Isabella Lövin, ministra de cooperación internacional de suecia
Domingo, 18 de octubre de 2015
Página Siete / La Paz
Isabella Lövin, ministra de Cooperación Internacional para el Desarrollo, sostiene que el desarrollo económico sustentable "no debería ser visto como un tema conflictivo” porque no es excluyente. Por el contrario, afirma, "desarrollo económico y sustentabilidad deberían ir mano a mano”.
Lövin llama la atención sobre los efectos del cambio climático en países como Bolivia y afirma que es hora de actuar porque "se acaba el tiempo”. Cita como ejemplo el caso de una comunidad ubicada al pie del Illimani, que trabaja con la cooperación sueca, que está sufriendo desde hace 10 años los efectos del deshielo permanente del nevado. "Si bien hay que discutir en diálogo franco y abierto, internamente y con las contrapartes bolivianas, tampoco se puede dilatar porque anda corriendo el tiempo”, subraya.
Dice estar consciente y al tanto de las accidentadas relaciones del Gobierno boliviano con algunas organizaciones no gubernamentales, y afirma que "cuando hay diálogo, debates y conversaciones abiertas, francas, inclusivas, todos ganan, todos se benefician”.
Periodista de profesión, con estudios en ciencias políticas y sociología, ecologista y dirigente del Partido Verde de Suecia, Lövin ganó el premio de periodismo 2007 por su libro Mar del silencio, dedicado a las grandes flotas pesqueras cuyo trabajo afecta a las costas donde vive gente pobre que se alimenta de lo que pesca y comercia a pequeña escala.
¿Cuál es el motivo de su visita a Bolivia?
El motivo de mi viaje es analizar las relaciones bilaterales con el Gobierno boliviano respecto a nuestro plan quinquenal de cooperación al desarrollo en Bolivia, y visitar algunos proyectos que se están desarrollando con la cooperación sueca, como el que se realiza en una comunidad al pie del Illimani. Es un proyecto agrícola, pero también de liderazgo con un fuerte componente de género, donde las mujeres tienen un rol activo predominante, y un proyecto de adaptación climática porque se está descongelando el Illimani y el proyecto tiene como objetivo ver las consecuencias de eso.
¿Cuál es el estado actual de la cooperación sueca con Bolivia?
El anterior gobierno había decidido cerrar la cooperación en Bolivia. El nuevo gobierno, formado por la socialdemocracia y el Partido Verde, tiene mucho interés en trabajar en esta región y cree que es muy importante la cooperación con Bolivia. Hay, además, muchas similitudes entre Suecia y Bolivia. Hay interés común en varias áreas, pero principalmente en medio ambiente, el cambio climático, los derechos humanos y de género. Es en ese sentido que ahora estamos desarrollando el tema de la cooperación en Bolivia.
¿En qué consiste el nuevo plan quinquenal?
Estamos justamente en el afán de desarrollar en detalle la cooperación para los próximos cinco años, pero va a girar en torno a dos componentes principales. En primer lugar, el ambiental y climático, es decir, la protección del medio ambiente, que debe dirigirse a temas de adaptación al cambio climático. El segundo componente es derechos humanos, democracia e igualdad de género. Bolivia ha hecho avances y progresos, sobre todo en la erradicación de la pobreza al convertirse de un país de bajos ingresos a un país de ingresos medios y hacer énfasis en el tema de la inclusión. En ambos temas, medio ambiente e inclusión, Suecia tiene experiencia, sobre todo en el tema de inclusión, con una igualdad bastante grande, una redistribución grande de ingresos, y puede contribuir con su experiencia.
Además de este tipo de cooperación, de los programas bilaterales, ¿cómo se desarrolla el trabajo con entidades no gubernamentales? ¿Hay alguna ONG sueca en Bolivia?
Suecia está trabajando en colaboración cercana con la Unión Europea, pero también está apoyando en el mundo entero, también en Bolivia, a las ONG suecas. Las ONG suecas no están financiadas directamente por el Gobierno. Estas organizaciones, como Diaconía, trabajan en cuestiones como el cambio climático, derechos humanos, democracia.
En relación a las ONG, hay un conflicto fuerte entre el Gobierno y algunas organizaciones no gubernamentales, sobre todo aquellas que trabajan en temas políticos y de medio ambiente. ¿Qué impresión tiene Ud. sobre este problema y si alguna de las entidades suecas ha tenido alguna observación de parte del Gobierno?
