Editorial de Aquí 272
Los candidatos de Evo Morales o del MAS a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) constituyen una alianza de clases sociales, una práctica de los últimos13 años del partido de gobierno y/o del presidente Morales. Ocurre lo que éste ha dicho tantas veces: “Quiero socios y no patrones”, aunque sus socios siguen como patrones, lo que debe entender el primer mandatario.
Ahora parece más nítida esa alianza de clases sociales y, a la vez, de actores de la política de distintas tendencias.
En la lista, a la que nos referimos, hay dos notorios empresarios: uno con capitales en la minería y el otro pertenece a los oligarcas cruceños y es dirigente de ese sector.
Ese empresario minero, de acuerdo a lo que se informa, ha “militado” en más de una agrupación política, entre ellas, el gonismo.
Además, entre aquellos candidatos hay quienes tienen una hoja de servicios que provocan asco —comentan personas respetables— como ese sindicalista que se ha beneficiado con dinero que debió utilizarse en servicios de salud de los choferes, dueños de esos aportes, depositados como peaje en la autopista de la sede de gobierno.
También se cuenta a un dirigente de juntas de vecinos de La Paz, de conducta dudosa, según se difunde.
Asimismo, allí postula a senadora una periodista que fue de ADN, como también está un abogado antigonista, que defendió a los familiares de los caídos en El Alto durante el alzamiento popular contra Gonzalo Sánchez de Lozada.
Sin embargo, lo que debe tenerse a la vista es que los empresarios y los otros candidatos a la ALP defenderán sus intereses de clase en primer lugar, y los intereses del pueblo y del país serán sacrificados, como ocurrió durante este llamado proceso de cambios, el que no es más que un conjunto de reformas burguesas al gusto sobre todo de los grupos dominantes de Bolivia.
Desde aquí se ve también con más claridad que tales alianzas las tejió Evo Morales durante su accionar político, sin que se lo advierta a tiempo.
Salvador Ric, empresario cruceño, fue el primer ministro de Obras Públicas de Morales y embajador suyo en Uruguay. desde donde mezcló su labor “diplomática” con los negocios. Ese empresario declaró como patrimonio 50 millones de dólares, antes de jurar como Ministro.
Evo Morales, que también defiende intereses de clase —de los cocaleros y de los empresarios medianos del país—, tuvo acuerdos con empresarios de El Alto y otros lugares.
En la Asamblea Constituyente, Morales ensayó otro acuerdo con los empresarios agroindustriales de Santa Cruz, cuyo resultado es la máxima extensión de la propiedad agraria en 5.000 hectáreas,
La alianza del Presidente con los miembros de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) es otro dato que configura la alianza de Morales con los empresarios de nuestro país.
Esa alianza es para intercambio de servicios políticos y quizá beneficios económicos. Estos últimos han sido revelados por el Vicepresidente cuando para Le Monde Diplomatique, edición boliviana en español, dijo que los gobernantes subvencionaban a empresarios.
En esa alianza Morales, al parecer, cree que utiliza a ciertos empresarios, éstos consideran que se sirven de los gobernantes.
Una respuesta probable a lo dicho en esta nota de Aquí es que aquella alianza no es ninguna novedad. Quizá lo nuevo sea que esa alianza ahora se la propaga y no se la oculta, aunque Morales diga que sufrió cuando escogían aquellos candidatos.
Un detalle que tendría que importar a los afectados: los posibles candidatos de la COB a la ALP han resignado sus aspiraciones, a cambio de qué, añadimos.
Todo en aras de la victoria electoral del binomio Evo-Álvaro en octubre, aparece como la consigna.
Es necesario, sin embargo, que la gente del pueblo, explotado y oprimido, constate que Morales-García son poco amigos y hasta enemigos suyos.
El pueblo debe establecer el lugar en el que están sus intereses legales y legítimos; cada vez más lejos de Morales y García.
Para estas líneas lo dicho por un masista cae como el anillo al dedo. Citamos; Hay candidatos a la ALP que dan vergüenza, vamos a pedir que se los cambie, afirmó. Ese malestar es de incontables militantes del MAS, los que podrían quedar con su reclamo sin ser satisfecho, como ha sucedido tantas veces.
Y los levantamanos masistas en la ALP serán mayoría y estarán siempre listos a las órdenes del “Jefazo”.