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¿Consulta democrática o autoritaria en el TIPNIS?

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Voceros oficiales y oficiosos del gobierno aseguran que en el TIPNIS se realiza una consulta democrática e histórica; que aquélla tiene en cuenta los usos y las costumbres de los indígenas; que éstos mayoritariamente apoyan la construcción del camino por medio de la reserva natural y territorio indígena; que sólo una comunidad entre las consultadas rechazó la vía; que todos los comunarios de allí dicen que no puede haber intangibilidad en esa Tierra Comunitaria de Origen (TCO); que la consulta profundiza la democracia, aunque se la realice después o que la consulta no es posterior porque se la lleva a cabo antes de que se empiece el tramo II de esa carretera; que además hay camino desde Cochabamba y desde Beni hacia el núcleo de esa heredad rica en biodiversidad; que los indígenas concurren a la consulta de manera voluntaria; que esos pobladores reclaman salud y educación, servicios que serán garantizados con la vía que también es la que más nos une y más nos separa a los bolivianos.

Nada se dice acerca de la imposición de la consulta por los gobernantes o que se ocultan hechos y dichos como los siguientes:

Que la consulta no es ni previa, ni de buena fe, ni informada; que allí hace varias semanas empezó la militarización de la reserva y territorio con la acción cívica; que no hay concertación entre indígenas y gobernantes para ese accionar, por lo que se incumple la sentencia del Tribunal Constitucional; que en varias comunidades se desconoce el porqué de la consulta; que dos radiotransmisores de los comunarios han sido retiradas del TIPNIS por funcionarios del gobierno; que un corregidor consultó a sus familiares y en su casa; que operadores del gobierno fueron vistos cuando hacían regalos a los comunarios para que éstos acepten la construcción del camino; que hay resistencia indígena en comunidades y en ríos por los que se accede al TIPNIS; que varios de los consultados no viven en comunidad y que tienen tierras en propiedad personal; que innumerables de los consultados son cocaleros del Polígono 7, antes perteneciente a la reserva nacional y territorio indígena.

Gobernantes y pobladores indígenas que los apoyan ocultan cosas como las que citamos:

Que el actual Presidente, en su última campaña electoral, prometió tierras a cocaleros y colonizadores en el TIPNIS para ganadería, agricultura y para plantar coca; que el camino por medio de la reserva y el territorio fue rechazada por los indígenas después de que se conoció un decreto que dispone buscar financiamiento para la obra; que los gobernantes han concedido áreas para la exploración petrolera y gasífera en el TIPNIS; que el camino es para el tráfico de mercancías de empresarios brasileños y chilenos (criollos y transnacionales); asimismo, que servirá a empresarios ganaderos y madereros; que hace tiempo que los actuales gobernantes sabían que en ese lugar operaban narcotraficantes y no se tomaron medidas ni preventivas ni represivas; que en especial al lado beniano del TIPNIS hay haciendas ganaderas muchas de las cuales no han sido saneadas ni cuentan con títulos de propiedad registrados; que la depredación del bosque y el aniquilamiento de los animales silvestres serán acelerados con el camino; que éste pasará distante de la mayoría de las comunidades indígenas las que para vincularse construirán o demandarán la construcción de vías hacia la carretera; que los gobernantes siguen dividiendo o al menos inducen a los indígenas y a las organizaciones de éstos a la división para lo que combinan presiones con prebendas; que para el Presidente los electores del TIPNIS, en las elecciones de los jueces supremos fueron 600 apenas, en tanto que los del Polígono 7 fueron 3.000 por lo que el mandatario prefiere a los últimos.

Entre las mentiras, abiertas y/o encubiertas, de los gobernantes respecto del TIPNIS y el camino, anotamos:

El TIPNIS hace tiempo dejó de ser virgen porque de él extraen madera empresarios en sociedad con los dirigentes indígenas, a pesar de que en la reserva y territorio hay un núcleo en el que no deben explotarse sus riquezas y otro anillo en el que se aplican planes de aprovechamiento que son autorizados por el gobierno para su ejecución; que turistas visitan el TIPNIS, al que viajan en avionetas y por el que pagan 7.000 dólares, dinero que casi íntegramente se “embolsillan” los líderes indígenas; que éstos trabajan, a cambio de dinero, para instituciones conservacionistas y en contra de sus pueblos y del país; que los dirigentes indígenas y los que lo apoyan favorecen los planes de la derecha política y económica; que los que nos oponemos al camino por medio del TIPNIS (el que debe construirse por cualquier otro lugar distinto, como dispone la Ley 180) somos de derecha o que hemos pasado de la izquierda a la derecha; que la carretera garantizará desarrollo humano para los indígenas, es decir, salud, educación, servicios básicos, a lo que se oponen los que rechazan el camino; que con éste se evitará la depredación que ya soporta este momento; que construida la vía se impedirá el ingreso de colonizadores y cocaleros al lugar; que el batallón ecológico del Ejército frenará la depredación en el TIPNIS en un primer momento y luego en las otras reservas nacionales (varias de las que tienen asentamientos humanos ilegales); que desde un principio la carretera fue pensada para ser construida por tramos (I, II y III); que funcionarios de Naciones Unidas pidieron ir como observadores de la consulta al TIPNIS; que los que se oponen a la carretera (por el corazón de la reserva y territorio) no quieren desarrollo humano de los indígenas; que ya hay camino hacia el TIPNIS y que de éste hacia fuera hay sendas por las que se traslada madera.

Respecto de lo que ocurre en la llamada consulta actual en el TIPNIS los gobernantes, de manera autoritaria, imponen censura, autocensura, dicen medias verdades, manipulan y matan a la verdad o lo intentan (en los medios estatales). Ejemplos hay muchos, varios de ellos hemos citado en esta nota.

Sin embargo,  para graficar más de lo que hacemos, sirven las declaraciones del Ministro de Gobierno resumidas por el diario gubernamental Cambio, del 19 de este mes, así como lo que reprodujo el matutino Página Siete de las declaraciones la delegada de la ONU en Bolivia.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, según el diario Cambio, sobre la consulta en el TIPNIS, dijo:

“Es un hecho histórico, por primera vez se da este mecanismo, pero valorizando los derechos constitucionales de los pueblos indígenas  sus derechos internacionales”.

Yariko Yasikawa, de NN.UU. sobre ese asunto, según el matutino Página Siete, señaló:

“Sería muy importante que el Ejecutivo, evaluando lo que está pasando y viendo las cosas más objetivamente, pueda determinar la necesidad de que se pueda entrar en un proceso de cuarto intermedio o una pausa para que se haga todo un trabajo de recomposición de las relaciones y sujetarse al mandato del Tribunal Constitucional”.

Incluso voceros del Tribunal Supremo Electoral han referido dos elementos que debieran tomar en cuenta en el Palacio Quemado: que algunas comunidades indígenas del TIPNIS carecen de información sobre la consulta y que las discrepancias que se expresan allí debieran utilizarse para buscar consensos entre los defensores de la reserva y territorio, y los gobernantes.

En otras palabras: dialogar sobre el destino del TIPNIS entre los bloques socio-políticos enfrentados o buscar la solución de las contradicciones que allí tienen lugar cuyo resultado sería que uno de esos bloques vence al otro.

En verdad en el TIPNIS hay lucha de clases y de pueblos indígenas: ¿Quién vence a quién? es la cuestión esencial.

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