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Morales tiene socios y aliados entre empresarios criollos y transnacionales

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editorial

Según el presidente Morales, los bolivianos que tomamos distancia de su régimen autoritario y los que lo criticamos, somos de la derecha y del imperio. En muchos de los casos esa afirmación del Presidente es desacertada, especialmente, cuando los críticos somos militantes antiimperialistas y revolucionarios, desde mucho antes de que el dirigente de los cocaleros del Chapare asumiera el cargo sindical.

En esta columna, sin embargo, hemos anotado que Evo Morales es el que tiene socios (como los llamaba y los llama él) y aliados políticos entre los empresarios.

Antes de la victoria electoral del MAS, con la que Morales llegó al Palacio Quemado, sin que algunos lo advirtiéramos, estableció acuerdos políticos, por ejemplo, con Salvador Ric, un comerciante que declaró como patrimonio 50 millones de dólares, antes de asumir como ministro de Obras Públicas en el gabinete del nuevo Presidente boliviano.

Con empresarios de El Alto, el actual mandatario, también firmó acuerdos, algunos de los cuales fueron elegidos, a cambio, diputados en las listas del partido oficialista.

Una de las primeras afirmaciones con la que buscó esos socios y esos aliados fue cuando propagó que él quería socios y no patrones.

Esa fue una imprecisión quizá deliberada de Evo Morales, porque sus socios siguen siendo patrones.

Reforzó esa búsqueda cuando repitió que el Presidente quería que empresarios bolivianos de la construcción debían ser grandes, para abrir caminos en nuestro país, en vez de que lo hagan los extranjeros. En esa dirección incluso fomentó la organización de una empresa constructora en el Ejército, la que se adjudicó una obra en Yungas, pero fracasó. No sabemos si fue liquidada esa empresa constructora de los uniformados.

Con los papás de Adriana Gil, ex concejal del MAS en Santa Cruz, el presidente Morales tuvo un entendimiento copioso en beneficios recíprocos: Evo era agasajado en la casa de los Gil y aquéllos, entre otros regalos, le entregaron joyas de oro, como brazaletes que, se sabe, le gustan a Morales. Los Gil contaban con licencia del presidente Morales para importar las mercaderías que convenía a sus negocios. Aseguran las fuentes que hemos consultado, que la ruptura entre los Gil y Morales se debió a la ambición desmedida de los primeros.

En realidad, los gobernantes actuales no quieren competidores en las actividades gubernamentales y estatales, quieren subordinados y/o socios sumisos.

Uno de los dirigentes de los empresarios, en una reunión con gobernantes y líderes de los movimientos sociales, dijo que concurría a ese encuentro para establecer una alianza con los indígenas: la concurrencia de ese empresario y la búsqueda allí de esa alianza hubiera sido imposible si antes no hubiera habido una entente con el mandamás de este país.

Luego se constituyó el Consejo Económico y Social, organismo en el que debían discutirse líneas de política económica y social, según se informó.

Sin embargo, la cúspide de los acuerdos entre Evo Morales y sus socios y aliados tuvo lugar en reuniones con miembros de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO). En esa ocasión el Presidente hizo diversas concesiones a los empresarios: cultivo de semillas transgénicas de soya, permiso de exportación de carne bovina, licencia de importación de maíz transgénico, más tiempo para establecer la función económica y social de las tierras agropecuarias (más espacio para tender trampas). En esa oportunidad se dejó pendiente el cultivo de maíz transgénico en Santa Cruz, por lo que sigue pendiente de atención favorable el pedido que hicieron los miembros de la CAO. Los colonizadores presentes ahí, especialmente de San Julián y Cuatro Cañadas, fueron testigos, sin voz ni voto, de los beneficios recibidos por los empresarios y otorgados por el presidente Morales.

Antes de que se cumpla un año de esos acuerdos de los gobernantes con empresarios de la CAO, fueron reforzados con decretos supremos.

Después de las elecciones en las que Evo-Álvaro fueron elegidos por tercera vez, afirmamos en estas páginas, que derechistas y empresarios se encontraban en el gobierno de Morales y fuera de allí.

El antiimperialismo de Morales es inconcluso (o trucho). Tres hechos respaldan lo dicho: 1. En un documento en el que se da detalles sobre los golpes suaves (difundido, entre otros, por amigos del gobierno boliviano actual, como es A. Borón) se difunde una línea de texto en la que se dice que Evo Morales habla muchas cosas y que hay que dejarlo con ese discurso y nada más. 2. En un informe del Departamento de Estado de EE.UU. se dice que el gobierno boliviano (de Evo Morales) colaboró con el gobierno de Estados Unidos en la lucha de éste contra el terrorismo.3. Cuando el Gerente de la japonesa Sumitomo, dueña de la Empresa Minera San Cristóbal, en Potosí, dijo que para su empresa, Bolivia es ganar, ganar y ganar.

En la lucha para que se respete los resultados del 21F, con argumentos propios y sin siquiera coordinación, debió impulsarse acciones convergentes, desde distintas posiciones pudo apuntarse al mismo blanco, bastaba una convergencia.

Sin embargo. juntos y revueltos, los defensores del 21F, probablemente avancen poco más, en tanto Evo Morales ya no puede ocultar que tiene socios y que tiene aliados entre los empresarios grandes, criollos y transnacionales.

La alianza y la sociedad del presidente Morales con los empresarios beneficia políticamente a él, mientras que para los empresarios, en este tiempo de Evo gobernante, todo es ganar, ganar y ganar.

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