Propuesta
UN equipo de investigadores de la UMSA lanza un estudio con una mirada crítica.
- 14/06/2013
“Como en diferentes etapas de la historia, al finalizar el siglo pasado Bolivia se encontraba al borde del colapso económico. La crisis internacional golpeó fuertemente a la mayoría de los países de América Latina. Al reducirse aún más los precios de las materias primas, las economías se desaceleraron significativamente, lo que se tradujo en importantes devaluaciones. Por supuesto, las exportaciones bolivianas se vieron afectadas y no se contaban aún con los ingresos por el gas”.
De esta manera, el Instituto de Investigaciones Económicas de la carrera de Economía de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) inicia un estudio mediante el que identifica, detalla y argumenta seis temas controvertidos de la política económica boliviana actual.
Éstos son: ¿cuándo se inició la actual bonanza económica?, ¿a quién se debe el actual crecimiento económico?, ¿cuál es la incidencia de la inversión externa en Bolivia?, ¿qué incidió en la reducción de la pobreza y desigualdad?, ¿cuán exitosa fue la emisión de bonos soberanos?, y ¿cuán holgada es la situación fiscal?
Al no tener suerte en varios intentos por conseguir una versión del ministro de Economía, Luis Arce, o alguien de su despacho, Ideas recurrió al senador por el MAS David Sánchez, economista de profesión y miembro Comité de Planificación de la Cámara Alta, quien a modo de descargo rebate punto a punto los seis temas esgrimidos (ver página 10).
1. ¿Cuándo se inició la actual bonanza?
Tras la crisis internacional de los 90 -sostiene el estudio-, gradualmente la situación empezó a mostrar mejoras entre 2003 y 2004, como consecuencia del ascenso de los precios internacionales de las materias primas.
Los valores unitarios de las exportaciones bolivianas (ver gráfico 1), y de otros países latinoamericanos, paulatinamente reflejaron estas mejoras y a partir de 2005 se llegó a un índice de valor unitario superior a 100.
Asimismo, como se puede apreciar en el gráfico 2, el crecimiento económico de la región repuntó a partir de 2004 y el de Bolivia a partir de 2002. El país continuó con la tendencia regional y se vio adicionalmente favorecido por el desempeño de las exportaciones de gas natural a Brasil y el inicio de la venta del hidrocarburo a Argentina en 2005.
Las mejoradas condiciones internacionales también se reflejaron en la mayoría de los indicadores macroeconómicos.
El gráfico 3 muestra la evolución del déficit del sector público no financiero (SPNF) que se aproximaba peligrosamente al 9% del PIB en 2002 y se redujo a tan sólo -2,2% en 2005.
Después de aproximarse a cero en 2009, llegó a 1,7% en 2012. Es decir, desde 2003 se observa un permanente mejoramiento del balance fiscal en el SPNF que logra la permanencia de cifras positivas desde 2006.
También en el sector externo las favorables condiciones se reflejan desde 2003. El saldo de cuenta corriente de balanza de pagos pasó de un déficit de 4,4% del PIB en 2002 a un superávit de 1% en 2003, luego a 5,9% en 2005 y un máximo de 12% en 2008, como se evidencia en el gráfico 4.
Las reservas internacionales netas que cayeron a tan sólo 854 millones de dólares a finales de 2002 reiniciaron su ascenso con 976 millones en 2003, llegaron a 1.123 millones en 2004, a 1.714 millones para finales del 2005, para luego continuar su vertiginoso ascenso posterior hasta que llegaron a 13.927 millones el año pasado.
En repetidas ocasiones, las autoridades han señalado que desde que comenzó la actual administración en 2006 se dio un punto de quiebre de la economía boliviana que permitió sacarla de la crisis.
Sin embargo, según los analistas de la UMSA, una revisión cuidadosa de los principales indicadores macroeconómicos muestra que dicho punto de quiebre tuvo lugar algunos años antes y vino acompañado por dos importantes elementos que espolearon las exportaciones nacionales: la mejora de los precios internacionales y el ensanchamiento de la infraestructura gasífera lograda en los 90.
2. ¿A quién se debe el actual crecimiento?
En su análisis, el Instituto de Investigaciones Económicas afirma que al actual Gobierno le tocó gobernar en un contexto internacional excepcional.
“Entre 2006 y 2008 fue favorecido por importantes mejoras, como el dramático incremento de los precios de las exportaciones de materias primas”.
En el caso del gas natural, los ingresos crecieron tres veces y media desde 2005 hasta 2012. En cuanto a minerales, el precio del estaño aumentó en iguales proporciones que el gas entre 2005 y 2011, y el de la plata casi se quintuplicó en este mismo periodo.
