Editorial de Aquí 267
El presidente Morales es “dueño” o influye sobre medios electrónicos y escritos (incluidos los espacios que ocupa en las redes sociales) y dispone de mucha plata para la propaganda en su favor personal y de su accionar como gobernante, sobre lo que aquí entregamos un resumen demostrativo de lo dicho y de lo hecho por él y por integrantes de su entorno inmediato.
—Corrían los primeros meses de 2006: el diario El País de España, en un editorial, dijo que había que apoyar al gobierno de Evo Morales para que éste no se vaya a la izquierda.
—En la sede de gobierno, el entonces Ministro de Comunicación del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, propuso equipar al Canal estatal boliviano para que este medio, todo el tiempo, aloje en el ciberespacio la palabra y la imagen del Presidente boliviano.
—Morales, en Argentina, en una carrera de comunicación, informó de que con ayuda del pueblo venezolano, en Bolivia, funcionaban 50 radios comunitarias, por lo cual agradeció. Entendidos dijeron, en ese momento, que era inapropiado llamar “comunitarias” a esas radioemisoras porque no servían a la comunidad sino al gobernante boliviano. Varias de esas radios han sido cerradas, lo que demuestra un derroche de esa “ayuda”.
—El presidente Morales, en una entrevista con el matutino El Deber de Santa Cruz, hizo saber que entre el y 80 y el 85 por ciento de los medios de difusión de nuestro país son amigos suyos y de los gobernantes.
—Los dos principales gobernantes bolivianos se apropiaron de la entonces televisora privada PAT (Periodistas Asociados Televisión), transferencia que nada les costó, según conocedores del caso.
—ATB, el canal 9, se asegura que es del binomio que busca su reelección ilegal e inconstitucional, aunque aparecen, como propietarios, “palos blancos” o socios minoritarios.
—El diario paceño La Razón, fue comprado por un empresario paraguayo-venezolano y éste les transfirió al Presidente y al Vicepresidente del país. Pocos dudan de esa operación de compraventa.
—La Empresa Nacional de Televisión Boliviana, la agencia de noticias ABI, la red de radiodifusoras Soberanía (encabezada por la exradio Illimani) y el diario Cambio. y una imprenta en la que se imprime ese matutino, aunque son de propiedad estatal funcionan como si fueran de los gobernantes y del Presidente, especialmente. Un ex vocero de Morales dijo más de una vez; Con qué medios (de difusión) podemos defendernos si no lo hacemos con los medios estatales.
—En el anterior editorial de Aquí señalamos que la Fundación Abya Yala, administra la televisora de igual nombre, la que le fue “regalada” por el Estado de Irán al presidente Morales. Sólo para encubrir ese “derecho” propietario, sin lograrlo del todo, algún directorio asumió la “titularidad” de ese medio.
—Entre el primer y el segundo mandato del presidente Morales , éste recibió como donación y para propaganda en su beneficio, cuando menos Sus.- 6.000.000.
Una apreciación provisional lleva a suponer que los actuales gobernantes, en 13 años, han gastado mucho más dinero que otros (gobernantes), en similar tiempo, en propaganda política, la que ahora tiene una marcada dosis de mentiras, muchas más que lo que hicieron otros mandatarios criollos.
—Los gobernantes gastan el dinero de los bolivianos para pagar, en todo el país, a gente encargada de atender espacios de las redes sociales, en las que aquéllos esperan ganar la batalla a los opositores suyos, incluidas las elecciones de octubre próximo.
—Pronto tendremos las cifras, pero se espera que los inquilinos de la Casa Grande del Pueblo, reciban más dinero, por mandato de la ley electoral, para su campaña que no cesa y que Evo Morales la hizo durante los últimos 13 años, todos los días y todas las noches y por todos los medios, y con el dinero de los bolivianos.
En este medio virtual afirmamos que el uso y el abuso de aquellos medios de difusión, así como el gasto de tanta plata, no bastan para que Morales-García ganen en la consulta de octubre, entre otras cosas, porque la propaganda suya es afectada por mentiras de diverso calibre. Y éstas, que son intentos de matar a la verdad, crecen sin medida cuando la confrontación política se torna más y más áspera en nuestro país.
Sin embargo, cuando las mentiras desde el Estado y desde el gobierno, son descubiertas, ya no sirven para “hacer creer”. Entonces el discurso oficial ni convence ni cautiva.
Vale, pues, y mucho el refrán: en la boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso. Pero el sentido común que refiere este refrán sólo no escuchan ni entienden los oficialistas y sus llunkus.