Editorial de Aquí 387
Las principales medidas económicas, tomadas en este tiempo de los llamados cambios, han sido tomadas dentro del modo de producción capitalista dependiente y atrasado.
—Incluso la nacionalización de los hidrocarburos, aprobada mediante ley antes del actual gobierno, por avanzada que sea, no es una acción de tipo socialista porque, entre otras cosas, no fue ni es parte de un plan destinado a modificar aquel modo de producción en Bolivia, que sigue en pie. La nacionalización de la Gulf Oil. Co. perdió sus alcances por la indemnización a esa empresa y fue insuficiente para alterar positivamente la forma de producir y de vender bienes y servicios bolivianos.
—Las empresas de azúcar, papel, cartón, beneficiadora de castaña y otras se instalaron sin ningún estudio previo, sin contar con materia prima, sin establecer el mercado…Un ejemplo de espontaneísmo económico. El estudio se realizó después de que empezaron a funcionar las empresas y la que aparecía como administradora declaró que no importaba las utilidades de esas empresas (capitalistas), las que debían dar trabajo a la gente como tarea fundamental.
—Una empresa con tecnología de punta, con mercado en Estados Unidos, fue adjudicada por el Estado plurinacional. El gobierno dispuso el cierre de Enatex y sus trabajadores fueron despedidos. El exdueño de esa empresa, en cambio, al menos perdió menos de lo que él advertía. Una prueba de ineficiencia de los gobernantes. Es necesario averiguar qué más hubo en ese operativo de compra y de venta de Enatex.
—Otro ejemplo de ineficiencia de los gobernantes fue la instalación de la planta industrializadora de leche en el Chapare: se les pudrió la primera producción porque no construyeron un depósito adecuado para guardar un producto fungible en horas.
—La planta de urea en el Chapare, es una industrialización del gas natural; sin embargo, el abono allí procesado, se vende más caro dentro del país que afuera y ese fertilizante, según entendidos, empobrece rápido los suelos. Es una inversión muy cara, a contar del precio de compra del inmueble donde funciona, el que fue adquirido a título gratuito por los vendedores.
—Los recursos mineros del país (merecen otro espacio para su análisis) son privatizados con una celeridad que no se nota con facilidad. Referimos dos últimos hechos que van en aquella dirección: La mitad de las colas y los desmontes, la reserva más grande de estaño del país, han sido entregadas por Evo Morales a los coopertivistas-empresarios-mineros para que los exploten, en realidad, para que los saqueen; riqueza que fue recuperada para Bolivia por el gobierno del Gral. Torres. El otro: reservas estatales mineras también han sido concedidas al mismo sector económico para la extracción. Se trata ciertamente de medidas político-electorales: los llamados cooperativistas-empresarios mineros, incluidos los asalariados de esos grupos declaran que son más de 130.000: masa electoral que la necesita el presidente Morales para su repostulación.
—El gas, que se vende sin valor agregado sobre todo a Brasil y Argentina, se agota por eso merma la cuota de exportación y por tanto los ingresos; paralelamente, no se descubren nuevos pozos del energético que aseguren volúmenes para la exportación a mediano y largo plazo.
—Varias de las obras, como caminos, seguro universal de salud, compra de helicópteros son financiadas con plata prestada de fuera del país. En otras palabras, el ahorro interno no alcanza o se prefiere guardar. La deuda interna también aumenta.
—Empresarios, como los de la Cámara Agropecuaria del Oriente, CAO, reciben beneficios con los que no cuentan, por ejemplo, los colonizadores de San Julián o de Cuatro Cañadas.
Nosotros concluimos en que aquellas medidas son capitalistas, dependientes y atrasadas; para desarrollar el sistema dominante, ninguna para cambiarlo de acuerdo a los intereses del pueblo y del país. Evo y Álvaro buscan reproducir su poder para seguir por aquella ruta y no para reconducirla, como equivocadamente esperan algunos.