andrea aramayo álvarez
Señor
Juan Carlos Salazar
Director de Página Siete
Presente.-
Señor director:
Con sorpresa leí en Página Siete, del día 8 de octubre, la carta del alcalde municipal Luis Revilla Herrero como respuesta a una columna escrita por María Galindo, el 7 de octubre, en la que ella describe a detalle el funcionamiento del recinto de monitoreo de las cámaras de vigilancia de seguridad ciudadana, luego de haber realizado una radio documental el 5 de octubre.
Estoy sorprendida porque yo sigo esperando el informe que me ofreció el Alcalde a fines de septiembre, cuando lo abordé mientras él salía de Radio Deseo. En esa oportunidad y en presencia de las personas que lo acompañaban y de otras que estaban en el lugar, yo le exigí las imágenes que captaron esas cámaras de seguridad la madrugada del 10 de agosto, cuando mi hija fue atropellada por William Kushner Dávalos, lo que derivó en su muerte pocas horas después. Ésa es la prueba que necesito para lograr justicia. Permítame, señor Salazar, dirigirme a través de esta carta al Alcalde municipal.
Le recuerdo, señor Luis Revilla, que cuando hablé con usted me respondió que al retornar de un viaje pidió un informe y le explicaron que como parte del procedimiento del monitoreo las imágenes captadas se revisan a las siete de la mañana y que si no hay novedad éstas se borran. “Le cuento que la NOVEDAD es que mataron a mi hija en Sopocachi Seguro, a cuatro cuadras de mi casa”, eso le dije, señor Revilla. Y usted me indicó que pediría otro informe para hacérmelo conocer. Por eso le contesté: “espero que tenga palabra y no se lave las manos”.
Yo entiendo las explicaciones que le da a María Galindo, pero me indigna que no me haya respondido a mí, tuve que llamar yo a su Dirección de Comunicación para pedir ese informe y la respuesta fue que me gestionaron una entrevista con el coronel Ramallo, responsable de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía. Yo no tengo tiempo, señor Revilla, para que me expliquen cómo garantizan la impunidad de forma institucional, pues debo lidiar con una Fiscalía que no representa a las víctimas. Señor Alcalde no me queda tiempo ni siquiera para llorar a mi hija.
Puede usted seguir diciendo que la Alcaldía sólo provee los equipos y que la Policía Boliviana es la que los opera, pero dónde está la corresponsabilidad institucional. Señor Alcalde, usted ofreció el “Plan Sopocachi Seguro” y no puede lavarse las manos. A las 6 de la mañana del 19 de agosto la noticia sobre mi hija estaba en todos los medios y comenzaron a llamarme familiares y amistades, incluso desde el interior y el exterior del país, ¿la Alcaldía no se enteró? ¿No pudieron pedir la preservación de esas imágenes? ¿No conoce usted y su personal la figura de la actuación de oficio? ¿La normativa que menciona le impide ahora mismo comunicarse con el Ministerio de Gobierno? ¿Y si usted estuviera en mi lugar, cómo habría procedido?
Subrayo dos cosas para finalizar esta carta abierta ante la imposibilidad de tener una audiencia con usted:
El teniente coronel Carlos Alcázar, jefe de la División de Monitoreo y Video Vigilancia, afirmó al aire que el ingeniero del gobierno municipal es el responsable de la preservación de las imágenes. Le pido el nombre del ingeniero y el detalle de sus funciones con la documentación respectiva.
También le pido la nómina del personal de servicio a cargo del monitoreo de cámaras la madrugada del 19 de agosto; el informe por escrito, en el que usted se basa para afirmar institucionalmente que esas imágenes han sido eliminadas, así como un informe escrito del gobierno municipal sobre la eliminación de las imágenes de la cámara ubicada en la intersección de la avenida 6 de Agosto y calla Pedro Salazar del día 19 de agosto.
No acepto como paceña y como madre de una víctima de feminicidio que no existan niveles de responsabilidad institucional en la eliminación de pruebas, fundamentales para el esclarecimiento del más grave de los delitos. Negar responsabilidad del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz me hace suponer que se ha malgastado el dinero de paceñas y paceños en la compra de equipos que no se monitorean o que si se lo hace, luego, irresponsablemente, se eliminan las pruebas.
Sin otro particular, lo saludo atentamente.
Helen Álvarez Virreira