Mis hermanos en Perú
Por Dionicio Núñez Tancara, especial para The Narco News Bulletin
5 de abril 2005
He realizado más de un viaje para visitar a mis hermanos cocaleros de Perú. Las recientes actividades realizadas por mí allá han sido fundamentalmente en torno a la hoja de coca: trabajando para apoyar la rearticulación del movimiento de productores de coca y el Consejo Andino de Productores de la Coca (CAPC), conformado por productores de Perú, de Colombia y de Bolivia. Aunque también queremos involucrar a países como Argentina y Chile, porque existe una tradición histórica de consumo de coca; ello con el objetivo de acompañar el proceso de despenalización de nuestra hoja sagrada, que se planteó desde octubre del año pasado aquí en Bolivia, con motivo de la realización de la Primera Campaña “Coca Soberanía” y con la reactivación del CAPC.
Después de octubre, nuestra labor tuvo gran repercusión nacional e internacional, lo que posibilitó mi segundo viaje a Europa en diciembre pasado, a participar en foros internacionales, como el Encuentro Anual de la Asociación de Pueblos de Montaña del Mundo en Italia, donde se reunieron 23 países de los cinco continentes. Ahí, obviamente como representación boliviana y latinoamericana, llevamos la problemática urgente de la región de los Andes la producción de la coca, su erradicación, su fumigación y todo lo que rodea nuestra vida cotidiana como productores. También asistí al Foro Mundial de la Reforma Agraria, celebrado en Valencia, España, en el que se reflexionó sobre el problema de la violencia: para algunos campesinos de nuestro continente no sólo se trata de la dificultad del acceso a la tierra, sino el conflicto de aquellas comunidades que tienen tierra, y en las que se genera violencia por el tipo de cultivo que tienen, como es la producción coca.
Sin embargo, lo más resaltante fue la presencia de la hoja de coca y sus representantes en el Parlamento Europeo, los días 14 y 15 de diciembre, para apoyar la aprobación del Informe Catania, un documento muy difundido que ha abierto el camino a una nueva y más justa política europea de drogas, y la realización de un estudio sobre los beneficios de la hoja de coca, aspecto que interesó a los sectores cocaleros y gente especializada en el tema en nuestro continente: generó la inquietud de conocer más este proceso de la despenalización de la hoja de coca, motivo fundamental para compartir esta experiencia, con los sectores involucrados en este proceso histórico en beneficio de la hoja sagrada, aquí en Bolivia y también en Perú.
Una alianza regional
Pero ahora quisiera volver a mis recientes visitas a los cocaleros peruanos y a otros sectores sociales de ese país, porque estoy convencido de que los resultados de esta histórica alianza, de esta hermandad, habrán de ser beneficiosos para todos nosotros.
En febrero de este año tuve la oportunidad de compartir en Lima, durante una reunión selecta con todos los departamentos cocaleros de Perú, la problemática de la despenalización de la hoja de coca. Ahí pude también contar la enorme recepción que tuvo nuestra común vida en Europa, y lo mucho que es posible esperar de los efectos del Informe Catania. Luego, en mi segundo viaje la invitación se amplió para participar en el III Congreso de las Cuencas Cocaleras del Perú, para transmitir la experiencia del Parlamento Europeo a más compañeros. Pero también estuve ahí para poder contar sobre cómo el movimiento cocalero boliviano ha dejado de ser una fuerza social, fuerza sindical, para llegar al Congreso Nacional.
Por encargo del compañero Evo Morales, mi tarea fue coordinar y oficializar la presencia del compañero Morales en el Convención Internacional del Sur, a celebrarse el 9 de abril en la localidad de Sicuani, para que el conjunto de las organizaciones y movimientos sociales del Perú puedan congregarse y recibir de cerca la experiencia del movimiento cocalero, social, indígena y campesino boliviano. Para que a partir de esa explicación ellos puedan emprender un camino similar al del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia y logren crear un instrumento político que represente genuinamente a los sectores sociales dentro la política peruana.
Estos dos hechos causaron tanta expectativa en Perú que en esa oportunidad pusieron gente de seguridad durante todo el viaje, so pretexto de que cada parlamentario o congresista extranjero tiene que tener un resguardo ante un eventual atentado. Lo que significa simplemente que crearon un mecanismo de seguimiento minucioso de las actividades, contactos y llamadas que tenía durante todo el día, un control inequívoco.
De todos modos en este mes no perderemos la oportunidad de generar debate y propuestas con nuestros hermanos peruanos en el evento “Una semana de paz con la coca”, que se llevará a cabo del 4 al 8 de abril en la Universidad de San Marcos, en Lima. En esta actividad un conjunto de intelectuales y estudiosos de la hoja de coca desarrollarán y compartirán sus propuestas y experiencias con varios congresistas de la región andina. Paralelamente, el Congreso Peruano organiza una mesa redonda: “El enfoque sobre la hoja de coca: Internacional, Salud, Productivo y Legislativo”. Independientemente de estos actos institucionales, y ante la proximidad del evento del 9 de abril, vamos a seguir impulsando la concentración para el acto de Sicuani, para el cual seguramente los mecanismos de control serán más rigurosos que en mi anterior visita.
Instrumento político con conciencia de clase
Al parecer al estado peruano le asusta que organizaciones y movimientos sociales, y otros sectores excluidos, puedan organizarse y crear un instrumento político en el Perú parecido al MAS de Bolivia. Ven con terror la emergencia de líderes políticos similares a Evo Morales que aglutinen a los diferentes sectores, descontentos con la actual política neoliberal que rige en nuestros países, cuyas demandas son similares a las nuestras, como ser: regalías, tierra, rechazo a la erradicación y fumigación de cocales, no al ALCA y otros. Además que, por otro lado, tienen demandas muy regionales y sectoriales, que antes no tenían interlocutores válidos para poder coordinarlas y aglutinarse a nivel político.
Ante la posible eventualidad de un MAS en Perú, tanto la clase política de Bolivia como la de Perú han tensado la situación, sobre todo luego de las declaraciones del Presidente Alejandro Toledo, quien dijo que no era de su agrado la fundación de una filial del MAS o que los bolivianos les pudiésemos enseñar hacer política. Quiero aclarar aquí que el nuevo instrumento político de nuestros hermanos peruanos no será una filial del MAS: nosotros somos los menos indicados para enseñarles o para crear filiales, ellos tienen su propio proceso de conciencia y construcción revolucionaria. Es más, sólo queremos compartir experiencias acerca de los movimientos sociales en Bolivia y explicar nuestra visión sobre los recursos naturales, la tierra, los hidrocarburos, la coca y otros temas que son vitales para todos en la región y en América Latina. Será responsabilidad de los dirigentes y las organizaciones sociales peruanos el desarrollo de una visión propia.
Y es que, cuando empecé a tomar contacto con lo dirigentes de las diferentes cuencas cocaleras, observé al movimiento cocalero boliviano de hace cinco años, donde se manifestaban por ejemplo las posiciones de zonas tradicionales y de zonas excedentarias. Yo considero que dicha posición en la actualidad no es oportuna, porque los debilita, los divide, y si quieren lograr la victoria política que el sector cocalero boliviano ha logrado necesariamente tienen que unirse. Eso de dividir la coca en legal e ilegal es una argucia que utiliza el Imperio para dividir y debilitar al movimiento. He conversado mucho estos temas con los dirigentes cocaleros peruanos, como Genaro Cahuana, del sector legal, y Tania García, asesora de las Cuencas Cocaleras de Quillibamba, así como con Nancy Obregón y Elsa Malpartida, explicándoles cuál había sido nuestro proceso de unidad. Pero lo que ellos resuelvan lo respetaremos siempre, porque caminar juntos se traduce también en respeto y en comprensión.
De todo esto he querido dejar constancia. Porque los temas que nos unen son definitivamente el punto de partida para una lucha mayor, que nos compromete a todos los marginados de estas tierras. Y así como con mis hermanos cocaleros del Perú, he escrito este texto para que otros nos escuchen, nos comprendan y aprendan un poco más de nuestra vida, en Perú o en Bolivia, en todas partes donde se defiende el derecho a una vida digna, soberana y equitativa.
Dionicio Núñez Tancara es líder cocalero boliviano y diputado por Yungas del Movimiento al Socialismo (MAS).