El presidente Morales el momento en el que posesionó al nuevo ministro de Desarrollo Rural y Tierras, entre otras cosas, señaló: “Quiero decirles que sabíamos de este problema (del desfalco en el Fondo Indígena), dos veces aquí en el Salón Rojo (del Palacio) he planteado cambiar el Directorio y se molestaron conmigo, tal vez no tenía cierta fuerza o autoridad en ese momento, me arrepiento, (pero) les propuse cambiar.”
El Presidente cayó en una omisión en ese su discurso que entraña gravedad. Allí trató de presentar una autocrítica que no es sino inconclusa, como otras suyas. En efecto, otra cosa sería que asuma sus culpas y a renglón seguido disponga una investigación “caiga quien caiga”, como dicen en círculos palaciegos, pero tenemos fundadas dudas de que eso ocurra. En la investigación el Presidente al menos debe informar por escrito sobre esa omisión. Esperamos que así sea aunque creemos que será en vano.
Un abogado dijo que el presidente Juan Evo Morales Ayma pudo cometer delito por omisión. Aunque esa sospecha tuviera respaldo legal y esa confesión presidencial constituyera un indicio de comisión de un delito, por haber dejado hacer y haber dejado pasar, les recordamos a los que, desde el flanco opositor pretendieran un juicio de responsabilidades contra el Presidente, en estas circunstancias, un proceso de esos alcances es imposible. El poder político del primer ciudadano del país lo liberaría de cualquier pleito.
La responsabilidad política del presidente Morales, sin embargo, es inocultable en el caso que comentamos. Que él considere que entonces no tenía la autoridad suficiente para promover o cambiar el Directorio del Fondo Indígena, resulta dudoso.
Nosotros suponemos que para los gobernantes era y es mejor tenerlos, como a una especie de rehenes, a los presuntos responsables del desfalco del ex Fondo Indígena. Aquéllos, además, tendrían que ser investigados, y entre éstos a la ex ministra Nemesia Acachollo, lo que también es dudoso. No obstante esperamos que sea así.
Ahora, los sospechosos del desfalco, a los que ya se les sigue proceso, son otros distintos a la ex ministra y el Presidente pretende aparecer sin mancha, otra vez.
Sin embargo, hay procesos contra ex ejecutivos del ex Fondo Indígena que nunca decidieron los desembolsos de dinero. También dos, ahora distantes del gobierno, luego de ser parte de las bases y de las cúpulas del proceso, son procesados: uno de ellos detenido el momento de cerrar esta edición y a la espera de medidas cautelares y, en el segundo, teme ser aprehendido: se trata del presidente de CIDOB no oficialista, Adolfo Chávez y del ex secretario Ejecutivo de la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos de Bolivia y ex candidato opositor a la Gobernación de Chuquisaca, Damián Condori.
El Presidente, asimismo, en el acto de posesión del ministro César Cocarico, añadió: “… hay (o había) ocho miembros del Directorio campesino indígena originario y (sólo) uno del Estado, pobre compañera Nemesia ¿qué podía cambiar o decidir sola? Yo saludo el trabajo, el esfuerzo, el compromiso de la compañera Nemesia, creo que es una de las ministras más movilizadas, creo que ningún ministro aguantaría lo que hace la compañera, admiro y respeto su transparencia. Tal vez su responsabilidad es, junto a los ocho miembros del Directorio, no decidir bien sobre el manejo de recursos económicos, pero esta intervención fue oportuna para esclarecer.”
Antes de una probable investigación del comportamiento de la ex autoridad —para nosotros muy dudosa una averiguación de sus actos gubernamentales— el presidente Morales la ha liberado de culpa: saludó el trabajo, el esfuerzo y el compromiso de Achacollo. Una investigación que confirme y/o desmienta lo que se supone del comportamiento de la ex Ministra y sobre todo que descubra lo que permanece oculto, es lo que esperamos.
Los empresarios cruceños coinciden con el Presidente en sus apreciaciones sobre el desempeño de Achacollo en el cargo. Leamos:
“En Santa Cruz, al conocer la noticia, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) pidió al Gobierno del presidente Evo Morales que, más allá de quién ocupe el cargo, mantenga los mandos medios y los espacios técnicos para seguir avanzando en la agenda productiva, tal como se definió en la cumbre ‘Sembrando Bolivia’”, informaron algunos medios de difusión, otros callaron ese y otros datos y dichos sobre el cambio de la que fue ministra de Desarrollo Rural y Tierras.
