de negocios privados, ni de demagogia estatal. Cierto que la bonanza económica está bajando y las reservas fiscales son cada año menos cuantiosas, pero con el dinero que todavía queda sería necesario que por lo menos se mejore sustancialmente los servicios de salud… ¡Ajina kachun! 

*Miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba