El satélite de la luna
Francesco Zarati
La Paz, Sábado Siete, sábado, 12 de marzo de 2016
Para despejar dudas sobre las intenciones de esta columna sólo ahora, después del referendo, comento recientes declaraciones de las máximas autoridades energéticas del país, que por su contenido más suenan a cuentos chinos. Lo hago movido por un sentimiento de indignación ante la falta de respeto que dichas autoridades tienen hacia la opinión pública, en perfecta sintonía con la cátedra de mentiras y medias verdades que recibimos diariamente de otros servidores públicos.
Un primer ejemplo es el cacareado proyecto LNG destinado a poblaciones intermedias y, dizque, a la exportación. Se trata de gas natural licuado en la planta de Río Grande y transportado en cisternas criogénicas hasta 27 pueblos aislados, donde es regasificado y distribuido por redes domiciliarias.
El proyecto de marras es una loa a la irracionalidad por el elevado costo que representa la cadena descrita frente a alternativas razonables y baratas, como son el transporte en cisternas comunes y corrientes de GLP —combustible que supuestamente, gracias a las plantas de separación inauguradas, nos alcanza y sobra— y el transporte de gas natural comprimido en tanques adecuados.
Adicionalmente, con un gusto refinado por hacer el ridículo, se ha anunciado la exportación de LNG a países limítrofes … ¡en cisternas! ¿No les recuerda esto al contrabando de gasolina en "mamaderas”? Y, como si fuera poco, se afirma que tal proyecto reflejaría uno de los grandes logros de la nacionalización, debido a que convertiría el tristemente célebre proyecto LNG-Pacific en un proyecto de "beneficio nacional”.
¿Alguien, en su sano juicio, podría comparar el LNG transportado en enormes barcos metaneros con el LNG trasladado en cisternas por los destartalados caminos nacionales? Parece increíble, pero ese alguien es una autoridad nacional del sector. Léalo en la pomposa (y carente de datos) página web de YPFB.
Un segundo ejemplo es el referido a la planta de separación de Gran Chaco. Nadie sabe a ciencia cierta qué está pasando ahí, excepto las autoridades del sector que, por alguna razón, lo ocultan. Si esa planta estuviera produciendo GLP, aún al 50% de su capacidad, debido a los reducidos volúmenes de gas natural enviados a Argentina, tendríamos ingentes excedentes de ese combustible.
Sin embargo, no se tiene evidencia de exportaciones masivas a países limítrofes, ni de estrategias claras de qué hacer con el GLP excedentario. Recordaré que esa planta costó 600 millones de dólares (más que todos los contratos de la CAMC) y con los 16 MMm3/d que se exportan a Argentina debería producir más de mil toneladas métricas-día de GLP, que equivalen al 70% del consumo nacional, el cual está ya abastecido por otras fuentes.
A falta de datos en las páginas web de YPFB y del MHE y ante el silencio oficial sobre exportaciones reales (¡no manifestaciones de intenciones!), deduzco que esa planta no está funcionando a cabalidad. Espero, fervorosamente, ser desmentido con pruebas, no con insultos.
Finalmente, el "oportuno” anuncio del MHE acerca del descubrimiento de nuevas reservas de gas en Caipipendi, de 4 TCF, por un valor de 1.300 millones de dólares (¡esa manía gubernamental de poner precio a todo, hasta a la expectativa!), emitido a días del referendo ante unos abochornados ejecutivos de Repsol, muestra claramente los niveles de confusión (¡ojalá sólo comunicacional) de autoridades que no logran, o no quieren, distinguir prospectos exploratorios de campos y reservas.
En fin, como se ha vuelto una costumbre, sobran anuncios y faltan datos e información certera. Parafraseando lo dicho a los funcionarios responsables de su derrota, el presidente Evo podría insinuar: "No los voy a echar, sólo pido que se vayan”.
*Físico y analista.