Redacción de Aquí
Los llunk’us (aduladores) del Presidente han acentuados sus alabanzas a éste luego del pronunciamiento de la Corte de La Haya y andan a codazos por sobresalir, continuando así sus campañas personales para asegurarse un lugar privilegiado en el entorno de Juan Evo Morales Ayma.
La “sabiduría” del Presidente, que le hacen acreedor sus voceros, como la ministra de Comunicación, Marianela Paco, está a la par de la condecoración de “héroe” otorgada por autoridades de Cochabamba en sus recién pasadas efemérides departamentales. Veamos:
En relación al equipo que lleva el asunto marítimo, la Ministra de Comunicación señaló: "En el tema interno, con la sabiduría de nuestro Presidente se ha tejido esta articulación de oriente, occidente, de norte a sur, de campo a ciudad y ese tejido también está reflejado en el equipo multidisciplinario en el tema del mar, en el que también participan nuestros opositores internos”; por otra parte, el Concejo Municipal de Cochabamba condecoró a Evo Morales con la distinción especial “Héroes del Gran Kanata” en la orden “Escudo de Oro del Municipio con Laureado de Oro” e inmediatamente la Asamblea Departamental le otorgó la distinción “Libertad del Tunari”.
Si bien la adulonería se acrecienta más conforme el caudillo consolida su sitial y va deshaciéndose paulatinamente de posibles herederos, aunque éstos no dejan de seguir lisonjeando al jefe, surgen otros en su afán de llegar pronto a su entorno. Es así que en cualquier población donde el Presidente inaugura obras, con lo que quita protagonismo y mérito (cuando son buenas obras) a las autoridades locales, éstas no pierden la oportunidad de “llunk’earse” ante el Presidente. En el Municipio de Quillacollo, en los actos de su efeméride, Evo Morales fue declarado “hijo predilecto”.
Hace algún tiempo había algunos personajes que se jactaban de caer en la adulonería, y que preferían estar en el llano o al menos lejos del poder político; pero, tras estar un tiempo congelados, y tras ser rehabilitados para ocupar cargos de importancia, no les quedó más que llunk’earse, a través de descalificaciones, a quienes critican acciones del jefazo o de personajes de su entorno. Porque una de las formas de ser llunk’u es también oficiar de abogado defensor no sólo del primer mandatario sino de aquellos militantes del MAS que se ven envueltos en denuncias de malos manejos. En el primer caso podemos ejemplificar la reacción del presidente del Senado, “Gringo” Gonzales, que lanzó algo así como una amenaza contra Carlos Mesa cuando éste, vocero principal sobre la reivindicación marítima, declaró su rechazo a cualquier prórroga presidencial: "Otro miembro más que se suma a la campaña del No, dijo. Lo vamos a tener en cuenta. Si no le gusta ya sabe lo que tiene que hacer". El otro caso lo protagonizó Gustavo Torrico que para quedar bien con el Presidente y sus observadores, como una forma de proteger a los desfalcadores del Fondo Indígena, acusó a un opositor, Rafael Quispe, de ser uno de los que recibió dineros de esa cuenta destinada para proyectos de indígenas, campesinos y colonizadores.
El llunk’erío es bien recibido por el adulado el que, además de fortalecer su ego hasta considerarse excepcional y por encima de cualquier humano, no deja de aprovechar la situación y exigir mayor compromiso del llunk’u. Así sucedió tras recibir la condecoración de “héroe” por el alcalde y asambleístas opositores de Cochabamba, José María Leyes, cuando Morales le dijo: “Hermano Alcalde, asambleístas, les invito que se sumen, si se suman al MAS mejor (…) Qué mejor juntos trabajemos, entreguemos estos grandes proyectos a Cochabamba”. Este intento de cooptar a opositores, utilizando el chantaje económico, hasta donde se sabe y en varios casos, le ha dado buenos resultados al Presidente: si me apoyas, te doy recursos.
Tal vez Mariano Melgarejo, el dictador de mediados del siglo XIX, quizá recibió más títulos y nombramientos que el actual Presidente…, pero claro, con el riesgo de algunos de ir al paredón si no se le rendía pleitesía. Ahora, aunque no se llegó a esos extremos, el riesgo de ser apartado del entorno presidencial es grande, si no se llunk’ean los operadores del gobierno ante el jefazo.