Asimismo, las remesas aumentaron de 3,2% del PIB en 2005 a 7,8% en 2007; un crecimiento sin precedentes que, con excepción de 2010, cuando bajaron a 939 millones de dólares, superan los mil millones de dólares anuales desde 2007.
El estudio demuestra además que Bolivia fue favorecida por el alivio de la deuda otorgada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo entre 2006 y 2007.
El crecimiento durante la presente administración ha promediado 4,8% anual mientras que en el periodo comprendido entre 1999 y 2005 alcanzo solamente 2,6%. Sin embargo, esta comparación deja de lado el contexto internacional que ha sido muy favorable desde 2003 frente a otro caracterizado por la crisis internacional.
Así, los analistas concluyen que más bien se debe cuestionar cómo es posible que en un contexto internacional tan favorable el crecimiento no haya sido mayor.
3. La inversión externa en Bolivia
“A pesar de la creciente participación del Estado en la economía a través de las nacionalizaciones y la creación de nuevas empresas públicas, las autoridades insisten en mostrar a Bolivia como un país atractivo para las inversiones”, continúa el informe. Así, se resalta que la inversión extranjera directa llegó a 859 millones de dólares en 2011 y se los compara con los mil millones de dólares alcanzados en 1998 y 1999 fruto de la capitalización de las empresas públicas.
“Sin embargo, esta comparación deja de lado el hecho de que la economía boliviana ha crecido y que el dólar ha perdido mucho valor desde finales de los 90. Los mil millones de dólares de inversión extranjera alcanzados a finales de los 90 representaban cerca del 12% del PIB Mientras que los 1.060 millones alcanzados en 2012 sólo significan el 3,9%”.
De igual manera, dice el informe, aludiendo al Gobierno del MAS, olvida el hecho de que en ese momento se atraían inversiones extranjeras a pesar de que los precios de las materias primas eran bajos.
“Hoy los precios de las materias primas están extraordinariamente altos y casi toda la inversión extranjera directa que actualmente recibe Bolivia es más bien reinversión de utilidades”.
4. Reducción de pobreza y desigualdad
La pobreza y la desigualdad en Bolivia se han reducido de manera importante en los últimos años. La pobreza cayó de 63% de la población en 2004 a 45% en 2011 de acuerdo con cifras publicadas por el INE.
Pero según el trabajo al que se hace mención, esto no es privativo de Bolivia. De acuerdo con la CEPAL, es un fenómeno de toda América Latina, donde la pobreza se redujo de 44% de la población en 2002 a 29% en 2011.
Los países más exitosos para reducir la pobreza entre 2002 y 2009 son los más favorecidos por las buenas condiciones de los valores unitarios de sus exportaciones.
En lo que respecta a la desigualdad, la mayoría de los países de la región ha logrado reducir la desigualdad medida por el índice de Gini con las únicas excepciones de Costa Rica y República Dominicana, donde la desigualdad aumentó.
Por otro lado, aquellos países que vieron mejorar más los valores unitarios de sus exportaciones fueron más exitosos en la reducción de la desigualdad.
“En este sentido, es sobresaliente que Bolivia haya logrado una reducción de la desigualdad similar a la de Venezuela y mayor que la del Perú a pesar de haber disfrutado de una mejora del valor de sus exportaciones algo menor”, afirman los especialistas.
“Sin embargo -advierten- también debe llamar la atención que la reducción de la desigualdad en Bolivia haya sido muy semejante a la observada en México y Nicaragua, a pesar de que el valor unitario de las exportaciones de estos países fue mucho menor que el observado en Bolivia”.
El Gobierno ha realizado importantes esfuerzos para reducir la pobreza y la desigualdad expandiendo las transferencias (bonos) a ancianos e introduciendo transferencias condicionadas a familiar con niños que asisten a escuelas públicas, madres en gestación y madres con niños menores de dos años.
Sin embargo, la efectividad de estas medidas se ve mermada fuertemente porque muchos de los recursos dedicados a estos programas sociales favorecen a personas que no son necesariamente pobres.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, mencionados en el informe, muchos de los recursos destinados a los principales programas de protección social en Bolivia apoyan a la clase media y no a los pobres y vulnerables.
5. ¿Cuán exitosa fue la emisión de bonos soberanos?
El trabajo de la carrera de Economía de la UMSA refleja que el año pasado el Gobierno emitió bonos en los mercados internacionales de capitales por un valor de 500 millones de dólares, lo que -se lee- sin duda es un éxito para la economía boliviana.