Sí, efectivamente, estamos consciente y al tanto de estos incidentes y justamente tuvimos una reunión con el Ministerio de Desarrollo y una plenaria con varias ONG nacionales e internacionales presentes en el país. Sabemos muy bien los retos que tiene el país y el gobierno, sobre todo en ciertas áreas más sensibles, como la inclusión y el medio ambiente. Pero, como le dije al Viceministro de Desarrollo, cuando hay diálogo, debates y conversaciones abiertas, francas, inclusivas, todos ganan, todos se benefician.
¿Cuál fue el resultado de su reunión con las ONG?
Quedé impresionada del gran conocimiento que existe entre las ONG bolivianas. Tuvimos discusiones sobre cómo los cambios climáticos afectan al país, incluso la problemática de la extendida deforestación que causa muchos problemas medioambientales y también afecta a las comunidades locales. También conversamos sobre los derechos de las mujeres y del rol que juegan las ONG en la sociedad. Las organizaciones sociales son un recurso para todo el país, cuyos conocimientos y voces deben ser tomados en cuenta, asimismo, si expresan preocupación o crítica. Justamente en una sociedad civil libre y viviente son elementos claves detrás del desarrollo económico y social.
¿Cuáles son los principales proyectos que tiene la cooperación sueca en Bolivia?
La cooperación sueca se ha concentrado en cuatro áreas principales, sin ser exclusivas: primero, en agua y saneamiento, hemos estado trabajando con la Unión Europea proyectos muy exitosos, con más de 700 mil beneficiarios a nivel nacional; segundo, ha sido muy importante la cooperación en educación, con miles de beneficiarios pobres, instruyéndoles en habilidades profesionales para que puedan ingresar en el mercado laboral; tercero, el tema de la democracia, un trabajo en colaboración con Idea Internacional; y cuarto, se ha estado trabajando en el área de investigación académica con diferentes entidades.
¿Cuál es el monto de la cooperación anual?
120 millones de coronas suecas, que, al cambio, son unos 100 millones de bolivianos.
En relación al tema medioambiental, en Bolivia estamos en un debate interno muy fuerte sobre el modelo desarrollista extractivista, aparentemente impulsado por el Gobierno. ¿Qué opina al respecto?
El común denominador de la disertación de la señora ministra es que en su punto de vista, personal y político, no considera que desarrollo económico y sustentabilidad sean mutuamente excluyentes, más bien, todo lo contrario, deben ir mano a mano y es el común denominador en la presencia y cooperación sueca en Bolivia. En Suecia, como aquí, también se hace referencia a la Pachamama , a la Madre Tierra, Mother Earth. Eso es bastante universal. Por eso nos identificamos con esa filosofía. La cooperación sueca tiene esta visión, que desarrollo económico y sustentabilidad tienen que ir mano a mano. Uno de los temas candentes es, por ejemplo, el de las energías renovables, que es muy importante, porque el consumo de energía siempre ha sido un factor de gran impacto sobre el medio ambiente, causante de la situación en la que nos encontramos y, por lo tanto, debe ser atendida con urgencia.
Es, además, oportuno el momento para trabajar en eso, porque hay energías renovables sustentables, tecnologías nuevas, cuyo costo ha bajado significativamente, frente a lo que está sucediendo en el mercado mundial de hidrocarburos. En eso Suecia ha estado presente, es muy activa y hace énfasis en las nuevas metas de Naciones Unidas, en la nueva agenda de desarrollo sustentable, suscribe eso y hace hincapié en que otros países, con Bolivia, tomen en cuenta para sus actividades. El desarrollo económico sustentable no debería ser visto como un tema conflictivo, sino una situación, como le llaman en inglés, de "ganar y ganar”, porque todos ganan. Este debería ser un poco el enfoque, porque se acaba el tiempo, sobre todo para países como Bolivia, por una serie de factores: es uno de los países más afectados, más impactados, sin entrar en detalle, por los cambios climáticos. Entonces el tiempo se acaba, si bien hay que discutir en diálogo franco y abierto, internamente y con las contrapartes bolivianas, tampoco se puede dilatar, porque anda corriendo el tiempo. Al final de cuentas, proteger a la Madre Tierra es proteger a la gente, son la misma cosa.