“Lo del cambio es tuición del Poder Ejecutivo y ahí nosotros como CAO no opinamos. Eso sí, por la forma de trabajar que permitió que haya avances considerables posterior de la cumbre del agro, ojalá se mantengan los mandos medios; así sería más fácil que empezar de cero.”, anotó el dirigente de los empresarios agropecuarios cruceños.
“El presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Fernando Menacho, expresó su ‘preocupación’ por la partida repentina de Achacollo, con quien se logró ‘avances históricos’ en los últimos años en el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y el Programa de Producción de Alimentos y Restitución de Bosques (UCAB), instituciones con las que se alcanzó un alto nivel de coordinación para los procesos productivos.”
“Nos preocupa que se haya ido así de forma sorpresiva porque se trata de una mujer conocedora del campo —siguió el vocero de los empresarios—, del sector pecuario y de las relaciones que deben existir entre el sector público y privado; ojalá que el nuevo ministro conozca algo del sector productivo.”
En la ciudad del valle, “(…) el asesor general de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC), Fernando Quiroga, dijo que fue algo “sorpresivo” y destacó que con Achacollo hubo relativa continuidad en el trabajo. “Era satisfactorio porque tiene experiencia en el área rural (…), conformó un buen equipo de asesores y había un diálogo más abierto, más claro.”
La confesión de los empresarios y sus voceros respecto del desempeño de Nemesia Achacollo, en el cargo ministerial, nos confirma lo que sostenemos en este medio: los gobernantes y Juan Evo Morales Ayma, especialmente, cada día satisfacen los intereses de los empresarios grandes, criollos y transnacionales, de los propietarios medianos y, a mucha distancia, atiende los pedidos de movimientos sociales a los que se les construye, sobre todo, chanchas de fútbol con pasto artificial, complejos deportivos girantes que poco se utilizan —salvo cuando lo reciben al Presidente en ellos—, competencias deportivas con el nombre del primer mandatario.
El viceministro Alfredo Rada ha dicho que hubo cuoteo en el ex Fondo Indígena, es decir, que allí se repartieron los cargos, según la fuerza o la capacidad de maniobra de sus integrantes.
Y añadió, según la agencia gubernamental y estatal ABI: “Creo que hubo prebendalismo, cuoteo por parte de dirigentes a nombre de organizaciones y creo que sí hubo corrupción, por eso se liquida y se reestructurará un nuevo fondo de desarrollo en el que no habrá cuoteo de dirigentes en el que a título de fortalecimiento organizativo se aprueben proyectos que desvirtuaron el sentido de desarrollo.” Ese funcionario público para el canal privado, Unitel, agregó: el nuevo fondo “… cumplirá con los objetivos por el cual fue creado.”
Si hubo corrupción en el ex Fondo Indígena, como dice Rada, urgen los procesos y castigos, así como la recuperación del dinero defalcado. Pero lo último, el presidente Morales, cree difícil.
Según la interventora del aquel ex Fondo Indígena, Larisa Fuentes, “… se descubrieron 30 proyectos ‘fantasma’ por más de 14,5 millones bolivianos y advirtió de un daño económico al Estado de 102,2 millones de bolivianos.”
Lo menos que se puede decir es que una parte sustancial de los dirigentes campesinos, colonizadores e indígenas son sospechosos de la comisión de acciones delictivas. Pero es dudoso que los peces gordos sean investigados, procesados y castigados. Sin embargo, esperamos que eso suceda.
Sobre lo que no tenemos dudas es respecto de los procesos contra los que otrora fueron líderes obedientes de movimientos sociales hacia el Jefazo, pero que ahora están en otra trinchera. Para los últimos podría haber perdón, para los disidentes “todo el peso de la ley”.
Nosotros decimos —como lo hacen los activistas de los derechos humanos— que no debe haber ni olvido ni perdón para los que malgastaron la plata del ex Fondo Indígena estén donde estén.