“Como indica el ministro de Economía, Luis Arce, esta situación abre fuentes alternativas de financiamiento que por su flexibilidad pueden complementar los créditos de organismos internacionales o el financiamiento local”.
“Sin embargo, en un intento de mostrar que éste es un éxito sin precedentes, se afirma que la tasa de 4.875% obtenida en la colocación de bonos es particularmente baja comparada con las tasas obtenidas por otros países”.
Se compara el 4.875% obtenido por Bolivia en 2012 con el 9,13% obtenido en Perú en 2002 o el 9,38% de Ecuador en 2005. Así, se comparan dos coyunturas internacionales muy diferentes; aquella en la que no se tenía tanta liquidez como hoy y cuando los capitales internacionales eran muy reacios a prestarle a países en desarrollo.
Pero en el actual contexto los inversionistas se han volcado a invertir más en países en desarrollo pues muchos ofrecen mejores rendimientos que los desarrollados.
Así, al igual que Bolivia muchos países en desarrollo están debutando en los mercados internacionales de capitales comprometiendo tasas de retorno extraordinariamente bajas que hubieran sido impensables hace una década.
Para evaluar el éxito de la emisión boliviana se debe hacer una comparación a diez años con los retornos comprometidos en emisiones similares de países en desarrollo hechas durante 2012.
Esta comparación muestra que los rendimientos de los bonos bolivianos están entre los más altos frente a bonos semejantes de Chile (2,379%), Indonesia (3,85%), Costa Rica (4,7%) y Colombia (2,718%). Esto se debe, en parte, a que Bolivia es percibida como un país más riesgoso y aún le falta construir una reputación de buen pagador en los mercados internacionales.
Así, concluye el trabajo respecto de este punto, la emisión de bonos no tiene nada de sobresaliente en las condiciones imperantes en los mercados internacionales.
6. ¿Cuán holgada es la situación fiscal?
Según el Instituto de Investigaciones Económicas, las autoridades del área económica sostienen que las cuentas del sector público son robustas y para sustentar esta afirmación traen a colación los ya siete años de superávit del SPNF que incluye al Gobierno central, empresas públicas, gobernaciones, municipios, universidades y otras entidades públicas.
Sin embargo, al presentar esta información se olvidan mencionar que la situación del TGE es un tanto más delicada.
Por ejemplo, el TGE es el menos favorecido en la distribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos que privilegia a los gobiernos subnacionales, situación que se agrava por el hecho de que cuando se creó el IDH no se transfirieron de manera proporcional nuevas responsabilidades a los gobiernos subnacionales.
De esta manera, el Estado sigue asumiendo responsabilidades como son los grandes proyectos de inversión, pago de salarios de los servicios públicos de salud y educación y el subsidio a los combustibles.
Mientras que el SPNF ha logrado mantener importantes superávits en los últimos siete años, el TGE ha experimentado pequeños déficits (del 0,5 en 2009 y del 0,2 en 2011) y ha fluctuado cerca del balance en 2006, 2008, 2010 y 2012.
Estos desbalances inducen al Gobierno a intentar direccionar el gasto de los gobiernos subnacionales a políticas centralistas.
Esta situación es la que explica que, en su momento, el Ejecutivo intentó aplicar un “gasolinazo” para reducir el subsidio sobre los combustibles.
En este panorama, los expertos concluyen que la situación es extremadamente delicada para la estabilidad macroeconómica del país y del mismo Gobierno.
“Si al país le toca afrontar una nueva crisis internacional, el TGE puede enfrentar una situación muy delicada al ver sus ingresos caer rápidamente cuando sus gastos, muchos de ellos muy inflexibles a la baja, no podrán caer en igual proporción que sus ingresos”.
“Sin embargo, a pesar de este riesgo el Gobierno no ha encarado de manera integral el problema generado por este desbalance en las cuentas fiscales. Las soluciones parciales que se intentan implementar tienen una fuerte carga política al redirigir recursos de gobiernos subnacionales que son autónomos”.
“Uno esperaría que la máxima autoridad del área económica de un gobierno con tanto apoyo popular tome las riendas de un problema tan delicado para su gobierno y lidere, por un lado, un efectivo pacto fiscal y, por otro, lo acompañe de una reforma tributaria”, finaliza el estudio sobre los seis ' de la actual situación económica del país.
Ideas
“En su análisis, el Instituto de Investigaciones Económicas afirma que al actual Gobierno le tocó gobernar en un contexto internacional excepcional”.
“El TGE es el menos favorecido en la distribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos que privilegia a los gobiernos subnacionales”.