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¿Vuelve Cuba al capitalismo?

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Por Roger Keeran y Thomas Kenny, Resumen Latinoamericano

/Marxism-Leninism Today, mayo 2015.-

En 2011, las autoridades cubanas adoptaron una nuevas Directrices audaces (lineamientos) para hacer frente a los problemas económicos de Cuba. Modificadas tras el debate púbico y aprobadas por el Parlamento de Cuba, las Directrices tienen ahora fuerza de la ley y se encarnan en reglamentos. En mayo de 2011, después de una visita a Cuba, publicamos un artículo, “¿Hacia dónde va Cuba?” en el que argumentamos que a pesar de ciertas similitudes entre los problemas de Cuba en 2011 y los problemas soviéticos en 1985 y a pesar de ciertas similitudes entre el soluciones perseguidas por Mijail Gorbachov conocidas como perestroika y las reformas cubanas (Actualización), las diferencias en las dos situaciones y los dos conjuntos de reformas eran mucho mayores que las similitudes. Por lo tanto, existía poca razón para suponer que Cuba se dirigía por el camino que finalmente destruyó el socialismo soviético.

En febrero de 2014 visitamos Cuba de nuevo. Esta vez entrevistamos a trabajadores, periodistas, dirigentes sindicales, intelectuales y académicos. Estas discusiones, junto con un examen del material escrito no nos han hecho cambiar de idea, sino que han profundizado nuestra apreciación de los problemas que enfrenta Cuba y los desafíos que enfrentan las nuevas reformas y las diferencias con la historia soviética. En este ensayo, vamos a volver a la cuestión de si las reformas señalan un retorno al capitalismo en Cuba y añadir algunos nuevos puntos de vista.

Los Problemas

Mediante la nacionalización de prácticamente toda la propiedad productiva y la regulación de la actividad económica gracias a la planificación centralizada en lugar del mercado, la competencia, la explotación y la búsqueda del beneficio, el socialismo cubano ha logrado victorias monumentales para el pueblo trabajador, incluyendo el crecimiento económico, el pleno empleo, la atención sanitaria y la educación gratuitas, el acceso a la vivienda y la alimentación, y un alto nivel cultural. El socialismo, sin embargo, no crea automáticamente una utopía. La propiedad estatal y la planificación centralizada engendraron sus propios problemas. Sin la temible disciplina del mercado, el socialismo se enfrenta a problemas de motivación, de productividad, eficiencia y calidad de los bienes y servicios. Proporcionar todas las personas un empleo puede conducir al exceso de personal y la ineficiencia. La administración de un Estado de gran tamaño de acuerdo a regulaciones puede conducir a la burocracia, el exceso de papeleo y los retrasos. Garantizar a todas las personas unos mínimos estándares de vida decente puede conducir al racionamiento, colas, y a limitaciones en la calidad y variedad de bienes de consumo. El racionamiento y la escasez pueden conducir a su vez a la corrupción y el mercado negro. La planificación centralizada puede conducir a una falta de iniciativa y responsabilidad en el ámbito local.

Aunque este tipo de problemas pueden ser inherentes a la naturaleza del socialismo, han sido exacerbados por las condiciones de su nacimiento. Nunca una revolución socialista ha tenido el privilegio de desarrollarse libremente en sus propios términos. Ningún país socialista pudo evitar los intentos imperialistas para sofocarla mediante invasión, el aislamiento diplomático, la guerra económica (sanciones, bloqueo, sabotaje, y la presión militar), el terrorismo de los emigrados, el asesinato, la guerra psicológica, y más recientemente el fomento de “los movimientos democráticos”, y el uso de la guerra cibernética y los medios sociales. Los Estados socialistas siempre han tenido que maniobrar en un mundo hostil, un mundo aún más hostil después de la desaparición del campo socialista en la Unión Soviética y Europa del Este.

