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Marcela Barrios B.
(AquíCom 02-07-14) Comencé a trabajar porque necesito mantenerme, porque mis papás —yo creo— han cumplido hasta el bachillerato, no. Y aparte, tengo otros hermanos más y ellos hacen su vida también. Mis papás ya nos han apoyado hasta donde han podido, aunque aún pueden, pero ya es suficiente.
Creo que siempre es bueno demostrar responsabilidad y que una puede sostenerse y no apegarse tanto a los papás, porque además ya cumplieron su edad para mantenernos, ya están viejitos. Ya están mayores mis papás y siguen trabajando.
Mi papá es politólogo, hace asesorías a las alcaldías y mi mamá es comerciante. Somos cuatro hermanos, yo soy la menor. Creo que me he rebelado, antes que mis hermanos porque ellos tenían todo servido a diferencia de mí.
Yo notaba algunos inconvenientes entre mis papás. Había algunas peleas a raíz del dinero, por eso he decidido trabajar, mantenerme sola y me va bien. Sólo que a veces me estreso un poco por la cantidad de trabajo y mis estudios. Pero trato de despejarme saliendo con mis amigas.
Mi nombre es Mayra, tengo 23 años y estudio la carrera de Auditoría en la Universidad Mayor de San Andrés, estoy en tercer y cuarto año.
Soy alegre, siempre estoy feliz y sólo a veces estoy con mis humores. Pero después estoy normal. Me considero hermosa, tengo el cabello lacio, la tez morena, ojos oscuros y estatura mediana.
En la universidad me está yendo más o menos. Hay clases a las que no puedo asistir, por el trabajo. Pero trato de acoplarme a mis amigas y me ayudan, no. En cuanto a la asistencia, en algunas materias tengo asistencia, pero no en todas.
Este año estoy llevando siete materias. Asisto a todas las clases que puedo, pero no alcanzo a algunas que son a partir de las seis de la tarde. A una clase que paso los lunes a las 17:00, a veces asisto y a veces no.
Tengo horarios en la mañana, desde las 07:00 hasta el medio día y en la tarde, desde las 18:30 hasta las 21:30. Por eso, llego a mi casa a las 22:00 o a las 23:00, dependiendo de mis clases.
Vivo en El Alto, en Santiago II. Generalmente, consigo movilidad para irme a mi casa, aunque a veces no hay, pero se hace lo posible.
Trabajo en mi área, en una oficina contable. Conseguí ese trabajo mediante mi hermana, eso me facilitó harto poder pagar mis estudios. Mi hermana es también del área, es prácticamente, mi jefa. Creo que he tenido suerte.
Los fines de semana trato de hacer toda mi tarea de la universidad y todo lo que he dejado pendiente toda la semana, porque en las noches sólo consigo hacer lo que es para en día siguiente.
En cuanto al trabajo siempre son horarios de oficina, pero cuando tengo que acabar algún trabajo pendiente me quedo. Trato de organizarme, tengo una auxiliar que también me ayuda.
Mi trabajo consiste en llenar libros, formularios y hacer toda la parte contable de las empresas y negocios. No es tan complicado, pero es de gran responsabilidad. Mi hermana fiscaliza todo eso.
Trabajo en la tarde. Mi horario fijo es de 14:30 hasta las 18:30. Pero en algunos días, si es que tengo trabajo y no tengo clases, me quedo hasta más tarde.
Trabajo hace tres años, desde que entré a la carrera de Auditoría. Comencé mi trabajo desde abajo, estaba trabajando como auxiliar.
Hoy, cada fin de año tengo bastante trabajo porque se hacen los estados financieros y es ahí cuando estoy muy estresada.
Es el tiempo de más trabajo, pero también la época donde se gana más dinero, a diferencia de los otros meses del año. El incremento del trabajo es bien recompensado. En esa época saco lo que gano en un año.
Para elaborar un estado financiero se tiene que hacer todo un ciclo contable, luego reflejar lo que es la empresa y lo que son las normas y aplicarlas bien.
Un estado financiero tiene, generalmente, siete estados. Se elabora una copia o dos, que alcanzan a casi 14 hojas. Así es el estado financiero de las empresas pequeñas. Pero cuando se trata de una auditoría a una empresa súper grande, ese trabajo yo ya no lo hago, lo hace mi hermana.
Mensualmente me pagan 2.500 bolivianos. Me va bien, no me quejo de la paga. Pero eso es a costa de no haber entrado a la universidad, a la hora que me tocaba. He dejado pasar la universidad dos años para estudiar en un instituto y al mismo tiempo estaba trabajando con mi hermana, aprendiendo poco a poco, todo lo que es la parte práctica y algo de leyes.
Y después de eso, de trabajar y estudiar en un instituto, decidí esperar e ingresar aquí, por fanatismo y, sobre todo, porque me fijé la meta personal de ingresar justamente a la UMSA. Me he postulado y gracias a Dios, he ingresado y hoy estoy acá.
Hubiese querido ingresar antes, pero no se ha podido porque tampoco había mucho dinero en mi familia y porque los pasajes para ir a pasar clases de los prefacultativos no son baratos, porque hay que ir hasta Cota Cota.
Entonces, necesitaba trabajar antes y ganar un poco de dinero para solventar todo lo que es la “U”.
Entre mis planes está acabar mi carrera en la U, eso es lo principal. Luego hacer algo en el extranjero. Obtener de repente una beca, quiero irme del país porque quiero conocer otra vida (distinta) a la vida cotidiana del boliviano.
Como que aquí, la mentalidad de nosotros es muy pobre, a diferencia de otros países. Nosotros estamos para pedir al gobierno y no hacemos nada. En vez de dedicarnos a hacer algo por nuestro país, nos ocupamos de hacer paros y huelgas, en vez de buscar una solución.
Tengo facilidad para irme a Arica-Chile. Es un país cercano y tengo familia allá. Tengo a mis tías, entonces de repente salga. Eso estoy planeando.
También sueño con conocer otros países, como toda joven, París por ejemplo (AquíCom 02-07-14/ MTBB).