No voy a realizar campaña electoral en mi favor, dijo el presidente Morales. Sin embargo, luego de unos días, empezó su campaña y añadió que para él el referéndum sobre la reforma del artículo 168 de la Constitución Política del Estado (CPE), que tendrá lugar el 21 de febrero del próximo año, es “pan comido”, es decir, muy fácil de ganar, y que recibirá el apoyo del 70% de los electores.
Nosotros, en este espacio editorial y en otras notas que publicamos en www.semanarioaqui.com sostenemos que los oficialistas cuentan con un electorado cautivo del 30% y algo más, lo que según ellos es el “voto duro”. A éste los inquilinos del Palacio Quemado esperan sumar los votos que compren, con mucha plata, la que al menos en parte es nuestra; además, esa votación será resultado del miedo a perder el trabajo en la administración pública o a dejar de contar con el dinero que pagan a los que concurren a marchas y/o concentraciones, especialmente, las que se realizan en la sede de gobierno; hablamos del respaldo electoral para los principales gobernantes que serán la consecuencia de formas distintas de fraude electoral: lo que sucedió en Chuquisaca y en Beni, en ocasión de las elecciones subnacionales, son ejemplos de lo que podría ocurrir para el referéndum de febrero del próximo año.
Para los editores de este semanario virtual, asimismo, una eventual victoria de los oficialistas en el referéndum citado es dudosa; en cambio, para el principal candidato de ellos las elecciones generales en el país de 2020 serán una “formalidad”, si es que los bolivianos votan contra sus intereses y deciden, en las urnas, que siga el ciudadano de Orinoca en el poder.
A propósito del poder que encabeza Juan Evo Morales Ayma (JEMA) es imprescindible añadir que no es de tipo democrático y popular o, dicho de otra forma: ese poder pierde su contenido democrático-popular porque cada vez con más frecuencia, los dueños del poder, incurren incluso en acciones contrarias a la democracia burguesa; democracia que tuvo algo de popular al comienzo del “proceso de cambios”, rasgos que pierde a diario. Aquel poder, nominalmente, sigue siendo de los movimientos sociales, pero en los hechos sirve mucho más a los empresarios grandes, criollos y transnacionales, de los cuales los que se llevan la mejor parte son los agroindustriales de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y los banqueros.
Asimismo, la continuidad de JEMA en el poder será para que ruta la democrática y burguesa, de aquél y sus secuaces, siga también sin sobresaltos, excepto los provocados por la crisis económica del mundo capitalista e imperialista de la que no estamos a salvo.
Otra mentira, referida al fraude electoral, que impuso a Esteban Urquizu como gobernador de Chuquisaca, ha sido puesta a la luz solar. Aquél, quejumbroso, ha dicho que se siente discriminado; más aún, que la gente le dice “gobernador trucho”, frase que quiere decir autoridad impuesta en ese cargo con fraude electoral, lo que es rigurosamente cierto.
Muchos sabemos que votos de un frente perdedor (el FRI) en las elecciones de gobernador, en Chuquisaca, fueron sumados a la votación de Urquizu, los que a éste le concedieron una victoria fraudulenta. Por ello, bajo sospecha, los miembros del Tribunal Departamental Electoral de ese departamento, han sido suspendidos por haber cometido aparentes faltas electorales, para nosotros, delitos electorales a la vista. A ellos, además, se les sigue un proceso que podría terminar con resoluciones condenatorias. A ellos, asimismo, los podrían sacrificar, incluso a pesar suyo. No obstante, el “Gobernador trucho” seguirá en funciones hasta el día que señala la ley, porque los actos de los integrantes del Tribunal Departamental Electoral de Chuquisaca no serán anulados, al revés, serán convalidados. Esos vocales suspendidos, sin embargo, cobran sus sueldos, sólo han sido suspendidos, están casi de vacaciones.
Y la autoridad, resultado del fraude electoral, aun motejada de trucha, seguirá en funciones, lo que pone de manifiesto las limitaciones de la actual democracia.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, ha dicho una mentira y a la vez una media verdad, en la campaña para que el Jefazo siga en el gobierno, en realidad, hasta que le alcancen sus fuerzas. Citamos: Que el liderazgo de JEMA es superior a la de la Revolución Nacional de 1952. Nosotros decimos que aquéllos son dos procesos democrático-burgueses, con las naturales diferencias de espacio y tiempo.
Para Quintana, empero, el paralelo entre el Mariscal de Zepita y el actual Presidente es posible.