Al lidiar con sus problemas económicos, Cuba siempre se ha tenido que enfrentar a dos desventajas que no tenían la Unión Soviética o China. En primer lugar, aparte de abundantes tierras de cultivo, hermosas playas, bosques y níquel, Cuba no posee abundantes recursos naturales. Carecen de gas, petróleo, carbón, hierro, estaño, y la mayoría del resto de recursos (Aunque los últimos descubrimientos de reservas de petróleo en alta mar pueden abordar una de estas deficiencias en el futuro.) En segundo lugar, ha tenido que soportar un bloqueo de Estados Unidos durante cincuenta años que privó a Cuba de los mercados de exportación e importación y en gran medida aumentó el coste de las medicinas importadas, los alimentos, los bienes de equipo (capital) y de consumo. Según algunas estimaciones en medio siglo el bloqueo ha costado a Cuba 975.000 millones dólares, y sin el bloqueo la calidad de vida cubana bien se parece a de Europa Occidental. [i]

Ninguno de estos problemas ensombrece las ventajas inequívocas de socialismo para el conjunto del pueblo, y ninguno de ellos condena el proyecto socialista. Sin embargo, crea problemas y se requiere una atención constante así como soluciones creativas. Cuba ha revisado sus modelo socialista varias veces en un intento de hacer frente a sus retos económicos. A veces, los nuevos modelos han tenido que corregir las deficiencias generadas por los anteriores.

1. Primer Modelo, 1960-1970. En el primer período de la revolución, Cuba nacionalizó las grandes empresas extranjeras, distribuyó tierras a los campesinos sin tierra, desarrolló un sistema de planificación, y lidió con el bloqueo de Estados Unidos desarrollando el comercio con los países socialistas. En este período, Cuba destacó los incentivos morales sobre los incentivos materiales y estableció objetivos ambiciosos para una rápida industrialización financiada mediante la producción intensiva de azúcar y su exportación.

2. Un modelo como Europa del Este, 1970-1985. En este periodo Cuba se unió al CAME, el Consejo de Ayuda Mutua Económica, una organización de estados socialistas europeos diseñados para coordinar las actividades económicas y el desarrollo de la cooperación económica, técnica y científica. En este período, Cuba desarrolló su primer Plan Quinquenal que hizo hincapié en la producción de azúcar y que puso más énfasis en los incentivos materiales siguiendo el modelo de los países socialistas de Europa del Este.

3. Rectificación, 1985-1990. En este período, Cuba trata de rectificar los errores de la aplicación acrítica de las recetas económicas soviéticas a la situación cubana. Cuba abandonó algunos mecanismos de mercado que había intentado e intentó mejorar la centralización económica. También trató de diversificar la economía más allá del azúcar mediante la promoción de la biotecnología, los productos farmacéuticos, el turismo y la producción de níquel.

4. El Período Especial, 1991-2010. El colapso de la Unión Soviética y Europa del Este significó la pérdida repentina de más de dos tercios de sus exportaciones y una contracción drástica de toda su economía. La crisis económica se vio agravada por la intensificación del bloqueo de Estados Unidos a través de la Ley Torricelli (1992) y la Ley Helms-Burton (1996). En respuesta, Cuba ideó un nuevo modelo para apretarse el cinturón, conservar divisas, transformar las granjas estatales en cooperativas, permitir de manera limitada que la empresa privada gestione el sector minorista, admitir las remesas de los exiliados cubanos, y, sobre todo, la desarrolló fuertemente el turismo. Para asegurarse que las remesas y el turismo trajesen las ansiadas divisas que tan desesperadamente necesitaban, Cuba instituyó un sistema de doble moneda.

El período especial resultó ser una forma muy ingeniosa de luchar contra la crisis de extrema gravedad que supuso el colapso de la Unión Soviética y el recrudecimiento del bloqueo. Las políticas del Período Especial, junto con la ayuda en forma de préstamos de China y el petróleo de Venezuela, Cuba logró llevar su economía y su nivel de vida de nuevo a los niveles anteriores a la crisis. Mientras tanto, sin embargo, surgieron nuevos problemas económicos. En primer lugar, la recesión económica mundial de 2008 golpeó los mercados de exportación de Cuba, y esto sigue siendo un problema. Además, en 2007-2010, varios huracanes causaron una destrucción generalizada. Además de estos problemas, las políticas Período Especial dieron lugar a algunas consecuencias no deseadas y dañinas, relacionadas con el sistema de doble moneda.

Debido a la diferencia entre la moneda cubana universal (CUC), (que fue utilizada por los turistas y aquellos que envían remesas desde el extranjero) y el peso cubano fue de aproximadamente 1 a 25, Cuba fue capaz de obtener las divisas que tanto necesita. Pero esta diferencia de valor también hizo el acceso a los CUC muy deseable, dando a sus poseedores ventajas considerables. Por ejemplo, el trabajo en restaurantes, hoteles, taxis, y otras partes de la industria turística con acceso a pago o propinas en CUC se convirtió en muchos casos en algo mucho más atractivo y más lucrativo que el trabajo en las profesiones para las que la gente había sido libremente formada. Hay, pues, una “fuga de cerebros” desmoralizante e ineficiente de la enseñanza y otras profesiones hacia el turismo. También contribuyó a la desigualdad, el mercado negro y la corrupción. Por ejemplo, dada la preponderancia de los dos millones de cubanos-americanos que viven en Estados Unidos son cubanos de origen europeo o mestizo, la preponderancia de los miles de millones de dólares de las remesas fue y continúa yendo a sus familiares de antecedentes europeos o mestizos en Cuba. Esto ha exacerbado las diferencias económicas raciales.

