elecciones
La prosperidad que impera en el país, consecuencia de los precios altos de minerales e hidrocarburos en el mercado mundial, ha favorecido a la clase dominante, a los bolsillos de las grandes mayorías empobrecidas del país no llega. Los sectores de la economía favorecidos son la agroindustria oriental, la minería privada grande en manos de transnacionales y la mediana, las transnacionales petroleras que controlan la explotación y exportación del gas, los cooperativistas mineros, el comercio informal directamente ligado a la importación de bienes, en gran medida de contrabando, a la banca privada y estatal. Esta circunstancial bonanza tiene un área de irradiación sobre otros sectores como algunas actividades comerciales e industriales porque el circulante existente genera alguna ampliación del mercado interno. Es en estos sectores que el gobierno encuentra ahora su base social para su campaña electoral. Los favorecidos de estas capas de la clase dominante y de la clase media alta están satisfechos con el régimen masista que les permite seguir acumulando ganancias a costa de la miseria de la mayoría de la población. El MAS ha demostrado a la clase dominante y el imperialismo que no es enemigo de la gran propiedad privada burguesa, todo lo contrario -como no se cansa de repetir ante los empresarios privados y las transnacionales-, la considera la base del desarrollo económico del país. Así, bajo el eufemismo de “socios y no patones” del Estado, desarrolla una política francamente burguesa. Está claro, para cualquiera que tenga un mínimo de criterio objetivo, que el gobierno del MAS de popular, indígena, campesino, revolucionario y socialista no tiene nada. El MAS es defensor incondicional de los intereses de los explotadores, los grandes propietarios de los medios de producción (empresarios privados, banqueros, terratenientes, grandes comerciantes, etc.) y de las transnacionales que controlan la explotación del gas y el petróleo y los minerales en el país. El MAS es la nueva derecha ante la debacle de la vieja derecha tradicional. Es el mejor representante de la clase dominante nativa y del imperialismo.
Al frente están las mayorías con sus necesidades permanentemente insatisfechas, escuchando los discursos demagógicos de los gobernantes que chocan con su miserable existencia.
Amplios sectores de la población llegan a estas elecciones escaldados por las imposturas masistas; enfrentaron y enfrentan al gobierno en las calles movilizados reclamando atención a sus necesidades más inmediatas y urgentes. Las ilusiones en el MAS se han desvanecido.
Si embargo, durante los periodos electorales, el proletariado y los oprimidos en general son sometidos a la poderosa presión de la clase dominante que despliega enormes recursos económicos y todo su aparato propagandístico. Amplios sectores del pueblo oprimido son inducidos a seguir las rutas señaladas por la burguesía lo que no implica necesariamente que tengan ilusión en la farsa electoral. Pasadas las elecciones estarán nuevamente en las calles combatiendo al ungido en las urnas por el “pueblo soberano”.
El proceso de diferenciación de las masas explotadas con referencia al MAS, no se orienta a potenciar a las viejas corrientes de la derecha tradicional repudiada por la población; saben que ninguna de las opciones electorales son solución a sus problemas, que las elecciones no resuelven nada y que la superación del atraso y la miseria no saldrá de las urnas sino de la lucha y la acción directa.
Los que creen que en las elecciones hay que votar necesariamente por alguien, unos por el “mal menor”, considerando que ese es el MAS, se equivocan; el próximo gobierno del MAS será francamente derechista, sirviente de los intereses de los explotadores y opresores, acentuará su política antiobrera y antipopular y recurrirá a la represión judicial o policial para reprimir las movilizaciones de los explotados; perseguirá con saña a las corrientes políticas y sindicales revolucionarias. Los que opten por el “voto castigo”, consistente en castigar a Evo votando por alguno de los cretinos de la oposición a fin de evitar que el MAS nuevamente controle los dos tercios del Parlamento también se equivocan. Lo más probable es que el MAS fuerce con fraude el control del Parlamento (tiene en sus manos todos los mecanismos para hacerlo), pero, aunque no lo consiguiera, entre el MAS y los partidos de oposición no existen diferencias de fondo, gobernarán juntos para seguir favoreciendo los intereses de la clase dominante contra los del pueblo trabajador.
Los revolucionarios tenemos como tarea oponer una línea revolucionaria férrea al cretinismo electoral, especialmente en el seno de la clase obrera a fin de reafirmar su condición de clase revolucionaria con la misión histórica de dirigir al conjunto de la nación oprimida a la revolución.
Los explotados debemos rechazar el circo electoral; junto al POR, debemos votar NULO e impulsar la lucha independiente por la vía de la acción directa para imponer en las calles nuestras demandas, para en definitiva, conquistar el poder por la vía insurreccional y construir un verdadero gobierno de obreros y campesinos que acabe con la propiedad privada burguesa e imponga la propiedad social de los medios de producción, expulsando expropiando las tierras e industrias para que pasen a manos de todos los bolivianos.
Masas 2375 http://www.masas.nu/