Nosotros, apoyados en Marx, decimos que los hechos en la vida (y los dirigentes políticos a la vez) ocurren como tragedia y se repiten como comedia. Por tanto, acaso se parecen Andrés de Santa Cruz y Calahumana y Juan Evo Morales Ayma, por ejemplo en los apellidos indígenas (Calahumana y Ayma), pero las diferencias son muchas más, a pesar de que, hasta este momento empatan en el tiempo que gobernaron y gobiernan. Incluso JEMA ha lo superado al Mariscal de Zepita, en el tiempo de ejercicio del cargo presidencial, pero nada más.
Acerca del miedo, como otro elemento funesto en la campaña del presidente Morales, éste en Sucre anticipó su campaña frente a las disposiciones del Tribunal Supremo Electoral. Pero esa es una manera imprecisa de informar, según la realidad. JEMA, se sabe, todos los días hace campaña electoral, con frecuencia mentirosa, pese a lo que tiene muchos seguidores que le creen…
En la capital de Bolivia ha proferido una amenaza y ha hecho una confesión: que las autoridades que no hagan política, que no hagan campaña, recibirán lo que merezcan, y que empresarios apoyan la reforma constitucional, es decir, respaldan su reelección. Citamos lo dicho en Sucre por el Presidente:
“Me informan; (en) algunas instituciones que dependen del Gobierno nacional en el departamento (Chuquisaca), sus gerentes no están participando. ¡Díganme compañeros!, vamos a cambiar, tanto hay militantes que aportan a la campaña, que están en la campaña, en las grandes concentraciones. Serán ministros, serán asambleístas, serán autoridades electas, por encima de eso somos políticos compañeros y vamos hacer política para seguir al pueblo boliviano”. (Quizá dijo “para servir” al pueblo…)
Ésa es una amenaza más que implícita. Luego que los voceros oficiales y oficiosos no digan que el voto duro… y otras vainas…
Atilio Borón que parece que estuviera bien informado de lo que sucede en Bolivia no debe saber que a esa fuerza electoral incontrastable de JEMA, de la que aquel científico político escribe, al menos está cambiando —creemos en beneficio de los intereses populares— y que además ahora a esos electores se lo amenaza si no hacen campaña y si los descubrieran a los que no voten para que siga el actual régimen lo echarían (por traidores) del llamado proceso de cambios.
Junto a las mentiras electorales hay confesiones de JEMA, que merecen destacarse, la que sigue en el “arranque” (mejor dicho en la continuidad) de su campaña electoral:
“Y algunos empresarios apoyan la modificación (de la Ley Fundamental) pero pedimos que digan públicamente, algunos tienen miedo”. Allí estaban, además, alcaldes y concejales de las alcaldías de Chuquisaca, de acuerdo a la noticia que la reproducimos en esta edición de Aquí.
Los empresarios —varios de los que tienen alianzas explícitas con el Presidente, como los de la CAO— no irán a las concentraciones, quizá callen su apoyo ante la reforma de la CPE (artículo 168), pero el primer mandatario les pide que pierdan el miedo y hagan campaña abierta. Ojalá ocurriera eso porque así tendrían la posibilidad de convencerse (los que no lo están) de la alianza de los gobernantes, en primer lugar del presidente Morales, con grupos empresariales de dentro y de fuera del país. Por eso, nosotros reiteramos que la derecha en esta tierra nuestra está dentro y fuera del gobierno. Hay empresarios, un tanto encubiertos, que están dentro del gobierno o al menos tienen sus representantes allí; así como hay militares o exuniformados que lo están y/o son embajadores y otros administran empresas del Estado. Entre estos militares y/o ex militares están como gerentes de la empresas estatales de BOA y de Mi Teleférico. Varios militares o exmilitares están, asimismo, como embajadores (representantes del Presidente) en varios países.
En otras notas seguiremos contando las mentiras y confesiones de los inquilinos del Palacio Quemado en este tiempo de consulta electoral.
El Presidente y sus incondicionales seguidores dicen que los únicos que están en contra de la reelección del binomio de las reformas, cada vez más burguesas en Bolivia, son los derechistas y los proimperialistas.
Nuestra respuesta, a manera de cierre de esta nota es: los de la CAO siguen siendo los abanderados de la derecha y los dueños de la Empresa Minera San Cristóbal, a los que los gobernantes les garantizan sus inversiones y sus utilidades, orgánicamente, son imperialistas. Esos son los aliados de JEMA a los que éste les pide que hagan campaña en su favor de manera abierta.