La única manera de salir de estas dificultades requiere la eliminación de la dualidad monetaria. Para no causar una tremenda dislocación económica, la doble moneda sólo puede eliminarse gradualmente aumentando los salarios cubanos y reduciendo la necesidad de divisas. Esto a su vez requiere el aumento de la productividad y la eficiencia para hacer productos cubanos más competitivos y reducir la necesidad de la importación de energía y materias primas. También requiere el aumento de la autosuficiencia en especial en los alimentos, ya que Cuba gasta cerca de mil millones de dólares al año en la compra de alimentos en el extranjero. Del mismo modo, recuperar los mercados de exportación perdidos con la crisis de 2008 requiere aumentar la productividad y la eficiencia.

Todas estas consideraciones —abordar algunos de los problemas endémicos del socialismo y combatir contra los problemas causados por la crisis de 2008, así como los generados por el Período Especial— proporcionan el impulso a las reformas de “actualización” inauguradas en 2011. Otra circunstancia que fomenta las reformas es la incertidumbre de la situación internacional. Gracias a China, la Revolución Bolivariana de Venezuela, y los gobiernos progresistas socialdemócratas de Brasil, Bolivia y otros países, Cuba ahora tiene más amigos y cuenta con más apoyo en el extranjero que en el pasado reciente, pero ninguno de ellos tiene garantías para durar. El apoyo de China a los países socialistas hermanos ha vacilado antes. La Revolución Bolivariana no se consolida. Y los gobiernos socialdemócratas van y vienen.

Tanto Fidel Castro como Raúl Castro han puesto de relieve la urgencia de la reforma. Fidel dijo: “el modelo cubano ya no funciona ni para nosotros.” [ii] En diciembre de 2010, Raúl Castro afirmó “O rectificamos las cosas, o nos quedamos sin tiempo para continuar bordeando el abismo [y] nos hundimos.” [iii]

La comprensión de la naturaleza y gravedad de los problemas que enfrenta Cuba es un componente importante a la hora de hacer una evaluación política de las reformas cubanas. La esencia del oportunismo según la definición de Lenin no está en hacer compromisos o concesiones con el enemigo de clase sino en hacer compromisos y concesiones innecesarias. En nuestra opinión, el quid de la cuestión de la perestroika y la glasnost de Gorbachov era que implicaban concesiones innecesarias al imperialismo norteamericano y compromisos con la ideología y las prácticas capitalistas. Las políticas de Gorbachov fueron menos que una exigencia de la situación objetiva que de los intereses de clase de un sector pequeño burgués que se habían desarrollado en la sociedad soviética arraigada tras años de crecimiento de la segunda economía.

Aunque el sistema soviético tenía problemas que necesitan ser abordados. Las políticas de Gorbachov implicaron 5 políticas innecesarias de corte oportunista:

* La liquidación del Partido Comunista de la Unión Soviética,

* La entrega de los medios de comunicación a las fuerzas antisocialistas,

* El desencadenamiento del separatismo nacionalista y

* La rendición ante el imperialismo estadounidense,

 * La privatización al por mayor y la mercantilización de la economía socialista.

Aunque los primeros 4 procesos no están sucediendo en Cuba, se está produciendo una cierta reducción del papel del Estado y un cierto aumento de la actividad económica privada y del mercado.

Aunque las reformas cubanas actuales pueden ser alentadas por quienes están conectados con la segunda economía cubana y por aquellos que desean socavar el socialismo, son una respuesta a problemas muy reales que si no se tratan amenazan el futuro del socialismo cubano. En la medida en que las reformas son compromisos con el mercado y las ideas capitalistas, son compromisos necesarios. La meta a corto plazo es eliminar el déficit de balanza de pagos, mejorar los flujos de ingresos externos, sustituir importaciones con productos nacionales y aumentar la eficiencia económica, la motivación en el trabajo y los ingresos. El objetivo a largo plazo es conseguir la autosuficiencia alimentaria y energética, el uso eficiente de los recursos humanos, una mayor competitividad y las nuevas formas de producción. [iv]

Las Políticas de Actualización

Sin embargo, surge la pregunta: incluso si son más necesarias las reformas cubanas de hoy que las reformas de Gorbachov de finales de 1980, ¿no son los movimientos cubanos semejantes en muchos aspectos a las de Gorbachov y no plantean el mismo peligro para el socialismo?

