literatrura y arte
Mauricio Rodríguez Medrano
Hans Landa dice sonriendo: «¿Conoce el apodo que me han puesto los franceses?» El interrogado responde: «El cazador de los judíos.» La película es Inglourious Basterds y Tarantino entiende y aprovecha la crueldad de Landa y su falta de remordimientos. Augusto Céspedes jamás entendió a su personaje Zenón Omonte y lo trató como tratan los guionistas de La rosa de Guadalupe a sus antagonistas: clisé + descripción grotesca + aire de secadora para un final apoteósico (en el caso de Zenón: + diablo de carnaval de Oruro incluido.)
Título del Melodrama: Metal del diablo (edición Planeta, tapa dura, no recomendable: tiene más errores que una edición pirata-peruana.) Sinopsis: Zenón es el hijo ilegítimo de un cura (el crimen del padre Amaro queda corto). Le gusta violar mujeres en la intemperie. Le gusta asesinar en la oscuridad. Encuentra una veta de estaño. Se hace millonario. Todos caen a sus pies: desde amantes libidinosas hasta cuyes libidinosos. Somete a los campesinos. Cualquier parecido a las telenovelas Rubi o Cañaverales de pasión son meras coincidencias.
Destrucción de un mito: Tarantino dice que para construir sus protagonistas debe entender su deseo. Así tenemos a Beatrix Kiddo, Bill, Vincent Vega, Marcelus Wallace, Django, Calvin Candie. Augusto Céspedes nunca logra entender a su protagonista/antagonista. Zenón Omonte se convierte en un estereotipo del hombre gordo/feo/malvado/adinerado/sinvergüenza/buscavida/mujeriego/porquería/mentiroso/desgraciado/embustero/chupa chichi. 1. El personaje principal es de plástico (mexicano.)
Barroco de diccionario: en una novela las palabras son el medio no el fin, decía Borges (con algunas metáforas de espejos y tigres). Augusto Céspedes hace lo contrario: no importa la novela ni los personajes sino las palabras. Escribe para decir al mundo que leyó el diccionario. 2. Adjetivo + adjetivo + adjetivo: «… decorado con grandes espejos y con un plafond en que monstruosos amorcillos desnudaban a un Venus asimétrica, bullía todas las noches la concurrencia…»
Diálogos de María Mercedes (o Del Barrio o Marimar): «—Lo he visto dos o tres veces, no te lo niego… y me cae muy bien el chavo, quizá porque es hijo de Luis Fernando, el único hombre que he amado en mi vida.» Respuesta: «—Sí, verdad.» Ahora Metal del diablo: «—A tu salud Zenoncituy. Los amigos también están aquí… ¡Viva nuestro primer gran millonario Omonte!» Respuesta: «—¡Viva!» Nótese que los diálogos son acartonados. No hay voz del personaje. No esconden nada. No hay entrelíneas. 3. Es lenguaje de operadora de call center.
Augusto Céspedes no es Orson Welles (ni Valle Inclán): Metal del diablo pudo asemejarse al Ciudadano Kane pero no fue así. Con Foster Kane uno logra identificarse: lo amamos, lo odiamos. Entendemos su soledad. Buscamos qué significa la palabra «Rosebud». Queremos saber más de él. Con Zenón Omonte no existe repudio (lo que quiso lograr Augusto Céspedes). No existe nada. 4. Está tan vacío como la malvada de María la del barrio, Soraya Montenegro (y eso que ama a Nandito.)
Valle Inclán fue una fuerte influencia con su Tirano Banderas para los escritores Latinoamericanos. Tenemos Señor presidente. Tenemos El otoño del patriarca. Y Augusto Céspedes cae también en su influencia (con una mala lectura de por medio.) En Tirano banderas existe un soporte de personajes alrededor del dictador, en Metal del diablo no. 5. Los personajes que rodean a Zenón Omonte sólo están allí para dar información de la época.
Augusto Céspedes fue uno de los mejores periodistas de siglo XX. Sus crónicas de la Guerra del Chaco son ejemplos de periodismo comprometido (como Ryszard Kapuściński). Fue el mejor cuentista boliviano hasta la fecha. Su cuento El pozo es una obra maestra. Pero como novelista se parece más a un guionista de Televisa (además de emenerrista). Tal vez por eso unas niñas del colegio Inglés Católico quemaron la novela y la convirtieron en un mito. Tal vez preferían los melodramas brasileños.