Venezuela
Una rosa blanca para el amigo
Yaima Puig Meneses y Leticia Martínez Hernández
CARACAS, VENEZUELA.— Antes lo había hecho Martí, cuando en 1881, sin apenas quitarse el polvo del camino, preguntó cómo se iba a la estatua de Bolívar. Con la misma vehemencia, más de un siglo después, este 5 de marzo del 2014, el Presidente cubano llegó directamente desde el aeropuerto internacional de Maiquetía hasta el Cuartel de la Montaña, donde desde hace un año descansan los restos mortales de Hugo Rafael Chávez Frías.
En un homenaje sencillo, íntimo, profundo, alejado de todo protocolo, Raúl colocó una rosa blanca en la losa de mármol, permaneció en silencio, firme por algunos segundos, quizás rememorando los incontables momentos que compartieron juntos.
Luego, acompañado por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, presenció el relevo de la guardia de honor que custodia el sarcófago, el cual este miércoles amaneció con más flores que de costumbre y la compañía de cientos de venezolanos que temprano en la mañana subieron hasta la parroquia 23 de enero para ofrecer su tributo al eterno Comandante.
Mientras el General de Ejército ofrecía sus respetos, continuó llegando la población más humilde, esa que vio en el líder bolivariano la esperanza tantas veces negada. Allí estaban los niños tomados de las manos de sus padres, los ancianos agradecidos, los estudiantes que han jurado continuar la Revolución, los hombres y mujeres de este pueblo, que a un año de la partida de su líder aún lloraban allí la pérdida física de quien, según ellos, pasó a la eternidad para guiarlos siempre.
Momento emotivo resultó también cuando el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros recorrió uno de los salones donde se muestran objetos personales de Chávez, como el traje que vistió el 26 de marzo de 1994 al salir de la prisión para ir "a las catacumbas del pueblo"; su guante de pelota; su chaqueta deportiva; los libros que gustaba leer; y las arañas (dulces caseros) que preparaba su abuela Rosa Inés y él vendía allá en Sabaneta cuando aún era un niño.
Entre anécdotas, Raúl observó además las hermosas fotografías que recuerdan allí la alegría que reinó siempre en su medio familiar, rodeado de sus padres, sus hermanos, sus hijos, sus nietos...
Más tarde, desde el Cuartel de la Montaña, partió hasta la Avenida de los Próceres para, junto a otros representantes de América Latina y el Caribe, presenciar el imponente desfile cívico-militar en honor al líder venezolano, donde participaron "10 mil 260 combatientes socialistas, revolucionarios, antiimperialistas y, por sobre todas las cosas, profundamente chavistas". Por la histórica avenida pasó también una representación de las misiones impulsadas por Chávez durante su gobierno, entre ellos marcharon colaboradores cubanos que en esta nación ofrecen salud, educación, cultura, deporte...
Y ante los miles de "hijos de Chávez" que allí se concentraron, el presidente venezolano Nicolás Maduro Moros, expresó que las fuerzas de derecha decían que Chávez había arado en el mar, que una vez que no estuviera, la revolución no duraba una semana, "pero aquí está de pie, victoriosa, rumbo al Socialismo bolivariano, cristiano y chavista".
Recordó los momentos trágicos y dolorosos que vivió el pueblo de Venezuela cuando el Comandante "se fue de nuestras vidas". Y agregó que a un año de su partida la misión con el Comandante Chávez estaba cumplida.