Muchas de las directrices parecen tener un aire de las políticas de Gorbachov, y estas han tenido más publicidad. Sin duda, muchas de las directrices tienen por objeto aumentar el papel del mercado, la empresa privada y la autonomía local, y por lo tanto reducir el papel de la planificación estatal, el empleo estatal y los subsidios estatales. Un camino que aumenta el tamaño de los intereses de la pequeña burguesía y crea peligros. Invariablemente, surgirán voces que quieran llevar las cosas más rápido y más lejos, hacia el capitalismo. En el prólogo de la traducción en español de nuestro libro, Socialismo traicionado , Ramón Labañino, uno de los Cinco cubanos encarcelados, habla de la necesidad en este momento de “estar alerta y vigilantes para evitar errores y debilidades que nos podrían llevar al fracaso”.

El que a la hora de enfrentar riesgos en el manejo de la actualización, hombres como Labañino sean conscientes de la historia soviética, da confianza de que Cuba puede evitar las trampas que condenaron el socialismo soviético.

Lo más importante, en la adopción del Proyecto de Orientaciones Generales de Política Económica y Social del Partido Comunista de Cuba, es que el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) reafirmó el compromiso del gobierno con el socialismo y con la preservación del medio de vida, la seguridad y el nivel de vida del pueblo cubano. En palabras del PCC, el gobierno va a “seguir preservando los logros de la Revolución, como el acceso a la atención médica, la educación, la cultura, el deporte, la recreación, las pensiones y la seguridad social para aquellos que lo necesitan.”

También, de crucial importancia, es la formulación y aplicación de las directrices ocurrieron y ocurren en un proceso que difiere ampliamente de lo que ocurrió en la Unión Soviética. La “actualización” cubana surgió de un proceso altamente democrático y el grado de participación de masas y de cuadros comunistas y obreros. En Cuba, el desarrollo de las directrices hasta su aplicación en 2014 incluyó la consulta popular y el debate y la construcción de consensos enormes. El proceso se inició en diciembre de 2010 hasta febrero de 2011, con discusiones de todo el pueblo, seguidas de discusiones en el Partido en todas las provincias y, a continuación, por debates en el VI Congreso del PCC en abril. En total tuvieron lugar 163.079 reuniones en las que participaron 8.913.838 personas. Estos debates modificaron o incorporaron el 68% de los 291 lineamientos originales, modificaron otros 181, y crearon 36 nuevas directrices. La discusión de las directrices también se produjo en cartas al director de Granma, llamadas radiofónicas, blogs de Internet, y los sindicatos. Un observador señaló: “Un punto clave aquí es que la redacción de la nueva ley de empleo implica un proceso de consulta con la CTC (la Confederación Central de Sindicatos), de manera tan detallada y extensa que los sindicatos tienen de facto el derecho al veto” [v]

Debido a esta participación masiva, el pueblo cubano está unido y confiado en la dirección de la actualización. La cuestión de si Cuba va a volver al capitalismo es más prevalente fuera de Cuba que dentro. Nadie con quien hablamos expresó el menor temor de que la actualización le haría daño a los intereses de los trabajadores o amenazaría el futuro del socialismo.

La “actualización” de Cuba es un esfuerzo multifacético y radical que implica 291 directrices que tocan casi todos los rincones de la vida económica. En otra de las diferencias con el enfoque de Gorbachov, las reformas cubanas están orientados casi exclusivamente a los cambios económicos, y no a cambios en la política, la ideología, los medios de comunicación o la política exterior. Por otra parte, muchas de las directrices están orientadas a condiciones peculiares de Cuba y no tienen ningún parecido con la perestroika de Gorbachov. Por ejemplo, algunas de las directrices tienen que ver con el fomento del cultivo de tierras actualmente sin uso y desarrollo de las zonas rurales, dando las tierras agrícolas del Estado sin uso en usufructo a aquellos que pueden producir alimentos para el consumo nacional. Algunas de las directrices tienen que ver con una vuelta al principio socialista de distribución —“de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”— es decir, a premiar a los trabajadores por su productividad, un principio del que se habían alejado los cubanos durante el Período Especial.

