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¿La victoria del NO el 21F se respetará sólo hasta el 2018? (V)

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La senadora Nélida Sifuentes (MAS) hace horas dijo que el resultado de esa consulta será respetada hasta 2018, se entiende, por los oficialistas. Esa misma funcionaria pública señaló, en otro momento, que el alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández, es “metemano” pero hace obra. Asimismo, entre sus más próximos compañeros masistas, antes del referendo del 21F, dijo que ellos no van a entregar el poder, aunque se los derrote en esa ocasión.

Sin embargo, en distintos tonos, voceros del oficialismo hablaron del resultado del Referendo del 21F. El presidente Morales aseguró que ganarían con el 70 por ciento para sentar otro récord con ese porcentaje, según él. El vicepresidente García Linera —algunos llaman “Linereadas” a esos dicho— entre otras cosas afirmó que si perdía Juan Evo Morales Ayma (y por supuesto él) en la consulta de febrero, el sol se iba apagar y que la luna se iba ocultar: no ocurrió ni lo uno ni lo otro, pero extraña, por ejemplo, a físicos bolivianos que de esa manera ultraje a la ciencia un académico que se ufana porque asegura que cuatro universidades extranjeras (una de EE.UU.) estudian su pensamiento.[1] Ministros anotaron que ganarían en aquella fecha, pero que si perdían respetarían los resultados (el Presidente aseguró que respetarían esos resultados aunque la victoria del NO sea con un voto).

Mientras se recontaban los votos por el NO y por el SÍ, ante resultados de un conteo rápido de dos empresas encuestadoras, el Vicepresidente boliviano llamó a los opositores a parar los festejos, a los que denominó anticipados, y agregó: faltan los votos del extranjero, del campo y de las provincias, allí el voto favorece al Sí y anotó que por eso habrían cambios “drásticos”, es decir, confiaba en que el fraude en el agro daría el triunfo al SÍ, pero eso no sucedió.

Sobre la evaluación que hicieron los gobernantes del Referendo del 21F, hemos dedicado un comentario, como parte de esta serie. No obstante, cabe subrayar que el presidente Morales sobre todo pone el acento en el rol de las redes sociales las que, dijo, pueden tumbar gobiernos y llamó a su gente a evaluar esa labor. Como consecuencia de ese análisis se avisó que, bajo la dirección del Vicepresidente del Estado boliviano, los gobernantes esperan hacerse invencibles en esas redes sociales, expresión de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). Nosotros decimos que como otros medios de difusión, las redes sociales difunden la voz y los gráficos de los que ejercen, por medio de ellas, una comunicación alternativa respecto del poder, aunque con intereses tan diversos que resulta muy difícil una clasificación rigurosa, así como dispares son las ideas de los que las propagan por esas redes. Pero esas redes también sirven al poder, aunque la palabra de éste se cree menos y cada vez menos, en nuestro país. Además, aquí, la mayoría de los medios (televisoras, radios y periódicos/menos) son “amigos” de Evo Morales y, por tanto, de los gobernantes. La propaganda política de los inquilinos del Palacio Quemado, pagada con plata de los bolivianos, predominó en los medios, la que tampoco pudo labrar la victoria del SÍ, a pesar de haber influido.

El vicepresidente García Linera hace tiempo planteó el control de las redes sociales y un vocero oficioso del gobierno lo respaldó. Aquel funcionario, no obstante, nada más hizo luego de que expertos le respondieron que esa sería una tarea inalcanzable.

El abogado Moisés Chivi, que participó en la redacción del decreto supremo que reglamenta la Ley Antirracista, además de anunciar que le tocaba al Estado Plurinacional de Bolivia administrar —controlar según él— la libertad de expresión, como lo había hecho la UNESCO en una actitud “colonialista”, informó que iban a controlar a las publicaciones virtuales; en respuesta a la pregunta de un periodista que hizo notar que era muy difícil sino imposible el éxito en una actividad como ésa, el mismo Chivi respondió que se controlaría a las publicaciones virtuales más importantes.

El entonces viceministro de Medios del Ministerio de Comunicación, Sebastián Michel, sobre el momento en el que se discutía el Proyecto de Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública —que permanece aprobado en grande por los diputados— dijo que las disposiciones de ese Proyecto ya se aplicaban en los medios de difusión del Estado: TV7, Red Patria Nueva, ABI y Cambio.

El presidente Morales en varias ocasiones eludió las respuestas que esperaban periodistas y estimamos la mayoría de los bolivianos: se negó a decir, de manera concreta, si respetaba o no el resultado del Referendo del 21F. En cambio, pasó a una suerte de contraofensiva, al señalar que habría una “segunda vuelta” y también que esperemos “un segundo tiempo”. No especificó de qué modo se desarrollaría la segunda vuelta y/o el segundo tiempo, con lo que sin embargo queda claro que el primer mandatario no reconoce, como anunció tantas veces, la victoria del NO en el último Referendo.

El máximo dirigente de los trabajadores campesinos, agrupados en la CSUTCB, señaló que se debe reconocer aquel resultado. Sin embargo, la mayoría de los dirigentes de los movimientos sociales, incluidos los sindicalistas de la COB, han dicho que desplegarán múltiples acciones para conseguir la respostulación del actual Presidente de Bolivia en 2019, con lo que implícitamente refieren que no reconocen el triunfo del NO el 21F.

Los masistas de El Alto han realizado una marcha en demanda de la repostulación de JEMA y un ministro de éste ha dicho que ellos, los gobernantes, obedecerán el pedido de los movilizados.

Los voceros, palaciegos o no, mantienen silencio respecto de lo que ellos llamaron “empate” entre el NO y el SÍ, expresado en las urnas el 21F. Callan, también, que cuando se trata de elecciones no hay tal empate. Es cierto que la diferencia es modesta entre el victorioso NO y el derrotado SÍ, pero en realidad esa diferencia, dicen los que elaboraron proyecciones, que es cuando menos de 10 puntos que han sido restados al NO y sumados al SÍ; sobre todo en el agro de La Paz, Oruro y Cochabamba, agregamos nosotros. Y reiteramos que además de ese fraude, el miedo impuesto y el dinero gastado han influido en el resultado del Referendo del 21 de febrero, sin que hayan volcado el resultado en favor de los gobernantes.

Los gobernantes hacen (quizá todavía poco) o no hacen para conseguir la reelección, por cuarta vez, de JEMA. Admiten que no tienen mejor candidato a la Presidencia ni muestran estar dispuestos a confiar el relevo a David Choquehuanca. Los aspirantes probablemente son varios, pero con un gobierno en descomposición, con seguridad, es más difícil conseguir sustitutos para el Jefazo.

Lo dicho por la senadora Sifuentes, aunque sólo revele una intención, es algo que debemos tomar en cuenta para nuestros análisis y para definir el camino que debemos seguir con el pueblo, en lo que nosotros llamamos una nueva unidad de los explotados y oprimidos de nuestro país que sea de veras democrática, popular, plurinacional, antiimperialista y revolucionaria. Unidad que entre sus tareas insoslayables debe estar la defensa de la que es básicamente suya: la victoria del NO el 21F.

El pueblo boliviano sabe defender sus victorias y no hace falta pruebas para recordarlo. 


[1](En un paréntesis acepten, amigos lectores, que recordemos que cuando ocurrió un eclipse total de sol, un gato y las gallinas, en Potosí, se entraron a dormir a sus lugares habituales y salieron de él luego de aquel movimiento solar).

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