Para aumentar la productividad y la eficiencia, se devolverá a las provincias y municipios la responsabilidad de varias empresas estatales. Estos niveles inferiores tendrán el control sobre sus ingresos y se espera que operen sobre la base de la rentabilidad financiera. En la industria del azúcar, por ejemplo, se reducirá el número de personal y cada molino se convertirá en una empresa independiente. La descentralización implica un alejamiento de la planificación central, y esto puede causar complicaciones a lo que queda de planificación centralizada, y también puede introducir desigualdades dado que algunas localidades gozan de condiciones más favorables que otras. Aún así, la descentralización no implica la modificación de los fundamentos de la propiedad socialista y la provisión de las necesidades sociales. Todos los países socialistas han experimentado con diversas formas de centralización y descentralización.

El Estado planea reducir otras actividades que abarcan casi a un millón de puestos de trabajo. El estado también eliminará las cafeterías de trabajadores con comidas subvencionadas que se transformarán en restaurantes comerciales. El Estado va a limitar el número de meses de elegibilidad y el tamaño de las prestaciones por desempleo. El Estado también planea eliminar la libreta de racionamiento subsidiada a aquellos que pueden permitirse el lujo de comprar alimentos. La idea es hacer estos cambios de una manera gradual y sistemática, a fin de que quienes pierden el puesto de trabajo estatal pueda encontrar empleo en el fortalecido sector privado.

Aunque las reformas implican una expansión de la empresa privada y las relaciones del modo de producción capitalista, la expansión está muy regulada. Según una estimación, desde de 2014, 450.000 cubanos trabajan en el sector privado en las granjas, cooperativas y pequeñas empresas. [vi] En diciembre de 2013, el 78 % de la fuerza laboral estaba en el sector público y 22 % en el sector privado. El objetivo de la actualización es que el sector público cuente con el 60% y el privado con el 40%. [vii] El sector privado y cooperativo abarcará casi la mitad de la fuerza de trabajo para el año 2015. En este proceso, el Estado va a arrendar a particulares empresas como los restaurantes particulares (paladares), panaderías, peluquerías, salones de belleza, tiendas de reparación de relojes, bicicletas y automóviles. El Estado está aumentando el número de clientes permitidos en los restaurantes particulares de 12 a 50 y eximiendo del pago de impuestos durante un año a aquellos paladares que empleen a más de 5 personas.

Las relaciones de mercado se están expandiendo. Las personas con acceso a las divisas podrán utilizar las instalaciones turísticas y comprar teléfonos móviles y computadoras. La gente podrá comprar y vender automóviles, casas y apartamentos y construir viviendas particulares y contratar equipos de construcción privados.

Las directrices tratan de manejar los aspectos más discutidos, tales como la privatización y la inversión extranjera de manera que garanticen la calidad de vida de los trabajadores y el futuro del socialismo. Por ejemplo, la expansión de los cuentapropistas (trabajadores por cuenta propia o autónomos) se está haciendo no sólo para absorber a quienes pierden el empleo estatal, sino también para alentar a los trabajadores de la segunda economía ilegal a formar parte de la economía legal. Un dirigente sindical nos contó la historia de un pariente que había trabajado como taxista ilegal, donde era frecuentemente arrestado, no pagaba impuestos y no tenía beneficios sociales. Ahora como cuentapropista conduce un taxi legalmente, paga impuestos, y recibe beneficios sociales, incluyendo una pensión llegado el momento. [viii] Por otra parte, todos los cuentapropistas pueden afiliarse a sindicatos. Los sindicatos están ideando estrategias para reclutarlos y para compensar el pensamiento pequeño burgués que podrían surgir con la expansión del trabajo por cuenta propia.

La actualización busca ampliar la inversión extranjera, más allá de lo que estaba permitido por una ley de 1997.b Ya hay planes para un nuevo puerto de contenedores Mariel financiado por Brasil. Al mismo tiempo, la actualización busca minimizar las consecuencias potencialmente perjudiciales de la inversión extranjera. Por ejemplo, la ley crea incentivos para las empresas mixtas. Excluye la inversión de los exiliados cubanos. Exigen empresas conjuntas y otras formas de empresa para contratar mano de obra a través de las agencias estatales cubanas. Se obliga a los inversores extranjeros a seguir el Código de Trabajo en materia de medio ambiente, salud y protección de seguridad laboral y social. Con la excepción de la gestión de alto nivel, las empresas deben emplear a ciudadanos y residentes cubanos en todas las posiciones.

Aunque todos estos cambios son impresionantes en su amplitud y aspiraciones, Raúl Castro y el PCC los están implementando con cautela con miras a frustrar consecuencias no deseadas. En el VI Congreso del CPP, dijo Castro, “El desafío es claro: el aumento (de producción) en la producción material, por volumen y eficiencia son esenciales, pero tienen que hacerse en el contexto de relaciones socialistas de producción, relaciones socialistas de propiedad.” [ix] En la concesión de licencias a las cooperativas, según Castro, “No podemos ir deprisa en la aprobación constante de estas cooperativas. Vamos a ir a un ritmo adecuado.” En 2013, Castro emitió una severa advertencia a los empresarios a la hora de lanzarse de cabeza a incumplir las directrices. [x]

En una línea similar, el partido ha advertido que no se espere que la actualización conduzca a la privatización de la economía. En 2010 el PCC declaró: “En las nuevas formas de gestión no estatal, no se permitirá la concentración de la propiedad en personas jurídicas o naturales” [xi]

En julio de 2013, Marino Murillo, un funcionario de alto nivel económico del gobierno cubano, reforzó esta idea ante la Asamblea Nacional del Poder Popular: “No es correcto decir que en Cuba hoy está ocurriendo una transformación de la propiedad estatal en privada. La actualización del modelo económico cubano presupone, ante todo, la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción. Actualizar el modelo no cambia la base estructural de la propiedad sobre los medios fundamentales de producción.” [xii]

Lo que se está transfiriendo a manos privadas no es propiedad, sino la gestión de los bienes de propiedad social. [xiii]

Claramente, el camino por delante tiene peligros. Refiriéndose a la Comuna de París, Karl Marx dijo “Desde luego, sería muy cómodo hacer la historia universal si la lucha se pudiese emprender sólo en condiciones infaliblemente favorables.” [xiv] Lo mismo sucede con la actualización cubana. Los cubanos están emprendiendo un camino con ciertos riesgos y sin posibilidades infaliblemente favorables, pero lo están haciendo poco a poco y con cuidado con los ojos bien abiertos y con toda la población involucrada. Es un curso que es contradictorio, pero es necesario. Están haciéndolo con el convencimiento de que, como dijo Raúl Castro, no hacer nada implica el riesgo de caer en el abismo.

Los que están en los Estados Unidos y están observando los acontecimientos cubanos con gran interés y una esperanza sin límites, podrían ayudar de manera concreta al proceso de actualización cubana redoblando los esfuerzos para liberar a todos los Cinco y poner fin al criminal bloqueo de Estados Unidos.

[i] Entrevista con Manuel Yepe, La Habana, Cuba, 18 de febrero de 2014. Yepe es un ex diplomático y ahora periodista. De joven fue asistente del Che Guevara. Ver también: Cuba vs Bloqueo: Informe de Cuba sobre la resolución 65/6 de la Asamblea General de las Naciones Unidas titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba” (julio de 2011), 54.

[ii] Citado por Anton L. Allahar y Nelson P. Valdés: //cuba-1blogspot.com/2014_05_01archive.html#6955777, 36.

[iii] www.economist.com/sites/default/files/20120324_Cuba.pdf 24 de marzo de 2012.

[iv] Allahar y Valdés, 41.

[v] Steve Ludlam, “Estrategia de desarrollo socialista de Cuba,” Ciencia y Sociedad 76, no.1 (enero de 2012), 2.

[vi] The Economist, 15 de febrero 2014

[vii] Entrevista a Marta Núñez, La Habana, Cuba 18 de febrero de 2014.

[viii] Entrevista del Lic. Anibal Melo Infante, Departamento de Relaciones Internacionales, Centro de Trabajadores de Cuba, (CTC) Feb.17, 2014.

[ix] Raúl Castro, en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

[x] “Cuba: Raúl Castro. Cuestiones Advertencia para Emprendedores”, Associated Press (21 de diciembre de 2013).

[xi] Citado por Allahar y Valdés, 41.

 [xii] http://www.cubadebate.cu/especiales/2013/10/15/marino-murillo-el-modelo-cubano-es-socialista/ .

[xiii] Carta, Marce Cameron, verde Left Weekly, 1 de julio de 2012. Marce Cameron ha producido un blog útil, “Renovación Socialista de Cuba.”

[xiv] Marx a L. Kugelmann 17 de abril de 1871 https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m17-4-71.htm

Traducción: jaimelago

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